Xiaolin Chronicles
Entrevista a un inmortal
Aclaraciones: Esto es una parodia
Título: Entrevista a un inmortal.
Resumen: Raimundo es un reportero que ha estado buscando por años la historia que lo lleve a la cima de su carrera. Después de años de buscar en vano consigue algo que parece ser lo que anhelaba: Entrevistar a un verdadero vampiro inmortal.
Nota: Basado en la película del mismo nombre y mezclado con la saga Crónicas vampíricas de Anne Rice.
Nota 1: Okay. Primera parte del regalo de cumpleaños para Freaku. Que técnicamente es hasta mañana pero... Sep ¡Felicidades senpai!
Nota 2: Tengo más de un año escribiendo esta historia... Espero que sea lo suficientemente buena.
Descargo de responsabilidad: Estos personajes no me pertenecen son propiedad de Christy Hui y las referencias pertenecen a Anne Rice. Esta historia es sólo para el entretenimiento, sin fines de lucro.
Reparto:
Louis Pointe du Lac - Chase Young (g!Chase)*.
Daniel Molloy - Raimundo Pedrosa.
Lestat de Lioncourt - Jack Spicer (r!Jack)*.
*Monje Chase.
**Basado en el reverse!AU de Blpak
Capítulo 1
Encanto eterno
Raimundo era un tipo afortunado: ¡No todos los días consigues entrevistar a un inmortal!
Y mucho menos a uno tan dispuesto a hablar.
El hombre frente a él aparentaba encontrarse aún en los primeros veinte años de vida sin embargo, tenía un "algo" a su alrededor que te inspiraba a pensar que no era así. Una sensación inusual. Como la que se siente al estar en presencia de un anciano o de un árbol demasiado antiguo, que evoca sentimientos confusos, que te hace sentir, de alguna manera, ínfimo a su lado...
El inmortal en cuestión se comportaba sereno. Tranquilo en su silla, con una pierna sobre la otra, con un aire distinguido y enigmático. Una postura elegante y a la vez cómoda, perfecta para él. Su largo cabello, tan oscuro que parecía brillar en tonalidades verdosas caía sobre su espalda y pecho. Ojos dorados con un resplandor propio que figuraban iluminar la habitación. Los movimientos de sus manos, sus dedos, el cabello que caía de manera descuidada sobre su rostro; Todo parecía estar controlado para parecer elegante y sin embargo, a la vez, eran movimientos cotidianos, demasiado fluidos, muy practicados.
Sin duda, a primera vista, se notaba que había algo misterioso en torno a él.
-¿Tienes suficiente cinta? ¿Cómo para toda una vida?
-Sí, sí. A veces entrevisto a tres o cuatro personas por noche –respondió el entrevistador-
-Entonces será suficiente. Permíteme encender la luz.
-Creí que los vampiros odiaban la luz –se rió Raimundo-
-Nos encanta –en un segundo apenas el hombre, el vampiro, encendió el apagador y en menos de un segundo regreso a su asiento. Rai dio un salto hacia atrás, dejando caer su silla y mirándolo con sorpresa y algo de miedo-
-N-no, no está mintiendo ¿Verdad?
-Te aseguro que no, pero no te preocupes, no voy a hacerte daño, quiero esta oportunidad... ¿Cómo quieres que comience? ¿Con una demostración del tipo de David Copperfield? O podría comenzar por el principio, en donde comenzó todo.
Raimundo encendió su cigarrillo. Su mano temblaba todavía pero su curiosidad no lo dejaría en paz si no continuaba por lo que asintió levemente con la cabeza, esperando por el principio del relato.
-Corría el año de 1791, yo tenía 24 años y no era muy diferente a como soy ahora... Mi hermano había muerto y durante mucho tiempo deje que la culpa me absorbiera. Lo único que buscaba era apaciguar el dolor que me carcomía. Renegaba de todo, de mi suerte, de mis santos... Renuncie a todo también; a mi riqueza, mis propiedades, a mi sano juicio... Procuraba los bares con las prostitutas y buscaba pelea con los ebrios como yo. Anhelaba la muerte como un remedio para dejar el dolor atrás y la hubiera aceptado de cualquiera pero fue un vampiro quien la cobro.
"Me atacó una noche pero mi naturaleza se negó a dejarse morir. No pude verlo bien en ese momento pero pude escuchar su voz, por encima del palpitar de mi propio corazón que sonaba en mis oídos. Él me pregunto si había tenido suficiente de la muerte o si quería probar un poco más y yo, confundido y agotado por el alcohol y la vida que había llevado, solo pude balbucear que había sido suficiente y él me dejó ahí, en la rivera del Mississippi, abandonado en algún punto entre la vida y la muerte. Mi madre y mi hermana me consiguieron al mejor médico de la región que yo, por ser el heredero y dueño de la plantación Young, debía tener. En aquel momento no lo comprendí pero ahora... Lo primero que hizo el médico fue desangrarme ¡Desangrarme! Acababa de morderme un vampiro, casi hasta el punto de dejarme vacío, y lo siguiente que hacían era hacerme perder más sangre...
Él apareció de nuevo esa noche. Entró por la ventana que se abrió de alguna manera. Cubrió a mi dormida hermana con una manta y se acercó a mí que lo apunte con un arma aunque evite hacer algún ruido, por temor a lo que podría hacerle a ella si mi hermana se despertaba. Sin embargo él no hizo ningún ademán y se limitó a ofrecerme lo que había estado buscando; paz. Para siempre... Él se agacho a mi lado, dejando que su rostro se iluminara a la luz de la lámpara y en ese momento vi que no era un ser humano normal. Sus ojos, verás, eran rojos. Rojos como la sangre y el fuego pero además de eso brillaban con resplandor y las manos blancas que estaban a su costado no eran las de un ser humano. Creo que todo lo supe en ese instante, al verlo, y lo que él me contó fue solo como mero formalismo, para aclarar dudas inexistentes en mi mente.
Esa mañana yo aún no era un vampiro así que disfrute de mi último amanecer. Sentí la luz pálida del sol levantarse desde el horizonte, llenar poco a poco la habitación, la vi golpear el cabello de mi hermana con suavidad y hacerlo brillar como si fuera de oro puro, la sentí calentar tibiamente mi piel... Y ese día, por la noche, me convertí finalmente."
El vampiro se quedó en silencio largo rato, parecía perdido en sus pensamientos y recuerdos. Los sonidos de la calle se escuchaban diez veces más potentes en opinión del entrevistador pero no se atrevió a romper el encanto del silencio y los ruidos de fondo, tal vez por respeto, tal vez por precaución.
-Ah sí ¿En qué estaba?
El entrevistador dio un respingo y se dio cuenta de que el cigarrillo en su mano se había consumido sin que lo calara ni una sola vez. Dejo la colilla en el cenicero y se abstuvo de encender otro por el momento.
-¿Quieres preguntar algo?
-¿Cómo fue? ¿Puede explicármelo?
-¿Convertirme en vampiro? Eso, no es algo que pueda expresar en simples palabras pero, lo intentare sí. Deseo que se sepa la verdad y eso no ocurrirá si no intento relatarlo todo ¿No es cierto?
Raimundo asintió con la cabeza varias veces, parecía a punto de preguntar algo pero antes de poder hacerlo el vampiro continúo hablando.
-No te lo había dicho pero mi instructor, Jack, quería mi plantación. Me pareció una razón muy frívola para darme la vida eterna pero él tenía sus propios problemas humanos que requerían atención; el cuidaba a su anciano padre que era ciego y que no debía enterarse de que su hijo era un vampiro. La vida debió hacérsele muy difícil considerando sus obligaciones y quería la plantación Young para atender las necesidades de su padre.
"Fuimos esa misma tarde a la plantación y Jack me hizo observar la muerte."
El muchacho hizo un sonido sofocado y el vampiro lo miro con rapidez.
-Oh sí. El observar la muerte era un requisito indispensable para mi conversión.
"Escondimos a su padre ciego en el salón principal, asegurándole que regresaríamos pronto, que solo teníamos que resolver un asunto con el criado principal y fuimos a su dormitorio donde Jack lo despertó y se alimentó de él mientras yo observaba. El criado intento liberarse y forcejeo hasta que se rindió y quedó seco de sangre. Murió sí, pero no murió de inmediato. Nos quedamos en ese pequeño dormitorio viéndolo morir durante casi una hora... Te confieso que eso fue lo más difícil para mí. Como te he dicho yo no sentía miedo respecto a mi propia muerte, ni siquiera tenía prejuicios contra el suicidio pero si tenía un inmenso comedimiento por la vida de los demás y, desde hacía poco tiempo, la muerte me había horrorizado debido al fallecimiento de mi hermano."
"Después de matarlo tuvimos que deshacernos del cuerpo. Jack lo planeo todo. Pusimos alcohol en su boca, robamos el dinero de sus bolsillos, Jack lo golpeo y desgarro su ropa para que pareciera que lo habían asaltado pero yo solo podía pensar en su esposa, en sus hijos... Estaba enfermo de fiebre, débil y horrorizado más allá de lo que un hombre puede soportar pero tienes que entender que a pesar de todo, durante todo este tiempo, el vampiro Jack fue extraordinario. Para mí no era más hombre de lo que podría serlo un ángel. Bajo su influencia mi devoción hacia él no era infalible. Yo veía mi conversión en vampiro desde dos puntos de vista. El primero era simplemente encantamiento. Jack me había visitado en mi lecho de muerte, abrumador y fascinante como es él. Y el segundo era mi autodestrucción. Mi deseo de estar maldito. Jack había entrado por esa puerta dos veces y para entonces me conocía tan bien que sabía que yo estaba horrorizado por el daño que le había hecho a los demás: al criado, a su familia..."
"Me arrepentí en ese momento y pude haber escapado si no hubiera sido porque Jack, con su instinto infalible, supo lo que pasaba en mi mente en esos momentos. Un instinto infalible… -el vampiro se detuvo, reflexionando- Deja que te explique lo que es el instinto de un vampiro para quien el más mínimo cambio en la expresión de un hombre es tan evidente como un gesto. Jack tenía un instinto sobrenatural... Me empujo dentro del carruaje y azoto los caballos mientras yo deliraba. El escucho con la paciencia de quien escucha a un niño pequeño y cuando llegamos a la casa me apeé del carruaje y entre corriendo, subiendo los escalones abandonados que tenían ya pequeñas flores silvestres naciendo en ellos."
-Quiero morir. Máteme. Soy culpable de asesinato, así no puedo vivir. Máteme –le dije al vampiro-
"Se rio con impaciencia y de improvisto me ataco como había atacado al criado. Yo luche con toda mi fuerza, puse mis botas en su pecho y lo patee con fuerza, sintiendo sus colmillos en mi garganta y el latido cansado y furioso de mi corazón en mis sienes. Con un movimiento demasiado rápido para que lo notara de pronto estaba al pie de la escalera, mirándome secamente."
-Creí que querías morir Chase –dijo-
El entrevistador hizo un sonido abrupto cuando dijo su nombre. El vampiro se dio cuenta y sonrió con suavidad.
-Sí. Ese es mi nombre. Bien, entonces me quede ahí echado, pensando en mi propia cobardía. Tal vez, después de ese enfrentamiento, pude haber tomado valor suficiente como para suicidarme y no rogar a otros que lo hicieran por mí pero no tuve tiempo para eso. No, más bien fue que en el plan de Jack no había tiempo para eso, no hubo tiempo para nada que no fuera su plan.
-Ahora escúchame, Chase –me dijo y en un momento estaba sentado a mi lado en la escalera. Sus movimientos y gestos fueron tan personales y elegantes que de inmediato me hizo pensar en un amante-
"Retrocedí, intente alejarme, pero su brazo me sujeto a su pecho, tan cerca de él que pude ver el aura sobrenatural de su piel. Me embelese durante un largo rato y cuando Jack hablo de nuevo no supe cuánto tiempo había pasado, para mí pudo haber sido esa misma noche o la siguiente."
-Quédate quieto, tranquilo. Voy a desangrarte y tú debes quedarte quieto, debes escuchar el latir de tu sangre en mis venas. Voy a desangrarte hasta el punto de tu muerte y tu voluntad debe mantenerte vivo.
-Intente rechazarlo pero su brazo era una garra de acero y cuando finalmente cedí hundió sus dientes en mi cuello.
Raimundo se había hundido en la silla mientras el vampiro hablaba y su rostro estaba tenso, igual que su cuerpo, y sus ojos se agrandaron al escucharlo.
-¿Alguna vez has perdido una gran cantidad de sangre? –le pregunto el vampiro-
Raimundo negó con la cabeza y sus labios formaron la palabra "no" pero ningún sonido salió de su boca. Carraspeó un poco.
-No.
-Al cabo de unos minutos yo estaba indefenso. Descubrí que no podía moverme y los labios de Jack me hablaron, rozando mi cuello y provocándome un escalofrío y un placer igual que la pasión.
-Mantén los ojos abiertos.
-Me dijo Jack y entonces se separó de mí, dejándome adolorido y vacío. Pude ver como su brazo se alejaba. Jack mordió su muñeca y yo lo supe de inmediato, como si toda mi vida hubiera esperado por ello. Las gotas de sangre cayeron sobre mi boca y mi lengua las busco, sedienta. Jack coloco su muñeca herida contra mi boca abierta.
-Bebe Chase.
-Y eso fue lo que hice. Mi garganta encontró fuerzas nuevas y comencé a beber, primero despacio y luego, por órdenes de Jack, más aprisa... Es tan difícil intentar poner en palabras lo que no puede expresarse en ellas -dijo el vampiro inclinándose hacia atrás en la silla. El entrevistador inhaló aire profundamente, como si se hubiera olvidado de respirar hacia largo rato.-
"Mientras chupaba la sangre vi la luz de las velas, como si fueran lo único que existiera, y luego de eso fue un sonido. Como un tambor. Comenzó despacio y luego se hizo más fuerte y de pronto otro tambor sonó detrás del primero, con su propio ritmo. En ese momento Jack retiró su mano y yo me contuve por muy poco de sujetarla y llevarla de regreso a mí boca. Y entonces comprendí que los tambores habían sido mi corazón y el de Jack, que palpitaban ahora en mi piel, en mis labios... ¿Comprendes?"
-Si. Creo que sí.
-Por supuesto.
-Sin embargo Jack dejo mucho que desear como Maestro. Una vez que comencé a verlo con mi vista de vampiro perdió mucho de su encanto.
Primera parte
