Disclaimer: Este fic participa en el reto "En honor a los caídos" del foro El Monte Olimpo. Los personajes mencionados no me pertenecen, son completamente del gran Riordian.
Enemigo Intimo
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Todo estaba mal.
Silena no podía sentirse peor, eso pensó hasta que Percy llegó solo al Campamento.
En el momento que su corazón se detuvo sintió algo secarse dentro de si. Y fue casi como morir.
Casi.
Eso que era solo el comienzo. Porque allí, parada en medio del Central Park con el olor a sangre y agonía, con las manos manchadas de barro y el creciente temor ,divisó el brillo tan conocido en los restos de una gorgona.
De plata, inconfundible e inmundo. Un brazalete en forma de guadaña.
Y se sentía sucia, traicionera -porque ella odiaba mentirse a si misma y a los demás y era exactamente eso lo que había hecho los últimos meses.
Mintiendo. Matando.
Era como estar viviendo estando muerta. En un infierno eterno, con la esperanza de sus amigos en un hilo y ella, al otro lado del abismo con las tijeras rosando el hilo.
Además, estaban las pesadillas. Esas que habían aumentado en todo sentido y la hacían despertar deseando gritar -porque era tal el miedo que sentía que su garganta se secaba, sus manos se agarraban a las sabanas y terminaba tendida de espaldas en el colchón contando los minutos para sentir los rayos del sol.
Eran las pesadillas la que la perseguían día y noche, mostrándose frente a ella como esa bestia de pelo enmarañado, sudorosa y con esos ojos clavados en los de ella. Y era así como se daba cuenta de la realidad.
Era su propio enemigo, su propia bestia de ojos azules y cabellos negros. Y ella había matado a Charlie.
Así que ese día decidió contar la verdad, aunque fuera lo ultimo que hiciera.
Porque ya había soportado suficiente, ya no quería ser mas su Enemigo Intimo.
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Silena siempre ha sido mi favorita y pues...ya. Ojala no haya salido tan mal como creo.
