Chapter 01.

Era viernes, Ana estaba segura de eso... bueno... al menos era viernes cuando salió de casa la noche anterior, quizás era sábado, en realidad no estaba tan segura. Pero estaba llegando a casa, de eso sí estaba segura, se acercó a la verja de su... espera, ¿desde cuando su casa tenía una verja negra? Oh Sí, Castiel. Ahora esa era su casa. Ana abrió la verja y caminó hasta la puerta, el sol brillaba resplandeciente en aquel cielo despejado y deseó llevar gafas de sol para hacer su entrada mucho más glamurosa y menos dolorosa para sus ojos. Puso la llave en la cerradura y después del cuarto intento alguien abrió la puerta por ella.

-Buenas noches Castiel!- Dijo al hombre frente a ella.

-Buenos días Ana.- El hombre se hizo a un lado para dejarla entrar.- ¿Te has divertido?-

- ¿No es evidente?- Sonrió. Ana caminó varios metros y se dejó caer en un sofá blanco.- ¿Qué haces despierto a estas errrr...- miró su reloj, las 8:00 am.- horas de la mañana en sábado?-

-Voy a trabajar.- Cas se metió en una habitación mientras hablaba.- ¿Has visto mi lente de 45mm?- Una voz seguida de una cabeza apareció por la puerta.

-Bro, primero, acabo de llegar.- Ana se quitó los zapatos y puso sus pies sobre el sofá. Adoraba aquella sensación casi catártica de liberación en sus pies. Tiró su bolso al suelo y se desabrochó el abrigo.- Segundo, no tengo ni idea de qué estas hablando y tercero, aunque supiese dónde esta, puedo decirte, que en este preciso momento no podría serte de mucha ayuda.- Ana intentó zafarse de su abrigo sin levantarse ni moverse demasiado, se dio por vencida un minuto después, Cas estaba todavía dentro de aquella habitación, lo que sonaba como si todavía estuviese buscando la lente de su cámara. La mujer sabía que la casa era un pequeño caos desde que ella se mudó a vivir con su hermano, pero sólo llevaba allí un mes, todavía no estaba acostumbrada a vivir con alguien, mucho menos Castiel.

Estaba cerrando los ojos lentamente, quedándose dormida cuando su hermano salió de la habitación contigua.

-La encontré.- Castiel atravesó la sala de estar con una bolsa bastante grande y la dejó cuidadosamente en la pequeña mesa de diseño frente a Ana.- ¿Vas a dormir ahí todo el día?- dijo con el mismo tono de voz que usaba para todo, pero Ana, como su hermana, sabía que había cierto tono de reprimenda en sus palabras.

-¿Cuando fue la última vez que saliste de fiesta, Cas? Ya sabes... un poco de diversión.- el hombre abrió la puerta a su izquierda y sacó su gabardina, un par de guantes y una bufanda.

-He estado casado.- Su tono era serio pero una pequeña sonrisa se dibujó en su cara.

-Sí, a eso me refiero.- Ana escuchó a su hermano reír en silencio.- Por cierto, ¿cómo está mi sobrina?- Ana abrió los ojos y se incorporó en el sofá.- ¿La has llamado hoy verdad? Bueno ayer.-

Cas ahora estaba abrochándose la gabardina y cerrando la puerta del armario con la pierna.

-Sí. Claire está bien, me ha dicho que tiene un examen de matemáticas la semana que viene, pero es muy inteligente, lo hará genial.- Ahora llevaba puesta la bufanda.

-Sí, lo es. Entonces... ¿qué tal si vienes con mis amigos y conmigo esta noche de fiesta?- Ana sabía que su hermano no era del tipo de personas al que le gustaba ir de fiesta, prefería estar junto a la chimenea leyendo un bueno libro o incluso coger un avión a cualquier parte e irse a la aventura. A pesar de lo que la gente creía Cas no era un tipo aburrido, simplemente lo parecía.

-Ana tengo una boda ahora mismo, no estaré de humor para irme de fiesta cuando vuelva a casa.- Cas llevaba ya los guantes y cogió su bolsa de la mesa, colgándosela del hombro.- Hacer fotos en bodas es tedioso.-

-Uy sí muy aburrido... una boda... pero oh, espera, ¿no era 'esa' boda?- dijo con fingida sorpresa.- Esa de aquella actriz famosa, cuyo nombre empezaba por "B"... ¿o era "H"...? De todas formas... ya sé lo que voy a hacer...- Ana ignoró el gestó confuso de su hermano, la forma en que solía ladear la cabeza cuando no entendía algo o sentía curiosidad, y continuó hablando.- Nada de una gran fiesta alocada, sólo una pequeña cena/fiesta en casa, ¿ok?- El hombre abrió la boca pero Ana siguió hablando.- ¡Llevo aquí un mes y no he tenido una fiesta de bienvenida ni nada parecido! Así que llamaré a algunos de mis amigos y así puedes tener contacto con el género humano, conocer gente nueva.-

-Ya conozco a tus amigos Ana.- Cas estaba esperando que su hermana terminase su monólogo para poder salir y dirigirse a la Iglesia.

-¡No a todos y eso de todas formas no importa! Así que, ¿a que hora vas a volver?-

-No lo sé Ana, ya sabes como son los famosos...-

-Sep, lo sé, vivo con uno de ellos...- Ana dijo en un susurro.

-Yo no soy uno de ellos, y me tengo que ir ya. Te llamaré cuando esté apunto de acabar, ¿ok?- Cas se acercó a Ana y le besó en la frente.

-Claro porque que tu nombre aparezca en los periódicos y, oh, tu cara, mientras ellos hablan del, cito textualmente, "famoso y atractivo fotógrafo de la década" que va a hacer una exposición de su trabajo el próximo mes en ese famoso sitio en Nueva York... ¿cual era el nombre? Algo con "B"... o era "H"... hoy he bebido demasiado... ¿qué estaba diciendo?- Castiel le sonrió y caminó hacia la puerta.- ¡Oh claro! ¡Como si todo eso no significase que eres famoso!- dijo gritando mientras su hermano pronunció un "Adiós" sin sonido, salió de la casa y cerró la puerta tras de sí.- Tengo llamadas que hacer.- Dijo la chica para sí misma y se levantó para coger el bolso donde estaba su móvil. Miró la pantalla de su teléfono.- Whoah, demasiado temprano.- Programó la alarma de su teléfono y lo dejó en la pequeña mesa frente a ella. Se tumbó de nuevo en el sofá después de quitarse el abrigo.- Que duermas bien.- Dijo con una sonrisa en sus labios y después se quedó dormida.

El sonido de su teléfono la despertó. Todavía en el sofá, había cambiado de posición un millón de veces. Estiró su brazo hasta alcanzar el teléfono.

-¿Sí...?- murmuró con los ojos aún cerrados.

-¿Ana? ¿Estás durmiendo todavía?-

-¡Oh mierda!- Ana se cayó del sofá.- Mierda mierda mierda.- Volvió a poner el teléfono en su oído.- ¿Cas eres tú?-

-Sí, llamo para decirte que estoy apunto de terminar; llegaré a casa en un par de horas como mucho. ¿Te va bien?- Ana se levantó y subió las escaleras hasta el cuarto de baño.

-¡Sí genial, genial! Mira, ehm, ahora estoy un poco ocupada, te llamo luego, ¡bye!- Ana colgó y encendió la ducha.- ¡Oh mierda!- miró la pantalla de su móvil, marcaba las 20:00h.- ¡Oh mierda! ¡¿Me he quedado dormida doce putas horas?!- pulsó los botones de su teléfono y esperó a que alguien contestara.

-Ey babe, ¿qué tal está mi putilla hoy?- Una voz femenina se escuchó en el otro lado del teléfono.

-¡Pam! ¿Estas libre esta noche?- Ana empezó a desvestirse.

-Libre como un pájaro, nena.-

-Genial, llama a los demás, esta noche cena en mi casa, ¿tienes mi dirección? Llama a todo el mundo, tenéis que estar aquí en una hora, traed comida, todo lo que podáis, y llámame en quince minutos.-

-Ok, tus deseos son órdenes para mi.- Colgó el teléfono, se metió en la ducha y cerró la mampara.

Diez minutos después estaba vestida con un par de tejanos y una camiseta negra brillante, con su pelo rojo en una coleta, caminando descalza por la cocina. Abrió el frigorífico y miró ese espacio practicamente vacío.

-Sin tiempo, sin comida, lo próximo será sin amigos que vengan a cenar... Creo que debería buscar el panfleto de ese restaurante que hace entrega a domicilio.- Ana estaba buscando el flyer del restaurante por los cajones de la cocina cuando su móvil comenzó a sonar de nuevo.

-¿Pam? Dime que son buenas noticias por favor.- La chica se apoyó contra la encimera y miró frente a ella, la cocina y el comedor compartían un mismo espacio, un gran y diáfano espacio, blanco y negro, formas cuadradas y circulares, sí, Castiel era un pijo y a ella no le importaba.

-Jess y Jo no pueden venir, están ayudando a Ellen en el restaurante. Chuck y Becky llegarán en 35 minutos, van a llevar los postres, ¿has probado su tarta de chocolate y crema? Es...-

-¡Pam!- Ana volvió a su tarea de buscar el folleto del restaurante mientras seguía con su conversación telefónica.

-Perdón. Sam y Dean también vendrán, traerán comida sana y no tan sana respectivamente, ya los conoces. Ruby también viene, pero está trabajando ahora mismo, así que puede que llegue un poco tarde. Traerá las bebidas, muchas. Y yo estoy hablándote por el manos libres así que estaré allí en diez minutos para ayudarte con todo.-

-Gracias Pam, te veo en un rato.- Ana colgó y finalmente encontró el flyer del restaurante, buscó el número de teléfono y lo marcó.

Diez minutos más tarde Pam estaba en la puerta con una amplia sonrisa.

-Así que esta es tu nueva casa, ¿eh? Genial. Tienes suerte de tener un hermano así, ¿está soltero?- Pam atravesó la entrada pasando al lado de Ana.

-Pam...- Ana cerró la puerta y se sentó junto a Pam en el sofá.

-Lo siento, no he traído nada, pero estaba ya en el coche cuando me has llamado, no he tenido tiempo de parar a comprar nada. Bueno, dime, ¿porqué tanta prisa?- Pam se quitó su chaqueta negra de piel y la dejó en el sillón que había a su lado.

-Digamos que más o menos he prometido a mi hermano que le haría una cena con mis amigos esta noche, bueno a lo mejor le he obligado un poco, sólo quería que tuviese algo de vida social, pero... me he quedado dormida, así que no he tenido tiempo de preparar nada para la cena.-

-¿No me digas que tenemos que ponernos a cocinar ahora?- Pam se levantó y buscó la cocina. Ana la guió hasta ella.

-No, no tenemos. He llamado a un restaurante, tendremos la comida aquí en media hora.-

-Entonces, pongamos la mesa.-


-Ey, ¿que hace ahí la ensalada de tofu? ¡Tío, te dije que la tiraras!- El hombre de ojos verdes levantó la ensaladera y lo miró con disgusto.

-Dean, deja el bol donde está, a tu hermano le gusta y al mío también, así que...- Ana le quitó el bol de las manos y lo puso de nuevo en la mesa.

-Así que tu hermano es un "nerd" como el mío supongo, sin ofender.- Dijo Dean levantando las manos mientras una sonrisa pícara bailaba en sus labios. - Has visto Sammy, parece que tu ídolo y tú tenéis algo en común. A ambos os gusta el pasto. - Sam sonrió con ironía. Todos salieron del comedor.

-Bueno, no es que no coma carne, sólo que su ex-mujer le acostumbró a comer tofu, pero ha viajado mucho así que estoy segura de que ha comido un montón de cosas asquerosas. No es exigente con la comida.- Ana le dio una cerveza a Becky y otra a Chuck mientras se sentaba en el brozo del sillón donde Pamela estaba. Miró su reloj, las 21:45h.- Le he llamado hace un rato, llegará en unos veinte minutos más o menos.-

-Bien, pues esperemos a nuestro chico.- Dijo Dean mientras caminaba por la sala de estar observando el lugar.- ¿Y Ruby? No es que me importe pero... mi estómago ya está conversando con mis tripas.- Dio unas palmaditas en su vientre y sonrió a sus amigos.

-Debe estar a punto de llegar.- Dijo Sam admirando desde cerca la ostentosamente grande pantalla de televisión.- Esto debe costar una fortuna.- Le dijo a Ana.

-No tengo ni idea, pero seguramente, fue un regalo de papá, mi hermano prácticamente no la usa.- El timbre sonó en ese momento.- Hablando del diablo... debe ser Ruby. Porque no vas a abrir Dean, por favor.-

-¿Porqué?- dijo frunciendo el ceño.

-Porque estás más cerca, porque estas de pie, porque no aguantas a Ruby, porque yo lo digo... lo que sea, sólo abre la puerta.- dijo Ana sonriendo, podía escuchar a Pam riendo a su lado.

-Sí, lo que tú digas...- Ana le vio caminar hacia la puerta refunfuñando como un hombre mayor. Abrió la puerta pero Ruby no estaba allí.

-¿Y tú quien eres?- Preguntó con curiosidad. Frente a él, los ojos más azules que jamas había visto.

-Err... Perdón, debo haberme equivocado, mis disculpas.- El hombre de la gabardina contestó con un leve sonrojo en su cara.

-¿Eres Cas?- preguntó Dean, dándose cuenta de su estupidez.- Lo siento, culpa mía, estábamos esperando a Ruby. No te has equivocado, esta es tu casa amigo.- Dean todavía bloqueaba la puerta, mirando con curiosidad al pequeño hombre frente a él.- Soy Dean.- Le estrechó la mano a lo que Cas respondió apretándola con firmeza. El hombre ladeó la cabeza y le miró con la misma expresión con la que el ojiverde le estaba mirando.

-Soy Castiel Novak, encantado de conocerte.- Su voz era grave y susurrante. Dean se movió a un lado y le hizo una señal para hacerle pasar.

-Igualmente tío.- Sonrió y escuchó a Ana gritarle.

-¡Vosotros, par de estúpidos, venid aquí!- Dean seguía agarrando la mano de Castiel mientras se giraba a mirar a Ana.

-¡Sí, ya vamos!- Soltó la mano de Castiel y caminó hacia la sala de estar.- Pensaba que serías pelirrojo como ella, por eso no te había reconocido, lo siento.-

-No pasa nada.- Castiel se quitó los guantes y dejó su bolsa en el suelo. Dean vio a Ana acercarse a su hermano.

-Ey, has llegado pronto.- Le besó en la mejilla y le ayudó a quitarse la bufanda y la gabardina.- Bueno, hagamos las presentaciones pertinentes.- Ana se quedó a su lado y señaló a sus amigos.- Becky y Chuk, ya os conocéis.-

-Claro.- Chuk se levantó y le estrechó la mano.- ¿Has leído lo que te envié la semana pasada, Cas?-

-Empecé a leerlo pero he estado muy ocupado estos últimos días, todavía tengo que acabarlo, pero de momento me está gustando.- Cas le dio un abrazo a la chica que se encontraba al lado de Chuk.- Hey Becky, te has cortado el pelo, ¿verdad?-

-Sí, ¿te gusta?- La chica movió las manos por su pelo enseñando el trabajo del peluquero.

-Sí, pareces más joven todavía.- dijo sonriendo.

-Aquí Pam, a ella también la conoces, mi jefa.- La chica de pelo negro se levantó y le dio un abrazo afectuoso a Castiel.

-Ey ojos de cachorrito, ¿que tal te va?- Castiel le sonrió y se encogió de hombros.

-Estoy bien, ¿tú que tal?- La chica le achuchó más.

-Oh, mejor ahora que te tengo entre mis brazos.- Dijo con una sonrisa maliciosa en su cara.

-Suficiente, suficiente.- Dijo Ana separándolos.- No abuses de mi hermano, todavía es de los más puros aquí.- Le guiñó un ojo a Pam.- El jilipollas que te ha abierto la puerta es Dean y él es su hermano pequeño Sam. Sam es el novio de Ruby.- Dean volvió a estrecharle la mano a Castiel.

-Encantado de conocerte de nuevo, tío.- dijo sonriendo.

-Oh, entonces tu eres Dean Winchester. El polvo de una noche de mi hermana, hace cuatro meses, ¿verdad?- La voz del hombre frente a él sonaba seria y su cara no mostraba expresión alguna. Dean le miró confuso y algo enfadado.

-¿Qué? Si bueno... ahora somos amigos, nada de sexo, ya sabes...- Dijo Dean algo incómodo. Ana rió ante la situación.

-No tomes muy en serio a mi hermano, es un gran B.I.C.H.O R.A.R.O.- Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del hombre de ojos azules.- Mira, Sam es un gran fan tuyo.- Castiel le tendió la mano.

-Oh, es un gran placer y honor para mi haberle conocido finalmente, señor, me disculpo por el comportamiento de mi hermano.-

-Tío, deja de lamerle el culo.- Dean sonrió ampliamente. Cogió a Sam del codo y tiró de él.- Yo debería ser el que se disculpe por tu comportamiento. Deja de babear...-

-¡No estoy babeando! De toda formas, encantado de conocerle.- Castiel ladeó de nuevo la cabeza, un gesto común, Dean había visto a Ana hacer lo mismo a veces pero en Castiel parecía aún más habitual.

-No me llames señor, sólo Castiel o Cas, lo que prefieras.- El timbre sonó de nuevo.

-Voy yo.- dijo Ana. Dean escuchó la puerta abrirse y la voz de Ruby se coló por ella.

-¡Nena, déjame entrar, hace mucho frío aquí fuera!- Dean sabía que Ruby estaba acostumbrada a los climas cálidos, Sam se lo había comentado miles de veces. Unos zapatos de tacón caminaron hasta la sala de estar.- Hey Cas, te veo bien, tu hermana me dijo que prácticamente te estabas muriendo.- La chica le dio un abrazo a Castiel lo cual le produjo escalofríos a Dean.

-Estaba exagerando, sólo fue un resfriado y ahora estoy genial.- Cas le sonrió con ternura.- ¿Nos conocemos desde hace años y no me habías presentado antes a tu novio?- Cas reprendió a Ruby.

-Venga ya Cas, como si nunca te hubiese hablado acerca de Sam.- Ruby pasó su brazo por los hombros de su chico y le besó brevemente en los labios.- Él no estaba preparado para conocerte todavía.- Sam se sonrojó ante esa frase y Dean resopló.

-Bueno, chicos, este es mi hermano Castiel, ahora todo el mundo conoce a todo el mundo así que vamos a comer.- Ana cogió la mano de su hermano y caminaron hacia el comedor.


-¡Oh sí, aquí llega mi nene!- Dean miró con ojos suplicantes la tarta que Chuk traía.

-Becky los ha hecho, este es su especialidad.- Becky estaba detrás de él con una tarta de manzana y una de cerezas.

-Quiero un trozo de cada uno, gracias.- Dijo Dean con el tenedor en la mano.

-Dean no seas glotón, por favor.- Sam le dio un codazo en las costillas.

-Ouch, venga Sammy, nunca me dejas comer estas cosas en casa y sabes lo que me gustan las tartas.- Los pasteles ya estaban en la mesa, Chuck estaba cortándolos y dándole a Dean un gran trozo de tarta de manzana.

-Sé que los escondes Dean.- Sam le miró con ojos acusadores.

-No te preocupes Dean, seguro que puedes llevarte lo que sobre.- Dijo Becky poniendo un trozo de pastel de chocolate en el plato de Cas.

-Sí, chicos no comáis demasiado.- Dijo Dean apuntando a todo el mundo con el tenedor en su mano.

-Wow...- Cas miró su plato impresionado, el tenedor todavía en su mano, la cabeza ladeada.- Es magnífico. Becky eres una gran repostera.-

-Tío si te ha gustado ese, espera a probar la tarta de manzana, ¡impresionante!-

-¿De verdad te gustan tanto las tartas?- preguntó Ruby mirándole con desagrado.- Al menos cierra la boca cuando mastiques.- dijo en un susurro.

-Sí, él AMA las tartas, son su amor número dos.- dijo Sam dando un sorbo a su vaso de coca cola.

-¿Y cual es tu amor número uno?- Castiel le contempló con su mirada azul, Dean habría jurado ver sus ojos centellear.

-Mi chica por supuesto.- Dean se metió otro bocado de tarta en la boca.

-Oh claro, supongo que tu novia debe ser lo más importante para ti.- Ana miró divertida a su hermano.

-¿Novia? ¿Dean? Se nota que eres nuevo en el Deaniverso, Cas.-

-Quiere decir su coche.- dijo Sam con una sonrisa amable.

-Ella no es sólo un coche.- dijo Dean con la boca llena de tarta.- Es mi nena, es un Chevy Impala del 67. Una belleza, una verdadera belleza.-

-¿Tienes un Chevrolet Impala?- Cas preguntó sorprendido.

-¡Claro que sí! ¿Te gustaría verlo?- Dean puso el último trozo de tarta en su boca, se limpió las manos con la servilleta y se levantó.- Vamos.- Hizo un gesto con la cabeza señalando la puerta.

-Dean, ¿porqué siempre haces lo mismo? ¡No molestes a Castiel!- dijo su hermano frustrado.

-No, esta bien. Será un placer ver su coche.- Castiel imitó a Dean y caminó hacia la puerta.

-Volvemos en un rato, ¡no os comáis mi tarta!- avisó Dean.


Fuera el tiempo era frío, helado y Dean se maldijo a sí mismo por no haber cogido su chaqueta. Castiel estaba detrás de él, caminando fuera del patio delantero, demasiado cerca de él, pero era un acto inconsciente. Tampoco él llevaba su gabardina pero no parecía tener frío. Se acercaron al coche, Dean podía sentir el aliento de Castiel golpeándole el cuello, lo que le produjo un extraño mareo algo incómodo, pero permaneció en silencio hasta que estuvieron frente a su coche.

-Esta es mi nena.- Dean abrió sus brazos frente a él, cómo una azafata de televisión.- ¿Es o no es una belleza?-

Castiel no le contestó ni se movió, simplemente se quedó mirando el coche, con concentración en la mirada, un par de minutos pasaron hasta que Dean habló de nuevo.

-¿Y bien? ¿Cual es tu veredicto?- Dean sonrió brevemente mientras se abrazaba a si mismo intentando mantener algo de calor en su cuerpo. Castiel se acercó más al coche.

-Es genial.- Dijo simplemente.

-¿Así que te gustan los coches?- Dean se acercó a Castiel. El otro hombre puso las manos sobre el capó del Chevy.

-No especialmente, pero aprecio la belleza.- Cas siguió la linea de la silueta del coche con los dedos.- Por dentro y por fuera, y este coche tuyo es realmente bello.- Dean estaba sintiendo como su cerebro se congelaba.

-Sep, el interior es genial también, así que vamos a meternos dentro del coche antes de que me congele el culo.- Dean sacó las llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta del conductor.-¿Vienes?- Preguntó señalando el asiento vacío con su cabeza mientras aún sujetaba la puerta.

Castiel entró en el coche y esperó a que Dean lo rodease y se sentase en el asiento vacío a su lado. El interior del coche no estaba mucho más cálido que el exterior pero al menos el viento no podía meterse en sus huesos. Castiel observó todo lo que estaba a su alcance, tocó con delicadeza la forma del volante con la punta de sus dedos, casi como si fuera un crimen tocarlo. Algo de esa acción hizo que Dean sintiese un hormigueo en las tripas.

-No te había imaginado así.- Dijo antes de darse cuenta.- Quiero decir, sin ofender... sólo que... - Castiel le miró, la cabeza ladeada y una sonrisa dulce.

-No me ofendes Dean.- Wow, esa sensación en su estómago otra vez.

-Ana habla mucho de ti, también mi hermano, sólo pensé que eras algún tipo de cerebrito inadaptado sin vida social, viviendo sólo para sus fotos, viajando a los lugares más raros del mundo para encontrar a otros de su especie.- Sí, sin duda aquello no era ofensivo para nada.- Lo que quiero decir es... Ana siempre habla bien de ti y mi hermano sólo habla de frikadas y... errr... bueno, pareces conocer bastante bien a Chuck y a Becky incluso a Ruby, no entiendo como puedes aguantarla, vamos, que no pareces un friki antisocial, quiero decir...- Castiel le seguía mirando con la misma sonrisa en la cara, las manos ahora en su regazo.- Mejor cierro la boca.- Dean miró a un punto muerto en el retrovisor.

-Esta bien. Me alegro de que Ana hable de mi.- Castiel volvió a la inspección del volante.

-Sí, parece que eres su hermano favorito.-

-Probablemente.- Aunque Castiel parecía un buen tipo y tenía una relación relajada con el resto de los chicos de la fiesta, sin duda era algo raro, pero en el buen sentido, suponía Dean.

-Ella me dijo que estuviste casado durante 15 años.- Dean no sabía porque estaba preguntándole sobre su vida personal, sólo necesitaba hablar de algo.

-Sí, me divorcié hace seis meses.- Cas contestó con cara inexpresiva. Dean nunca sabía cuando callar esa bonita bocaza suya.- Pero estoy bien. Éramos buenos amigos, todavía lo somos. Creo que nunca estuvimos enamorados, sólo hicimos lo que se suponía que debíamos hacer, lo que todo el mundo esperaba de nosotros. Un día nos dimos cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro pero teníamos a Claire y ella era sólo un bebé así que decidimos esperar hasta que ella fuera lo suficientemente mayor para entenderlo.- Dean se preguntaba porqué Castiel le estaba contando aquello. A un tipo que prácticamente acababa de conocer. Quizás era más fácil hablar con un extraño. Dean normalmente se sentía incómodo hablando de ese tipo de cosas o escuchando a otras personas hablar sobre ello, pero algo acerca de la voz de Castiel era hipnótico y todo lo que decía parecía que debía ser escuchado.- El año pasado Amelia, mi ex-mujer, conoció a alguien, hablamos de ello y decidimos que ya era hora de que intentásemos ser felices.-

-¿Y eres feliz ahora Cas?- Dean se extrañó por su pequeño instante de película para mujeres.

-A veces.- Una sonrisa triste se dibujó en su cara.

-Deberíamos volver dentro.- Dean abrió la puerta y salió del coche, Cas hizo lo mismo.

-Tengo un amigo que trabaja en la revista "Roads and wheels", ¿la conoces?- Cas comentó cerrando la puerta del conductor.

-¡Claro que la conozco! ¡La mejor revista de coches de la historia!-

-Estoy seguro de que le encantaría publicar algunas fotos de tu coche en el número de Febrero. ¿Estás interesado?- Castiel comenzó a cruzar la calle hacia su casa, Dean se paró en seco detrás de él.

-¡Tienes que estar de coña! ¿Cuanto tengo que pagar?- Castiel se giró y le miró algo confuso.

-Nada, quizás ellos te paguen a ti.- Dean sonrió por dentro.

-Lo que quiero decir es , ¡Joder sí!- Dean caminó de nuevo, cuando estuvo al lado de Castiel éste empezó a caminar también.

-Bien, será... entretenido fotografiar a tu "nena.- Castiel sonrió a Dean y, oh genial, de nuevo esa sensación en su estómago... otra vez.

CONTINUARÁ...