Hola, este es mi primer fic de Narnia, es sobre como imagino que sería si los Pevensie tuvieran una amiga de la infancia que los hubiera acompañado en su viaje a Narnia.

Como bien sabrán, Narnia al igual que sus personajes no me pertenecen, estos son obra del grandioso Clive Staples Lewis o C.S. Lewis que es como aparece en los libros. Sin embargo Lena y su historia personal son totalmente creación mía.

En fin, sin quererlos hacer esperar más, aquí les dejo el primer capítulo de mi fic.

El día estaba sombrío y con el cielo totalmente nublado, parecía que en cualquier momento caería una tormenta que obligaría a todos a encerrarse en sus casas.

Esto ya era común, sobre todo considerando que estábamos en Londres, pero se había vuelto aún más habitual y constante desde que Inglaterra se unió a la guerra en contra de las potencias del eje. Desde entonces, todos estaban tristes o preocupados casi todo el tiempo e incluso en la escuela, se respiraba este horrible ambiente sombrío.

Ni siquiera en casa me salvaba de esa constante presión en mi pecho y que era causada por la angustia. Mamá trata de mantenerse fuerte por ambas, y hace su mayor esfuerzo por disimular su tristeza, así como su preocupación, pero puedo darme cuenta de que extraña a papá y que la aún reciente muerte de mi tío durante un bombardeo empeoró su estado de ánimo que de por sí ya era bastante malo. Incluso me atrevería a decir que ha perdido toda esperanza de que mi papá vuelva.

Aunque cada vez que estamos en la misma habitación procura mostrarse positiva, y disfrazar su verdadero sentir regalándome constantes sonrisas falsas que no llegan a sus ojos, se perfectamente que su estado es completamente opuesto a lo que se obliga a mostrarme día a día para hacerme creer cierto, y quizás, al hacerme creerlo, convencerse también a si misma de que no todo es tan malo como parece. La he escuchado llorar desconsolada mientras cree que estoy dormida.

Sin más remedio que seguir con la que era mi rutina, me separé del alfeizar de mi ventana, y desprendiéndome de mi cómoda pijama, me vestí con el molesto uniforme de cuello tieso y que tanta comezón me provocaba. Bajé y desayuné acompañada de mamá, ambas sumidas en un odioso silencio sepulcral con el que ninguna de las dos se atrevía a acabar, tal y como se había vuelto costumbre desde que papá se fue.

Tomé mi bolso lleno con mis libros, salí de casa no sin antes despedirme de mamá, y caminé hacia la casa de enseguida, donde la Señora Pevensie me recibió con un cálido abrazo maternal, para después llamar a sus hijos.

La primera en bajar fue Lucy, quien alegre como siempre, me recibió con un efusivo abrazo al cual respondí del mismo modo que ella antes de que se separara de mí y caminara rumbo a la cocina siguiendo a su madre en busca de su almuerzo. Instantes después, bajó Edmund, que al principio ni siquiera me saludó, más acabó haciéndolo al ser reprendido por su madre, mascullando un casi inaudible "Hola", a lo que solo asentí, comprendiendo perfectamente el por qué de la actitud de Ed que se había vuelto común desde hacía meses, aunque ha sido duro para todos, para Ed ha sido aun más complicado ya que mientras tiene que lidiar con la ausencia de su padre, también tiene que hacerlo con sus edad y los cambios que eso implica, así que trato de entenderlo, aunque hay días que debo admitir que se pasa de la raya, sobre todo con Lu.

Luego de él, bajó Susan, quien me saludó con un simple asentimiento de cabeza al cual respondí con una sonrisa mientras sacaba un libro negro con letras rojas y estilizadas, y se lo intercambiara por otro de color blanco con letras doradas, mientras ella mantenía una sonrisa cómplice en su rostro para después guardarlo cada una en su bolso junto con los demás libros de la escuela. Por último bajó Peter, se acercó a mí y me saludó con una bella sonrisa en su cara que me hizo sonrojar intensamente.

Conozco a los Pevensie desde hace años, siempre hemos estado juntos, tanto que incluso la Señora Pevensie y su esposo me tratan como si fuera otra de sus hijos, por ende yo los veía como una segunda familia, a excepción de Peter, de quien siempre he estado enamorada a pesar de saber que él no me ve más que como otra de sus hermanas o una amiga que siempre ha estado en su misma clase, nada más. Y estaba bien con eso, ya lo había aceptado, pero se ha vuelto más complicado ocultar mis sentimientos desde hace un par de años, desde que las demás chicas del curso empezaron a notarlo, aunque nunca sabré como pudieron tardar tanto en notar a alguien que como Peter era alto, de voz suave y tranquilizadora aunque masculina, unos bellos ojos azules, cabello rubio algo desordenado y perfectas facciones, además y sin mencionar su enorme corazón de oro que se preocupaba por todos y lo hacía dar todo por sus seres queridos.

Por desgracia no era lo bastante bonita o femenina como para poder competir contra las otras chicas y la única ventaja que tenía contra ellas era que yo ya era su amiga, aunque esa era a su vez mi mayor desventaja. Siempre me había sentido más cómoda con los chicos que con las chicas, a excepción de Lucy y Susan, quienes eran mis únicas amigas, y gracias a eso de que solía juntarme más con los chicos, todo me veían más como uno de ellos que como una chica, incluido Peter.

- ¡Lena! - llamó Lu reclamando mi atención y haciéndome sonrojar por la vergüenza de haber sido sorprendida por mi pequeña amiga mientras vagaba perdida en los oscuros abismos de mi mente.

- D-disculpa Lucy, ¿Qué me decías? - pregunté tratando de disimular mi vergüenza.

- Decía que ya nos vamos, y quería saber si irías a mi salón en tu hora libre - respondió mientras salamos de la casa acompañados de los otros que aún se estaban despidiendo de su madre.

- No lo sé Lu, no debería… - comencé con una sonrisa, a sabiendas de que acabaría cediendo de todas formas.

- Por favor…hoy tenemos que contar una historia original al resto de la clase, y podíamos llevar a alguien de otro grupo para que nos ayudara, además de que Rose no me cree que eres buena en eso y los demás se rieron de mí el otro día porque dicen que los cuentos de hadas son aburridos y para niños pequeños, por favor, ayúdame - insistió tomando mi mano y agitándola al compás de sus palabras.

- No lo sé, porque no le preguntas a Peter o a Susan, estoy segura de que les gustará ayudarte - contesté jugando con ella, sabiendo perfectamente cuál sería su respuesta.

- Por favor Lena, sabes que Peter es pésimo inventando cuentos, y los de Susan son muy aburridos - respondió a lo que solo pude voltear a ver a los otros a la espera de la reacción que sabía que causaría tales palabras, y no me decepcioné, Susan tenía una cara de indignación mientras Peter hizo una mueca antes de reír, sabiendo que el comentario de su hermana menor no era más que la verdad.

- Por favor Len - rogó nuevamente, con ojos de perrito triste y usando el sobrenombre que su hermano me había dado años atrás, a lo que solo pude sonreír antes de aceptar ayudarle.

- Bien, tendremos que demostrarles a esos niños lo que es una verdadera historia - puntualicé logrando que la pequeña sonriera y saltara de alegría dándome las gracias para luego continuar hablando todo el camino a la escuela sobre lo que le gustaría incluir en nuestra historia mientras yo solo podía asentir entre los comentarios alegres y apresurados de mi pequeña amiga.

Bien, eso fue todo el primer capítulo, espero que haya sido de su agrado.

Por favor, si tienen la oportunidad, les pido que dejen reviews con su opinión sobre el fanfic.

Espero no tardar en subir el siguiente capítulo, hasta entonces, bye.

-Annie Alyss