"Glance at Twilight"
Todos y Todo de Stephenie Meyer. Personajes con los que se queden con cara de WTF y parte de la Trama de ImCupcake.
Summary:
OC / No estaba segura de que hacía en el libro. No era un personaje. Ni siquiera sabía por qué estaba en Forks o de cómo había terminado ahí. Pero tenía dos opciones: Intentar Despertar, si es que esto era un sueño, o Quedarme; y había optado por la segunda.
T porque estoy paranoica (:
No aparecerán frases del libro. Solo eventos, pero ninguno exactamente como se describe. SHAY NO ES UNA MARY SUE. NO VA A CAMBIAR NADA. Todo es parte del Show.
Chapter 1: Shay got it Going On.
"Miramos el mundo todo el tiempo, y crece sordo en nuestras percepciones. Sin embargo, visto desde el punto de vista de otro como algo nuevo, aun puede robarte el aliento"
-Dr. Manhattan 'The Watchman'.
Una tarde horriblemente común, de un día patéticamente común, en mi aburrida vida monótona. El portátil estaba abierto frente a mí, mostrando el archivo 'pdf' de crepúsculo. Era la cuarta vez que lo leía en un lapso de siete meses. Si contábamos que no era mi favorito ni de lejos, eran muy pocas veces. Por más que me gustaran Crepúsculo, Eclipse y Amanecer... no podía evitar amar Luna Nueva por sobre todos los libros. Había un poco de cada sentimiento de cada libro... era simplemente la combinación perfecta.
Solo desearía que los personajes fueran reales.
— ¡Shay! —una voz llamó desde fuera de la casa. Pero ya que siempre me parecía escuchar que me llamaban y nunca era así, la ignoré— ¡Shay! —una piedra cayó sobre mi ventana. Me sobresalté ligeramente y caminé hacia esta, abriéndola lentamente. A fuera estaba lloviendo.
— ¡¿William? ¡¿Qué carajo haces aquí? —pregunté asombrada. Subiendo la vos lo suficiente para que Will me escuchara, pero mis padres no.
— Ven, ¿Por qué no vamos a dar un pequeño paseo? —me sonrió. Una de sus deslumbrantes sonrisas. Era uno de esos momentos en los que sus ojos verdes se apreciaban desde esa distancia y su cabello negro lo hacía lucir increíblemente bien. Me mordí el labio y solté un bufido.
— Eres increíble —reí, entrando a mi habitación y poniéndome una sudadera gris. Eso sería suficiente para soportar el frío, ya que yo tenía una increíble resistencia a este, usualmente no necesitaba de mucho.
Bajé las escaleras casi sin hacer ruido, escuchando los fuertes ronquidos de mi padrastro desde la habitación. Rodé los ojos.
Abrí la puerta con cuidado y la cerré detrás de mi silenciosamente. Corrí hacia Will y lo abracé.
— No puedo creer que hayas venido a mi casa —susurre contra su cuello.
— Ah, no es un problema. Desde que tengo... ¡Esto! —sacó unas llaves de su bolsillo, al tiempo que yo esbozaba una gran sonrisa. Me estaba empapando, pero que mas daba. Me gustaba la lluvia, por lo tanto me gustaba estar empapada.
— ¡No puede ser! ¿Ya te lo dieron? ¡Genial! —le di un codazo— ¿Y... dónde está? —hice una mueca, mirando al rededor en busca del vehículo. No encontré nada.
— Por acá, sígueme —me tomó de la mano y me llevo a través del vecindario.
Esto era incómodo. Le había dejado claro cientos de veces a William que no quería nada con él y aún así, no se decidía a superarme. Había decidido dejar que se hiciese ilusiones con algo que él sabía que no iba a pasar. Sería su propia culpa si salía lastimado.
— Shay Debray, admira al Audi R8 —casi grito de la emoción. Era el coche mas increíble que había visto en toda mi vida.
— ¡Oh por dios William, es increíble! —recorrí el auto con la yema de los dedos. Una pena que estuviera lloviendo y que para mañana estaría sucio. Conociendo el ego de Will, lo llevaría a lavar; y conociendo el clima de Maine, mañana volvería a llover. Sobre todo estando en East Port.
— Ven, vamos a... observar la naturaleza —bromeó, yo solo reí y asentí. Me moría de ganas de entrar en ese coche.
La fachada de las casas blancas escurriendo agua y el olor a tierra húmeda se fue dispersando cuando entramos al coche y William empezó a conducir.
— ¿Qué dices, vamos al centro? —lo dudé por unos segundos y miré de reojo el reloj del tablero del auto. Doce y media. La cafetería local debería seguir abierta y probablemente podría tomar un chocolate caliente con malvaviscos.
— Vale —asentí con la cabeza. Prendí la radio—. ¡Oh, Stripper de Soho Dolls! Amo esa canción —exclamé con una gran sonrisa.
— ¿En serio? —Will subió el volumen. Quizá demasiado alto para mi paranoia.
— Will, baja el volumen —trague saliva pesadamente, conteniendo la respiración.
— Vamos, tu lo dijiste: ¡Amas esta canción! —subió el volumen un poco más.
— ¡Will te estoy diciendo que bajes el volumen! —ahora estaba gritando. No soportaba cuando la gente no me hacia caso. En especial cuando tenía un mal presentimiento. No pareció importarle, subió el volumen aun más y empezó a cantar la letra de la canción. Cerré los ojos con fuerza y, al abrirlos, los abrí como platos— ¡WILLIAM, CUIDADO HAY UN POS- —eso fue lo último que recuerdo haber dicho. Ni siquiera terminé la frase.
Lo siguiente que recuerdo fue haberme despertado en una habitación blanca.
— ¡Oh, bien! Estás despierta —un doctor sonrió. Parecía muy joven y apuesto para ser doctor. Traté de incorporarme, pero la cabeza me dolía mucho. Me quejé un poco y la volví a posar en la almohada.
— Pregunta estúpida, ya se, pero: ¿Dónde estoy? —murmuré, viendo a mi al rededor.
— En el hospital —el doctor estaba llenando una hoja en una tabla, mirándome a instantes. No me sorprendía estar en un hospital, ya me lo imaginaba—. Has estado en coma cuarenta y dos horas. No hay daño cerebral o muscular. Disculpa, pero, ¿Cómo te llamas? No encontramos ninguna identificación.
— Shay. Shay Debray.
— Muy bien, Shay. Volveré en cuanto pueda —me dedicó una última sonrisa y desapareció en el umbral de la puerta. Una enfermera entró con algo de comida unos instantes después.
— Buenas noches, Cariño.
— Eh... sí. Buenas noches —fue lo único que se me ocurrió responder. Tenía tubos en las manos y en la cabeza me estaba palpitando—. Espere... ¿Y William?
— ¿Quién? —la enfermera me miro con una mueca de confusión.
— ¡William! El chico que estaba conmigo.
— ¡Oh! No, disculpe. No había nadie mas al rededor en el momento del accidente.
— ¿Qué? —ahora la confundida era yo. ¿Cómo que no había habido nadie más en el accidente? ¡Si el iba conduciendo!— Disculpe, ¿Puedo preguntar que me pasó? —La enfermera esbozó una sonrisa de tristeza.
— Fue golpeada en la cabeza con un arma por un asaltante en Port Angeles. ¡Pero no se preocupe! La policía ya lo detuvo.
— Ah... —Esa historia no acordaba para nada con la que yo me sabía. Pero, después de todo... podría haber sido solo por el golpe y... Esperen, esperen... rebobinen... ¡¿Port Angeles? ¡¿Eso no estaba en Wagshington, al otro lado del país?— Y... ¿En qué hospital estoy? Si se puede saber, claro.
— En el hospital local de Forks, claro. Y déjeme decirle que le ha tocado el mejor doctor de todos. ¡El Doctor Cullen trata tan bien a todos sus pacientes! —suspiró. Pero se notaba de distancia que no era solo admiración lo que sentía por él— También el Jefe de Policía Swan ha estado preocupado, no era su área, pero iba por ahí y el fue el que detuvo al asaltante.
Me sentía rara. ¿El Doctor Cullen? ¿Forks? ¿Jefe Swan?
Okay, o William me había drogado para poder violarme, o estaba en Crepúsculo.
— ¿Está bien? —escuché una voz en el pasillo. No la reconocí. Dudaba que mis padres existieran en la realidad paralela de Crepúsculo, así que no podían ser ellos.
Era una voz suave.
— ¿Quién está afuera? —pregunté, frunciendo el ceño.
— Es alguien cercano al Jefe Swan, Jacob Black, creo. El hizo la denuncia cuando vio al atacante —asintió con la cabeza—. Bueno, querida, llámame si me necesitas. Soy la enfermera Ivy Stanley —Ah, ahora sabía de donde venía que Jessica Stanley fuera el centro de información de Forks.
No es que no tuviera ganas de gritar, hacer un escándalo y hacer que todo el mundo creyera que era una completa psicópata. Sin intención, claro. Es lo que cualquier persona normal haría si se encuentran a sí mismos dentro de su libro favorito. Era imposible de creer.
Pero, ya saben: atada a mil tubos en los brazos y con la cabeza hecha una bocina, no podía hacer mucho que digamos. Suspiré. ¿A dónde iba a ir? ¿Qué iba a hacer?
— Eh... Hola —susurró una voz, entrando en la habitación. Era un chico bronceado, con cabello castaño largo y ojos marrón. Tenía la sonrisa mas dulce que jamás había visto en mi vida.
— Hola —medio sonreí.
— Soy Jacob.
— ¡Ah, Claro! —recordé lo que Ivy me había dicho— Gracias. En serio, gracias.
— No hay de que —asintió con la cabeza.
— ¡Bueno, Shay! Si las tomografías salen bien, podrás irte mañana por la tarde —anunció el Dr. Cullen, entrando de nuevo en la habitación. No pareció notar la presencia de Jacob; pero como yo conocía la historia, probablemente su intención era que él creyera que no lo notaba.
— Pero... ¿A dónde me voy a ir?
Entonces... o.o terminé este fic. ¡NO SEAN MALAS, ME TARDÉ HACIÉNDOLO!
Además, no esta taaaan mal ._.
XD
Dejen Reviews, les prometo que les gustara *-*
Y pueden imaginar que son Shay :D XD
okno ._.
-RAWR - ES REVIEW PLEASE! En mi Rawreado idioma :D
