Hetalia no es mio people.
Semine se amaba a si misma. Eso era un hecho para todo el que la conociera. Ella decía tener el cuerpo perfecto, pero su amor iba mas allá de lo creía y era una persona carismática, y aunque tenia defectos solo decía que estos la hacían una persona ¨interesante y completa.¨
De poder casarse con ella misma seguro lo haría a menos, claro, que tomara en cuenta la existencia de Lukas.
Una de las cosas que mas amaba era su nombre. ¨Un nombre hermoso para una hermosa mujer¨ decía a menudo, le encantaba como se escuchaba, en cualquier pronunciación, acento o lo que fuera. Pero sobre todo habían dos manera especiales en las que le encantaba escucharlo.
Una, cuando estaba en intimidad con Lukas. Su fría, seria y monótona voz se transformaba en un sonido cálido y jadeante, ademas eran pocas las oportunidades de verlo con otra expresión que no fuera aburrimiento.
La otra era cuando...
-¡Semine!- Sonrió, se dio vuelta viendo el rostro sonrojado pero serio de Emil, cuyas manitos apretaban la cámara que le habían dado en Navidad- ¡Semine, necesito tu ayuda! ¿Sabes como se llama esta niña? Dímelo y sin trampas, Semine- Sin duda adoraba como se escuchaba su nombre pronunciado por los labios del pequeño. Sin perder la sonrisa se fijo en la cámara del niño, donde vio a una pequeña asiática, con capucha de panda y rostro tan serio como el del niño frente a ella.
- Se llama Jia Li, según lo que escuche, iré a darles la bienvenida mas tarde, vendrás conmigo y le dirás que quieres salir a jugar con ella algún día ¿Ok?
- Ok. Eres la mejor hermana y mi hermano tiene suerte de tenerte como novia. Y para recompensarte te diré que escuche a Lukas murmurando algo de que se les rompió el condón.
- ¡¿Que?!- Pero era tarde, Emil se había ido ya.
Volvió a sonreír, poniendo una mano en su vientre, parecía que pronto tendría otra forma favorita de oír su nombre.
Vio a Lukas pasar frente a la cocina tocando su broche de cruz, clara señal de nerviosismo.
- ¡Hey, Noru! ¿Se nos rompió el condón?
Gracias por leer.
