Título: Aquí ya no queda polvo de hada.
Claim: Diva.
Advertencias: Ninguna en general, spoilers futuros.
Tabla: Angst, de la comunidad minutitos de Livejournal.
Prompt: 01: Desencanto.
Notas: He regresado a las andadas (a nadie le interesa, lo sé). Como siempre, una pequeña serie de "cuentos" enfocados a mi reina de ojos azules. La mayoría de ellos serán, evidentemente, al más puro estilo angst porque Diva, en sí, está hecha de tristeza (y un poquito de locura).


I. Aquí ya no queda polvo de hada.

-Solomon, ¿qué es esto?

Voz dulce, una máscara infalible de control. El silencio de la habitación iluminada a medias se rasga como papel fino.

Lo sostiene fuertemente entre sus blancas manos manchadas de sangre fresca, como si temiera que se le fuera a escapar. Un libro grueso, de pasta dura y de color crema, que ahora está irremediablemente manchada de un rojo vivo. A Solomon, sin embargo, no parece importarle demasiado. Presiona un poco más fuerte el pañuelo en su cuello para parar el sangrado y muestra esa sonrisa sin vida para contestarle.

-Un libro de cuentos, Diva.

La voz apacible, el tono sereno pero sin embargo con un deje de cansancio. A ella le encanta darse cuenta de ello porque siente, siempre, que eso hace más suyos a sus caballeros: irles quitando un poquito de "vida" en su inmortalidad. Es una ironía dulce y trágica, como los cuentos contenidos en el libro que sostiene. Ha escuchado de ellos por Amshell, definidos como otra estupidez humana inventada para revolcarse en su propia ineptitud.

Ella no lo había comprobado hasta este día. Puede jurar que siente el palpitar de las letras aprisionadas dentro, como cuando el corazón de sus caballeros palpita cuando va a alimentarse; el miedo, el llamado. Solomon sale de la habitación con su paso elegante y ella lame el resto de líquido rojo de sus dedos, uno por uno, para abrir con cuidado (tanta es la emoción) ese libro hasta entonces olvidado.

Diva no tenía idea de que en el mundo existían criaturas con sentimientos tan extraños. Las letras pasan, forman oraciones, pero Diva no entiende cuando dicen amor, no entiende qué es confianza, no logra captar el sentido de la palabra amistad. Empieza a dudar que haya sido escrito por humanos. Los humanos no albergan esa clase de pensamientos puros dentro de ellos; o quizá, sí, sea pura hipocresía. En algún momento las manos empezaron a temblarle y ahora se escucha a sí misma murmurar.

Avienta esa cosa muy lejos, con su cara de cuando hace un berrinche. Sigue sin entender. Tanta armonía y finales felices la tienen hastiada, fastidiada, confundida. Tiene claro que debe ir a buscar al bosque a aquellas hadas para que le aclaren muchas dudas, tiene unas ganas inmensas de charlar con la bruja de la manzana envenenada. Y debe ir y visitar el mar, donde aquella sirena impertinente nada convertida en espuma. Lo sabe porque si ella existe (denominada vampiro en los libros de terror que le gustan a James) entonces las hadas locas y los enanos y las princesas inútiles también.

Todos ellos le explicaran de cómo eluden de manera magistral la miseria y dónde puede llenar el formulario para convertirse en una hechizera o cualquier tontería semejante, de cómo llegar a esas tierras de nombres ridículos que no aparecen en los mapas, de cómo en una vida no aparezca ni una pizca de dolor que dure para siempre. Olvida por completo que lo ha escrito un humano, se convierte en un detalle insignificante ante lo que se perfila como un mundo de ensueño, un grito materializado desde el fondo de su corazón (ese que ninguno de sus caballeros imagina que palpita dentro de ella).

El desencanto de saber que se trata de alucionaciones de humanos vendrá acompañado del despertar de su hermana.


Muchas gracias por leer :) críticas y comentarios son grandemente apreciados.