¿Soy tu madre?
(. . .)
Kobayashi teclea en su computadora, debe ser rápida. Le han dicho que se está sobre exigiendo en especial Takiya su mejor amigo. Puede que eso sea verdad después de todo pero, ¿importa?
Al ver la cara de tristeza de Kanna simplemente se quedó con una sensación de vacío en el pecho, su corazón se vio envuelto en una amarga sensación de desasosiego. Kanna era una niña —bueno, una niña dragona— pero era una párvula a final de cuentas, y esa misma niña había admitido que la veía como una madre.
¿Una madre?
Kobayashi no sabía nada de relaciones humanas, nunca había tenido un novio y jamás había cuidado a niños pequeños. Nunca había planificado una vida en la que estuviera una familia de por medio. Quizá el motivo principal era que sus padres siempre estuvieron ocupados para ella y nunca le prestaron atención en su época de niñez. Cada evento escolar, Kobayashi tenía que estar sola. Sentada en un rincón mientras veía como los papás de sus compañeros hacían un esfuerzo por estar con sus hijos y convivir en familia. Ella nunca pudo tener esos momentos. Aquello sólo ocasionó que quisiera independizarse cuanto antes y que se alejara de su propia familia.
Familia… ¿Qué era eso exactamente?
Kobayashi no podía definirlo ni explicarlo. Incluso si se lo pidieran sería algo incómodo para ella. Pero cuando Tohru cocinaba para ella y cuando Kanna le enseñaba sus tareas se sentía como en casa. Como en un hogar.
¿Era una madre?
Al regresar a su casa, a su hogar, después de una jornada laboral de más de doce horas sin parar se encontró con Kanna en el sillón. La pequeña niña sostenía una libreta y en ella había un dibujo.
—Ella quería enseñarte ese dibujo—dijo Tohru alegremente, al tiempo que recibía a Kobayashi con una gran sonrisa—, pero se ha quedado dormida.
Kobayashi no dice más y con cuidado retira ese dibujo, en ese papel de color blanco está Tohru y encima un cartel que dice "mi hermana", y junto a Tohru está ella con un cartel correspondiente a "mi mamá". Su corazón late rápido y se sonroja, no sabe por qué. Kanna ahora duerme tranquilamente provocando deseos en ella de protegerla por siempre.
¿Por qué? ¿Qué significa todo esto?
Kobayashi no encuentra respuestas, pero sabe qué hará lo posible por siempre conservar esa sonrisa y paz en Kanna. Puede que nunca haya experimentado lo que era tener una relación carnal con alguien, ni lo que era sentir crecer un ser dentro de ti. No, e incluso puede que nunca sienta eso en su cuerpo pero, ¿importa? ¿importa todo eso cuando Kanna está a su lado y en sueños le dice mamá?
No, no importa lo demás.
Kobayashi carga a Kanna hacia la habitación de la pequeña dragona y la deja en su camita, la tapa y con un beso le desea buenas noches.
Se siente extraño hacer eso, indudablemente. Dado que nunca ha demostrado sentimientos pero, eso no tiene relevancia. Porque Kanna es su hija y ella es su madre.
—Mañana asistiré a tu festival, Kanna—dice Kobayashi antes de cerrar la puerta e irse a dormir.
No, no le importa haber tenido que doblar turnos con tal de estar con su hija. Tampoco tiene relevancia haber tenido que soportar a aquel gritón que tiene por jefe con tal de estar un día con Kanna.
