Rumbo a Atlanta
ZOE
Hace 6 meses que me vine de viaje con mi hermano a los estados unidos, nuestra última parada había sido Columbia, en Carolina del Sur. Fue ahí donde estábamos cuando se desato el fin del mundo, eso que uno en el fondo de su corazón desea que pase, si, algunos somos un poco enfermos. Nuestro plan inicial era volver a nuestro país, siempre hemos sido un poco optimistas. Para eso íbamos a irnos por la 26 hasta Pickens que quedaba en los límites norte del estado, luego de atravesar Georgia seguiríamos nuestra ruta por, Alabama, Mississippi, Louisiana, Texas para llegar finalmente a México, atravesar toda Centroamérica, Sudamérica hasta llegar a Chile, todo esto en una gran nómade, que consumía más bencina que un buque Ruso. Como era de esperar nuestro plan se estropeo en nuestro primer centro de parada, me separe de mi hermano después de que fuéramos en una excursión por gas para nuestro carro.
-Zoe escúchame yo iré a la bomba, tu busca por las casa cercanas comida, armas, ropa, agua y esa mierda que uno recolecta en los juegos- Mi hermano no era la gran cosa, hombre promedio de unos 1.70 mt, delgado y como todo citadino, un inutil, pero era hombre y yo mujer, así que el se sacrificaría por el bien de la humanidad.
- Ok, pero tu llévate el bate.- Me miro con una ceja alzada pero de igual manera tomo el "arma" y se encamino con bidón en mano en busca de combustible, jamás creí que esa sería la última vez que vería a mi hermano.
En mi super excursión, en la cual solo entre a una casa, me hice con una mochila de camping pequeña, la cual llene de latas de comida, 2 botellas de agua y un hacha. No me atreví a entrar a otras casas porque escuchaba los tetricos gemidos de los zombies en su interior, y no tenía intenciones de morir devorada, no aún. A los 20 minutos volví al auto, pero no vi a mi hermano, decidí esperar unos 20 minutos más cuando fui en su búsqueda. Al llegar a la bomba, encontré el bidón vacío al lado de las pistolas donde había un cartel que decía "Vacío".
-Dónde está?, DAVID!.- Si estúpidamente me atreví a gritar, algo peligroso y estúpido en estos días, pero uno hace cosas estúpidas por amor. Volví a gritar unas 10 veces más mientras da vueltas por la bencinera, lo perdí, era en lo único que pensé, miro hacia atrás y veo que se acercan zombies, tal vez unos 6, decidí volver al auto y recorrer la ciudad buscándolo, tocando la bocina y gritando, lo único que conseguí fue aumentar el número de muertos que me seguían, pero no me importaba, necesitaba encontrarlo, sabía que no estaba herido, no había sangre alrededor de la bencinera, pero ya me estaba preocupando, los zombies no eran el único peligro.
Después de un día dando vueltas por la ciudad, decidí seguir con el plan que nos pusimos si nos separábamos, el cual consistía en seguir con nuestro plan de volver a nuestro hogar, si hacíamos eso tarde o temprano nos volveríamos a encontrar. Me estacione en los límites de Pickens, cerca de un sendero y abrí mi mapa con nuestra ruta, mi siguiente parada seria Blairsville, un pequeño pueblo de Georgia, luego debía seguir avanzando por pequeños pueblos evitando la capital, Atlanta hasta llegar a Alabama. Cerré el mapa, mire mi reloj eran las 3 de la tarde, si todo iba bien, estaría antes del anochecer en Blairsville. Y así fue, llegue a Blairsville cuando el ocaso estaba en todo su esplendor, por suerte la bencinera del pueblo aún tenía gas, llene el tanque y me inserte en los bosques que rodeaban al pueblo, y decidí dormir un rato, rogando a Dios que nadie me viera a excepción de mi hermano.
A la mañana recorrí un poco el pueblo y me encontré con unas armas, dos pistolas con una caja de municiones, unos cuchillos de caza y un arco. Decidí seguir mi camino hacia Calhoun, lo que no me tomaría más de 2 horas. No llevaba más de 30 minutos manejando cuando vi un mensaje en un cartel de la carretera.
"ZOE VE A ATLANTA. D.C"
Lo sabía el hijo de puta vivía, pero porque fue a Atlanta, sabíamos que según el gobierno había un supuesto campo de refugiados, pero cuando vives en un país como el nuestro sabes no hacerle caso a los políticos, pero no importa como dije uno hace cosas estúpidas por su gente, así que cambie mi rumbo y me dirigí a Atlanta, deseosa de encontrar a mi hermano antes de llegar a esta o esperando que ese campo existiese.
Al fin, ya estaba por llegar y todo se veía bien por alrededor, hasta que iba por la 75 cuando vi otro cartel, "PELIGRO ATLANTA". Lo sabía, me detuve y golpee con fuerza el manubrio. Me baje del auto y mire alrededor en busca de alguna señal de David indicandome su nuevo rumbo, me daba miedo acercarme a Atlanta, no sobreviviría a una manada de zombies.
- Maldición, donde estás?, porque no seguiste con el puto plan?- Estaba al borde de las lagrimas, no sabía que hacer, tenía mucho, mucho miedo, no quería morir, pero menos quería dejar morir a mi hermano.
-Auxilio!- Una voz de hombre surgió de la nada sacándome de mi trance.
-David?- Tome mi mochila y el hacha y corrí tras la voz que venia del bosque. De repente, siento un fuerte golpe en la cara y todo oscuro, me tomo un segundo recuperar un poco la conciencia.
-Lo siento linda, pero necesitamos el auto, para que veas que somos buenos dejaremos que te quedes con tu hacha. Suerte niña.
- Hijo de la grandísima mierda- Logre levantarme con dificultad solo para ver cómo un grupo de 4 personas se llevaban mi auto.- Genial.
Tome mis cosas que amablemente esos hombres me dejaron y decidí seguir mi camino a Atlanta, pasase lo que pasese no llegaría a ningún lado sola, por lo menos sabía que alguien me esperaba en la ciudad. Camine unos 2 kilómetros cuando vi una camioneta celeste con blanco estacionada, mire a los alrededores y no vi a nadie, me acerque y vi que adentro había un rifle, me subí y me di cuenta que era mecánica, solo he manejado automáticas.
- okey, puedo hacerlo, solo piso el embriague y paso cambios, mientras no tenga que estacionarla todo bien.
-Primero necesitas las llaves estúpida- Miro por la ventana y veo como un hombre tosco me apunta con una ballesta, tuve miedo, solo pensar que moriria atravesada por una flecha me revolvió el estomago.- Bájate de mí camioneta de una puta vez.
- Vale tranquilo, no hay problema, puedo caminar. – Baje del auto con las manos en alto y la mirada del hombre fija en mí cuando me percato de que este no esta solo.
- Vaya hermanito, parece que estamos ante una puta ladrona emigrante- Para rematar mi suerte 2 racistas en mi camino. El segundo hombre era mayor que el anterior y tenía una cara de pocos amigos que te la encargo.
- Oye de veras lo siento, pero entiende en la situación que estamos cualquiera toma un auto abandonado en la carretera- Estaba acorralada contra la ballesta y la camioneta.
- Si en situaciones como estas uno mata si le intentan robarle niña- El hombre mayor decía esto mientras se acercaba peligrosamente a mi.
- Dixons me escuchan, todo bien?- Sonó una voz que vino desde una radio que el hombre tenía en su pantalón.
- Todo bien, solo nos topamos con una niña ladronzuela.
- Esta sola?- Ahora era la voz de una mujer la que sonaba a traves del radio- Si- respondió el menor de los hermanos. Hubo unos instantes de silencio, cuando sonó la voz de otro hombre.- Tráiganla
-Estas demente viejo, no oíste la parte de ladronzuela?
- Si, y también hoy la parte de "niña", tal vez solo tiene miedo o hambre, tráiganla.
- Vete al diablo viejo.- Le contesto el hermano mayor y apago la radio- Ahora niña danos un motivo para llevarte a nuestro campamento y no matarte en este instante- Me lo pensé, tal vez mi hermano este ahí, que les podía ofrecer, fue ahí cuando recordé que las pistolas las tenía en mi mochila.
-Tengo 1 pistola con una caja de 15 municiones, son suyas si me llevan a su campamento.
-Trato hecho niña, súbela Daryl.
