Buenas amigos, soy Inur, una entusiasta de Bleach. Me gustaría, gracias a esta historia comprobar si la página de FF sigue en forma o está siendo abandonada porque, últimamente hay muy poco movimiento, o quizás son algunos autores, no lo sé. De cualquier modo, disfrutad esta extraña historia de Bleach.
Disclaimer: Bleach no me pertenece, es propiedad de Tite Cubo )creo que se escribe así) pero la idea de esta historia es sólo mía.
500 años tras la captura y condena de Aizen, una joven Shinigami llamada Tsuki, logra crear una copia de este. Toshiro y sus amigos se enfrentan ahora a una dura decisión que puede cambiar el destino de toda la Sociedad de Almas.
Inur
El regreso de Aizen Sousuke.
Capítulo 1 – El Despertar.
Pum, pum, pum.
Abrí los ojos. Me encontraba en un lugar extraño, tardé unos segundos en acostumbrarme a la falta casi total de luz; me encontraba en una especie de laboratorio, un montón de aparatos extraños pitaban por todas partes. Traté de moverme, pero una serie de cables ligados a una máquina me lo impidieron.
Estaba tumbado sobre una especie de cama rodeada de una especie de cristal transparente, pero que reflejaba la luz de fuera. Traté de hablar, pero la voz no me salía. Tenía frío, pues no llevaba ropa encima, solo una sábana me cubría hasta el estómago, dejando mi pecho al descubierto.
Pumpum, pumpum, pumpum.
Traté de moverme de nuevo, pero mis músculos no me obedecieron, lo volví a intentar, una vez más, los dedos de los pies y los de las manos, todo era muy extraño, como si fuera la primera vez que lo hacía ¿lo era? No lo sabía, tal vez no ¿o sí?
Entonces, a lo lejos, oí una voz, giré un poco la caveza y, allí, al otro lado del cristal, vi a un joven de cabello blanco y ojos azules que me miraba con cara de no entender nada, como la que debía tener yo en esos momentos.
Entonces él habló, pero no pude entender lo que decía, pero por su tono de voz parecía entre asombrado y asustado. Él me miró ¿por qué se ponía así?
Bostecé por tercera vez, me encontraba sentado en un tejado observando la ciudad, aburrido, llevaba allí por lo menos tres horas sin hacer nada.
Me levanté y empecé a caminar por las calles sin rumbo fijo. Llegué a una zona rocosa, a las afueras de la ciudad. "No recordaba que esto estuviera aquí" pensé; la ciudad había desaparecido de golpe y, ahora me encontraba en las montañas.
Con un mal presentimiento y una voz en la cabeza advirtiéndome que no lo hiciera, me adentré entre las rocas afiladas como cuchillos y lugares en donde hasta un pájaro tendría vértigo.
De pronto, al llegar a un claro sentí como el mundo se me caía encima, sentí un Reiatsu conocido, un Reiatsu que hacía años que no sentía. Era el mismo, pero a la vez no lo era.
De nuevo esa voz me advirtió del peligro, me dijo que debía irme de allí, pero mi curiosidad tiraba de mi al interior de una cueva. El Reiatsu provenía de de su interior.
Terminé entrando.
Todo estaba oscuro, tardé un momento en adaptarme a la falta de luz; me encontraba en una especie de laboratorio de última generación. Múltiples ordenadores que emitían pitidos, montones de informes por el suelo, restos de comida... y, al fondo, una tibia luz anaranjada. Me acerqué, allí había una especie de tanque con una luz encima.
Puse las manos sobre el cristal, estaba caliente. Pude ver en un costado una abertura por la que se colaban unos cables; los seguí con la mirada, sonaba como esas máquinas que tienen en los hospitales para controlar tu ritmo cardíaco y esas cosas. aquel Reiatsu provenía de aquel tanque.
Allí dentro, durmiendo pude ver a un niño de unos cinco o seis años, de cabello castaño, tenía una especie de manta que le tapaba hasta el estómago; sonreí, parec´ía una incubadora en las que se mete a los niños cuando nacen. Me fijé un poco más y, lo bí, en su pecho, un resplandor azul.
Entonces advertí que se movía un poco, se estremeció de arriva a bajo y entonces, sin previo aviso, abrió los ojos lentamente.
Instintivamente di un salto atrás, reconocía aquellos ojos marrones pese a no haberlos visto en años.
Emití una exclamación de asombro ¿cómo podía ser posible que aquel chico fuera...? pero su Reiatsu, pese a no ser exactamente el que yo recordaba, era muy parecido y... esa mirada... ¡era imposible.
Lo vi abrir la boca pero no oí sonido alguno. Tube ganas de salir corriendo de aquel lugar, encerrarme en mi cuarto y echarme a temblar como un niño, pero recordé quien era, un Capitán no huiría así y se guardaría en casa.
Respiré hondo y miré al niño de nuevo, se veía tan gracioso; Se movía frenético, intentando librarse de aquellos cables, parecía un bebé aprendiendo a mover su cuerpo;: tras un rato se cansó y volvió a relajarse.
Me miró con curiosidad y yo le devolví la mirada. La luz de su pecho me inquietaba, tenía la sensación de que no era la primera vez que la veía.
Estaba sumido en mis pensamientos, cuando sentí algo frío en el cuello, el filo de una espada. me volví lentamente, unos ojos de un azul intenso me miraban con curiosidad.
- Hola- dijo.
Me quedé quieto, expectante, sin atreverme a respirar. El filo de aquella Zampakuto en mi cuello y aquella sonrisa en su rostro.
- ¿Qui-quién eres?- pregunté.
Ella sonrió y retiró su espada de mi cuello. Dio un par de pasos hacia mí; se detuvo a unos centímetros y dirigió sus ojos azules hacia el tanque y con voz calmada dijo:
- Parece que ya te has despertado ¿eh?
- Responde- grité sin darme cuenta.
Ella se volvió y me miró.
- No grites- dijo.
El pequeño niño, asustado por mi tono de voz, se había vuelto a revolver en su cama. Bajé la cabeza en señal de disculpa. La chica me sonrió y volvió a centrar su atención en el niño.
Aquella situación se volvía más extraña por momentos. Miraba a uno y al otro alternativamente. La chica lo miraba con ternura como hace una madre con su hijo ¡¿qué demonios sucedía allí?¿quién era ella y qué relación había entre ambos? Y ese extraño brillo en el pecho del niño, la verdad era que me resultaba muy familiar.
- ¿Cu-cual es su nombre?- pregunté, esperando oír una respuesta diferente a la que temía oír.
- Sousuke- respondió ella-
El corazón casi se me sale del pecho. Esa era la respuesta que temía. Esos ojos marrones y su cabello castaño… esa mirada en sus ojos y ese Reiatsu…. No cabía duda alguna, era él, ese hombre, aquél maldito hombre ¿pero, qué hacía allí, metido allí dentro y por qué tenía ese aspecto de niño? No entendía nada.
- ¡Ai-zen!- exclamé.
La chica me miró y sonrió. Me dio un mal presentimiento, había dado en el clavo. Retrocedí instintivamente. El filo de su espada relampagueó con la luz del tanque.
- ¿Qué sucede?- me preguntó.
Yo no supe que responder. No me salía la voz, la impresión me había dejado sin palabras.
- ¿Qué sucede?- repitió.
- ¡¿Cómo es posible que sea….?- fui incapaz de pronunciar su nombre.
La muchacha, de unos aparentes veintiséis años, de ojos azules y cabello castaño me miró sin comprender. Vestía el uniforme de los Shinigami. Era extraño, yo no recordaba haberla visto antes.
- Me llamo Tsuki- dijo- formo parte del Décimo Segundo Escuadrón.
- Eso no responde a mi pregunta-. Le espeté.
- Hace 50 años, por casualidad, rebuscando entre los documentos antiguos, di con uno que hablaba sobre un tal Sousuke Aizen- explicó- me intrigó lo que descubrí, así que me puse a investigar acerca de aquel hombre. No fue fácil, pues todo lo referente a ese hombre y su trabajo fue destruido; no obstante, usé todo mi poder de persuasión y logré que la gente me contara muchas cosas y logré recuperar gran parte de la información.
Hizo una pausa para respirar. Acababa de descubrir al ladrón de la Biblioteca.
- Cuanto más averiguaba más quería saber. Hasta tal punto llegué que sin darme cuenta me había enamorado de él.
Eso sí que me dejó de piedra. No podía concebir que alguien se hubiera enamorado de aquel monstruo
- Eso no responde a mi pregunta- dije, cortante.
- Entonces tomé una decisión- continuó, haciendo caso omiso a mi comentario- me colé en el Laboratorio y tomé una muestra de sangre de aquel tipo- rió- bueno, no me "colé" exactamente, tenía acceso al lugar.
La miré sin acabar de entender ¡Tras tanto tiempo aún conservaban muestras de sangre! Yo nunca había tenido que entrar en aquel laboratorio, así que no sabía como era o como se guardaban las muestras así que...
- Me pasé los siguientes años investigando sobre la clonación humana.
Eso me dejó de piedra. Por eso la Decimosegunda División me daba tanta grima, porque se ponían a jugar con las vidas de las personas sin pensar en ellas, no había más que mirar a su líder, quien no tenía ningún reparo en jugar con la vida de sus subordinados como si no fuera con él.
- Pero es imposible crear a una persona de la nada, así que sólo vi una solución posible a mi problema- me dio un mal presentimiento- Dime ¿Cómo nacen los niños?- yo no respondí- Usé una de mis células femeninas y...
Ya me imaginé el resto.
- Tardé mucho tiempo pero lo conseguí, un tiempo después tenía en mis manos un niño creado con el ADN de Aizen. Por supuesto, todo esto lo hice aquí abajo de modo que nadie me molestó- sonrió al ver como el niño se movía dentro del tanque- no soy un miembro importante, así que podía venir aquí sin que me echaran de menos.
- Entonces ese niño es tu...
- Y suyo- concluyó.
La miré un momento y luego al niño quien trataba de liverarse de nuevo. Suspiré, no sabía muy bien como debía proceder a ccontinuación; tenía que informar de todo aquello, de la "traición", pero, por otra parte, la "traición" no se había cometido aún; Sí, había robado, había abusado de la confianza de su superior y había creado un clon de su mayor enemigo.
- Lo siento- dijo- pero no puedo dejar que te vayas de aquí, sabes demasiado- concluyó y antes de que pudiera moverme, me había inmovilizado con un Kidou-
Caí al suelode espaldas. La chica se había vuelto hacia el niño y lo observaba con ternura.
- Tranquilo- dijo- muy pronto te sacaré de ahí, lo prometo ten paciencia.
Esas fueron las últimas palabras que logré oír antes de perder el conocimiento, pues al caer me había golpeado la cabeza con uno de aquellos cacharros raros.
Hola ¿os ha gustado este primer capítulo? Dejadme un review con vuestras impresiones y comentarios. Se supone que es una historia futurista, pero no lograba aclararme sobre cuantos años hacer que pasen; para mí el final de Bleach es la condena de Aizen, aunque sé que hay más capítulos.
