Acto 1 Primer encuentro:

Se oyó una delicada música en la sala del trono, las ventanas estaban abiertas en todo su esplendor, embelleciendo con luz los detalles en oro sobre el mármol del suelo, los sirvientes formaban dos hileras bien ordenadas a cada lado de la alfombra de terciopelo rojo que descansaba a los pies del trono y extendida en su majestuosidad formaba un elegante puente carmesí hasta la puerta.

Sentado en el trono, con aire melancolico y rostro tranquilo y juicioso estaba el rey de Novaterra, la barba larga y sedosa se deslizaba como una cascada de cobre sobre su atuendo, decorado con numerosas insignias y bordado con costosos hilos, sobre sus ojos cansados y de tonalidad celeste, las pobladas cejas se suavizaron justo con sus rigidas facciones, cuando los portones se abrieron lentamente, la música llego a su climax para apagarse de súbito.

-hacen su entrada, las princesas de Novaterra- petunia iba a la cabeza con sus recién cumplidos 8 años, tenia el cabello atado en una coleta alta, adornada con un tocado de piedras preciosas, que unidas formaban una adorable flor de petalos rosa, su diadema se encontraba sobre su frente, una gran joya azul la coronaba, la misma que había usado su madre años antes, aun a su corta edad su hermosura y elegancia eran notables. Paso entre los sirvientes, saludándolos con la mirada, con un gesto gentil, todos sonreían maravillados, en especial un niño de 12 años, que de pie a un lado de su tutor y con pose exageradamente firme, esperaba conteniendo la respiración que la princesa pasara por delante suyo

-splendid, relájate- lo regaño dulcemente su tutor

-no puedo maestro, ella va a ser el motivo de mi vida, mi deber va a ser vivir para ella y morir si es necesario para que mi princesa pueda vivir- repitió rápidamente, el maestro lo miro divertido

-tienes en claro tu misión muchacho, tranquilo, lo harás bien- splendid sonrio por primera vez y sus ojos azules brillaron, siempre habían pertenecido a su familia los guardaespaldas de la familia real, su padre hasta el dia de su retiro había sido el guardaespaldas de la difunta madre de petunia, y ahora por azar del destino el había sido entrenado para tal misión, jamas había visto a la princesa antes, por protocolo. se preguntaba como seria, después de todo el debería pasar mucho tiempo con ella y esperaba que fuera una niña divertida. De repente la voz de su tutor lo saco de sus pensamientos.

-inclinate, ahí viene- el joven se inclino precipitadamente, causando un estruendo al chocar la vaina metalica de su espada contra el suelo, su rostro se tiño de rojo, la princesa se detuvo curiosa y lo miro, el levanto parcialmente la cabeza y se encontró con los ojos azules de la princesa, el aire se congelo en sus pulmones, sin embargo, los ojos de la princesa se volvieron frios al ver el escudo de la familia del muchacho, la familia de guardaespaldas reales, giro el rostro ante la mirada del joven y siguió camino, el sintió que el aire se calentaba en su pecho, el rubor crecio, era una niña hermosa, quizá una de las mas hermosas que hubiera visto en su vida, ¡era su princesa y el había hecho el ridículo!.

Petunia se sento junto a su padre, era turno de la segunda hija del rey, hubo murmullos y silencios cuando la pequeña pelirroja hizo su aparición en el salón, su padre sonrio con resignación, traía una de sus zapatillas en la mano y su cabello estaba revuelto y erizado, llevaba una vestido hermoso en tonos pastel que combinaba dulce color beige con un rosa bebe suave y tranquilo, caminaba apresurada y se sento a la izquierda de su padre, había saludado a muy poca gente y evitaba mirarlos, estaba muerta de timidez, su hermana le sonrio y flaky sonrio también, muchos rostros enternecidos aplaudieron a la segunda heredera. Sin embargo, lo que había comenzado con jubilo se torno como un silencio tan tenso que el aire parecía viciado, la ultima heredera hizo su aparición, llevaba un vestido rosa con detalles en rojo, precioso como pocos se habían visto, pero hasta las delicadas sedas bordadas palidecían frente a la belleza de la niña, su cabello corto hasta los hombros recortaba su rostro, que parecía tallado en un bello marfil, sus labios color cereza estaban rigidos en una una sonrisa nerviosa, tenia largas y bellas pestañas y sus ojos rosados brillaban como gemas preciosas, haciendo juego con su diadema, llevaba un moño, odiaba los arreglos complejos, quería demostrar que no era ostentosa,

Camino entre los sirvientes con la cabeza baja, estos la dejaron pasar con despectivo silencio, observando cada paso y movimiento

-es horrible, de su madre no heredo mas que veneno- dijo una sirvienta en voz baja a otra

-solo mira como camina, es tan poco elegante y vulgar-

-solo mira ese vestido, es al igual que su madre una triste ave de rapiña con disfraz de pavo real-

Giggles en silencio oia todos los comentarios, ya no le afectaban, había crecido siendo juzgada, ya había agotado las lagrimas para derramar, la sombra de su cruel difunta madre era una cicatriz que debía llevar para siempre, se sento a un lado de sus hermana flaky y petunia aceptando sus rostros amables y sonrientes con el agradecimiento de un mendigo que recibe un lingote de oro.

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Cuando el banquete hubo terminado, las niñas fueron escoltadas por sus niñeras a su habitación, ya dormían completamente solas, al llegar desesperadas se quitaron los molestos corsettes y petunia dejo caer su cabello libre, giggles y flaky comenzaron la tarea de ayudarla a peinarse.

-estoy cansada de ser perseguida por las niñeras- dijo petunia cerrando los ojos

-pero hermana, tu estas mas cerca de cumplir tus 17 años y sabes lo que significa- sonrio giggles- cambiaran las niñeras por un guardaespaldas- flaky sonrio tímidamente

-e-eso d-debe ser lindo-

-que molestia, no quiero un tonto hombre siguiéndome a todos lados, husmeando entre mis cosas- su voz temblo un poco

Las tres rieron ante la idea de petunia

-dijo padre que hoy estuvo en la ceremonia- dijo giggles, petunia fruncio el ceño

-si lo vi, tiene casi mi edad, es muy torpe e irrespetuoso-

-lo viste?- flaky abrió los ojos sorprendida

-vi su bobo sello, es un chupamedias real- giggles rio y las tres miraron por la ventana del cuarto, mas alla del balcón se veian las murallas que los dividían del reino de Axus, por un momento guardaron temeroso silencio, giggles decidio cambiar de tema

-hoy es la noche de los lirios de medianoche…solo ocurre una vez al año…siempre quise verlos…-suspiro

-debes esperar a cumplir tus 15 años para salir del castillo- sentencio petunia, flaky se acerco al balcón y se asomo

-en el pueblo esta aconteciendo un gran festival en honor a los lirios de media noche- dijo temerosa

-padre esta ahí- continuo petunia sonriente

-yo lei sobre los lirios en un libro que estaba en la biblioteca- sonrio giggles- los lirios de medianoche son unas extrañas flores blancas que florecen solo una vez al año durante la medianoche, se nutren de luz de luna ¿conocen la leyenda?- petunia la miro escéptica y flaky se acerco curiosa

-no- contestaron al unísono

- cuenta la leyenda, que mucho tiempo atrás un hombre y una mujer se enamoraron tras verse efímeramente a las orillas de un gran lago, ambos descubieron que estaban hechos el uno para el otro y se juraron amor eterno, sin embargo, ella estaba comprometida con un feudal de mucho dinero y muy cruel, cuando se puso fecha para la boda, la novia corrió a contárselo con infinita tristeza a su amor, el feudal, curioso por su actitud sospechosa la hizo seguir, descubriendo la verdad, desesperado pago a un poderoso mago para que los maldijera, este trazo un plan, cuando la mujer volvió a su casa a la mañana siguiente la tomaron prisionera y se corrió la voz de que había muerto, incapaz de creer la historia, el hombre, su verdadero amor fue en su búsqueda, la hayo muerta con su vestido de novia, al besar sus frios labios callo en la trampa, un hechizo convirtió al hombre en oscuridad que se esfumo en el aire. Se dice que un año exactamente mas tarde en la tumba de la mujer florecieron numerosos lirios blancos, pero solo por una noche, es asi que la leyenda cuenta que el hombre, convertido en oscuridad recorre el mundo en pena, buscando a su amada pero cada un año le da la vuelta y regresa a donde todo comenzó, esa noche se encuentran y los lirios florecen para recibirlo, los lirios son la señal de que allí lo espera ella con su traje de novia, los espiritus de ambos bailan toda la noche incapaz de separarse, hasta que la luz del dia se devora al hombre…y comienza la angustiosa espera ¡hay mas! Dicen que las parejas cuyos amores que se gestan la noche de los lirios duraran por toda la eternidad- finalizo con un suspiro

-suena interesante pero no podemos salir- dijo petunia seriamente, y procedio a acostarse en su cama- hasta mañana hermanas- y apago la luz, solo la luz de luna se filtraba por la ventana,flaky había quedado sorprendida por la leyenda, miro a giggles

-¿crees que sea verdad?- pregunto tímidamente a su hermana, la pelirrosa sonrio emocionada

-claro que si- exclamo en susurros- tan solo quisiera poder verlos- suspiro con tristeza, pero de inmediato se reincorporo con una sonrisa- ¡lo tengo!- flaky la miro son comprender- iremos a ver los lirios

-que?- flaky palidecio- p-padre podría enojarse y..- comenzó a enumerar posibles castigos, pero giggles se había incorporado y buscaba en sus armarios con sigilo ropa discreta, le arrojo a flaky un vestido sin brillo, simple.

-vamos, será una aventura- flaky resignada se puso el vestido suspirando, su sexto sentido le indicaba que algo iba a salir mal

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Petunia se desperto rápidamente con la intuición de que algo andaba mal, busco con la vista a sus hermanas y las hayo en sus camas, tapadas hasta la cabeza, hechas bultos, se levanto suavemente, estaba haciendo frio y deseaba cerrar las ventanas, al pasar cerca de la cama de giggles se detuvo, se sento a su lado y acaricio las cobijas, quizá era muy dura con ella a veces, busco destaparla para darle un beso en la frente, pero se encontró con un monton de vestidos arrugados, que formaban una silueta, desesperada corrió a la cama de flaky, encontrando el mismo resultado, estuvo a punto de gritar, pero seria mejor que esto no llegara a ser une escandalo de guardias. Sabia que al menos tres cuartos de los guardias del palacio estarían en el festival, incluidos la mayoría de los sirvientes. Se vistió con ropas simples y corrió a tomar sus zapatos.

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Giggles y flaky caminaban por los vacios jardines del palacio, se veian claramente gracias a la luminosa luna de esa noche, giggles había sabido pasar desapercibida saliendo por un túnel que conectaba la cocina con los jardines y que solo se usaba para verter los desechos de las cocinas, todos los guardias se concentraban en las puertas delanteras y traseras del palacio, caminaban cautelosamente, flaky se detuvo un momento a observar la belleza de los jardines por la noche. El castillo tenia dos jardines principales, el primero era el que formaba parte de la fachada del castillo, era el que mas trabajo demandaba a los sirvientes, estaba decorado con flores de varias tonalidades y arbustos prolijamente cortados, también había una hermosa fuente de agua con la imagen de dos amantes tomados de la mano, en el frio mármol en el cual habían tallado sus rostro se podía ver el amor que había inspirado al artista vivídamente, aun asi el hombre tenia una flecha clavada en su corazón. La madre de flaky solia sentarse allí mucho en los días mas duros de su enfermedad, había algo en esa estatua que la cautivaba.

Las niñas estaban en el jardin que se encontraba a un lado del castillo, y que era el mas grande, a través de el se podía salir del palacio, tomando un camino que conducia a un bosque, el castillo estaba rodeado por varias hectáreas de campo. Ese jardin era conocido como el "jardin del te". Porque tenia un bello claro entre los arbustos donde había una mesa y sillitas, había rosales por todas partes, de tonalidades rosas y rojas, el mármol del suelo era color azul, por el dia resplandecían en colores, giggles y flaky se dirigían al bosque por donde se podía llegar a los campos donde florecían las flores, por algún motivo no crecían en el palacio.

-llegamos a la entrada del bosque- dijo emocionada giggles

-estas segura de que esta bien que vayamos?- como respuesta giggles la tomo de la mano y la dirigio hacia adentro, pisando cuidadosamente entre las raíces retorcidas que sobresalían y formaban extrañas siluetas en el suelo.

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Petunia caminaba silenciosamente por los corredores, con cuidado de no ser vista, nunca los había recorrido sola por la noche y aunque no lo admitia sentía miedo, estaba algo desorientada y ocupaba su poca claridad mental en pensar como salir, a diferencia de giggles no sabia del pasadizo de la cocina.

-maldicion, se que ya he pasado por aquí, si no tengo cuidado acabare en el cuarto de guardias- su aliento se corto al oir pisadas en el pasillo, con miedo y nerviosismo se apresuro a esconderse tras una columna, con la luz que había esa noche, si la persona tuviese suficiente agudeza visual la veria- ¿sera giggles?- se pregunto a si misma intentando calmarse, de repente las pisadas se oyeron mas claras, era un caminar ligero, petunia estaba a un lado de una gran maceta, se llevo una mano a la boca para controlarse y se acurruco más contra ella, derrumbándola, la persona que pasaba por ahí se detuvo en seco, petunia no le dio tiempo de pensarlo mucho, salio corriendo.

-DETENGASE AHORA MISMO INTRUSO- petunia no reconocio esa voz, tampoco lo pensó mucho, ser vista hubiera sido un escandalo real, solo corria, pero la persona que la seguía se acercaba cada vez mas, al doblar en un pasillo dejo de sentir ruidos, se relajo mirando cautelosamente hacia la dirección de donde había venido corriendo.

De repente una mano le cubrio la boca y sintió un frio metal rozarle el cuello, sofoco un grito de espanto y sus ojos se llenaron de lagrimas. No podía ver a su captor.

-silencio o te rebanare, identificate, que haces en los pasillos del castillo por estas horas?- la voz sonaba decidida, y la mano era fuerte pero petunia adivino que seria solo un niño, el la solto y ella callo al suelo, inmediatamente la tomo por el hombro y la obligo a voltearse para verle la cara, ella logro divisar entre las sombras unos bellos ojos azules

-SEÑORITA PETUNIA- la voz sono horririzada, ella lo reconocio, era el niño con la espada que había visto hoy, sin embargo todo el horror había dado paso a un fuerte alivio, ya no estaba sola en la oscuridad, perdió fuerzas, el inmediatamente arrojo la espada y se arrodillo a su lado, sorprendida se vio envuelta en un abrazo desesperado.

-estube a punto de hacerle daño- dijo el y le temblo la voz, petunia abrió los ojos sorprendida, había sido tomada por sorpresa, el rubor le subio a las mejillas, se vio invadida por un suave perfume masculino.

-S-SUELTAME IDIOTA- reacciono levantándose violentamente, el se incorporo casi a la par, estaba tan abochornada que casi tropezó con la espada en el suelo, el la tomo del brazo y evito su caída. Se separaron rápidamente, como si el contacto los hubiese quemado.

-d-disculpeme SOLO QUERIA PROTEGERLA- ella guardo silencio y lo miro, al avanzar un paso el se había colocado atravesando la luz que se filtraba por la ventana, ella lo miro por un segundo, tenia la piel clara y rasgos bien definidos, sus labios finos estaban entreabiertos en una mueca de preocupación, y sus ojos brillaban con decisión, era muy guapo aun a su edad. Ella ya no lo soportaba mas, todo el miedo que había sentido, la tensión, la ira con sus hermanas, estallo en lagrimas

-ESTOY PERDIDA, NUNCA ESTUBE SOLA AQUÍ Y NO ENCUENTRO A MIS HERMANAS- el la miro curioso, nunca había interactuado con niñas, no sabia que hacer cuando lloraban, se paso una mano por la cabeza nervioso. Sin pensarlo extendió una mano hacia ella y la apoyo sobre su cabeza, ella lo miro entre lagrimas

-yo la ayudare, déjeme acompañarla y cuidare de usted- dijo con una sonrisa, pero ella no podía dejar que ese chupamedias real viera que realmente lo necesitaba, se seco las lagrimas

-mas te vale que lo hagas, sino acusare ante mi padre que intentaste matarme- el chico la miro horrorizado, no tanto ante la amenaza como ante la idea de que el pudiera hacerle daño, ella era su motivo, era su sentido en la vida, su princesa petunia.