Definitivamente, quizás ~

Sam estaba cansando de intentarlo una y otra vez y que todo le saliera mal, quizás el problema no era él, si no las chicas, estaba demostrado que las chicas no eran lo suyo, primero se enamora de Quinn y ella le engaña y cuando empieza un nuevo romance con Mercedes, se tiene que marchar y cuando vuelve ella ya había rehecho su vida. Definitivamente estaba cansado de intentarlo.

Sam se encontraba en la sala de ensayos, solo, se había quedado para pasar un rato pensando sin que nadie ni nada le molestara.

- Hey, Sam, quería hablar contigo. – Blaine entra en escena.

- Bien habla, ¿Qué quieres? – dice enfadado Sam, para que Blaine note que le ha destrozado su paz.

- Será un momento, no hace falta que te pongas así, solo quería pedirte perdón, por lo de la otra vez, no quería ponerme en ese plan, pero estaba cabreado ese día.

- Tranquilo, también fue mi culpa, no debería haberte levantado la voz al principio, es normal que tu también lo hubieras echo, hasta hubiera entendido que me hubieras pegado…

- ¿Entonces amigos? – Blaine le tiene la mano. Y Sam corresponde, los dos quedan como amigos. Y Blaine se acerca a la salida. Pero antes de hacerlo se gira a mirar el rostro triste de Sam. Y retrocede hasta Sam nuevamente. - ¿Qué sucede?

- Nada… ¿Por qué? – dice sin poder ocultar su tristeza.

- De momento no estoy ciego, así que no me puedes engañar. Vamos, cuéntamelo, te prometo que no saldrá de aquí.

- Es solo… - dice Sam decidido a contarle sus problemas a Blaine. – nada…

- Ya se que nos conocemos desde hace poco, pero puedes confiar en mi, de verdad.

- Simplemente estoy cansado.

- ¿De qué?

- De luchar por algo que no puedo conseguir.

- Cuéntame tus problemas.

- Ya sabes, bueno supongo que estás enterado de los romances en el club.

- Sí… ¿Mercedes y tú?

- Exacto.

- ¿No ha funcionado, es eso?

- Sí… todo ha salido mal, estábamos bien, pero luego me tuve que marchar, y eso fue el fin. Ya ni siquiera eso de duele, no me duele no tener a Mercedes, lo que me duele es fracasar una y otra vez.

- Eso es porque no has encontrado a la persona indicada, quizás solo sea cuestión de… esperar. Pero sobre todo de no rendirte.

- Quizás el problema sean ellas… Si me gustaran los chicos me iría mejor, esto seguro. – bromea Sam. – oh, perdona, no quería decirlo de manera ofensiva…

- Tranquilo. – rie Blaine y le contagia la sonrisa a Sam. Los dos chicos se quedan fijamente mirándose, mientras las caras de ambos van cambiando, sus sonrisas cambian, sus ojos brillan cada vez más. Los dos chicos se acercan lentamente el uno hacia el otro, sin dejar de mirarse a los ojos, que brillan como diamantes, el tiempo se para por un momento, para ellos solo existe el uno y el otro, Sam deja atrás todos sus problemas, y Blaine deja atrás a Kurt. Pegan sus labios y se besan apasionadamente, como si el mundo se acabara en ese momento, como si pensaran que esto no volverá a pasar. Las lenguas quedan en contacto, Sam disfruta cada minuto de esta nueva experiencia, y a Blaine le gusta más que besar los labios de Kurt, disfruta más ese pequeño momento con la boca de Sam que todos los días con la de Kurt. Los besos cada vez son más largos y apasionados, literalmente se están comiendo el uno al otro. Llega el momento de separarse, lentamente los dos chicos se separan, sin dejar de sentir la pasión que hay en ellos.

Los dos acaban con una sonrisa en la cara.

- Vale, quizás... sea gay – dice Sam sonriendo tiernamente a Blaine.

FIN