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En un bar de Japón.
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Disclaimer: Algunos personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y la Warner Bros. El resto de ellos son propiedad de Hatori Bisko. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.
Sumario: Divorciado hace dos años por "diferencias irreconciliables", Harry Potter decide llevar de vacaciones a sus hijos a Japón. Mientras ellos se divierten, el Auror decide entrar a un bar cercano, donde conoce a una okama llamada Ranka.
Harry Potter nunca creyó en el amor a primera vista, ni Ranka que volvería a enamorarse otra vez… hasta ese momento.
++Crossover entre Harry Potter/Ouran Host Club++
Pareja: Harry Potter/Fujioka "Ranka", James Potter Jr./Ootori Kyouya, menciones de otras.
Aclaraciones y Advertencias: Posibles Spoilers, pero sobre todo este fic será un UNIVERSO ALTERNATIVO. Lemon.
Aclaraciones de lectura:
-Letra normal: dialogo, relato.
-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.
-Letra en "blah": Será el inglés en Japón y japonés en Inglaterra.
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Capítulo 1: Amor a primera vista.
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Ranka dejó el vaso que estaba secando y miró hacia la puerta, donde la campanilla allí ubicada le indicó la llegada de un nuevo cliente. En estos momentos estaba de espalda hacia ella/él y podía ver que si bien no tenía mucha estatura, sin dudas era más alto que ella. Su cabello era negro azabache y lucía como si el hombre acababa de levantarse de la cama o si un gran viento lo hubiese perseguido.
–¿Mesa para uno?
El hombre giró y Ranka contuvo el aliento al ver los ojos más verdes y hermosos que haya tenido el gusto de ver en su vida, escondidos detrás de un par de lentes ovalados. El hombre no era japonés y ahora que podía ver su ropa de frente, se notaba que estaba podrido en dinero. Lo cual era poco común, porque los hombres de dinero normalmente no entraban a un bar gay tan modesto como este. Su cara era bien definida, algo pálida y por la esquina de ella se podía ver la punta de una cicatriz en la frente.
–Er… no, me sentaré aquí en la barra. – Respondió el hombre, con un japonés pesado. Ranka podía distinguir la tonada.
– "¿Desea algo de tomar?"– Pidió en un inglés casi perfecto.
El hombre abrió un poco los ojos en sorpresa y después sonrió.
– "Ah, ingles. Gracias por eso."
– "De nada, trabajando en bar como éste, el dueño nos pidió que aprendiéramos" –sonrió coqueto–. "Entonces, ¿Qué le sirvo?"
– "Whiskey en las rocas, por favor."
–Enseguida.
Ranka se apresuró a servir la bebida, notando que el hombre daba un vistazo a los otros clientes del bar. Lo vio fruncir el ceño más de una vez y bostezar otro tanto.
– "¿Cansado?" – Preguntó con curiosidad, mientras dejaba el vaso frente al cliente.
– "Un poco, aunque podría decir que es más bien el cambio de hora. No me acostumbro todavía. –Miró su reloj. –Con Inglaterra hay sólo tres horas de diferencia, pero no sé… me siento cansado."
-"Bueno, son cosas que uno debe soportar cuando sale de viaje de placer." – Comentó despreocupadamente, mirando al hombre de reojo.
-"Supongo."
Ajá, entonces él no está aquí por negocios, sino de vacaciones.
– "Y, ¿por qué anda tan solo en una noche tan linda como ésta?"
– "No estoy del todo solo, sólo hago tiempo hasta que mis hijos salgan del cine. No estaba de ánimos para ver una película de terror sangrienta." –Merlín sabe que ya que he tenido mucho de eso en mi vida real, pensó para sí.
Auch, hay niños. No importa, no ha nombrado una esposa y yo tengo a mi Haruhi-chan.
– "¿Y los dejó solos?"
– "Ajá. Mi hijo mayor, James, tiene diecisiete años y puede cuidar de Albus y Lily."
– "Que nombres interesantes."
El hombre rió quedamente.
– "Se puede decir que son más bien un reciclaje. Uno de los tantos pequeños motivos que mi ex esposa puso como excusa para dejarme."
– "¿Divorciado?"– Preguntó cada vez más interesado.
El moreno asintió, acabando su vaso de whiskey. Ranka se apresuró a llenárselo.
– "Hace dos años. Y recién en estas vacaciones encontré el tiempo para poder salir de vacaciones con mis niños. Ellos eligieron Japón."
– "Sabia decisión… Van a amar este país."
– "Correcto. Lo que vimos hasta ahora nos ha fascinado."
Ranka le dio una pequeña sonrisa y luego se sentó en su lugar detrás de la barra, mirando como el hombre se acababa su segundo vaso de un solo trago.
–¿Qué? –Preguntó en japonés.
–Usted es hermoso. –Declaró sin estivo de timidez. Después de todo, ella era conocida por decir las cosas de frente.
El hombre sonrió, un tinte rosado que se apoderaba de sus mejillas.
– "Usted también, casi me engañó cuando entré, a primera vista parece toda una mujer de verdad, recién ahora que estoy hablando con usted me doy cuenta que es un hombre. Sin ofender, por supuesto."
– "No pasa nada, estoy en paz con mi sexo, y puedes llamarme Ranka". – Rió delicadamente.
–Harry. – Respondió con una sonrisa apacible-. Yo soy Harry Po… eh… Potter Harry, pero prefiero que me diga Harry.
–Un gusto, Harry-san.
El hombre tomó otro vaso más de whiskey, y compartieron una charla de unas dos horas, hasta que él anunció que debería ir a buscar a sus niños. Ranka lo vio irse con algo de pesar y después se dedicó a atender a los clientes que llegaban a altas horas de la noche, que pasaban por un trago tras un día de trabajo. En todo el tiempo que pasó hasta la hora del cierre, el hombre estuvo en su cabeza, su voz tranquila, su sonrisa apacible, y lo que más volvía una y otra vez, eran sus ojos hermosamente verdes.
Al final de la jornada, Ranka se despidió de su jefa, tomó su cartera y comenzó a apagar las luces.
–¿Ya estás cerrando?
Ella se giró bruscamente y abrió los ojos como platos al notar que Harry-san se paraba en la entrada del bar, con una sonrisa de lado en su boca.
–Hai, lo estoy. –Apagó todas las luces y caminó a la puerta. – No pensé en volver a verlo por aquí hoy.
–Mis hijos finalmente se durmieron. –Se encogió de hombros. – Y pensé que podría tener otra bebida antes de hacerlo yo mismo.
–Conozco un bar que abre las veinticuatro horas. Podemos ir allí.
–¿Otro bar gay?
Ranka sonrió, terminando de cerrar el local.
– "¿Por qué un hombre que estuvo casado con un mujer y tiene tres hijos desea estar en un bar gay?"
– "Cuando me divorcié de Ginevra, me dije a mí mismo que intentaría otros horizontes. Aunque hasta ahora sólo tengo una experiencia con un hombre."
– "¿No resultó?"
–Iie. –Sólo estaba interesado en mi fama y no en mis sentimientos.
– ¿Vamos entonces? – Preguntó Ranka, extendiendo una mano.
–Vamos. – Concedió Harry, tomando la mano y dejándose ser guiado.
Ni Harry ni Ranka llegaron al bar que mencionó la okama, porque por el camino encontraron un motel y, apenas intercambiando una mirada, decidieron entrar.
Ranka estaba decididamente nerviosa, porque si bien él decidió este camino para su vida, nunca había pasado de un par de besos y unos tactos atrevidos con los hombres que conoció desde la muerte de su esposa. Es decir, que él nunca había tenido sexo gay hasta ahora. Sin embargo, desde que vio entrar a este hombre de ojos verdes al bar todos sus instintos de okama le dijeron que lo quería tener entre sus piernas, gimiendo su nombre, mientras él se enterraba muy dentro de su cuerpo.
Era una indicación del destino.
Y así pensaba hacerlo, cada vez se decidía más, mientras Harry-san comenzaba a desvestirlo, sus labios dejando suaves besos, mordiendo la piel que se descubría, y esas manos grandes y callosas raspaban la piel de su trasero y la apretaban, ocasionando que los cuerpos se toquen más.
Las piernas de Ranka tocaron la cama y ambos cayeron sobre ella, Harry con cuidado, no queriendo lastimar a su amante. Cuando el japonés estuvo completamente desnudo, Harry le dio una mirada apreciativa y una sonrisa lujuriosa. Ranka se sintió algo nervioso.
–¿Te gusta lo que ves?
Harry lo miró de arriba abajo, deteniéndose brevemente en el miembro erguido.
–Hai, me gusta todo.
Sin compartir otra palabra más, Harry atacó una de las tetillas, molestándola con la punta de su lengua, después chupándola y por último mordiéndola. Ranka gimió y arqueó su cuerpo con cada atención que recibía. Una de sus manos se posó en el hombro de su amante y frunció el ceño al sentir tela. Harry-san todavía estaba vestido. Encontrando algo que hacer, para no perderse en las sensaciones que esa lengua despertaba en él, Ranka comenzó a desvestir al mayor. Harry-san era al menos tres años más grande que él.
Harry sólo se detuvo brevemente, para permitir que su camisa y pantalones desaparecieran, antes de volver su atención al cuerpo delicioso frente a él. Esta vez otra porción de carne atrapó su atención, y Ranka gritó fuertemente cuando su miembro entero fue tragado por esa boca ansiosa.
–¡Kami-sama! –jadeó, arqueando su cuerpo-. ¡Tómatelo con calma, querido! –murmuró con un poco de humor.
Harry hizo muecas y usó su mano para masturbar a la okama, mientras quitaba su boca.
-Lo siento, ha pasado mucho tiempo desde la última vez. Demasiado.
Ranka sonrió y atrajo a su amante para un beso. Después de eso no hubo más protestas, ambos se entregaron sin reparos al otro, a pesar de que ésta sería la primera vez del japonés. Harry prometió ser cuidadoso cuando se lo confesó. Lo preparó con paciencia y cautela, utilizando su dedo más fino primero y después otros dos más, no quitándolos hasta que sintiera esa entrada virgen relajada.
Cuando fue el momento de su pene, Harry se tardó varios minutos en penetrarlo completamente, todo el tiempo murmurando palabras calmantes al oído de su amante, dando besos mariposa por su rostro y borrando con sus labios las lágrimas de dolor que salieron de esos bonitos ojos marrones.
El "puedes moverte" tardó mucho en llegar, pero cuando vino, ambos compartieron una experiencia que jamás olvidarían.
Harry golpeó con impaciencia sobre ese culo apretado, colocando las piernas de Ranka en sus hombros y la okama calvó sus uñas en la espalda muscular de su amante, gritando, jadeando y riendo, aterrorizado y feliz por todo lo que su cuerpo estaba experimentando en este momento.
Cuando finalmente se vinieron, el impacto de su orgasmo los dejó inconscientes durante largos segundos. Ranka fue el primero en despertar y Harry lo hizo después, sintiendo como una uña rapaba una parte de su pecho.
-"Tienes una cicatriz bastante fea aquí."
Harry quitó la mano de su pecho y la besó.
-"Me quemé con un relicario, larga historia."
Ranka lo miró por largos segundos, hasta que finalmente suspiró y apoyó su cabeza sobre el pecho de su amante.
-"Me gustaría escucharla algún día. Y la de tu frente también."
Potter besó su cabeza y acarició su cabello.
-"Prometo que te las contaré."
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*Tres días después*
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Eran las cinco en punto cuando Ranka escuchó la campanilla de la puerta y sonrió, mientras terminaba de secar una copa.
–¿Y ésta vez dónde dejó a sus hijos, Potter-sama?
Harry se sentó frente a la barra y miró para ambos lados, todos los clientes estaban en sus propios asuntos, así que aprovechó para acariciar levemente la mano de Ranka. Recibió una sonrisa secreta a cambio.
–El acuario.
-"¿Acuario? ¿Y no sintió ganas de ir con ellos?"
– "Sí, tengo. De hecho quiero ir." –Lo miró. –"Y vine a preguntarte si no puedes dejar un rato el bar y venir conmigo."
Ranka casi dejó caer la copa que tenía en la mano.
–Les… ¿Les dijiste?
Harry hizo una mueca de dolor.
– "Sí, bien. Debo decir que… lo descubrieron, más que otra cosa."
–¿Descubrieron?
– "Er, ellos… –tosió y un ligero rubor se apoderó de sus mejillas-, nosotros fuimos a la playa ayer y vieron las marcas en mi espalda. Tuve que decirles." –agregó mortificado.
Ranka tragó saliva, su propio rubor que cubría su cara. Ayer, su amante había venido con poco tiempo, así que, disimuladamente, fueron a los baños del bar y desataron la pasión que despertara para el cuerpo del otro en uno de los cubículos. Siendo empujado violentamente contra la pared, con un miembro duro y grande en su ano que lo volvía loco, Ranka no tenía lugar con qué sostenerse, así que usó la espalda de su amante para poder colocar sus manos en algún lugar, dejando como resultado las dichosas "marcas" que los niños Potter habrán visto en la espalda de su padre.
–Oh.
–Pero ellos están bien con ello. –Se apresuró a decir. – Aunque dicen que quieren conocerte. Y si no nos vamos en –miró su reloj- cinco minutos, van a venir por nosotros.
–¿Les dijiste dónde trabajo? –Exclamó algo alarmado.
–No. –Frunció el ceño.
–¿Y entonces como pueden saber?
¡Maldición! ¿No puedo decirle que pueden hacer un hechizo localizador porque aquí no tienen restricción, cierto?
–Er, creo que tal vez lo hice. – Murmuró precipitadamente.
-Bien. –Suspiró y miró hacia donde su jefe y compañeros de trabajo fingían no escuchar la conversación. -¿Puedo tomarme un par de horas, jefe?
-Seguro, seguro, Ranka-chan. – Rió escandalosamente-. Potter-sama ya es un cliente asiduo de mi pequeño bar y puede llevarte dónde quiera. –Guiñó un ojo en dirección de Harry. –Sólo asegúrese de devolvérmela en una pieza.
Harry sonrió quedamente y asintió. Las otras okamas suspiraron soñadoras y envidiaron la suerte de Ranka-san.
La nueva y pasional pareja salió de la mano rumbo al acuario. Sintiendo en sus corazones que esto iba a ser más que un romance de verano… Más que un revolcón desenfrenado.
¿Continuará…?
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-.-Importante: fíjate que te molestó en mi fic y que te agradó. Dímelo. Pero trata de mantener la cortesía y hazlo de una manera que pueda entender.-.-
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Notas finales: Mi beta me dijo que el lemon en el primer cap le pareció acometido, pero yo le expliqué a ella, que esto empezó como un oneshot y después recién me decidí a continuarlo :P
Deseo sus opiniones con respecto a esto, por favor.
¡¡¡Gracias a Cherry Moon por betear este fic!!!
Atte: Uko-chan.
