Notas iniciales: Este Drabble fue hecho para la actividad "El año de la abundancia" promovido por la secta Aquelarre (o las chicas de la página de face Power⋆Puff), y para revivir poco a poco mi amor por la escritura. Espero podamos devolver al fanfiction de las Powerpuff Girls sus glorias pasadas y vuelva a tener la actividad que tenía hace años. Los personajes no me pertenecen, solo las ideas que van por ahí volando y llegan a mi cabeza de vez en cuando.

Mes: Marzo

Tema: Racismo

Aclaraciones: Nada de lo escrito aquí refleja mi forma de pensar o ver la vida, así como no apoyo el maltrato, los crímenes o cualquier acto delictivo que pueda aparecer en el fic. Todo es ficción y solo es con fines de entretenimiento.

Palabras equivocadas.

Townsville, una ciudad en general tranquila, donde la gente pasa su vida de manera relajada, o lo más relajada que se puede con todos los villanos y monstruos que la asedian día y noche; pero para ello están las chicas súper poderosas, las jóvenes justicieras que llevan ya años y años protegiendo a la ciudad de las fuerzas del mal. Sin embargo, por más poderosas que sean, estas chicas no pueden estar las veinticuatro horas del día vigilando la ciudad, y siempre hay crímenes que se les escapan, sobre todo en los barrios bajos de la ciudad, más concretamente en: la zona roja.

Las calles siempre son oscuras de ese lado de la ciudad, donde solo las alimañas suelen salir a pasear, a hacer tratos, o simplemente a divertirse. La peor gente de Townsville se reúne en esta zona, ya que poco o nada de lo que ocurre aquí sale a la luz, ya sea para la policía o incluso para las heroínas de la ciudad.

Y esta noche no era la excepción, un grupo muy conocido de maleantes estaba paseando, como de costumbre, muy a sus anchas por la calle, tirando cada bote de basura que se encontraban y pintarrajeando las paredes que se veían muy limpias, riendo, saltando, sin impunidad alguna. Parecían divertirse de hacer destrozos, como si esas calles les pertenecieran, como si nadie pudiera detenerlos.

Y es que esos cinco chicos eran conocidos por todos por ahí, no había nadie que no supiera identificarlos a lo lejos y preferían estar alejados de ellos; nadie se metía con la banda gangrena si sabía lo que les convenía. No es que fueran especialmente fuertes o agresivos, pero siempre jugaban de sucio y nunca salías bien librado si te metías con ellos. Incluso se rumoreaba que habían vencido o engañado alguna vez a las mismísimas chicas súper poderosas. Eran unos maleantes de cuidado.

Sin embargo esa noche parecían especialmente contentos. La verdad es que estaban celebrando. Ese día era el cumpleaños del Gran Billy, el miembro más grande y fuerte de la banda, aunque también es el más inocente de todos, ese día cumplía los 21 años de edad. Habían pasado todo el día celebrando en su pequeña cabaña club. Bebiendo diferentes bebidas alcohólicas, causando pequeños incendios en el parque e intimidando a la gente en el subterráneo. Sin embargo aquel que era su líder, tenía algo especial preparado para su gran amigo. Ace sabía que el bueno de Billy jamás había tenido una experiencia sexual plena, algo que en su opinión no era para nada sano, así que decidió desde hace mucho tiempo, hacer debutar a su amigo en su cumpleaños, seria con una prostituta, si, lo sabía, pero era mejor que nada.

Los cinco miembros de la banda gangrena detuvieron sus andares cerca de una calle bastante animada, llena de luces de neón que anunciaban diferentes bares y antros, y alguno que otro prostíbulo y table dance. Ace había estado juntado dinero desde hace algunos días, a base de robos a varias personas y algunas tiendas poco transitadas, para poder pagar por buena compañía. No quería escatimar en gastos, no esa noche, no por su buen amigo. Finalmente llegaron a su destino, una casa con una linterna roja en la puerta, la cual servía para dar a conocer que esa era una casa de citas, lo que significaba que uno podía conseguir mujeres para divertirse, y esa era la mejor o al menos eso le dijeron a Ace.

Tocaron el timbre y los atendió una señora bajita ya de edad avanzada y los hizo pasar, Ace intercambio un par de palabras con la señora y esta después de asentir, llamo a todas las chicas disponibles esa noche.

Un total de 15 mujeres de diferentes edades y características físicas desfilaron para ellos, altas bajas, morenas rubias, con colores de cabello extravagantes; de ojos castaños, violetas, pelo ondulado y lacio. Toda una variedad de chicas dispuestas para ellos. Ellas les sonrieron de manera coqueta, intentando mostrar sus mejores atributos físicos. Todas estaban bastante maquilladas, para resaltar su belleza natural y sus vestimentas eran muy extravagantes. Cualquiera de ellas haría lo que le pidieran, siempre y cuando tuvieran el dinero suficiente para pagarlo.

—Hola señoritas — Saludo amablemente Ace — Hoy es el cumpleaños de mi buen amigo Billy y necesito que me brinden de sus servicios, para él y para todos nosotros claro está. La ronda de alcohol sale por mi cuenta, podrán pedir lo que quieran, iremos al bar de un buen amigo mío, no está muy lejos de aquí. Allí también dispondremos de habitaciones para cada uno de nosotros.

Las chicas, entre sugerentes y contentas, aceptaron ir, bastante emocionadas por el plan, no solo les pagarían esta noche, sino que, con suerte podrían emborrachar a sus clientes y tal vez sacarles más de lo que normalmente cobraban. Entre cuchicheos y risas estaban ansiosas por marchar hacia su destino, sin embargo una voz entre todas se hizo resaltar para mostrar su disgusto con lo planeado.

—Iug no, que horrible — Dijo una chica de cabello negro y ondulado. Su cara mostraba un profundo asco, como si no pudiera siquiera estar cerca de ellos. — Yo jamás aceptaría estar con tu amigo, ni por toda la fortuna del mundo.

El ambiente sé tenso durante un momento, nadie esperaba que aquella chica dijera eso, varias otras pusieron una mueca de miedo absoluto, la joven era bastante nueva en el negocio y no conocía todavía con quien callar y con quién no. Sin embargo Ace no dejo que su felicidad se esfumara, dejaría pasar aquella descortesía.

—Oye no seas grosera, si está un poco gordo, pero sabe divertirse. — Dijo entre risas Ace, intentando no perder su buen humor y darle poca importancia al asunto.- Esta bien si no quieres, tú te lo pierdes.

—No me importa lo gordo, ni lo flaco, chaparro o incluso lo raro que parezcan — Dijo viendo a cada uno de ellos, señalando sus características más notables — pero ustedes parecen enfermos, no se bañan o así nacieron con ese color tan repugnante de piel, como si estuvieran podridos o algo.

— Oh vaya, era eso, bueno chicos parece que hoy hay una agua fiestas entre nosotros, y no nos gustan esa clase de personas verdad — Dijo Ace con fingida tristeza, mientras miraba a la chica con cierto aire de malicia y enojo. Frunció el seño, ahora su humor se había ido a la mierda gracias a esa puta y no se quedaría de brazos cruzados. Se acerco a ella lentamente mientras buscaba algo en su bolsillo. Sin embargo fue detenido.

—Calma amigo — Serpiente, siseando sus palabras, logro tomar el brazo de su casi hermano y líder, calmándolo. — Se lo que piensas, pero no es el momento, hoy es día de Billy, se lo debemos.

—Si — Dijo Ace sin voltear a verlo, pero viendo al Gran Billy el cual estaba sonriendo a pesar de todo, posiblemente sin entender por qué todos estaban tan callados — tal vez tengas razón Serpiente. Lo dejare pasar esta vez.

—Uff que bueno que esos de piel podri... —La pelinegra fue interrumpida por otra de las chicas, una linda joven de un pelo liso y largo color violeta, al igual que sus ojos. esta le tapo la boca y la llevo a la otra habitación — Suéltame Brittany, me haces daño, mi collar se aflojo sabes. — Sonaba a lo lejos cada vez mas débil hasta que no se oyó ya nada.

Sin embargo el sonido de ellas alejándose no era el centro de atención, todos miraban a Ace, este estaba tratando de no alterarse pero le era muy difícil, no era posible que justamente hoy se topara con ese tipo de persona que a él le repugnaba. Le vinieron a la mente imágenes de su pasado que él quería olvidar, apretó los puños hasta el punto que le escurrió un poco de sangre.

—Tranquilos hombrecitos — dijo la chica de pelo violeta, regresando , así rompiendo ese tenso ambiente, todas las chicas suspiraron de alivio — Cyntia solo es algo especial con sus clientes, pero no se preocupen, varias de nosotras sabemos divertirnos, no importa qué clase de hombre sea, sabremos complacerlo.

—Oh ya veo, muy bien — Ace volvió en sí, recuperando el control — ¿Qué les parece si vamos al bar entonces? Muy bien chicos elijan a quienes quieran, si Arturo puedes llevar más de una. Ahora vamos a la fiesta de sus vidas.

Se dirigieron al bar, el cual estaba a unas cuantas calles de la casa de citas, al parecer estaba reservado solo para ellos, ya que estaba vacío. Los recibió un hombre de gran tamaño, bastante rellenito pero con unos brazos negros que recordaban a los de un gran gorila, a pesar de su corpulencia tenía cara muy bonachona, cejas muy pronunciadas y una gran sonrisa. El vestía una playera informal color blanco con mangas azules, unos jeans color café y una gorra amarilla arriba de su calva cabeza. Lo más destacable de él es que sus ojos eran completamente blancos.

—¿Qué hay Russ?, por fin hemos llegado. — Dijo alegremente Ace, abrazando a su gran amigo.— Gracias por prestarnos el lugar. Te prometo que no nos excederemos demasiado.

— Si Bro, cuando gustes, igual no siempre esta tan lleno de vida este sitio, y como ya casi me mudo con mi tío, no me importa mucho poder tener una fiesta de vez en cuando. Solo por favor compórtense.

—Tú sabes que sí. Te doy mi palabra.

—Como si esa valiera mucho. —Dijo entre risas — Ya sabes tomen todo el alcohol que gusten. Si necesitan algo solo pídanlo.

—Gracias amigo. ¡Que empiece la fiesta!. —Dijo Ace, acercándose a la rocola y poniendo una canción de metal pesado a todo volumen.

Rápidamente el pequeño Arturo fue a la barra y le fue sirviendo a cada uno una bebida, tenían de todo desde whisky, hasta su propio favorito tequila; algunas de las chicas prefirieron solo beber cerveza, después de todo no podían permitirse beber de mas si querían exprimir hasta el último centavo que tuvieran. Arturo después de servir todas las bebidas se puso a hablar con las tres hermosas chicas que había elegido para él. A pesar de tener una estatura menor a la normal, eso nunca le había importado, el se sentía a gusto consigo mismo y por eso cada que podía pedía mas que los demás, para que nadie dudara de sus capacidades. Iba a estar con esas tres chicas en la cama, haría que no pudieran pensar en otra cosa que no fuera en él, ellas estarían todo el mes suplicando poder volver a sentir su miembro, pero él no se los daría tan fácilmente.

Billy estaba realmente feliz, sus grande amigos habían hecho de su cumpleaños el mejor que había tenido hasta ahora, el no podía más que agradecer haberlos conocidos a todos ellos, no importaba si él no era muy listo, sabía que podía confiar en sus camaradas, después de todo, ¿Quien más le organizaría una fiesta como esta a él? Agradecía sobre todo a Ace, por darle la oportunidad de poder tener sexo con una chica de verdad, hasta ahora solo había podido conformarse con ver películas porno y espiar de vez en cuando los vestidores de las chicas de las tienda de ropa, darse placer a si mismo era fantástico, pero aburrido después de mucho tiempo. Esperaba tener un buen papel en esta oportunidad, estaba nervioso, si, pero sabía que no tenía nada que temer, después de todo había elegido a una linda chica de rasgos asiáticos, bastante pequeña en comparación con él, y esta se la pasaba mirándolo, acariciando sus brazos y riendo a cada chiste que hacía. Tal vez con suerte esta chica terminara siendo su novia.

Mientras todos bebían, reían y jugueteaban, había un chico encorvado, de ojos saltones que estaba atento a todos en la sala. Genio estaba esperando la oportunidad perfecta para sacar lo que él había llevado para la fiesta de su amigo, a él no le gustaba mucho el alcohol, era algo que no controlaba mucho y siempre terminaba perdido de maneras inimaginables. Sin embargo el tenia mucho más resistencia y control a los estupefacientes y psicotrópicos, realmente no sabía cómo, pero rara vez le afectaban de manera negativa, para él las drogas alucinógenas eran como un buen vaso de café en la mañana o una cerveza bien fría en un día de verano. Y este día en especial había traído de todo tipo de sustancias. Su favorita era el peyote, sin embargo también era la mas difícil de conseguir, pero para su fortuna había podido adquirir varios para ese día.

Cuando la rocola termino de tocar el metal pesado que habían puesto y comenzó con algo mas psicodélico, supo que era el momento. Su plan era sencillo, ofrecería a sus amigos y a las invitadas mariguana para que la que quisiera animarse sumara sin preocupación, la mariguana después de todo para la mayoría no era nada del otro mundo. Sin embargo tenía unas cuantas píldoras sorpresa por si alguno se animaba a dar una probada.

Genio nunca había sido un buen prospecto para ninguna mujer que el conociera, por lo que siempre había recurrido a drogar a las chicas que más le gustaran, no era algo de lo que se sintiera orgulloso, pero tampoco era algo que le quitara el sueño, simplemente algunos tienen suerte y otros no. Por lo que, si sus amigos así lo querían, les daría yumbina para poner en las bebidas de las mujeres, en caso de que estas se negaran a hacer algo que ellos quisieran, ellos podrían decidir si lo hacían o no. El sabia que lo que él quería, la chica que eligió, jamás aceptaría, pero desde que la escogió, ella no tenia mas opción. Le susurro al oído a Ace su plan, este solo sonrió y asintió con la cabeza.

Entre todas aquellas personas que estaban pasándosela en grande, había un chico larguirucho de nariz puntiaguda y unos ojos con pupilas alargadas, el cual por lo flaco y su manera de hablar se había ganado su apodo. Serpiente era el que mejor se pensaba las cosas de todos sus amigos, cuando Genio le ofreció la "píldora mágica" él la acepto, pero la tiro por el desagüe en una escapada al baño, no le gustaba mucho su vida en general, le gustaban sus amigo sí, pero las cosas ilegales que hacían, él prefería solo mirar y ayudar solo cuando fuera necesario. Ya no eran tan niños como seguir así toda su vida, era divertido pero él quería avanzar en algún momento.

Dio un vistazo a todos sus amigos, Arturo estaba jugueteando con los pechos de una de sus chicas, mientras metía su mano debajo de la falda de otra y besaba al mismo tiempo a las tres, ¿Cómo era posible siendo tan pequeño? Es algo que Serpiente nunca había comprendido; Genio ya había desaparecido, posiblemente ya estuviera en la habitación que le asignaron, tal vez con la chica ya drogada, Billy hablaba con la chica asiática se notaba que estaba muy nervioso, tirando parte de su bebida de vez en cuando, pero parecía feliz. Y Ace, el estaba en su mundo, todavía afectado por las palabras de esa prostituta.

La fiesta rápidamente se lleno de excesos, entre las mujeres el alcohol, y el humo de mariguana que inundaba el ambiente, las chicas cada vez se ponían mas cachondas, la ropa que tenían ya era mínima y comenzaban a besarse entre ellas, a petición de los chicos, claro que ellas cobraban por cada beso que daban a sus compañeras, la tarifa de estar con ellos estaba ya establecida, pero cada acción fuera del sexo convencional, era cobrada a parte por ellas. Eso no era problemas para ninguno, ya que tenían suficiente dinero para disfrutar toda la noche. Las cosas se fueron poniendo más intensas, al punto que cada uno quería empezar su propia fiesta privada en sus habitaciones. Arturo solo se despidió con una seña, mientras las tres chicas se lo llevaban cargando y le quitaban un pedazo de ropa cada una, muy ansiosas y ya calientes.

El líder de los chicos estaba bastante intranquilo, no podía sacarse de la cabeza a la prostituta que les había visto con asco, no se sentía lo suficientemente bien para tener sexo en ese momento, necesitaba salir un poco a respirar, y le porro que le había dado Genio ayudaría en algo. Ace noto que Billy estaba ansioso por ir a la habitación pero no sabía cómo pedirlo, así que se acerco a la chica que había elegido para él, tenía un pequeño plan y así podría salir un rato del bar , además de darle otro regalo a su amigo.

—Hola preciosa, ya casi es hora de que juguemos nosotros, sin embargo tengo que pedirte un favor, el gran Billy es nuevo en esto, así que quisiera que tú y tu amiga lo hicieran pasar un gran rato, mamadas, sexo anal, sesenta y nueve, ya sabes todo el paquete. Es mi regalo.

—Bien, no tengo problema, solo ya sabes, todo el paquete cuesta más y seremos dos así que será el doble.

—Sí, no te preocupes. — Ace sacó varios billetes de su cartera y se los dio a la chica. — Todo sea por mi Buen amigo. Yo mientras iré por algo que olvide. Cuando regrese será mi turno preciosa. —dijo seductoramente.

—Estaré esperando por ti guapo.

La chica se fue hacia su amiga y Billy, y los tres se dirigieron a la parte de arriba, donde estaban las habitaciones, entre risas y sonrojos de Billy, desaparecieron a la lejanía.

Serpiente, que hasta ahora solo había estado charlando y bebiendo quiso acercarse a Ace para hablar, pero alguien llamo su atención.

—Y dime hombrecito, ¿Que es lo que te gusta hacer para divertirte? —le pregunto una chica de pelo corto color verde, ojos de color marrón y piel morena.— Has estado muy callado toda la noche, muy en tu mundo, ¿Que Stephanie no es suficiente para ti?— Pregunto en tercera persona haciendo un puchero y tocándose el cabello juguetonamente.

—No, eres muy linda, solo que no soy mucho de pedir estos servicios.— Dijo entre siseos intentando ser cortes.

—¿Eres gay? — Preguntó en tono de burla.

—Claro que no — Serpiente había caído en el juego de la chica.— Y te lo voy a demostrar.

Acto seguido comenzó a besarla mientras una de sus manos se deslizaba hacia sus muslos. Ella había tocado una fibra sensible de él, lo que menos le gustaba a Serpiente es que dudaran de su hombría, y si de algo estaba seguro es que le callaría la boca a esa chica, Ace podría esperar un poco más. Después de todo la chica que eligió también era completamente su tipo, por alguna razón él le tenia manía a las chicas de pelo corto, tal vez no le gustara mucho el sexo casual o el sexo pagado, pero de vez en cuando no estaba mal tampoco, solo desahogaría sus ganas guardadas, para demostrarle a esa chica que tan equivocada estaba. Y mientras seguía avanzando más hacia los pechos de la chica entre beso y beso, pudo notar como Ace, salía del bar.

Iug no, que horrible. Seguían pasando por la cabeza del joven esas palabras.

¿Por qué?, Ace no podía entender a la gente, desde que era niño toda su vida se la había pasado solo. No fue hasta que encontró a sus amigos que pudo sentir lo que era una familia de verdad. Pero antes de eso, toda la gente, todos los ciudadanos de esa podrida ciudad, siempre se burlaban de él, del color de su piel, pensando que si se acercaban mucho se contagiarían de alguna enfermedad. Haciéndole heridas para ver si su sangre también era verde, amarrándolo y encerrándolo en las alcantarillas, diciendo que era ahí donde pertenecía.

Hasta que un día se arto, empezó a defenderse, empezó a regresar los golpes, regresar las heridas. Se dedico a robar, abusar de aquellos que abusaron de él, a aprovecharse de aquellas personas que se creían mejores que él solo por tener una piel de un color "normal". Y no paró ahí, llego un momento en que los crímenes comenzaron a hacerse más graves, secuestro y extorsión, violación, incluso asesinato, su vida de un momento a otro pudo haberse vuelto mucho peor, de no ser por Serpiente, él había estado desde que eran niños con Ace, parándolo cada vez que se pasaba de la raya, solo que no podía estar todo el tiempo ni a todas horas con él. Ace agradecía mucho la presencia de su amigo, de todos sus amigos y les prometía cambiar cada vez, solo que a veces las personas lo sacaban de quicio, era algo que aun no lograba controlar.

—Diablos, esta mierda nunca es suficiente para calmarme. Pero bueno, creo es inevitable que me sienta así ¿no? — Ace suspiro mientras lanzaba la pregunta al aire, tiro la colilla al basurero mientras se perdía su mirada en la nada.— Espero poder cambiar, siento no poder hacerlo tan rápido amigos, ni siquiera por ustedes.— Sin pensárselo mucho mas cerro el basurero y decidió alargar un poco el tiempo antes de regresar al bar.

Serpiente se había quedando hablando con Stephanie, su competencia de besos y caricias había terminado cuando le provoco a ella un orgasmo, la chica le pidió ir a la cama, pero él decidió que quería conocerla un poco más, no quería ir aun a su habitación, no hasta que regresara Ace, ya llevaba fuera casi dos horas, no es que le preocupara que le pasara algo, solo no quería que cometiera una estupidez, él sabía lo sensible que era Ace sobre lo que pensaban los ciudadanos de Townsville de ellos, sobre todo como los miraban y trataban solo por ser diferentes. Estaba agradecido con su amigo por todo lo que había hecho por ellos, como los defendía y como los ayudo a defenderse del mundo. La intimidación, el libertinaje que tenían y el modo en que ellos maltrataban a los débiles era una pequeña venganza contra todas las atrocidades que la ciudad había cometido contra ellos, pero en el fondo no eran unos desalmados. Ellos no mataban gente, si es que no era en defensa propia, no torturaban a nadie y casi todas las cosas malas que hacían eran para sobrevivir o por diversión. Sin embargo Ace había traspasado el limite más de una vez, y era el deber de él, como su amigo, pararle los pies.

Serpiente estaba a punto de salir a buscar a su líder, cuando este regreso, parecía mas calmado. Eso lo alegro, le hizo una seña de saludo y este le sonrió.

—Aun no van a divertirse.— Dijo Ace levantando su ceja como suele hacer cuando algo le sorprende.

—Estaba esperándote, pensé que te había pasado algo.— Dijo entre siseos Serpiente

—Nah, solo fui a... relajarme un rato con un poco de hachís de Genio. Esa cosa sí que te hace perder la noción del tiempo. Pero ya estoy aquí, iré por mi chica y tu deberías ir también ya a tu cuarto o serás el único que no se divierta.

—Bien entonces, nos vemos mañana supongo.— Serpiente tomo de la mano a su prostituta y se fue sin decir más.

—Hasta mañana amigo.— Antes de subir, fue hacia la barra para tomar un trago rápido y le dijo a Russ:— Agarrare la misma de siempre.

—Solo no hagas un tiradero como la ultima vez.— le pidió Russ, mientras le daba una llave para el cuarto que quería— Los inspectores andan más peligrosos que de costumbre y con lo de la mudanza a reino unido... no quiero tener que retrasarlo más.

—No te preocupes, si tiro algo, lo limpiare

—Eso es lo que me preocupa.

Ace subió las escaleras que daban a la segunda planta, el sabia de quien era cada habitación solo por los sonidos que salían de cada una. Arturo tenía una fiesta enorme, sus chicas no paraban de gemir mientras él estaba como loco gritando "vamos preciosa" "¿Quieres más rápido primor?" y más cosas por el estilo. Genio estaba en la habitación en la que se oían ruidos extraños y gemidos amortiguados, no sabía que estaría haciendo ahora pero esperaba de verdad que esta vez no dejara marcas a la chica, la ultima vez tuvieron que dejar la ciudad un par de meses por eso.

Se dirigió a la habitación de Billy, solo se oía un ronquido fuerte, característico del ciclope, lo cual indicaba que el ya había acabado sus asuntos ahí. Ace entro sin hacer mucho ruido, no quería despertar a su amigo, solo quería ver si su chica estaba en condiciones de estar con él, no quería ser el único sin diversión. Para su alivio la mujer en cuestión estaba en el pequeño baño del cuarto retocándose el maquillaje. Ace llamo su atención con una pequeña tos, la mujer lo vio y decidió seguirlo, ahora era su turno.

Ace la tomo de la mano, necesitaba un poco de sexo para terminar de olvidar sus penas, tal vez eso terminaría de calmarlo. La habitación que le gustaba ocupar se encontraba en el fondo del pasillo, era una habitación bastante grande y limpia, con una gran puerta de roble, era la mejor del lugar, pero no le gustaba solo por eso. También en ella había un pequeño mini bar con barra, en el cual Ace guardaba una selección de vinos que le gustaba coleccionar. Decidió abrir uno y sirvió dos copas. Poner un poco de ambiente antes del sexo era casi un protocolo para él.

—Bueno lindura, ¿Qué te parece este lugar?, ¿No es perfecto?

—Para mí es igual lindo, yo solo vine a complacerte.— Se acerco a Ace y lo beso, mientras su mano se dirigía a su entrepierna.

—Lo sé, lo sé, pero un poco de platica siempre ayuda a empezar la acción ¿no?— Dijo devolviéndole el beso. No le importaba mucho pasar ya a la acción pero quería conocer a la chica un poco.— ¿Cómo te llamas?

—Brittany, pero mis clientes no suelen llamarme por mi nombre. ¿Y tú?

—Me llamo Ace.

—Así que... ¿Tú eres el líder de todos ellos no Ace? El líder de la gran banda Gangrena.

—Si así es, pero me gusta pensar más que soy como el hermano mayor, aquel que se encarga de cuidarlos y protegerlos de lo horrible de este mundo.

—¿No están ya grandes para que se cuiden solos?— Mientras hablaban Brittany le comenzó a quitar la ropa a Ace. Con cada prenda que le despojaba ella también se quitaba alguna. Ya sin su playera el líder de la banda gangrena se notaba musculoso y se le veía una que otra cicatriz. Sin distraerse mucho mas metió su mano debajo del pantalón, Ace ya estaba excitado y se le notaba. La chica estaba atenta a lo que Ace decía, pero eso no le impedía ir besando su cuerpo a cada palabra de él.

—Este mundo es duro, siempre lo ha sido.— A Ace le agradaba que lo atendieran como se merecía, cuando tuviera él que entrar en acción lo haría, pero mientras ella tendría que tomar la iniciativa. Brittany seguía sacándole la ropa y jugueteando con su miembro— Pero sobrevivimos a pesar de todo, y a veces hasta nos quedamos con premios de nuestras victorias.

—Y dime, ¿son así naturalmente?

—¿A qué te refieres?

—De este extraño color verde.— Ace se tenso. No esperaba que ella le hiciera esa pregunta, no quería tocar ese tema precisamente ahora que estaba intentando relajarse.

—Oh sí, así nacimos.— Dijo sin darle mucha importancia.

—Muchos dirían que es asqueroso o repulsivo, pero a mí me gusta, siempre me ha llamado la atención lo extraño y único, las cosas fuera de lo normal, así que ustedes... no, tú eres perfecto para mí.

— ¿De verdad?— Ace formó una sonrisa extraña, no sabía cómo reaccionar a ese comentario.

—Sí, el verde es el color de lo toxico, del hedor, de todo aquello que está contaminado y de cierta manera me pone muy cachonda que seas así.

—Ya veo... —Dice Ace, perdiéndose un instante en su mundo, pero a continuación comenzó a actuar, la tomo con fuerza de la cintura y la tiro sobre la cama, mientras la besaba muy apasionadamente, comenzó a llenarla de caricias, desviviéndose en ello, con cierta desesperación. Apretó sus senos delicadamente y mientras pasaba su lengua sobre ellos. Brittany comienzo a gemir suavemente, esperando que el chico la hiciera suya. Ace comenzó a acariciar con delicadeza la entrepierna de la chica, jugando sutilmente en la entrada de esta, metiendo y sacando sus dedos haciendo que ella temblara de placer, mientras le hablaba al oído suavemente.— En cambio tu piel es suave, blanca, delicada, con unas perfectas partes rosadas. Sin ninguna imperfección, ni siquiera marcas de bronceado. ¿La cuidas mucho verdad?. Eres perfecta cual diosa griega. Me excitas de una manera que no puedo contenerme...— Siguió besándola un poco más, haciendo que ella llegara al orgasmo en un par de ocasiones gracias a sus caricias y toqueteos. Sin embargo ella quería mas, quería que sus carnes se unieran en uno solo. Ace entonces para no hacerla esperar más, la puso de cuclillas y comienzo a penetrarla a un ritmo bastante lento, disfrutándolo mientras durara, pero la chica no estaba satisfecha solo con eso, así que decidió aumentar el ritmo, moviendo sus caderas con intensidad. Ella de verdad ansiaba poder sentirlo dentro, estaba acostumbrada a que fueran rudos con ella. El ritmo fue aumentando gradualmente, Brittany quería mas y mas, quería que fuera rudo con ella, quería sentir su trasero ardiendo, quería un verdadero hombre, tal vez Ace entendió sus señales porque de pronto le soltó una nalgada que estaba segura que le dejaría marca. Sintió las manos del chico recorrer sus cuerpo, desde el trasero, pasando por su espalda, hasta llegar a su cuello.— ...pero que lastima, con lo bonita que eras...

Entonces en medio de la excitación, Brittany comenzó a sentir que le faltaba el aire. Ace comenzó a apretar su cuello con mucha fuerza. Al principio la chica pensó que era parte del juego, ya que no era la primera vez que algún cliente quería experimentar con sexo rudo, sin embargo, las palabra que había dicho la pusieron alerta. Ace no dejo de apretar su cuello ni de penetrarla por más tiempo que pasara, ella comenzó a moverse bruscamente, intentando quitarse a Ace de encima, pero el joven de color verde la tenía muy bien controlada, no dejaría de hacer lo que hacía hasta que él terminara.

—Es una lástima que no seas la única que piense así de nosotros, es una lástima que mi piel sea una puta burla para ti. Eres igual al resto, que te fascine mi piel porque eres una asquerosa, ¿Crees que eso es un alago?, ¿Qué? ¿Ya no dices nada? Gente como tú me repugna, como toda la gente de esta ciudad maldita, ¿sabes lo que yo y mis amigos... mis hermanos hemos sufrido?— Gritaba Ace, sacando por fin todo el odio que tenia dentro.

Brittany estaba desesperada, estaba comenzando a perder la consciencia, intento patalear, intento gritar, comenzaba a sentir nauseas necesitaba quitarse a este loco de encima, antes de que fuera muy tarde.

—No mi amor, nadie puede oírte, ¿Sabes por qué siempre elijo esta habitación?, porque es insonora, no importa lo que pase aquí, aquí se queda.— Ace, dejo de apretar el cuello de la chica y esta por fin pudo tomar algo de aire, tosió por el daño que le hizo a la garganta mientras se sobaba el cuello, pero el infierno aun no acababa, Ace le dio la vuelta.— Quiero verte a los ojos, cuando por fin me corra en ti— Mientras aun se intentaba recobrar el aliento, lo vio a los ojos. Entonces y solo entonces, Brittany sabía que estaba perdida, aquel que lo veía no era el mismo chico que había llegado alegre a pedirles servicio, era un animal, sus ojos solo detonaban violencia y locura, no había forma de escapar, el odio en sus ojos, la locura en ellos solo indicaban que esto se iba a poner peor. La chica no pudo más que comenzar a llorar. Y entonces volvió a sentir como el chico volvía a ahorcarla, con más odio, con más fuerza que antes.

—Oh mira, ¿Ahora te pones morada? ¿Qué asco de color de piel es esa? Creo que te ayudare a agarrar otros colores, ¿Qué te parece esto eh?— Ace no conforme con dejar poco a poco sin respiración a la chica le soltó varios puñetazos en la cara, logrando que ella comience a sangrar, ella no podía hacer otra cosa que llorar, se estaba quedando sin fuerzas. Ace estaba llegando a un punto sin retorno, él lo sabía, pero a estas alturas ya no le importaba. Ace veía como la vida de la chica se iba alejando poco a poco de ella mientras con una mano seguía asfixiándola y con la otra la golpeaba, y cuando ya no quedaba rastro de vida en sus ojos, tuvo uno de los mejores orgasmos de su vida.— Pero no creas que por estar en esa condición, dejare de divertirme contigo. Yo no soy como tú, yo no discrimino.

Volteo el cadáver de la chica, y fue a servirse otra copa de vino, Ace ya se sentía un poco más tranquilo, sin embargo la noche aun era joven, quería seguir experimentando placer con la chica, aunque esta ya no se moviera. Y mientras comenzaba a beber volvió a lo suyo, penetro a la chica una y otra vez, la mordía con fuerza de vez en cuando hasta que sangraba y le fue arrancando un pedazo de oreja, uno de sus pezones, pedazos de carne que le fueran fáciles de arrancar los cuales escupía antes de beber mas vino, quería hacerle el mayor daño posible, aunque ella ya no lo sintiera, la odiaba por lo que había dicho, la odiaba por su piel fina, la odiaba como a todos en la ciudad.

—Ni siquiera se porque es tan importante la piel, que tiene de especial, con lo frágil que es.-Saco una navaja de su chaqueta que aun se encontraba en la silla y comienzo a hacerle cortes al cadáver— A ti también te sale sangre con cada herida, sangre común y corriente, sangre como todos. Pero en fin, yo no soy el enfermo, ustedes son los que están todos locos

Ace ya había desquitado toda su ira, toda su rabia, no necesitaba nada mas de ella, para el ya había pagado el precio de su estupidez. Se dio una ducha rápida para quitarse la sangre que le había salpicado el cuerpo, tendría que limpiar con bastante cloro la habitación y tirar las sabanas manchadas de sangre. Sería un largo día de limpieza, pero no quería meter en problemas a su amigo Russ. Comenzó a vestirse de nuevo, tenía que deshacerse del cuerpo antes de que amaneciera y pensar en que es lo que iba a hacer para que no lo relacionaran con este crimen. El no quería ir a prisión por asesinato, por un lado si solo iba él a la cárcel, sus amigos estarían bastante perdidos sin él, y si llegaban a sospechar que ellos eran cómplices nunca se perdonaría que los arrestaran con cargos de asesinato solo por no poder controlar su rabia.

—Es por eso que odio tener que tratar con gente como ustedes. Pero tú ya no puedes decir nada ¿Verdad? Así que no creo que me delates.— Se dirigió al cadáver de la chica, el cual estaba ya bastante desfigurado — Ya no eres la más bella del lugar, y ahora tendré que tirarte como la basura que eres. pero no te preocupes, no estarás sola, alguien ya se te adelanto.

Ace busco entre las tantas curiosidades que guardaba en el mini bar que tenía en esa habitación y saco una bolsa negra de basura enorme, un bidón de gasolina y utensilios de limpieza, metió ahí como pudo el cadáver de la chica, junto con una de las botellas de vino vacía, las sabanas y todo lo que estuviera manchado de sangre. Salió de la habitación, asegurándose que nadie estuviera a la vista y se llevo cargando la bolsa y el bidón a la calle. Aun no salía el sol, eso era bueno para él, se dirigió al basurero mientras arrastraba la bolsa y se asomo dentro antes de echar la bolsa dentro.

—Mira, ¿Ves como no estarás sola? Tu amiga que no dejaba de hablar por fin callo su boca. O más bien hice que dejara de decir tantas cosas hirientes.— Dentro del basurero se encontraba la otra prostituta, tenia metido un calcetín en la boca y varias puñaladas en el cuerpo, su rímel estaba completamente corrido y tenía una expresión de miedo en su rostro. Entonces metió dentro la bolsa negra y roció todo el bote con gasolina— Supongo que debería olvidar el pasado y dejar de hacer este tipo de cosas ¿no chicas?

Ace regreso al bar, no estaba preocupado por que encontraran los cadáveres, sabía muy bien que cerca de ahí se juntaban unos chicos de barrio para fumar a escondidas de sus padres, la gasolina que vertió ahí se encendería y quemaría las pruebas, no podrían asociarlo al incidente y para cuando eso sucediese el y sus amigos ya no estarían en la ciudad. Se tomarían unas pequeñas vacaciones en la playa, diría que es la segunda parte del regalo para Billy. También le serviría para descansar de la ciudad y su gente, despejar la mente. Pero antes de eso dejaría impecable como prometió el cuarto que le prestaron. Ya una vez todos estuvieran despiertos partirían una temporada fuera de la ciudad.

Cuando Ace termino de dejar todo en orden en la habitación estaba amaneciendo, fue a despertar a sus amigos, los cuales habían pasado una muy buena noche, ajenos a todo lo demás. Les dio el dinero que le faltaba a las chicas que aun seguían ahí y le dejo una buena cantidad también a Russ por las molestias. Todos ellos salieron del bar, dispuesto a regresar a su casa club, cuando un incendio comenzó a surgir cerca de donde se encontraban. Ace no le dio mucha importancia y les dijo a sus amigos sobre sus planes de ir a la playa. Estos a pesar de estar sorprendidos aceptaron de inmediato y juntos emprendieron el viaje, mientras camiones de bomberos llegaban al lugar y veían como un rastro de luces se acercaban también al lugar. Pero a ellos no les importaba eso, estaban juntos, y así seguirían toda la vida.

-FIN-

Notas finales:

Mi sistema nuevo para hacer historias sirve, aunque sigo procrastinando entre deberes de la vida y un festival medieval al que voy a ir... perdí mucho el tiempo . Fue algo curioso escribir esto, en general yo no escribo mucho lemon, más que nada porque me aburre, sin embargo, bajo un buen contexto (sea agradable o en este caso siniestro) suelo escribirlo. Esta nueva sección estará llena de historias turbias, mas explicitas. No tendrán sexo todas, pero si escenas más fuertes. Espero les agrade también y no les cause demasiada molestia. Mi fin es hacerlos sentir incómodos sí, pero no ofenderlos ni recrearles traumas. Los leo la próxima.

Disculpen mi manera de combinar los nombres en inglés y en español de algunas cosas, pero uso el que más me gusta de las dos versiones, por ejemplo me gusta más Townsville que Saltadilla, pero el nombre chicas súper poderosas lo uso más que PowerPuff girls... cosas así.

No leemos el próximo mes.