Shion miró al frente con el bebé en brazos y Hamlet subido en el hombro, dándole la espalda a Nezumi.

–Vamos Hamlet– Shion comenzó a andar hacia la grita del muro.

–¡ESPERA! –Nezumi se acercó corriendo, como si no pudiese esperar más para estar al lado de Shion. – No quiero que nos separemos, quédate conmigo.

–Sabes que no puedo- le miró a los ojos y suspiró. – Sabes que quiero ir con mi familia.

Nezumi miró a Shion a los ojos y luego bajó la mirada, indeciso, sin saber qué hacer. Quiería estar con él, pero no quiería entrar a la ciudad. Estaba nervioso y confuso, pero al final se decidió y, mirando a Shion, declaró en voz alta:

–Iré contigo, iré contigo a buscar a tu familia.

Ambos sonrieron y, cogidos de la mano, se alejaron, dirigiéndose al muro, preparados para su nueva vida.