TÁCTICA & ESTRATEGIA.

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Porque por amor, somos capaz de cometer las mayores estupideces del mundo. Nos cegamos ante cualquiera otra posibilidad y tomamos las peores decisiones en los peores momentos. -Entonces es un Trato. -¿Estas segura? ¿No te importa su felicidad, se su pone que ambos son tus mejores amigos?-Tu necesitas mi ayuda y yo la tuya./ -Hmph, deberías darle la oportunidad a alguien mas.


Declaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, pertenecen a Masashi Kishimoto-sama :D Pero este fic, sí. Así que queda prohibido tomar mis fic's y publicarlos en otras páginas sin mi permiso.

.Bueno antes que nada, quizas a algunos se les hara famliar la Historia, (y no hablo de que a algunos nos ha pasado algo similar alguna vez :S )Me refiero a que esta historia ya la habia publicado antes, pero debido a la escuela, despues vaccaiones y de nuevo escuela, no me daba tiempo de subir nada, estaba en blanco..., por lo que la borre de mi cuenta . PERO decidí retomarla, es por eso que aqui esta. La he revisado nuevamente y aumentado uno que otras cosas, asi que espero que les guste :D

Asi que me gustaria saber que les parece ¿les gusta o no?

:S :D

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El viento mecía sus rosados cabellos, acariciando con ello su níveo rostro. El sol brillaba en esa hermosa mañana como todos los días, todos a su alrededor parecían felices, excepto ella. Tenía un nudo en su garganta, y esa insistente picazón en los ojos, que le anunciaba que en cualquier momento podría echar a llorar. Siempre era lo mismo, cada vez que lo veía con ella, en pocas palabras, todos los días- de lunes a viernes de siete de la mañana a dos de la tarde-. Se tendría que haber acostumbrado hace tiempo, pero no, no podía acostumbrarse a ello. No existía ninguna posibilidad en su mundo que aquello dejara de afectarle.

No es fácil ver a la persona que amas abrazando y besando a otra. Y es que ella era tan masoquista a veces que no podía evitar quedarse ahí parada como tonta mirando aquella escena que tanto daño le causaba. Por más que quería, no podía ignorarlo.

Lo amaba, estaba enamorada de él, su confidente, cómplice, y mejor amigo.

Desde aquel día que lo conoció, ese primer día, en el cuarto grado de primaria cuando él le tendió la mano y le sonrió, dándole la confianza que tanto necesitaba en aquel momento. Aun recordaba aquel día con total nitidez. Nunca podría olvidar esa calidez que sintió al verlo sonreír.

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FLAHS BACK.

Se despedía de sus padres con una sonrisa, era su primer día en aquella nueva escuela. Se había transferido apenas hace dos semanas, por lo que no conocía a nadie en aquella pequeña ciudad llamada Konoha. Esa era una razón por la cual los niños y las niñas le miraron a cada paso que daba, murmurando a sus espaldas sobre la "nueva". Ella simplemente caminaba con la mirada baja sin fijarse en los demás, tratando de ignorar sus comentarios. Llego al salón que le habían indicado, entro y se sentó al final de la primera fila, la cual estaba cerca de la ventana. Podía sentir aun todas esas miradas posarse en ella, poniéndola cada vez más nerviosa, a cada segundo que pasaba.

Se había preparado desde un día antes para esta situación, sin embargo, al llegar el día no sabía cómo reaccionar. Quería hacer amigos, pero todos ahí se conocían, había estudiado años antes juntos, parecían conformes con sus amistades que no se molestaban en acercarse a ella. Dio un largo suspiro y miro al frente, sus hermosos jades poco a poco fueron paseando por todo el lugar. Podía observar a sus nuevos compañeros hablando de sus vacaciones con sus amigos, haciendo bromas tontas y riendo de ellas. El salón era diferente al de su antigua escuela, sin embargo no estaba tan mal. Solo esperaba que todo saliera bien.

De pronto una chica de cabellos castaños y ojos miel se acercó a ella, mirándola fijamente. La pelirrosa pensó que quizás quería ser su amiga, por lo que le sonrió tímidamente.

-Hola-. Saludo la pequeña ojijade al ver que la recién llegada no decía nada.

-Muévete, ese es mi lugar-. Hablo por fin la castaña, mientras tronaba los dedos. Sin embargo la pelirrosa no se movió. Quizás era miedo o simplemente confusión que sintió en aquel momento-. ¡Que te muevas, ese lugar es mío!-. Replico la niña alzando la voz, perdiendo por completo la paciencia, apoyo sus manos con fuerza sobre el pupitre provocando que la ojijade saltara del susto.

-Lo siento, no sabía que los lugares tenían dueño-. Susurro inocentemente con las mejillas teñidas de un rojo carmín, a causa de la vergüenza, era demasiado inocente para deducir lo que realmente sucedía. El silencio reino durante algunos segundos para que después el salón entero estallara de risas. La pequeña pelirrosa miro a su alrededor observando el circulo que había formado. La castaña frunció el ceño, esa pequeña pelo de chicle la estaba dejando en ridículo.

-¿Con que quieres pelear?-. Reto la niña tomándola por el cuello de su blusa y alzándola un poco de su asiento.

Sus ojos temblaron ante la amenaza de aquella niña. No sabía qué hacer para salir de aquel lio. Ella simplemente quería hacer amigos, no quería buscar enemigos.

-No-. Susurro la pelirrosa levantándose rápidamente del asiento, para cederlo. Sin embargo la paciencia de la castaña se había acabado. Alzo las manos y empujo a Sakura. Esta se fue de espaldas, cayendo al piso, sin embargo el golpe no le dolió, había caído encima de un pequeño pelinegro que pasaba por ahí.

Sakura se levantó rápidamente. Tayuyá trago grueso.

-Lo siento-. Se disculparon ambas chicas al mismo tiempo. La mirada que tenía aquel chico asía que la sangre se helara. El pelinegro se levantó sin decir nada y siguió caminando.

-¡Eres torpe!-. Grito la castaña, tomando a la pelirrosa nuevamente por el cuello de su uniforme-. ¡Me hiciste quedar en ridículo!

-Déjala en paz Tayuyá-. La nombrada se detuvo y miro a la recién llegada. Una pequeña de cabellos dorados y ojos celestes. Tenía las manos en las caderas y miraba desafiante a la castaña, quien automáticamente soltó a la pelirrosa.

-No interfieras Yamanaka-. Bufo tayuyá cruzándose de brazos. Iba a decir algo más cuando escucho la puerta del salón abrirse y entonces todos corrieron a sus lugares. Tayuyá hizo lo mismo, no sin antes amenazar nuevamente a la pequeña-. Esto no se quedara así, tonta.

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Como en todo inicio de curso, cada uno fue presentándose, hablando sobre lo que les gusta y lo que no. no había empezado por ningún orden en especial, era pura voluntad. Ella quería levantar la mano y pasar, pero aún no se sentía tan segura para hacerlo, y menos cuando la mirada de tayuyá se posaba en ella, amenazante, para después girarse y reírse con sus amigas. No estaba segura, pero parecía una niña que no amenazaba en vano, y sabía que tarde o temprano se vengaría de ella. Sabía que algo tramaba.

El salón fue quedándose, poco a poco sin voluntarios, podía sentir que pronto le tocaría. Visualizo aquel tramo del pasillo entre los pupitres que debía recorrer para llegar al frente, le empezaba a parecer demasiado largo y menos tentador. ¿Por qué no, simplemente, podía presentarse desde su lugar?

-Mi nombre es Ino Yamanaka-. Se presentó la pequeña, aquella niña que la defendiera hace un momento. Parecía una persona agradable, debía agradecerle por haberla ayudado-. Me gusta jugar a las muñecas y jugar con mis amigas, pero sobre todo jugar a los desfiles de moda. No me gusta hacer tarea.

Ino miro a la profesora dándole entender que ya había acabado. La profesora asintió y la invito a sentarse, y mientras lo hacía, los alumnos le aplaudían.

-Muy bien veo que ya no tenemos voluntarios-. Dijo la profesora, mientras inspeccionaba el salón.

Sentía que su corazoncito se detendría en cualquier momento, solo unos más si no es que ahora, y sería su turno. Tarde o temprano debía pasar.

Uno más y será mi turno, se dijo al mirar al frente y ver a aquel niño que hace solo unos momentos estaba sentado junto a ella.

-Mi nombre es Uchiha Sasuke-. Se presentó el pequeño, un niño de rebeldes cabellos azabaches al igual que su mirada. Tenía las manos metidas en sus bolsillos y parecía fastidiado. Era el mismo pelinegro que había amortiguado su caída. Se sentía tan apenada por eso.

Dejo de prestarle atención para pensar en lo que diría al pasar al frente. Trataba de memorizar cada palabra para no confundirse y hacer el ridículo. Estuvo por unos segundos así hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar a sus compañeros aplaudirle al pequeño azabache, sobre todo las niñas que le aplaudían sin mencionar que murmuraban lo lindo que era ese pequeño.

-¿Haber, quien aún no ha pasado?- pregunto la profesora mirando a los niños de manera pensativa. La ojijade alzo la mirada y entonces vio que la maestra apuntaba a su dirección-. ¿Tú, porque no pasas al frente?-. Pregunto la maestra con una sonrisa para darle confianza.

La pelirrosa asintió lentamente y se levantó de su asiento algo temerosa para después empezar a caminar lentamente por aquel pasillo entre los pupitres. No era nuevo que a cada paso que daba la miraran y murmuraran.

-Ya viste su cabello, ese rosa la hace ver ñoña-. Comento Tayuyá en el momento en que pasaba junto a su pupitre-. Es ridículo

Finalmente llego adelante y giro lentamente para quedar de frente a todos. Sentía que el piso temblaba bajo sus pies, y aquellas miradas la atraviesan hasta su interior.

-Mi nombre es Haruno Sakura-. Dijo en un murmuro silenciando con ello los murmullos del salón-. Me gustan muchas cosas, como jugar a las muñecas y al té y también adoro leer, y en realidad no hay algo que no me guste-. Concluyo la pequeña.

-Muy bien Sakura-. La felicito la profesora, dándole una palmadita en la espalda, con una sonrisa en el rostro. Algunos le aplaudieron, otros simplemente la observaban, y en entre ellos, tayuyá.

Después de eso, Sakura se dirigió a su asiento con una sonrisa en el rostro. Todo paso rápido, en un abrir y cerrar de ojos, alguien la había hecho tropezar. Trato de no perder el equilibrio, pero fue en vano. Cayó hacia adelante, rápidamente metió las manos para evitar golpearse el rostro, de un momento a otro se encontraba en el piso. Las risas no se hicieron espera, y cuando creyó que esto no podía empeorar escucho los murmullos de sus compañeros aumentar y los bochornosos comentarios sobre su tierno short de ositos rosas. Giro su vista lentamente y miro su falda, la cual se había alzado, dejando ver más de la cuenta. Alzo la vista, con el rostro sonrojado de vergüenza y vio a todos reírse en su cara, llamándola tonta y torpe.

-Tonta-. Le llamo Tayuyá, sin parar de reír. Sin duda había sido ella, de eso estaba segura… y no se equivocó-. Te dije que me las pagarías-. Susurro la pequeña castaña.

Miro al otro lado y no podía ver más que la risa de los demás, a excepción de uno. Ese niño de cabellos azabaches quien le miraba ¿enojado? Si, sin duda lo estaba, y no lo culpaba. Después de todo ella lo había hecho caer y ahora de seguro pensaba que se lo tenía merecido.

Su vista se nublo, no podría retener más su lágrimas, que empezaron a rodar poco a poco por sus mejillas. Y entonces miro al frente, solo quería salir corriendo, pero no lo hizo. ¿Por qué? Porque ahí estaba el, con la mano tendida hacia ella y una enorme sonrisa en el rostro. Sus jades se toparon con aquellos hermosos ojos azules, cálidos, llenos de alegría y vida. Las carcajadas se detuvieron y el salón quedo en un silencio sepulcral. Dudo un momento en si debía o no tomar su mano, al final lo hizo.

-¿Estás bien, Sakura chan?-. Pregunto el pequeño sin dejar de sonreírle.

Después de aquello apenas escucho a la profesora que le preguntaba si se encontraba bien, estaba en shock. El pequeño paso al frente con la misma sonrisa en el rostro, sin inmutarse ante la mirada de sus compañeros y sobre todo la de tayuyá, que le reprochaba haberla ayudado. Llego al frente y sonrió aún más.

Sakura lo siguió con la mirada, impactándose cada vez por la sonrisa del chico. Ningún tonto comentario le arrebataba aquella alegría que irradiaba en sus hermosos ojos.

-Mi nombre es Uzumaki Naruto y me gusta mucho el ramen…

.FIN DEL FLAHS BACK.

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Uzumaki Naruto. Aquel rubio de hermosos ojos azules y aquella sonrisa zorruna y juguetona que siempre mostraba ante cualquiera situación que se le presentara. Después de aquello no había día que Sakura no pasara tiempo con él. Aunque al principio ella lo había rechazado por completo, sabía que aquel rubio la haría cometer cualquier tipo de estupidez, y todo por él.

Suspiro lentamente y camino fuera de la sombra de aquel árbol.

Se convertía en una costumbre encontrarse en aquella circunstancia, a punto de romper a llorar por las malditas hormonas y cambios. Maldito crecimiento.

Recordaba esos días en su infancia cuando las cosas iban mejor que ahora, cuando apenas era una niña de ocho años y se divertía jugando en compañía de su rubio amigo.

Siempre jugaban juntos y la pasaban súper bien. Había días buenos como malos, como cuando Uchiha Sasuke la molestaba diciéndole que era fastidiosa y molesta, con su irritante mirada y su fría aura, que para algunas chicas le era increíble y enigmático, para ella no. Nada se comparaba con la sonrisa y la calidez del rubio. No es que, Sasuke, fuera malo, simplemente él era así y simplemente ellos dos no congeniaban en nada. Ella era dulce y el amargo.

A pesar de eso, siempre intento llevarse con él, porque sabía que aquello haría feliz a Naruto, sin embargo no funcionaba. A veces pensaba que le odiaba por aquel día que accidentalmente provoco que se cayera por culpa de tayuyá. Por "suerte" para la pelirrosa, cuando terminaron la primaria, él se cambió de casa y ciudad y no supo nada de él desde entonces. Solo eran Naruto y ella, y eso estaba bien. Sin embargo el destino no jugaba a su favor…

Ambos se querían sin embargo, este no era el tipo de cariño que a ella le gustaría.

7 años después..

Él era todo lo que pedía, pero no podía tener ¿Por qué? Porque él estaba enamorado de una de sus mejores amigas, Hinata Hyuga, y su amor era mutuo.

Si tan solo ese día no la hubiera conocido, y al instante no le hubiera parecido una chica encantadora...

Si tan solo no fuera su amiga… pero era inevitable no serlo...

.FLAHS BACK.

-Disculpa, podrías decirme donde se encuentra el salón de matemáticas-. Murmuró cierta chica peli azul, mientras jugaba con sus dedos, claro signo de nerviosismo.

-Si-. Sonrió Sakura, dándole confianza-, al parecer seremos compañeras de clase. Mi nombre es Haruno Sakura

-Me llamo Hyuuga Hinata-. Tartamudeo la ojo perla

.FIN FLASH BACK.

Si tan solo no se la hubiera presentado, jamás habría pasado. Aunque claro algún día se iban a conocer…

Flash Back

-¡Sakura chan!-. Grito a lo lejos, un cierto chico de melena rubia, quien corría a toda velocidad hasta la recién nombrada.

-Naruto, no tienes por qué gritar tanto.

-Lo lamento-. Se disculpó el Ojiazul, mientras le regalaba una sonrisa a su mejor amiga-. Es que me emociona verte de nuevo, han sido unas largas vacaciones sin ti.

-mentiroso, nos vimos casi todos los días

-Tú misma lo has dicho… casi-. Bromeo Naruto, a lo que la chica sonrió. Definitivamente ella también lo había extrañado y le emocionaba saber que el también.

-Oh casi lo olvido-. Se disculpó Sakura, al recordar que no estaban solo-. Ella es Hinata, Hinata él es mi amigo Naruto-. Los presento, con una sincera sonrisa de disculpas.

Naruto miro a la chica que se encontraba a un lado de Sakura. La peli azul enrojeció cuando el rubio le miro a los ojos con una cálida sonrisa.

-Mucho gusto-. Dijo Naruto, extendiendo su mano hacia ella, ella imito su gesto con cierta inseguridad. Sus miradas se cruzaron, azul con ese morado pálido de sus ojos. La chica se sonrojo aun mas, al unir sus manos con las del rubio.

Sakura simplemente observaba sintiéndose extraña por lo que presenciaba. No estaba segura de que era exactamente, o más bien no quería admitirlo, solo sabía que no le gustaría para nada. Carraspeo un par de vece para llamar la atención de ambos amigos, quienes al darse cuenta de la situación se soltaron rápidamente.

-Lo siento-. Se disculpó Naruto sonriendo como idiota, mientras hinata le sonreía tiernamente.

Se había enamorado…

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