Disclaimer: Percy Jackson no me pertenece.
Este fic participa del "Calendario de desafíos" del foro El Monte Olimpo.
Parejas: Cecico (¿unilateral?), solangelo (unilateral), jasico (implícito), louranda (establecido), Nayla (sin formalizar), Stolltie (¿unilateral?), Malchell (¿unilateral?)
Dedicado a Cessi. Porque sin nuestra conversación sobre esta pareja nunca se me hubiera ocurrido; y también para que no se te olvide que espero las peleas entre Will y Cecil por Nico.
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Estilo Hermes
A Cecil le gustaba Nico, de verdad que sí.
Muy bien, quizás muchas personas le preguntarían, ¿Y por qué te gusta él? ¿Qué tiene de especial? El segundo detalle era más importante que aclarar; para empezar Nico era especial, y punto, no es como si necesitará demostrarlo. Y eso era en serio, desde que lo había visto supo que había algo en él que no encontraría en otro chico ni en mil años-no es que le importará demasiado en quién se fijara, la verdad; para él podía ser un niño, niña o género fluido inclusive, simplemente le gustaban que fueran únicos-desde que el momento que lo vio supo que él lo era; y mira que para que un semidiós con TDAH note algo tiene que ser obvio.
Así que listo, en los primeros dos minutos que lo vio entro en su lista de chicos más sexys del campamento.
El verlo más simplemente aumento las ganas de conocerle. En serio, ¿invocar esqueletos? ¿Lucha contra romanos? Realmente nadie había exagerado cuando mencionaron que trajo un ejército de esqueletos en la batalla de Manhattan, porque al verlo no dudaba de que sus palabras fueran ciertas. Y el saber que estuvo acarreando medio mundo con una estatua mágica solo le hacía parecer más rudo.
Sip, el chico le estaba agradando.
Claro, en un principio tenía un carácter huraño y solo era medio hable con Grace-que por lo visto era su mejor amigo desde la muerte de Leo o algo así-y Will-lo que sí, le dio unos arranques de celos; sabía que el hijo de Apolo estaba loquito por el hijo de Hades desde antes de que el llegara al campamento-. Por supuesto, aunque la cabaña de Afrodita tenía sus teorías, no había forma segura de decir que el italiano gustaba de los hombres; ni que decir que si ese fuera el caso los dos rubios tendrían más ventaja que él.
Por supuesto, algo que caracterizaba a los hijos de Hermes-aparte de ser astutos, mentirosos y los mejores en los juegos de azar-es que eran lo terco de lo terco. Y era en serio; su propio padre era el ejemplo, tres mil años, un juramento de virginidad, un orgullo legendario, la frase "No me interesas" dicho más veces de las que podía ser contada, ¿y eso había hecho algo por mermar su interés en Atenea? ¡Nop! Ni siquiera nimiedades como ser su hermana le habían detenido; quizás su temible escudo, pero él seguía intentando.
Y a Cecil no le importaba que Nico di Angelo fuera una persona cerrada, lo mordaz que fuera, o el hecho de que en términos románticos si no tenía cero oportunidades estaba detrás de otros dos contrincantes.
Quería a Nico di Angelo, y esa idea no se la iba a quitar nadie de la cabeza.
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El problema era, ¿Cómo hacerlo?
Le quisiera o no, interesado en chicos o no, tenía que encontrar la forma de que al menos quedará claro que le gustaba. Muchos dirían que debería primero tratar de conquistarlo, o ser más cercano a él, o bien simplemente olvidarse del chico y su terquedad-esta, por sobre todas, no era una opción-. Sin embargo, otra tradición de los hijos de Hermes era: hazlo y pide disculpas después; así que en primera instancia Nico sabría sus sentimientos y luego vería que hacer.
Quizás no fuera su mejor idea; mas no importaba que tan guapo fuera el chico o que tan único le pareciera, él era él y no lo iba a cambiar ni por Barry Allen.
Por lo cual fue consultando gente, aunque tratando de ocultar sus motivos; contra la creencia popular, los chicos de la cabina 11 aún tenían dignidad-sí, ni los hijos de Ares se las habían quitado-.
En primera instancia fue con sus amigos, lo que no hizo más fácil las cosas.
Fue con Lou primero, debido a que era la única con una pareja. De hecho él había estado un poco perdido el día que paso, por lo cual aunque fuera de sus personas más allegadas no sabía cómo la bruja había terminado saliendo con Miranda Gardiner-que hasta donde sabía, antes de esa fecha la hija de Deméter la tenía juraba y perjurada con ella-. La punk enarco una ceja y se encogió de hombros, diciendo que las cosas siguieron simplemente su curso-con intervención de Lacy, pero su curso al fin y al cabo-.
Dado que eso no le ayudo, fue con su otro amigo; Mitchell. Uno pensaría que un hijo de la diosa de Afrodita podría darte una respuesta rápida y fácil ¿no? Pues no. En primera le hablo de todos los romances vividos que eran relevantes de mencionar-cabe recalcar que Cecil agradecía haber aprendido a dormir con los ojos abiertos-, luego de todas las canciones románticas-muchas un pop plástico que por desgracia, lo despertaron-y cuando vio que nada le había servido, se desesperó y admitió entre lágrimas que se las estaba viendo negras para que Malcolm se fijara en él.
De esa noche saco tres conclusiones: Mitchell amaba la leche con chocolate con toda su alma-y lo usaba para ahogar sus penas como si fuera alcohol-, conocía algún extraño idioma que era una mezcla de inglés, gimoteos y arranques de rabia que Cecil desconocía totalmente, y que por nada del mundo se desesperaría tanto por una persona-las manchas de chocolate en la camisa de Mitchell no se veían precisamente atractivas-.
Luego de eso se quedó sin ideas, porque los amigos se le acababan. ¿Sus hermanos los Stoll? Peleándose por Katie desde tiempos inmemoriales, ¿Kayla o Nyssa? Esas dos estaban atascadas en nos-gustamos-pero-nadie-dice-pío, ¿Will? Era su rival de amor, di inmortales, no podía pedirle ayuda.
Estaban a mediados de diciembre, casi todos sus amigos seguían por allí, y aparte del frío realmente apenas le importaba el cambio de estaciones, siempre que pudiera seguir echando bromas-donde era imposible detenerle junto con su cabaña-todo estaba bien por él.
Se encontraba aburrido y sin ideas en el porche de su cabaña, con su único entretenimiento sorberse la nariz esperando que no le salieran estalactitas en las mismas. El invierno en Nueva York nunca era demasiado inclemente.
— Amigo, si es tu deseo ver como la nieve se acumula no nos interpondremos, pero evita congelarte—sintió como se le cegaba la vista al caérsele sobre la cabeza una prenda, donde al quitársela noto que era una bufanda. Al escuchar la voz y la frase, supo que era de sus líderes de Cabina.
Puede que no lo demostraran, pero Connor y Travis eran unos buenos hermanos mayores que se ocupaban de todos, incluso su amor por Katie no lograba separarlos. Bros antes de chicas una frase sabía cortesía de su cabaña.
La bufanda era de color negro, a saber de dónde la habrían sacado; de hecho al pensarlo estaba seguro que le quedaría mejor a Nico…
Un minuto, ¡eso es!
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El problema de Cecil era tan obvio que era estúpido, se concentró demasiado en buscar una forma que no pensó en que ya la tenía: estilo Hermes.
Muy bien, no es como si fuera a imitar a su padre; aunque fuera tu progenitor uno nunca debía imitar a un dios, era el tipo de cosas que era mejor no olvidar. No obstante, era simple y a la vez tan característico de él: simplemente, hazlo.
— ¡Hey Nico! —llamo su atención, ya era la hora de desayunar y la gente se empezaba a aglomerar en la zona de comedor; eso solo hacía mejor las cosas para él. Nico iba como siempre: camisa de campamento, cadena como cinturón, unos zapatos negros y por la temporada un abrigo negro, pero nada más.
O sí, todo iba de acuerdo al plan.
El chico le miro curioso; como eran amigos-o al menos estaban en el mismo grupo de ellos-el hijo de Hades se había acostumbrado lo suficiente a él como para no matarle con la mirada por dirigirle la palabra. Restaba decir que para Cecil eso era un avance importante, pero bueno.
— Deberías cubrirte más o pescaras un resfriado—dijo cuándo se encontró al frente suyo, mientras levantaba un poco su mano con la bufanda negra que sus hermanos le dieron. Nico le vio con indiferencia.
— Estoy bien así—respondió como si nada, aunque le veía con un poco de curiosidad; ni él ni sus hermanos se caracterizaban por su generosidad.
— Oh vamos, no seas así—ignorando su comentario, puso la bufanda alrededor del cuello del chico, que en definitiva le combinaba-como todo lo que fuera negro-. Se la puso de tal forma que los dos extremos quedaran en el pecho del italiano.
Agarrando las dos puntas, jaló al chico hacia él y le planto un beso.
Cecil no estaba seguro de cómo se volvieron el centro de atención, sin embargo un silencio sepulcral quedo en toda la zona, siendo interrumpido nada más por la caída de algunos platos de sus sorprendidos dueños.
Se cercioro de que el beso durara lo suficiente para sus estándares, aunque nada más fueron unos segundos. Cuando se separó, Nico tenía los labios levemente entreabiertos, y un sonrojo que estaba seguro no podía ser solamente por el frío.
Luego de eso, muchas cosas pasaron al mismo tiempo.
Se alejó dando saltos de cosas que parecían querer agarrarle los tobillos-esqueletos, seguramente-, unos objetos silbantes pasaron a su alrededor que creyó fueron flechas de Will-por lo visto, el beso le dio ánimos para que se convirtiera a su tiro al blanco-, creyó escuchar el chisporroteo de una tormenta, que probablemente la causara Jason Grace por el "abuso" hacia su mejor amigo. Lo único que le quedo claro fue la risotada limpia que dio Lou mientras escapaba, con su novia Miranda pidiéndole que tuviera al menos un poco de temor por su amigo en peligro de muerte.
No le importaba que Lou Ellen probablemente se estuviera riendo hasta que se congelara el río Estigio, que Will estaría arrojándole flechas una temporada, o que Jason Grace le pulverizaba. Estaba seguro que había besado primero a Nico que cualquiera de los dos rubios, incluso puede que tuviera el privilegio de ser el primer beso del chico.
Lo había hecho justo como le gustaba: en grande, ruidoso e inolvidable. Justo al estilo Hermes.
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JAJAJAJAJAJAJA *no para de reír* dioses, puede que la comedia no sea mi fuerte, pero en definitiva me gusto escribir esto, ojala sea tan gracioso al leerlo como al escribirlo.
Como dije, yo nunca había pensado en ellos dos juntos hasta que Cessi me lo comento; cuando se me ocurrió que hacer, quería que fuera algo un pelo diferente. Con el percico tenemos drama, con el jasico tenemos comprensión, y con el solangelo tenemos ternura-al menos, esa es mi manera de verlo-, así que, ¿Qué podíamos hacer con Cecil? Simple, hacerlo lo más chico de Hermes posible.
Probablemente muchos se sorprendan por la cantidad de parejas mencionadas en este escrito, sin contar lo fumadas que son. Señores, lo he dicho tantas veces que creo que lo pondré en perfil: amo escribir cosas homo, mis musas no son normales y yo soy yo, así que quién me lea más le vale que se acostumbre a mis locuras.
Por supuesto, me alegro dar tan pronto mi segundo aporte al calendario de retos, e invito a todos al reto del Monte Olimpo "El campeón del Olimpo" que admito me tiene enganchada.
Gracias por leer, se despide;
Lira.
