Serie: Naruto

Autor: xXKushinaXx/Miika

Pareja: MinaKushi


Cocina

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¡Yo no quemo las cosas por gusto!

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Uno, dos, tres.

Cronch

Desesperación.

Cronch

Cuatro, cinco, seis.

Cronch

-Respira profundo, cuenta hasta cien y deja de romperlos, deja de romperlos, con sutileza, con calma, con amor.-

Cronch

-¡Kushina que dejes de romperlos!-

Y aquel grito femenino logró quitarle de su pequeño estado de furia/distracción. Abriendo sus ojos más notoriamente, notó la pila de huevos destrozados entre sus manos completamente manchadas con la yema de los mismos.

Girando su rostro ligeramente, observó la expresión de enfado de Mikoto y la apenada de Hana, tragó grueso sintiendo sus mejillas arder a medida que admiraba ahora toda la cocina como tal.

Aceite embarrando el suelo, sartenes sucios, yemas y líquidos dispersos por doquier.

Cerró sus ojos a medida que aspiraba profundamente, intentando llenar sus pulmones de oxígeno para no explotar en aquel preciso instante, estaba desesperada, demasiado desesperada para ser precisos.

Tragando grueso, limpió sus manos con el pequeño mantel blanco y… explotó. – ¡Esto es imposible'ttebane!- chilló con fuerza, estrujando el pobre paño que ningún pecado había cometido.

Ambas mujeres taparon sus oídos, la mujer de ojos blancos fue la primera en mirarla fijamente.

Y Hana, siendo como solo ella podía serlo, suspiró y tomó sus manos con sutileza. –Kushina, no es tan difícil, solo debes hacer un par de huevos estrellados. Los tomas y haces esto.- haciendo el ademan, hizo lo que debía en el sartén, mostrándole a la mujer lo que por lógica debía ser la acción más simple del mundo.

La mueca en la boca de Kushina fue notoria.

-¿Por qué no puedo solo hacer un ramen?- murmuró, mirándolas a ambas.

Sus expresiones le recordaron los discursos de esa mañana, que simplemente, Ni ella ni Minato podían vivir a base de pasta.

Suspiró en derrota, de todas formas si les hubiese ganado en esto ella no estaría en esa situación.

Tomando su cabello. –el cual tenía un poco de huevo también-. Lo jaló con fuerza aún enojada consigo misma. –Me siento tan inutil'ttebane-

Sus amigas la miraron y volvieron –si fuera posible- a suspirar, Mikoto, viendo que incluso ya ni si quiera huevos quedaban, buscó alguna otra cosa que poder preparar. -¿Qué tal si intentas hacer un poco de curry?-. Y la mirada de pánico junto con el mar de lágrimas le dijeron que fue una mala idea.

-Miko-chan. ¡Ni si quiera puedo hacer un par de huevos! – Lloriqueó- Mucho menos haré un curry.-

Comenzando a caminar en círculos, ambas mujeres solo veían una mata de cabello rojo quejándose. -¡Ustedes sirven en esto de cocinar y que las cosas sepan bien y salgan bien!-. Les miró, entre envidiosa, entre molesta, entre triste.- Yo no sirvo nada en esto de ser una dueña de casa.- dramáticamente se sentó en el suelo abrazando sus piernas.

Kushina solo movía su cabeza de un lado a otro. Enserio, enserio, ¿Por qué era tan difícil preparar algo sin que se volviera un desastre? ¡Ni si quiera podía romper huevos bien!

Comenzó genial, los dos primeros huevos puestos a la perfección, cuando fue por el tercero y enterró sus dedos mal todo comenzó a irse abajo.

Más fácil era controlar al estúpido zorro que se encontraba encerrado en ella.

Incluso podía imaginar la expresión de asco de Minato si llegaba a servirle alguno de esos huevos quemados de dudoso contenido que estaban tirados en el tacho de basura. -¿Cómo lo hacen? ¿Cuál es el Genjutsu? ¡Seguro usan un ninjutsu!-.

Obviamente para este punto era claro que estaba completamente desesperada.

Solo alguien desesperado asociaba algo tan básico como la cocina con el hecho de las habilidades ninja.

Aún en su posición de persona traumada, desesperada y ya no queriendo más guerra con eso, les miró atentamente a ambas.

-La cocina no es difícil, solamente requiere de práctica- comentó con calma Mikoto, llevando las manos sobre su pecho y tratando de que al fin le entrara en la cabeza que debía realmente practicar esto.

De nada les servía estar una semana intentando que ella preparar algo y que al mes siguiente de nuevo se la pasara comiendo Ramen.

Intentando limpiar un poco, agregó. –Sé que es difícil, yo tampoco cocinaba perfec…-

-¡Mentira'ttebane! ¡Aún recuerdo esos dulces que preparaste en la academia! ¡Eran perfectos y deliciosos!-. Vociferó, recriminándola, como si odiara que le recordaran que ellas si tenían un don en la cocina.

La Uchiha suspiró de forma audible al tiempo que limpiaba, Hana, más comprensiva, se sentó en cuclillas a un lado de Kushina. –Solo debes practicar más, a prueba y error, ya verás que podrás cocinarle muchas cosas a Minato-. Y sonrió, tratando de pasarle confianza.

Su respuesta fue una pregunta que solo una mujer como Kushina haría.

-¿Qué tal si en el proceso lo termino envenenando'ttebane? ¡No! ¡Yo quiero vivir con Mina-chan muchos años!- Gimoteó aún desesperada. –No es posible que me quede viuda por algo tan estúpido como no saber hacer un huevo'ttebane-

Una cuchara enviada como si de un arma ninja se tratara directo a su cabeza fue suficiente para hacerla callar.

Mikoto le miró seriamente. –A Minato poco le importa vivir comiendo ramen por ti, incluso si le haces cosas sin sabor a nada lo tragará por ser tuyo-. Y volvió a amenazarla con otro utensilio. –Ahora, como tus amigas, te ayudaremos a que cocines más cosas… Solo… solo no te desesperes-.

Sobándose el rojo en la frente, asintió tratando de calmarse.

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Y se podría decir que pasaron la tarde haciendo comidas hasta que el mismo Minato regresó a casa, ambas mujeres –procurando ayudar a la Uzumaki a limpiar lo posible-. Se retiraron cada una a su hogar, rogando que algo pudiera quedarle más o menos presentable.

Cuando Minato llegó, se encontró con una mesa ordenada, limpia, con muchas cosas que sobre la misma.

Lo que obviamente llamó su atención fue el jarrón con refrescante agua de algún sabor, y los platillos con algo que no supo que era, pero allí estaba.

Kushina sentada en su lugar, mantenía su cabeza gacha esperando que él se sentara y probara.

Así le hizo sin esperar demasiado.

Más sin embargo su expresión fue suficiente para arruinar el momento.

Y es que Minato sabía que Kushina era un desastre en esas cosas, en especial porque ahora mismo lo comprobaba. ¿El agua?; de limón, demasiado ácido, al parecer sin azúcar. ¿La comida?, por fuera se veía hermosa, por dentro estaba quemada y sin gusto a nada.

Intentó tragar lo que allí estaba por hacerla feliz, pero solamente el agua pudo pasar por su garganta realmente.

Trató de no hacerla sentir peor, pero incluso ella misma escupió lo que sirvió y se disculpó demasiadas veces, desesperada, lagrimeando un poco y dando discursos sobre que jamás sería una buena esposa y ama de casa como Mikoto y Hana.

A él no le importaba mucho que su mujer fuera un desastre, de todas formas así la quería.

Pero claro que a ella si le importaba y desesperaba no servir en esas cosas de mujeres que socialmente se suponía debían saber hacer, le prometió aprender en algún momento a cocinar y hacer esas otras cosas femeninas.

Dando a los perros la comida poco consumible para humanos, se dispusieron a buscar otra cosa que comer.

No le dieron demasiadas vueltas de todas formas.

¿Qué comieron esa Noche?

Ramen.

Porque Kushina Uzumaki debía tener un entrenamiento mucho más intensivo del que tenía como Shinobi si quería aprender a hacer algo que no fuera eso.

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N/A: Y tan tan, sé que debo continuación de otras historias D: . Pero simplemente me bajó por escribir esto xD serán mini historias de cosas, situaciones que generalmente se dice una mujer debe saber hacer (como cocinar) y como lo ve Kushina. ¿De dónde vino esto?, De que Yo soy un desastre en todo esto, y ahorita me vengo a caer de cara contra el ser un desastre en estas cosas.

Espero que les haya gustado, ¿Sugerencias? Siempre bien recibidas. El próximo capítulo que será después (Y espero subir la continuación de mis otras historias también), se llamará "Limpieza", si tienen algo "femenino que creen que debe ser" ¡escríbanlo!


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