Intentar describir que es lo que tienen sería realmente complicado pero algo tienen los chicos de Inazuma que simplemente te obligan a ver la serie, a disfrutarla, a comenzar a escribir fanfics y después a publicarlos… y entonces aquí aparezco yo que ya he empezado escribir cuatro fanfics y que por fin me decidí a publicar uno de esos cuatro: el que hasta el momento llevo mas avanzado y para el que tengo la mayor cantidad de ideas.
¿Que hay adentro?
Indudablemente una historia de romance entre chicos… si es o no con su pareja favorita no sabría decirlo puesto que hay tantas parejas que elegir una resulta engorroso, sin embargo yo tengo la mía y le pongo todas las ganas al fic porque me parece que juntos es la manera en la que deberían estar.
También van a encontrar una historia en la que procuro hacer fácil la lectura siendo cuidadoso con las palabras y la ortografía… pienso que esa es la mejor manera para escribir, pienso que todos merecen este esfuercito de mi parte y lo brindo con gusto solo a cambio de algo muy sencillo… el pago para los escritores de fanfics LOS REVIEWS
EN ALGUNOS CAPITULOS (COMO EL RPIMERO) VAN A ENCONTRAR ALGUNAS ESCENAS CON SITUACIONES PARA ADOLESCENTES MAYORES O INCLUSO ADULTOS, ASI QUE SI ESE NO ES SU TIPO DE LECTURA ENTONCES ESTE NO ES EL LUGAR INDICADO PARA USTEDES... DIGAMOS QUE ESTA ES UNA ADVERTENCIA CON LA QUE ASPIRO EVITAR EL HERIR SUSCEPTIBILIDADES (Por cierto son mis primeros intentos en el mundo lemon así que pido paciencia)
Aspiraba no extenderme demasiado con este fic pero ya llevo 30 páginas y creo que me voy a extender algo más así que quizás haya historia para todo el 2011
No tengo mas para decirles… solo que espero que la disfruten así como yo la he disfrutado hasta este momento. De nuevo, agradeceré sus comentarios, quejas y preguntas y tratare de contestarlas así que no sean tímidos.
Ahora si... a lo que vinimos.
EMPECÉ ALGO… AHORA NO ESTOY SEGURO.
(Endou x Kazemaru)
Capitulo 1
Afuera el día era soleado y por lo tanto la mayoría de los estudiantes se encontraba ya por las calles buscando que hacer. Novios y novias caminando de la mano buscando la banca desocupada del parque o grupos de amigos organizando planes antes de pensar en primero terminar las irremediables tareas y trabajos que para esa época del año eran cosas realmente ineludibles. Pero ese día no estaba hecho para pensar en dichas cosas y el motivo era muy sencillo: era otoño y el viento frio debería estar haciendo que todos anduvieran por ahí con sus abrigos y bufandas, sin embargo ese día el padre tiempo había decidido tomarse un descanso y le había regalado a la ciudad Inazuma uno de los días mas soleados y cálidos desde que se había acabado el verano y un día soleado equivale a cero tareas y cero trabajos, eso lo sabía todo el mundo.
En la preparatoria Ciudad Inazuma los pasillos ya estaban vacios, en ocasiones a lo lejos se escuchaban las pisadas de los pocos maestros que aun pululaban por ahí, retumbar con el eco característico que solo pueden producir los zapatos en un pasillo de preparatoria desierta, cada vez que las pisadas se escuchaban, el joven Ichirouta Kazemaru dejaba de hacer lo que estaba haciendo para concentrarse en que nadie fuera a entrar al salón, cuando las pisadas se alejaban Kazemaru se calmaba y dejaba que sus manos volvieran al trabajo del momento.
Por cierto, el trabajo de ese momento era el aseo del salón, pero eso no era lo que estaba haciendo el joven precisamente.
El joven hizo su cabeza hacia un lado para dejar que los labios del otro muchacho tuvieran mejor acceso a su cuello, Kazemaru quería culparlo por todas las marcas evidentes que dichos labios dejaban plasmadas en cuello, pecho y algunas otras partes de su cuerpo en cada una de las ocasiones en las que en secreto se encontraban, sin embargo culpar a alguien parecería sínico ya que a fin de cuentas esto le fascinaba a Kazemaru.
El chico de cabello azul no permaneció inmóvil por mucho tiempo más después de que las pisadas dejaron de escucharse. Moviendo rápidamente sus manos, buscó el cinturón en el pantalón del otro joven y con gran habilidad logró desabrocharlo. Kazemaru era muy conocido por su velocidad sin embargo en cuanto al sexo no le gustaban las cosas apresuradas, desgraciadamente se encontraban en la preparatoria y algo que definitivamente no quería era ser descubierto, aunque al parecer eso no le importaba mucho al otro joven que seguía con sus dientes y labios marcando y marcando y marcando con tal fervor que ya había desabotonado la camisa blanca del joven peli-azul y ahora el pecho de este ya mostraba dos marcas húmedas y brillosas por la saliva.
Tomando una de las puntas del cinturón, Kazemaru lo hizo pasar por cada uno de los ojales y lo arrojó lejos, el ruido indicó que había caído muy cerca de uno de los cristales de las ventanas.
—Calma… no tenemos ningún afán —Dijo el otro muchacho contra una de las tetillas del joven defensor, luego remató la frase con un mordisco no muy leve, algo que podría haber parecido agresivo pero que en realidad volvía loco a Kazemaru que simplemente empujó su pecho para ganarse uno mas o dos o tres, la verdad es que sabía que no le importaría que Endou lo deshiciera a punta de besos y mordiscos.
Ah… si, Kazemaru mantenía este tipo de encuentro con el capitán del equipo de soccer Mamoru Endou.
Ya eran tres meses desde que habían decidido probar suerte con su relación y todo parecía marchar a la perfección, por eso, tan solo un mes después de estar juntos habían empezado una vida sexual que no se detenía casi nunca. Ahora todos los momentos les parecían atractivos así no fueran los mas indicados, como ese momento. Todos los lugares también tenían algo que ofrecer a una nueva fantasía y sus edades simplemente ayudaban con enviar carga tras carga de hormonas haciéndolos irresistibles el uno al otro.
Ya tenían 17 años, ya eran conscientes de lo que querían de la vida y para esa edad lo que mas se quiere de la vida es que nada ni nadie se entrometa en las decisiones propias y la decisión que ellos habían tomando era no detener lo que sus cuerpos les pedían todos los días prácticamente a gritos, no estaban dispuestos a aguantarse nada sabiendo que el otro estaba al lado tan deseoso como si mismo, era tan evidente cuando el uno o el otro lo deseaba que ya no tenían que hablarse y habían aprendido seña tras seña para encontrarse unos minutos antes en los vestuarios, unos minutos después en las regaderas, a las tres de la tarde en el parque o a las seis en el callejón detrás de RaiRaiKen.
—No estamos en un sitio para darnos el lujo de perder tiempo —Dijo Ichirouta mientras obtenía acceso al pantalón y tocaba la tela de los bóxers que además de que estaba muy apretada también estaba bastante húmeda, Kazemaru sabía que Endou se excitaba con facilidad y empezaba a humedecerse con profusión, de ahí que nunca antes habían tenido que invertir nada de sus ahorros en lubricantes— Además tu pareces estar listo para hacerlo en cualquier momento —Agregó el joven tomando el rostro del portero con su mano libre, retirándolo de lo que estaba haciendo en su pecho y atrayéndolo para lograr un nuevo beso que se extendería por tiempo indeterminado— Tenemos que apurarnos Mamoru — Si, Mamoru, ahora se llamaban por sus nombres, claro que solamente lo hacían en privado, así mismo, en privado era que Endou usaba apodos y diminutivos para el chico de cabello largo:
—Pero el día de hoy quería demorarme Ichi-chan —Si, Ichi-chan— Además ya todos salieron y me aseguré de que Kidou se montara en su motocicleta después de que le cambié el turno de aseo —Obviamente por las letras de sus apellidos Kazemaru y Kidou solían ser compañeros en el aseo del salón, sin embargo Endou se había inventado una historia que al parecer había engañado muy bien al joven de las rastas que por cierto ya llegaban casi a su cintura, al igual que el cabello de Kazemaru.
—Podría haber profesores —Gimió Kazemaru cuando Endou dejó que su lengua se retirara del húmedo beso para empezar de nuevo un sinuoso camino hacia abajo, esta vez un poco mas rápido que la vez anterior… en cuestión de segundos estuvo en el ombligo del joven defensor, este además de gemir solo atinaba a enredar sus manos en el cabello del portero, aprovechando la oportunidad tomó la bandana anaranjada de la frente del joven y la tiró también, el cabello de Endou que también era un poco mas largo se deshizo un poco y sus patillas se desordenaron enmarcando a la perfección ambos costados del apuesto rostro trigueño del portero, Kazemaru lo miró de esa manera y sintió como su miembro le gritaba que quería tener sexo ya… que no quería mas esperas.
—Vi salir a Kudo —Dijo volviendo a ponerse de pie— Arima el de Química iba con él, los demás deben estar en comité y el director está en una reunión para arreglar lo del estadio para el próximo año, después de todo no podemos permitir que los nuevos equipos que surjan sigan jugando aquí en la cancha de la preparatoria, dejaremos esta preparatoria en primer lugar cuando nos graduemos y será misión de ellos continuar con nuestro legado —Kazemaru no podía estar mas de acuerdo y no quería hacer nada mas que asentir: en realidad eran la mejor preparatoria del país, merecían algo mas y le habría comunicado a su novio que estaba de acuerdo si no fuera porque la mano de este empezó a acariciarlo por encima de la tela áspera del pantalón.
—Ma… mo… Mamoru… Mamoru —Endou sonrió al escuchar la voz quebrada del otro joven.
—Estoy un poco incomodo aquí —De hecho estaban en el centro del salón que era el sitio en el que Kazemaru estaba haciendo el aseo cuando su novio lo sorprendió con un abrazo por la espalda— Movámonos un poco —Kazemaru asintió solo para que Mamoru empezara a caminar llevándolo de espaldas hasta que el trasero del peli-azul se chocó con el borde del escritorio del profesor , ya ahí Mamoru no gastó mas tiempo e imitó lo que Ichirouta había hecho minutos atrás con su cinturón, esta vez el objeto cayó sobre la madera de alguno de los pupitres— Quiero hacerlo aquí —Concluyó con una voz carrasposa por el crudo deseo.
Endou se puso de rodillas y se deshizo del ingenuo obstáculo que eran la cremallera y el botón del pantalón, y por primera vez en mucho tiempo se encontró de frente con los bóxers negros de Kazemaru: una pequeña gota de humedad dejaba ver cuales eran los deseos de este, Endou quiso acabar con todo de una vez, justo ahí, en ese momento, darle la vuelta su novio y hacerle el amor contra el escritorio, rápido si, pero descargando en ello toda la fuerza y impedimento que había tenido en esos últimos días.
Aproximadamente un mes atrás el equipo había recibido una noticia grandiosa que no solo había movido a la preparatoria sino a casi toda la ciudad se trataba de que habían sido citados para participar en un campamento de entrenamiento en Inglaterra del cual era posible que de salieran varios jugadores elegidos para jugar con algunos de los equipos mas importantes de aquel país, la oportunidad que todo futbolista espera por gran parte de su vida les había llegado a ellos sin realmente estarlo esperando… era la oportunidad de sus vidas y por eso a partir de ese momento todo el equipo se había concentrado en un duro entrenamiento para llegar a Inglaterra en Diciembre lo mejor posible y obtener varios puestos allí. Sería algo nunca antes visto en la historia de la ciudad Inazuma: varios de sus chicos jugando en la liga más fuerte del mundo… ¡inaudito!
Por supuesto ese entrenamiento se había interpuesto en la relación de Kazemaru y Endou, les había significado una reducción de sus encuentros que a pesar de eso no habían sido pocos y cada uno había contado con una sesión de sexo, sin embargo había sido ese tipo que no les gustaba a ninguno de los dos: rápido y realmente insatisfactorio a pesar de que ambos habían coincidido en no volver a usar esa palabra, pero en realidad lo era, normalmente cuando lo hacían de verdad, terminaban extenuados, con ganas únicamente de quedarse en el lugar por unas horas mas, tapados solo con sus ropas desperdigadas en el suelo y el cuerpo del otro. Por el contrario cuando terminaban y podían levantarse inmediatamente y continuar con su vida normal era porque el sexo no había sido el mejor y eso se había repetido mucho por causa de los entrenamientos.
Ahora se encontraban en una pausa de una semana para solucionar antes de cualquier cosa su situación escolar, después de todo se debían graduar antes de emprender el viaje de sus vidas. En esa semana debían ponerse al corriente y tanto Mamoru como Ichirouta como miembros del club de soccer estaban bastante atrasados y además de eso debían presentar los exámenes finales como lo hacían todos los estudiantes.
En conclusión habían sido semanas muy complicadas y para eso estaban allí, había pensado Endou antes de entrar en el salón, para hacerlo una sola vez que nos deje satisfechos hasta que terminen los exámenes. Claro que después debían volver a los entrenamientos, pero allí las cosas ya serian mas fáciles, después de todo no entrenaban sino en la mañana, la tarde era para ellos.
—Kaze-kun parece estar de acuerdo conmigo —Dijo Mamoru acariciando por sobre la tela negra de la ropa interior de Kazemaru el miembro del joven al que había dado el nombre de Kaze-kun.
Unos meses atrás, antes de volverse novios, Kazemaru nunca se había imaginado a Mamoru como una persona con tanta iniciativa sexual, y es que no se trataba solo de los nombres, la imaginación de Endou no tenía limites en cuanto a posiciones, lugares, maneras, tiempos, velocidad, ritmo, fuerza, definitivamente todo lo que era bajo los tres palos: creatividad absoluta e ingenio repentino lo sabía traducir muy bien a la cama… cuando la usaban porque en realidad eran muy pocas las ocasiones en las que el uno había estado en la cama del otro, eso era algo que aun tenían en mente y por cumplir.
—¿Y entonces vas a dejar a Kaze-kun con solo palabras capitán? —Tentó Kazemaru sabiendo que a Endou lo ponían en ambiente esas alusiones de poder y esta vez no fue diferente. Endou se encendió en llamas imaginarias que empezaron a quemar su cuerpo y sin mas esperas llevó su boca al aun cubierto miembro de Kazemaru que dejó escapar un gemido gutural que llenó el salón y los pasillos y las casas aledañas a la preparatoria, Kazemaru tuvo que llevar su mano a la boca y morder allí dos de sus dedos al ver la manera casi hambrienta como el capitán lamía, mordía y acariciaba la tela con su rostro. Si así era estando cubierto, no lograba pensar lo que se sentiría sin nada de tela en medio, el joven peli-azul sintió un orgasmo empezando a construirse en la parte baja de su cuerpo.
Si se comparaban los dos, Mamoru no solía usar mucho la boca para complacer a su novio y por ese motivo esos momentos en los que decidía hacerlo eran tan especiales, además, no se trataba de que no supiera hacerlo, de hecho era tan hábil que siempre lograba poner a Kazemaru al borde de terminar cuando ni siquiera llevaban minutos de haber empezado, el combustible que animaba a Endou en esos momentos era el aroma tan realmente masculino que desprendía Kazemaru, era un aroma suave, producto de la loción del joven, mezclado con su aroma adolescente y el sudor que solo se produce en ese tipo de situaciones; era erótico, el portero había decidido que era el olor del sexo, así de simple.
¿Y el sabor del sexo? Bien, ese lo reconocía en el momento en el que bajaba los bóxers del otro joven para encontrarse con un miembro de proporciones perfectas, de dimensiones que harían sonrojar a cualquiera, no más grande que el mío, pensaba en algunas ocasiones con orgullo de niño de escuela primaria. De un aspecto suave pero al mismo tiempo recio, completamente lampiño como lo era todo su cuerpo. Endou no lograba detener nunca el agua que se hacía en su boca cuando tenía de frente a su cara el pene de Kazemaru, el sabor del sexo iniciaba con esa gotita perlada que aparecía en la punta del hinchado miembro de su novio.
—Itadakimasu —Kazemaru se puso aun mas colorado, casi del mismo color de la cabeza de su miembro. El joven ya sabía lo que se venía y no sabía si lo iba a aguantar, para distraerse quiso hacer una cuenta regresiva en su mente empezando desde el cinco pero antes de que siquiera llegara al cuanto fue engullido por la boca voraz de Mamoru Endou.
—¡Ma… mo… ru… Mamoru… ja… aja! —Tartamudeó. Inmediatamente Endou retiró su boca pasándose la lengua por los labios y pasando por su garganta algo de saliva que en realidad no era solo saliva, la saliva no solía ser tan salada, tan espesa; tan deliciosa.
Kazemaru sintió que empezaba a perder el sentido de las cosas, de la realidad, del tiempo. De hecho sintió que el tiempo había empezado a pasar mas rápido, ya el sol estaba mas cerca del suelo… cuanto tiempo llevaban ahí… no había parecido mucho… ¿Cuánto tiempo llevaba Endou con su boca allá abajo?
Kazemaru embistió la boca del otro joven.
—Definitivamente tienes ganas de acabar con esto rápido.
—Llevas demasiado tiempo ahí solamente.
—Es que me gusta mucho —Dijo retirándose, rascándose la nuca y haciendo una sonrisa tonta.
—¿Por qué no pasamos mejor a la acción de verdad? —Preguntó Kazemaru llevando sus manos al cabello de Mamoru para acariciar allí con una ternura que parecía fuera de lugar entre ambos jóvenes que lo que pedían gritos era sexo.
—¿Eso quieres? — Preguntó y la respuesta que obtuvo fue un movimiento afirmativo con la cabeza.
Entonces Endou sonrió y volvió con su trabajo esta vez tomando el pene de Kazemaru con su mano izquierda para que esta alcanzara a cubrir lo que la boca no alcanzaba y es que en realidad Kazemaru no era nada pequeño en sus proporciones. Haciendo el mayor de los esfuerzos Endou deslizo el miembro de Kazemaru hasta que este encontró su garganta, luego repitió el proceso a la inversa, sacándolo prácticamente todo para luego engullir de nuevo, Kazemaru buscaba algo de que agarrarse en el escritorio del profesor pero no había nada a la mano y hablando de manos la mano derecha de Mamoru empezaba a buscar cosas interesantes, empezando por los suaves testículos del defensa… la piel de este se estremeció.
—¡Mamoru! —Exclamó dejándose caer de espaldas a la madera del escritorio y arqueando allí su espalda, empujando su trasero hacia atrás para que Endou no perdiera mucho tiempo en los testículos que no eran en realidad muy sensibles, en cambio el orificio que esperaba escondido entre dos redondas nalgas si que era sensible… Kazemaru lo sabía… Endou lo sabía— ¡Hazlo!
—No tan rápido… yo quería jugar con estas dos —Dijo mientras bajaba su lengua por cada centímetro de la masculinidad de Kazemaru, Endou nunca había sido muy bueno en geometría así que no se atrevió a hacer un calculo de la longitud, sin embargo cuando llegó a donde quería simplemente abrió la boca tanto como pudo para encasar ambos testículos en su boca… Endou dejó escapar un graznido…eran tan suaves y se sentían tan cómodos en su boca que sintió por segunda vez en la tarde que quería saltarse todo el juego previo para ir a la verdadera acción. La lengua del joven jugó allí soltando las suaves bolas una a una para luego tomar una a una.
Luego se dio cuenta de que esa lengua estaba por llegar a un sitio muy interesante.
—Espera —Dijo el peli-azul y debido a la seriedad de la voz Endou se detuvo.
—¿Que pasa… viene alguien? —Preguntó pasando saliva y sintiendo de nuevo en su garganta el suave y cálido sabor los fluidos pre-seminales de su novio.
—No… es solo… es solo que así sería mas cómodo para ti —Respondió mientras se daba la vuelta y se ponía de rodillas en el escritorio, luego bajó sus manos para quedar apoyado solo en rodillas y manos en la posición mas descaradamente erótica que Endou hubiera visto jamás: Los pantalones que Kazemaru tenía enredados en los pies solo lo hacían ver mas capturado, mas vulnerable, la camisa a punto de rodar por sus hombros lo hacía ver abandonado a las ordenes del deseo, su largo cabello que estaba esparcido por todos lados y que ahora debido a la posición alcanzaba a cubrir sus nalgas… todo… todo era un cuadro erótico. Mamoru tomó los mechones del cabello que se interponían y con mucha suavidad los reunió en uno solo que pasó hacia adelante para que no se fuera a ensuciar en el momento de la penetración, después de eso respiró lleno de resolución, no iba a perder más tiempo así que bajó sus pantalones asegurándose de que estos si quedaran fuera del camino, ahora sólo la camisa de la preparatoria cubría su desnudez.
Kazemaru levantó su trasero y lo movió un poco en señal de invitación Endou pasó saliva la ver el orificio rosado que se movía como parpadeando con cada contracción del cuerpo del peli-azul, Mamoru sabía que era una oportunidad perfecta para la penetración, sin embargo recordó primero su boca y como un náufrago hambriento se hundió poniendo sus labios entre los redondos músculos del blanco trasero de Kazemaru, luego su lengua busco el tesoro… el tesoro mas estrecho de la historia humana
Kazemaru gimió como nunca cuando sintió la penetración, obvio, no era tan fuerte ni tan dura como una original pero de ninguna manera dejaba de sentirse bien , esa penetración con la lengua era mas bien una caricia muy suave, como un beso muy intimo, como un indicio de confianza entre ambos. Cuando la lengua empezó a redondear el lugar con movimientos frenéticos y hambrientos Kazemaru tuvo que callar sus gritos mordiéndose el labio superior y provocando con esto que probara su sangre… aunque esto no era extraño, había ocasiones en las que los besos se pasaban de nivel y sangrar en los labios no era nada grotesco
—Mas… Mamoru… mas… sé que puedes mas…
—Claro —Dijo el portero de manera entrecortada… las palabras eran apenas reconocibles, salían de la boca de Endou de la misma manera en la que salen de la boca de una persona que esta hablando con esta llena de comida — ¿Que tal así? —Agrego y metió un dedo junto con su lengua.
—Ahhhh… si… se siente muy bien.
—¿Y así? —Pregunto y Kazemaru solo gimió mas y mas y empujó mas hacia atrás dando indicios de que era lo que quería… en esta tónica estuvieron por varios minutos hasta que Endou cesó en sus movimientos para tomar el tan necesario aire
—Te quiero ya… ya no esperemos mas… te quiero ya Mamoru.
—Pero aquí hay espacio para hacer mas cosas —Comentó con picardía mientras retiraba su lengua pero la remplazaba inmediatamente con dos dedos mas que empezó a mover de la forma en que se mueve una tijera, luego llevó su cara cerca para ver su trabajo— Parece muy estrecho… no sé si pueda caber ahí.
Kazemaru sintió que quería patearlo… ¿Por qué su novio era tan provocativo?
Si cabía… ya lo habían comprobado en cientos de ocasiones que si cabía… obvio, era difícil porque Endou tenía un grosor que era mayor al promedio, pero si cabía… ¡si que cabía!
Mamoru le dio una última mirada al brillante orificio humedecido por la saliva
—Vas a tener que bajar de allí… no creo que ese escritorio nos resista a los dos… además algo me dice que hoy vas a estar un poco frenético —Dijo mientras pellizcaba suavemente la piel que rodeaba la rosada entrada.
Mamoru tomó a Kazemaru de las caderas y con mucha facilidad le dio la vuelta y lo sentó en el borde del escritorio, de una manera muy parecida a la que se encontraban unos minutos atrás ¿Cuánto tiempo había pasado ya desde que habían empezado? Mamoru vio hacia la ventana y vio que el cielo ya estaba algo más opaco, seguramente entre besos y juegos ya llevaban algo más de una hora. Con sumo cuidado Endou descargó a su novio procurando que su trasero quedara justo en el borde… así sería mas fácil para todos.
Sentir a Endou cargándolo simplemente aumentó la excitación que Kazemaru estaba sintiendo desde varios minutos atrás. Cuando el portero lo sujetaba de esa manera Ichirouta simplemente comprobaba lo fuerte que era su novio, lo fuertes que eran sus brazos, lo ejercitado de su torso, lo seguro de sus manos. La simpleza con la que lo manejaba lo hacía sentirse necesitado de esa fuerza que solo Mamoru poseía y que le impregnaba solo en los momentos apasionados, esa era una de las razones por las cuales Kazemaru los adoraba.
Solo entonces se dio cuenta de que Mamoru había perdido los pantalones quien sabe en que momento y dejó sus ojos permanecer adheridos a la intimidad del portero que solo él debía conocer… su miembro allí, palpitante y duro como una regla de acero, de un color algo mas oscuro que el de su piel, la cabeza rosada suave y brillante por los líquidos, un nido de vellos cubría toda la base del miembro a diferencia de lo que pasaba con él y Kazemaru recordó que en muchas ocasiones le gustaba sentir las cosquillas que estos hacían cuando usaba la boca y probaba al otro joven hasta que lo sentía terminar contra su garganta.
—Quiero… —Intentó decir, al tiempo que involuntariamente pasaba la lengua para humedecer sus labios, la típica expresión de alguien que desea comerse algo con todas las fuerzas de su corazón.
—Nop —Contestó Mamoru llevando sus labios hacia los de Ichirouta para iniciar el beso que sería el punto de partida del evento principal
—Pero…
—Déjalo así por ahora… va a ser tuyo de cualquier manera —El joven defensor analizó con lo poco que le quedaba de razón las palabras de su novio y concluyó que eran ciertas así que por ese momento desistió, pero de lo que no quería desistir era del pecho de su novio así que llevó sus manos hacia este para que estas empezaran a quitar botón por botón hasta abajo y ya allí fue cuestión de halar, tironear. Ahora Mamoru Endou estaba tal y como había llegado al mundo y cuando Kazemaru lo vio sintió que iba a correrse ahí mismo, sin mas estimulación que la que sus ojos le brindaban.
El pecho de color de caramelo, esculpido y fuerte ya que era obvio que Mamoru tenía que ejercitarlo. Las dos tetillas estaban allí, paradas y duras como nueces, su piel oscura recordaba a Kazemaru del chocolate y la boca se le trasformó en agua, rápidamente llevó su mano para que acariciaran uno de los pronunciados pectorales y la dejó bajar por cada uno de los abdominales que aunque no estaban marcados al estilo fisicoculturista si eran visibles y duros… muy duros. Mamoru parecía hecho de madera, de la más fina madera de Japón.
Pero ya… ya era tiempo… ambos lo sabían
—¿Estarás cómodo así? —Preguntó Endou acariciando cariñosamente el cuello del otro joven, este solo afirmó con la cabeza al tiempo que sentía el cambio en el ambiente, siempre era así, siempre los inicios eran fuertes, desquiciados, locos y explosivos, pero cuando el momento final llegaba a pesar de que la fuerza continuaba allí esta se hacia algo mas cuidadosa, algo mas tierna, el amor se hacia palpable.
—Así está bien.
—De acuerdo —Dijo Mamoru tomando su pene y dándole unas cuantas caricias para empaparlo mejor de los líquidos que lubricarían la relación y que solo él producía de manera tan abundante, cuando sintió que era suficiente tomó el pene de Ichirouta, siempre era así, Endou no penetraba si no sentía que el otro también disfrutaría, la rutina era la misma de siempre, Kazemaru sintió que no iba a durar demasiado, estaba demasiado excitado y la manera como Endou avanzaba era algo que atacaba por tantos lados que la única opción era rendirse.
Sin darle más vueltas al asunto el joven abrió las piernas de su novio imitando una perfecta forma de V y en ese espacio busco un acomodo que siempre llegaba de manera natural, ambos sintieron un temblor de anticipación, por más veces que tuvieran sexo esta sensación nunca desaparecía.
Kazemaru se tensiono cuando sintió la cabeza del miembro de su novio rozar su entrada y en ese momento respiró tan profundo como se lo permitieron sus pulmones, debía relajarse, eso era algo que había aprendido tan pronto como aceptó que Endou no tenía un pene pequeño.
La cabeza solía ser la parte mas compleja ya que su grosor era aun mayor, por algunos milímetros, si, pero mayor, así que Kazemaru solo respiró mientras las manos de Endou lo intentaban distraer, mimándolo en tantos lados como era posible, eso si, la mano en el miembro nunca se apartaba de allí, era algo que permeancia desde el inicio hasta el final. Endou por su parte seguía con sus intentos cuidadosos, expectantes y atentos a las señales del otro joven, Mamoru lo sabía, siempre que la cabeza lograba atravesar el primer obstáculo Kazemaru empezaba a sollozar palabras para que Endou empezara con más decisión: después de que la cabeza penetraba el resto se hacía algo más fácil
Por fin ambos lo sintieron y gimieron al tiempo y Kazemaru se llevó sus dedos a la boca como siempre hacía para ahogar su gritos, solo que esta vez Endou lo acompañó con su propia mano que Kazemaru empezó a chupar haciendo de cuenta que se trataba de otra parte del cuerpo, del capitán, lo hacia con tal concentración que a Endou le parecía increíble lo lujurioso que el otro chico se veía. Apartando su vista de ese cuadro volvió al cuadro de abajo y empujó un poco
—¡Si! Si Mamoru… ya puedes hacerlo… hazlo tal y como lo acabas de hacer —Y a esta orden el capitán obedeció con un empellón que precipitó al suelo algunos de los papeles que no habían limpiado del escritorio y los que no se caían estaban recibiendo los fluidos que salían del orificio de Kazemaru.
—No tienes idea de cómo te ves en este momento Ichi-chan.
—No tienes idea de cómo deseo que repitas lo que acabas de hacer —Dijo el peli-azul con una sonrisa torcida que se deformó aun mas cuando Mamoru embistió por segunda vez, en esta ocasión Kazemaru cruzó un gemido con un grito y meneó sus caderas provocando que la penetración fuera mas profunda, además le agregó algo de constricción a las acciones aprisionando con esto el miembro de Endou que se sintió como estrangulado… pero se sentía bien, se sentía muy bien el tener que esforzarse en la penetración, se sentía muy…
—Estrecho… de… deliciosamente estrecho… Ichi-chan —Dijo con voz lenta y carrasposa
—Entonces trabaja para que se haga menos estrecho… penetra un poco mas duro —Y a las lujuriosas palabras las acompañó de una mirada extasiada y otro movimiento de sus caderas.
—¿Más duro?
—A… ja.
—Que mal niño que eres Ichi-chan
—Por… por eso mis… mo… merezco un castigo duro… ¿no crees?
—Tu eres quien manda —Y tomándolo de las caderas embistió tres veces seguidas en las cuales se dejó llevar de tal manera por la pasión que no se dio cuenta de que sus testículos ya rozaban con las nalgas de su novio, ya había llegado hasta el fondo y seguramente si cambiaba en algunos grados el ángulo de de penetración entonces tendría a Kazemaru crepitando de placer, en ese momento el defensor apenas gimoteaba de manera casi inaudible mientras acompañaba la mano de Endou en su muy duro miembro que ahora goteaba mas y mas, no tanto como el de Mamoru pero igual era bastante
Después de algunos minutos que Mamoru se tomaba siempre para asegurarse de que sus acciones no lastimaban a Kazemaru, se miraron y asintieron, luego empezaron los movimientos de perfecta sincronización que los llevarían al paraíso: Mamoru hacia adelante y Kazemaru hacia atrás, uno penetrando y el otro dejando encajar la penetración, uno buscándola y el otro brindándola, todo era un trabajo mutuo que se extendía por minutos que parecían segundos… u horas… o días… para ellos el tiempo y el sexo eran conceptos que no encajaban, cuando lo hacían el tiempo no importaba
—Así… Mamoru —Ichirouta intentó levantar su espalda del escritorio y ese fue el cambio de ángulo que ambos estaban buscando, el joven entrelazo sus manos en el cuello de su novio y esto trasformo la penetración que ya no era un proceso adelante-atrás-adelante sino que ahora era mas bien algo arriba-abajo-arriba, era como cuando Kazemaru controlaba la relación en esa posición en la que cabalgaba, solo que Endou ahora estaba de pie y no de espaldas en el suelo. Kazemaru empezó a disfrutar con sus movimientos verticales y para hacerlos mas placenteros busco un beso que le fue correspondido inmediatamente
—¿Ya?
—Si… ya… es mejor… no sería bueno… que nos encontraran justo… justo ahora… en este momento —Contestó Mamoru empezando una serie de embestidas mas profundas. Unos tres minutos después vino el empellón que desencadenó todo: ambos gritaron y Kazemaru dejó que su orgasmo acabara con él: un trío de serpentinas de color perlado salió de su miembro obteniendo como blanco el pecho de ambos, la barbilla de ambos y la mejilla derecha de Mamoru que se sintió tan excitado por el resultado que no le quedó mas remedio que acabar también… dentro de Kazemaru como de costumbre inundando el cuerpo del joven con un blanquecino placer.
Siempre a partir de ese momento el tiempo se detenía para ambos y lo único que les confirmaba que aun seguían vivos y que en realidad el tiempo seguía corriendo, eran los latidos agitados en el pecho del otro que iban perdiendo vehemencia poco a poco, las caricias lentas y casi imperceptibles que se brindaban y el frio que se sentía cuando el viento soplaba sobre el semen en sus cuerpos, Kazemaru en ese momento lo sentía en la parte interna de sus muslos resbalando lentamente… le resultaba agradable.
La respiración profunda de ambos era el único sonido que se escuchaba en ese momento en la pacifica tarde que el otoño le había regalado a ese mes de octubre. Mamoru interrumpió el silencio dejándose caer suavemente sobre el cuerpo del otro chico y ahí se dio cuenta de que quizás el escritorio si los hubiera soportado a ambos… sonrió.
—Te amo Ichirouta
Kazemaru se sintió inmensamente contento en ese instante y pensó que nada nunca arruinaría esta felicidad y quiso responderle a su novio con las mismas palabras, sin embargo optó por solo besarlo porque sabía que Mamoru entendía lo que él pensaba, a través de los besos, por eso el resto de la tarde, hasta el momento en el que por fin se sintieron con ganas de levantarse duraron besándose de la manera mas quieta posible.
Y Endou se sentía magnifico.
Y Kazemaru se sentía feliz.
FIN CAPITULO 1
