Nota de la autora: Sé que hay varias colecciones de "Delicias Nocturnas" sueltas por la sección, pues yo también tengo la mía y no me voy a cortar un pelo, dominaremos el fandom!
Me he dado cuenta de que, tras años de abandono, he perdido completamente mi capacidad de síntesis: soy incapaz de escribir algo breve, así que mis capítulos serán algo larguitos. Si os aburrís, para la próxima traeré pistachos. También me he dado cuenta de que, a pesar de mis esfuerzos, no consigo hacer los episodios por orden. Como son independientes y sé que vosotros me perdonáis que sea una desordenada crónica, van salteados, ok?
07) Alcohol:
Tardó bastante tiempo en darse cuenta de lo mucho que le dolía. Claro, había sido sencillo usar la adrenalina como anestesia, durante toda su precipitada huida... pero ahora, derrumbado en el asiento de acompañante del coche, los flujos hormonales volvían a su cauce, dejándole tan solo una sensación de dolor en la cara y otra de vacío en la boca del estómago.
En mala hora se le había ocurrido ponerse aquella máscara. Resultaba irónico: había pasado semanas preparando e instalando los explosivos (se había visto en la obligación moral de hacerlo él mismo. No podía contar con la posibilidad de que, llegado el momento, algo fallase) para que, en caso de activarlos, él no corriese peligro y contase con una vía de escape segura. Pero, sin embargo, no estaba en sus planes que la máscara de gas, barata como ella solita, no soportase la tensión de la explosión y el calor: prácticamente se había derretido sobre la mitad de su cara, su cuello y su hombro izquierdo, abrasándole la piel.
Y él era zurdo. Maldita la hora.
·-No pongas esa cara, hombre, que podría haber sido peor, por lo menos conservas el ojo.- al volante, ella seguía con el discurso tranquilizador que era de esperar en aquella situación. Típico de Hall: hablaba por los codos cuando estaba preocupada- ¿Dices que reventaste el edificio contigo dentro? Madre mía, la próxima vez que planees algo así, avísame. Near empieza a sospech...
·-Déjame en paz.
Qué curioso: la charla maternal de Lidner solo empezó a resultarle molesta cuando ella tocó el nombre de Near. En una situación como aquélla, mencionarle siquiera a aquel condenado crío era como derramar sal sobre todas sus quemaduras.
·-Necesito un trago.
·-Necesitas un médico.- le corrigió.
Mello odiaba que le corrigiesen:
·-Y una mierda, he sobrevivido a cosas peores.- no estaba mintiendo- Quiero un trago.
·-No pienso darle alcohol a un quemado grave, Mello. Ni siquiera puedo darte agua. Deberías saberlo.
Una curva algo brusca le hizo deslizarse contra la puerta del coche, como un peso muerto, y su cabecita rubia chocó contra la ventanilla. Empezaba a desear desvanecerse, perder el conocimiento y confiar a Hall la delicada tarea de decidir inventarse una coartada y llevarlo a un hospital. Al otro lado del cristal, miles de estrellas se deslizaban hacia los lados, como si estuviesen haciendo una maratón, o corriesen al lugar de la explosión a jugar con los escombros. Por su parte la luna, fina y creciente, inmóbil, tenía la curvatura del vientre de una embaraza, de una sonrisa.
La sonrisa de Near, obviamente.
¿De nuevo con el rabo entre las piernas? Típico de Mello.
Cerró los ojos, aunque solo fuese para no tener que volver a enfrentarse a aquella línea burlona nunca más.
·-Lo sé, joder, lo sé.
Pero seguía necesitando un trago. A lo mejor licor de café...
Comentario: Me encanta Hall. Realmente no sé si fue ella o Matt quien ayudó a Mello tras el ka-boom! , pero aún no he encontrado ninguna evidencia que diga lo contrario.
