Ninguna advertencia. Los personajes pertenecen a SM. Y la pareja estará rara, pero fue un pedido de mi musa, Miki, y no pude negárselo.
10:30 horas. El tren en el que partía ella solía salir a esa hora.
10:15 horas, la muchacha acudía a la estación, café cortado en mano derecha, lentes de sol aunque el día estuviese nublado. Siempre un sabor distinto para cada día de la semana, nunca el mismo vestido o la miasma cartera que combinara. Ella cambiaba su aspecto, pero no su rutina.
Él, en cambio, cambiaba su rutina, pero nunca su ropa o su tren.
10:30 horas a Berlín. Arribaba a la estación a cualquier hora, menos puntual. Maletín en mano, traje impecable, marchaba a su oficina antes que cualquier otro de sus compañeros.
Por supuesto que ella se había percatado de él y de su inalterable presencia, prolija y usual.
Por supuesto que él la había notado, cambiante y espléndida.
Así, un día, al entrar en el tren y sentarse en asientos paralelos, decidió dar el primer paso.
-Hola – saludó –Te he visto antes. Trabajas en la capital, ¿Verdad? – recibió un cálido asentimiento de cabeza. Sonrió, y extendió su mano. – Alice Cullen – se presentó. – Alec Volturi. –
Y estrechó su mano.
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