Mal entendido

Kagome inspecciono cada uno de los canastos de frutas y verduras dentro de la carreta, asintiendo con la cabeza se acerco al caballo negro que descansaba debajo de un árbol. Haciéndole un llamado para que se pusiera de pie lo guio a la carreta para amarrárselo, acariciando el suave pelaje de su mascota.

"¿Estás listo Kuro?" pregunto.

Un relincho fue su respuesta .

"Kirara" llamo para ver una bola color crema correr en su dirección y brincar en el lomo del caballo.

"Vamos" agarrando la correa de la brida.

Con un paso lento y tranquilo anduvo, mirando los arboles que se agitaban con el poco viento, el sol bañando al mundo con su luz de la mañana, iluminando el camino terrenoso que se había fabricado por el transcurso del ir y venir que tomaba desde la mañana hasta la noche. Se sabía de memoria el tiempo que le tomaría en llegar a Konoha, mientras iba tarareando una de las pocas canciones que recordaba de su tiempo y la época antigua.

Soltando un suspiro se detuvo frente a un gran y viejo árbol, el goshinboku, el árbol en el que había sido clavado con una flecha Inuyasha por Kikyo antes de que fuera liberado por ella, el mismo árbol que por intentar protegerla la había llevado a una dimensión completamente diferente y se negaba a regresarla con su familia o amigos.

Soltando la correa, se acerco al árbol luego puso una mano sobre su tronco, cerro sus ojos y empezó a concentrarse, su mano tomo un color plata por sus poderes, trato de encontrar algún rastro, un indicio, de magia que la llevaría a su casa pero igual que días antes su respuesta fue un vacio completo. Abrió los ojos y quito la palma, sentía pequeños pinchazos de lagrima en los ojos, a pesar de que tenía más de un año intentándolo, en cada resultado sus ganas de llorar no paraban pero las lagrimas ya no salían con facilidad.

Un peso sobre su hombro y un maullido junto con una cabeza acariciándose en su cachete la distrajo, soltó una pequeña risa triste en el intento de consolación de su compañera, siguiéndole el juego alzo la mano para acariciar su cabeza.

"Gracias Kirara" le susurro, sin apartar los ojos del árbol "No sé que hubiera sido de mi sin ti" su boca se bajo en una mueca triste "Yo también extraño a Sango" su voz tembló al decirlo.

Sin parar de tallarse en la cara de la miko, soltó un maullido y un ronroneo para calmarla. Luego brincar de su hombro , maullar y subir al lomo del caballo.

"Tienes razón, hay que irnos ya" alejándose del árbol para agarrar las correas y continuar el camino.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Con paciencia coloco debidamente sus productos para venderlo, además de cubrirlos debidamente del sol. Saludo a los demás vendedores, ninjas y civiles que estaban en el lugar. Dando un pequeño reojo, utilizo su energía en cada uno de sus frutas y verduras para que se mantuvieran sanas y frescas. Apenas había llegado tenia clientes queriendo obtener sus compras, así que amablemente les pidió paciencia para colocar todo y pudiera vender con la atención debida.

Pasaban las horas en un ritmo rápido al igual que la venta de todo lo que tenia, a pesar del tumulto que se formaba, se tomaba su tiempo para ver a las familias, parejas y compradores estar en un ambiente feliz. Aunque lo que más le entretenía ver era a los chicos de academia que eran perseguidos por grupos de niñas, la mayoría siendo Hyuuga fans.

Los niños pensó con una sonrisa mientras veía a un niño Hyuuga salir corriendo con un grupo de niñas atrás él. Soltó una risita en diversión con Kirara haciendo un ronroneo de placer y moviendo sus colas en entretenimiento.

"Higurashi-san"

Haciendo un sonido en respuesta, quito la mirada de su actual entretenimiento para colocarla en un joven de aspecto un poco mayor que ella con largo cabello café, piel blanca y ojos entre blanco y lavanda, otro Hyuuga "¿Qué se le ofrece Hyuuga-sama?" pregunto.

"Me gustaría esta lista" alargándole un papel.

Tarareo mientras lo leía, para luego asentir y ofrecerle una sonrisa "Claro que si" deteniéndose un momento pensativa, le señalo a una línea de la lista "Lo que no creo poder darle serán los huevos" le dijo con simpatía.

Con su aspecto serio, parpadeo dos veces, leer lo que le había señalado y asentir.

Tomando una bolsa, comenzó a meter todo lo que le aparecía en la lista. Con su vista periférica pudo observar al joven Hyuuga voltear a ver al niño Hyuuga seguir huyendo de un la do para otro de su grupo de fans. Cerró los ojos y negó con suavidad. Kagome no pudo evitar una sonrisa divertida al sentir una cantidad de personas escondidas cerca de sus puesto, mirándolo de reojo noto la expresión de tortura sobre su cara, había visto una de las chicas jóvenes que lo acosaban.

"Veo que el clan Hyuuga tiene bastante popularidad entre las chicas" menciono, mordiéndose los labios para no reírse frente a él.

"Si" asintió, regresando su atención a Kagome e ignorar a sus fans "Llegan a ser molestos"

"¿No tiene novia Hyuuga-sama?" pregunto amistosamente.

Le dedico una mirada sospechosa "No" sin quitarle la vista de encima.

"Ya veo" dijo crípticamente "¿Alguna vez ha tenido una?"

Entrecerró los ojos pero a pesar de todo le contesto "Me atrasaría en mi entrenamiento"

Por un segundo se detuvo "Oh" reiniciando lo que hacía "Sabe algo Hyuuga-sama, el amor no es malo, puede hacer que hagamos cosas que nunca pensamos hacer y nos vuelve más fuerte solo para proteger aquello que amamos" respondió sabiamente. Pasándole las bolsas, le dedico una sonrisa "Debería intentarlo"

El Hyuuga abrió los ojos sorprendido por lo que le habían dicho, hasta que escucho su nombre ser llamado por una chica, su compañero de equipo Ten-ten.

"Neji" sosteniendo una bolsa de víveres "Veo que te mandaron hacer compras"

Asintió "Si, Hinata-sama estaba ocupada así que no pudo venir a comprar y me pidió el favor"

Kagome no perdió la mirada brillante en los ojos castaños que miraron al joven que había atendido, coloco una suave sonrisa "Y está más cerca de lo que cree" su tono fue bajo pero no tanto para que no lo perdiera su cliente, sonrió mas ancho al ver que volteaba a verla con los ojos anchos, ella le dedico una honda de despedida que fue respondida.

"¿Te puedo preguntar algo Ten-ten?" sin poder apartar la vista de la joven de cabellos azabaches y ojos azul oscuro que atendía a alguien más.

"Dime Neji" dudosa.

"¿Qué es el amor?" sin apartar la vista.

Se sorprendió por la pregunta del prodigio Hyuuga, luego se sonrojo "El amor es-es cuando tú no puedes dejar de pensar en esa persona especial para ti" desviando la mirada.

Pasando la mirada a su compañera entrecerró los ojos "¿Porque estas sonrojada?"

"¡Eh!" se exalto "No-no-no por nada..yo" poniéndose mas roja "Me tengo que ir" dándose la vuelta y huyendo.

Parpadeo sorprendido "¿Que ocurre con Ten-ten?" pregunto a nadie para regresar la mirada a Kagome "Mas cerca de lo que creo" susurro, para luego dar una sonrisa.

La miko fue totalmente ignorante del desvió de sus palabras.

Observando que todos sus productos se encontraba debajo de la mitad del canasto, soltó una sonrisa alegre, para luego un sonrojo pasara por su rostro al escuchar su estomago gruñir por la falta de atención, volteando a ver a su compañera saco la lengua y se rasco la mejilla con un dedo.

"Creo que es hora de comer" un maullido fue su respuesta, tapando los canastos. Volvió su mirada a Kirara "Iré a comprar la comida, cuida el puesto"

Dándose la vuelta y retirándose, dejando a cargo a su compañera, sabía que tomaba buen cuidado del producto, sus oídos y ojos eran más agudos que cualquier animal ninja. Paso por los puestos más alejados al suyo, saludando a las personas que reconocía. La primera vez que había llegado al pueblo había sido sorprendida por los edificios, al igual que varios aparatos que estaban cerca de llegar a los de su dimensión, pero lo más curioso de todo esto fue lo que llamaron chacra.

Su mente la llevo rápidamente al recuerdo al primer día.

"Lo hicimos" susurro.

La joven miko estaba feliz, al fin habían logrado derrotar a Naraku junto con todos los demonios, les había tomado un aproximado de tres días con muy breves descansos, los cuales consistieron en un campo de energía formado por unas cuencas de Kagome. Todos sobrevivieron a excepción de Kohaku, el cual al saber su destino por tener el ultimo fragmento de Shikon, se interpuso en medio de un ataque de Hakudoshi hacia Sango y decirle que era feliz de al fin ser libre.

Entre su grupo se encontraba el taiyoukai del oeste, Sesshomaru, que se había acercado unos meses antes dispuesto a hacer una tregua a cambio Kagome le pidió que la entrenara para no seguir siendo inútil en la batalle. Mientras Sesshomaru la entreno físicamente, Miroku la había entrenado con sus poderes e igual Sango le otorgo los conocimientos de un taijiya en los venenos. Trabajo arduamente para conseguir la aprobación del hermano mayor del hanyou que una vez fue su amor, ya que fue el mas difícil de complacer.

Todos se comenzaron a soltar gritos y risas de alegría, de repente el mundo se detuvo cuando Kirara soltó un rugido y la agarro de la parte de atrás de su camisa para llevársela volando lejos del grupo. Abrió sus ojos sorprendida al ver que se encontraba un tentáculo incrustado justo en el lugar donde estuvo. Su alegría y cansancio la hizo bajar la guardia, si no fuera porque Kirara se encontraba cerca de ella estaría dando las últimas bocanadas de aire.

Soltando una exclamación en sorpresa, noto como el tentáculo se separaba del suelo y salía detrás de ellas. Sintiendo como era tirada hacia arriba para terminar en el lomo de Kirara y bajara a los arboles. Estaban en serios problemas, todos estaban cansados, no iban a poder llegar a alcanzarlas para matar al tentáculo. Ni siquiera Sesshomaru la alcanzaría con su círculo de energía, él había sido el que lucho tres días sin parar, tenia resistencia pero Kagome sabía que le faltaba la energía para usa ese método.

De repente la neko-youkai exclamo en dolor.

"¡Kirara!" grito la miko al sentir como caían a la tierra y rodaban hasta la base de un árbol, soltando un quejido. Volteo a ver al tentáculo flotante que había ido tras ellas. Soltando un grito de horror y sorpresa, observo como el tentáculo se abría para mostrar una cara "¡Naraku!" tratando de retroceder sin éxito "Creí que estabas muerto"

" Kagome, estuviste cerca de derrotarme con tu último ataque" mirándola con odio "Te matare y arrebatare la Shikon no tama y luego conseguiré mi cuerpo de vuelta" comenzando a volar en la dirección de la ojos azules.

Se le dilataron las pupilas en horror, su cuerpo estaba cansado, su mente estaba agotada su energía no se encontraba lo suficiente alta para derrotarlo completamente, pero sin embargo alzo su mano derecha con la palma abierta, cerró los ojos y grito.

Naraku coloco una sonrisa de triunfo sobre su rostro, para luego quitarla con rapidez y pusiera una expresión de sorpresa al ver como el árbol detrás de Kagome empezó a brillar, las raíces tomaron vida para empezarse a envolver alrededor del cuerpo del neko-youkai y la miko, transfiriendo su energía para que saliera de la palma de esta yendo directo al tentáculo, al mismo tiempo el árbol las absorbió.

Saliendo de su trance, dejo de gritar, luego abrió lentamente los ojos al notar que no sentía dolor alguno o la muerte llamándola. Parpadeo un par de veces al notar el bosque completamente tranquilo y obscuro, sin rastro alguno del tentáculo que la había atacado. Al sentir su mano izquierda algo, la abrió para ver la shikon no tama. Sorprendida, miro alrededor suyo para ver un cuerpo tumbado.

"¡Kirara!" llamo al ver su compañera neko-youkai al lado suyo, su pelaje lleno de tierra y un charco de sangre comenzándose a formar alrededor de ella "¡No! ¡Kirara!" con lagrimas en los ojos se arrastro al lado de la cabeza y acariciarla "Aguanta Kirara" susurro, llorando "Kirara" llamo al ver como su respiración se volvía mas lenta "Kirara" su voz sonó en urgencia, de repente dejo de respirar "¡Kirara!" grito, con los ojos llenos de agua y nublando su vista, convoco su poder "¡No dejare que mueras!" colocando sus manos sobre el pelaje amarillo, se concentro para curarla.

Dejando lo último de su energía filtrarse sobre sus manos, perdió su fuerza, cayendo al piso al lado de su compañera, sintiendo como la inconsciencia iba agarrando terreno sobre su cuerpo. Su vista se mancho de puntos negros, se estaba dejando caer en el abismo cuando en eso recordó que aun tenia la shikon no tama en su mano, haciendo un esfuerzo mas, metió en un pequeño hoyo del árbol la perla. Una vez hecho se desmayo.

Agitando los ojos abiertos, parpadeo un par de veces para que su vista se aclarara y acostumbrara a la luz, luego arrugo el entrecejo al notar un techo. Colocándose en una posición sentada, observo como una sabana bajaba de ella para ver que su ropa había sido cambiada por una bata blanca, una bata blanca de hospital.

¿Qué hago en un hospital? se pregunto, ella recordaba perfectamente que no estaba en su santuario e igual que en la época feudal no existían los hospitales Entonces ¿Como estoy en un hospital? su cerebro se encontraba en un remolino de preocupación. Un maullido la saco de sus cavilaciones.

"Kirara" pronuncio su nombre para encontrarla en frente de su cama sobre una almohada con algunas vendas en dos de sus patas y alrededor de su pecho, estaba en su forma de gato pequeño "Estas bien" calmándose un poco "¿Dónde estamos?"

"Estas en el hospital de Konoha"

Afilo la mirada al ver que entraba una mujer y cerraba la puerta tras suyo, tenía el cabello largo agarrado en dos coletas baja, un pequeño diamante azul en su frente, ojos color caoba, traía puesto una blusa gris que en la cintura tenía una faja de color azul, pantalones azules y sobre ello una gabardina verde, pero de todo a Kagome le llamo la atención una cosa.

¿Serán reales? se pregunto viendo la exagerada cantidad de busto.

"Si, son reales" le respondieron.

Atiesándose, al parecer en vez de solo pensarlo lo dijo en voz alta, un rubor extendió su rostro, agacho la cabeza en vergüenza "Perdón, no era mi intención, quiero decir, es que, yo, a" tartamudeo, jalando la sabana se cubrió la cara con ella.

La rubia coloco las manos en su cadera mientras sus ojos brillaban de risa "Acepto tu disculpas, veo que ya estas mejor"

Asintió, e hizo un sonido de confirmación.

"Bueno, necesito que me contestes un par de preguntas" dijo seriamente.

Kagome olvido toda la vergüenza que tenia para mirar a la rubia "Esta bien contestare sus preguntas pero primero necesito saber ¿Quién es usted?" dijo educada y valiente a la vez.

Una ceja de parte de la rubia se alzo Tiene agallas "Mi nombre es Tsunade y soy el hokage de Konoha"

¿Hokage? ¿Qué es un hokage? y ¿Konoha? ¿Qué es eso? Debe ser un lugar La joven miko estaba segura que después de esto de recompensa tendría un dolor de cabeza, aunque recordaba haber estado en una situación un poco similar.

"Bien ¿Cual es tu nombre?" cruzando los brazos frente a ella para verse más imponente.

"Me llamo Kagome Higurashi" no dejándose intimidar.

"¿Cual es tu negocio en Konoha?" continuo el interrogatorio.

"No tengo ningún negocio con Konoha" esperaba no haberse equivocado al decir el nombre del lugar "En realidad no sé como termine aquí" susurro lo último "¿Como es que termine aquí?" hizo su propia pregunta.

Tsunade no sabía si le gustaba o le molestaba la valentía de la chica frente a ella "Un grupo de ANBU te encontró a ti y tu gato en las afueras de Konoha herida e inconsciente" mirando de reojo a Kirara que a pesar de estar acostada no le quitaba la mirada de encima "¿Cómo es que terminaron en esas condiciones?" las heridas que atendió al gato fueron superficiales, en cambio la ojos azules tuvo dos largas heridas, una en la espalda y la otra en una pierna. Además que vio una cicatriz en forma de estrella por su abdomen, parecía que arrancaron un pedazo de carne.

"Fui atacada por sorpresa" respondió, no era una mentira.

"¿Eres un shinobi?¿De qué aldea eres?"

¿Shinobi? tomo toda la voluntad de Kagome para mantener su cara sin expresión para que no viera la enorme duda que sentía.

"No soy un shinobi y no pertenezco a ninguna aldea" Sigue sin decir mentiras, no era ningún shinobi y, así como le paso en la época feudal solo que con algunas diferencias, tampoco pertenecía a ninguna aldea.

Tsunade se estaba frustrando, no estaba realmente soltando información alguna más que su nombre "Entonces explícame ¿Porque fuiste atacada y tu traje? No es de un shinobi pero se ve de un guerrero"

Tenia razón, su traje fue un regalo de Sango, por lo cual era muy similar, en cambio la armadura había sido de parte de Sesshomaru, ya que considero que la armadura de Sango era escasa y no le ayudaría a cubrirla de algún ataque.

"Fui atacada por un enemigo que tenia y soy un samurai" esperaba que aquí supieran que era un samurai, y aun seguía sin mentir ya que literalmente era uno. Sesshomaru se consideraba en estándares humanos como un samurai, además de las reglas en las que se basaba, así que como su aprendiz también era uno.

"¿Qué enemigo?" No sabía si creerle, se conocía que hace tiempo que los samurai desaparecieron después de que los ninjas empezaron a surgir a la luz como una mejor forma de combate "Creí que los samurais se habían extinguido"

"Mi enemigo se llamaba Naraku y me odiaba porque sabía que podía derrotarlo, así que planeo un ataque sorpresa pero lo vencí y es normal que no sepa mucho de samurais solo quedábamos mi profesor, mi enemigo y yo" la mitad de una verdad con la mitad de una mentira.

"¿Y tu profesor?" Se le hacía muy raro.

"Él.."guardo silencio un momento, sus hombros cayeron "Lo perdí" no era una total mentira.

"¿Lo perdiste?" Se le hacía rara la historia para poder creerla con facilidad.

"Si, estábamos luchando y me separe y cuando me di cuenta yo estaba en un lugar diferente y el ya no estaba por ningún lado" haciendo puños en la sabana, la pesadez la inundo y se dio cuenta de una cruel realidad, de ahora en adelante si no encontraba como regresar estaría perdida, estaba muy lejos de cualquiera de los dos lugares que conocía y no era consciente de como regresar.

La rubia la miro con simpatía al ver su impotencia, haber perdido a su profesor debió ser muy duro "¿Tu familia?" suavizo la voz.

"Mi familia...mi familia...esta muy, muy lejos de mi" sin alzar la mirada.

La hokage pensó que su familia había fallecido, por eso estaba muy lejos de ella "¿De dónde eres?"

Pensando como responderle, contesto cuidadosamente "De ningún lado, soy un vagabundo, no, mejor dicho un viajero" si, era un viajero no solo de lugares sino también de tiempo y ahora dimensiones.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Era un nuevo día para Kagome, el día anterior había logrado vender todo, llegar a una hora temprana a su casa para recoger más frutas y verduras de su huerto. Después de haber sido interrogada por Tsunade la dejo libre por ser inofensiva a sus ojos, es cierto que era un samurai pero comparado a un ninja no era nada, según ella. Pero Kagome sabia la verdad, sabia lo mortal que era ella y mas porque no era un samurai normal, era un miko-samurai, tenía el poder para lastimar y curar a personas e igual youkais, los cuales algunos eran invocaciones mientras otros eran conocidos como bijuu.

La joven miko se encontraba muy agradecida con la hokage para confiar lo suficiente en ella para dejarla entrar y salir de Konoha. Le ofreció quedarse a vivir allí, lo cual declino amablemente. Al principio solo considero viajar, pero al llegar a buscar la perla de shikon se sorprendió de que el árbol era el goshinboku, haciéndola cambiar de opinión y pedirle a la hokage permiso para entrar y salir de Konoha, ya que viviría a las afueras de esta cerca de un arrollo, construiría un huerto y llegaría a venderlos.

Volteo para toparse con un hombre blanco, alto, cabello negro y ojos iguales "Uchiha-sama" con una sonrisa.

El joven mayor fue uno de sus clientes frecuentes y preferidos, siempre venia a buscar sus tomates. La primera vez que se había acercado a comprar con ella fue con mucha duda y desconfianza, ya que los demás puestos se les acabo el tomate. Desde ese día se volvió su cliente frecuente, venía a buscar de dos a tres veces a la semana sus tomates "¿Lo de siempre?" pregunto sin esperar respuesta para comenzar a guardar una cantidad considerable de tomates "Sabe Uchiha-sama si sigue comiendo tanto tomate puede que su piel se torne roja" le bromeo.

"Hn" resoplo, lo que le había dicho era ridículo, además, no era su culpa que los tomates que ella vendía supieran deliciosos.

Soltó una risa la miko, este chico le recordaba a Sesshomaru con su actitud seria, pocas palabras y su marca reconocida de expresión. Sintiendo una cantidad grande de auras cerca de su puesto, rodo los ojos, estas chicas acosaban al pobre Uchiha más de lo que hacían al Hyuuga, a pesar que la persona frente suyo fue en su momento un falta-nin. Si, ella sabía mucho, después de decidir quedarse comenzó a averiguar sobre este mundo, leyó varios libros de la biblioteca, entre ellos sobre chacra, además algunos sobre una variedad de ninjutsus que sabía manejar de primera mano principalmente los de agua para su huerto y otros por gusto. También hay que incluir que la gente hablo, principalmente las mujeres, actualizándola rápidamente.

"Veo que sus admiradoras se encuentran cerca" notando la expresión rígida.

Sasuke desvió la mirada.

"Uchiha-sama, no me quiero meter en su vida pero ¿Puedo hacerle una pregunta?" le dijo mientras le entregaba los tomates.

"¿Cual sería Higurashi-san?"

Agito la cabeza "Dígame Kagome por favor, ya que Higurashi me hace sentir en realidad vieja"

"Está bien" afirmo, aunque dentro de su mente sabía que Kagome Higurashi no tenía nada de vieja. De hecho después de haber llegado se encontró como una de las chicas más atractivas de Konoha con su largo cabello negro con toques azules, esos ojos azul profundo que brillaban y parecían ahogarte junto con su piel blanca y el pequeño rubor natural que se formaba en sus mejillas, al igual que un cuerpo que cualquier mujer mataría por tener.

"Dicen que piensa revivir el clan Uchiha ¿Es cierto?"

La miro con escrutinio, esperaba que no se le aventara y regalara como las otras chicas, ya le toco en una ocasión regresar de una misión para toparse con una chica completamente desnuda sobre su cama para mandarla a volar y tener que quemar sus sabanas. Después de eso aumento la seguridad sobre su casa, no volvería a ocurrir ese incidente.

Recordando la pregunta, le asintió.

"Si no le importa, daré mi humilde opinión" ocultando sus manos detrás de su espalda "Si quiere revivir el clan Uchiha ¿No debería estar, al menos, buscando una novia?" dedicándole una sonrisa juguetona "Después de todo si sigue tardando las chicas jóvenes se pueden tomar y no tendrá con quien revivir el clan Uchiha y puede llegar a ser un viejo senil" travesura bailo en los ojos azules.

Atragantándose con el aire, le mando un fulgor a la joven frente a él "Le aseguro Kagome-san que no quedare como un viejo senil"

Soltando una risa a costa del Uchiha "Solo es mi humilde opinión, Uchiha-sama" dijo después de lograr tragarse la risa y bajando la cabeza en obediencia, aunque en realidad ocultaba la sonrisa enorme que tenia.

"Hn" salió indignado de allí.

A pesar de todo, se quedo pensando lo que Kagome le dijo, si quería revivir a su clan debía comenzar a considerar a las mejores kunoichi que tenía cerca como buena opción para procrear hijos. Parando un momento, regreso la mirada a la vendedora, para luego soltar un suspiro y lamentar que sea un simple civil, tenía todo el aspecto de un Uchiha, excepto sus ojos aunque eran llamativos. Encogiéndose de hombros se fue.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Se despide Kigami Aizawa