Esto no podría ser peor mi padre en lecho de muerte, mi madre exigiéndome que me case con Tadase para que la familia de la primavera y verano se unan y por fin puedan derrotar al reino del invierno.
Salgo de mi habitación y como siempre un guardia me sigue como goma de mascar a mi zapato, suspiro, bajo a la sala de estar en la cual está mi hermana menor Ami, tiene 17 en un año menor que yo y tengo la duda que ella no es mi hermana porque somos totalmente distintas la una de la otra (excepto por nuestro color de ojos) ella es escandalosa y por todo arma un alboroto, no se puede estar tranquila.
Me siento en el sillón de color azul en el cual se sentaba mi padre antes de cayera en cama, miro hacia la ventana y observo la nieve caer como lo ha estado haciendo por 14 años seguidos.
-¡Haaaaa! Estoy aburrida- grita Ami caminando de un lado a otro.
La ignoro.
Miro mi librero que está al otro lado de la sala de estar, me concentro en el libro que quiero leer y lo atraigo hacia mí, lo hago levitar y Ami deja su griterío y lo mira asombrada, lo hago que de vueltas alrededor de Ami y lo atraigo hacia mí.
-¿Cuándo podre lograr hacer eso hermana?- pregunta Ami.
-Cundo cumplas los 18 años, como todo el mundo- contesto cogiendo el libro que está en el aire.
-¡Pero tú lo comenzaste a hacer an…!- grito Ami, pero la interrumpí a tiempo.
-¡Yo nada Ami! ¡Yo nada! ¿Te ha quedado claro?- La miro enfadada.
-Lo siento. ¿Podrías encender la chimenea?-dije Ami.
Rápidamente concentro mi energía en mi mano provocando fuego en ella, y lo lance hacia la chimenea encendiendo los leños secos que en ella estaban
Siento que alguien está bajando les escaleras y sé que mi madre, siempre que la tengo cerca me da un escalofrío en toda a columna.
-Vaya Amu como siempre no estás haciendo nada productivo, niña- dice mi madre delante de mí.
La ignoro.
Me concentro en mi libro.
-Amu te estoy hablando, mal criada- dice cruzando los brazos.
La ignoro.
-Deja eso- dice quitándome mi libro. Y me enojo –¡Te tienes que arreglar para Tadase que viene en unos minutos!- y arroja mi libro a la chimenea. Haciéndolo cenizas.
-¡Ya basta! ¡¿Qué acaso no te das cuenta que Tadase no me interesa y nunca que va a interesar?!- dije poniéndome de pie.
-Eso no me importa, no ves que si unen sus fuerzas podrían poner fin a esta era de hielo. El reino del invierno no se va a detener jamás sino hacemos algo y si seguimos así terminaremos como el reino del otoño. ¡Destruidos y casi extintos!-
-SEÑORA, RAPIDO SUBAN EL REY ESTA MUY MAL-dijo la sirvienta.
Fui la primera en entrar y rápidamente fui donde mi padre.
-Padre- dije tomando su mano.
-Amu y Midori déjeme un momento a solas con Ami, por favor-
Salimos con mi madre.
-Todo esto es culpa tuya-dijo mi madre apuntándome.
-¿Mía?-
-Sí, sino armaras tanto escándalo acerca del matrimonio entre Tadase y tú, tu padre no tendría que estar preocupándose por el reino, eres una mala hija, te odio-
Se abrió la puerta de la habitación y salió Ami, llorando.
-Dijo que enteraras- dijo Ami.
Al entrar mi madre iba a hacerlo conmigo, pero Ami la detuvo.
-Dijo que solo Amu-
Cuando cerré la puerta de la habitación de papá me pidió que me acercara a él.
-Amu, me estoy muriendo-
-No digas eso padre-
-Es la verdad, querida. Y quiero que me cumplas una promesa-
-Lo que sea…-
-Quiero… que seas feliz. No me importa con quien sea o lo que opine la gente, solo quiero que seas feliz… y he visto que Tadase no te va a hacer feliz. No tienes que llevan la carga de un reino sino quieres, nunca te dejes pisotear y ni presionar. Busca tu propia felicidad, explora el mundo, enamórate, disfruta todo lo que puedas y nunca te des por vencida. Lucha… por… tú… feli-ci-dad- y así dio du último suspiro.
-¿Padre?-dije
-¿PADRE?-
-No te vayas por favor, te lo ruego- los ojos me picaban porque quería llorar pero tenía que mantenerme firme. Por mi felicidad.
Capítulo 2: Mi verdadero yo.