Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling.
Sirius exhaló y el humo del cigarro salió por su boca. El cielo estaba estrellado pero el frío se podía sentir claramente, pese a eso el muchacho se encontraba apoyado contra la baranda de la Torre de Astronomía con la camisa arremangada. Se encontraba tan ensimismado que no la había oído llegar.
-¿No tienes frío? –se abrazó más a si misma Marlene mientras se acercaba a él, que se dio vuelta sobresaltado.
-No, estoy bien –respondió escuetamente mientras le tendía el cigarro a la muchacha, ella no solía fumar con frecuencia, pero de vez en cuando le agradaba sentir el sabor del tabaco en su boca.
Habían sido unos días difíciles y sabía que Sirius solía huir a esa Torre cuando se encontraba sobrepasado por la situación. Simplemente eran demasiadas cosas.
El frío se llevó el humo que esta vez salió por la boca de Marlene y el silencio inundó el lugar. No había palabras que pudieran consolar y tampoco necesitaban oírlas.
Sirius abrazó a Marlene por la cintura y se quedaron en esa posición, solo escuchando la respiración del otro, por lo que podrían haber sido horas, o quizás minutos, en realidad no lo sabían.
-No me abandones –soltó Sirius de repente-. Tú no.
-Nunca.
Más tranquilo y con una pequeña sonrisa, el sol del amanecer llegó a la cara de Sirius dejando los problemas con la luna, aunque sea por unas horas.
