Mi Pequeña ¿NEKO (gato)?

Después de haber terminado la guerra pensaste que todo tipo de dolor había desaparecido y ahora te reprochas por haberte equivocado, solo las lagrimas delatan tu tristeza, por haberte visto en el espejo veinte veces y pellizcado mas de cincuenta veces para poder despertar de tu pesadilla, pero dime una cosa ¿se fueron las orejas y la cola de tu cuerpo?...no, pero tranquila seguro conseguirás la salida a esto ¿no hinata? se que esas cosas llaman demasiado la atención y eso Jamas te ha gustado, pero ahora ¿que podes hacer?.

Te preguntaste una y otra vez de como te pudo haber pasado esto sin embargo por mas que pienses en una respuesta lógica, nunca la consigues, solo despertaste y así te encontraste, sabias que no estaba tu familia y agradeciste por eso ya que ahora podrás gritar todo lo que quieras. No necesitabas que alguien te diga que los Hyuga no aceptan ningún comportamiento inadecuado, y a este pequeño problema se podría contar como algo fuera de lo común... por eso decidiste marcharte temprano, justamente para que nadie te mire, corriste rápidamente hasta que te detuviste por completo en un camino de tierra y miraste al cielo sintiendo unas pequeñas gotas de agua correr por tu cara, hasta que la lluvia se volvió mas fuerte, pensaste que tu propio cuerpo humano, si es que se puede llamar así, no soportaría y caerías enferma entonces caminaste a paso lento hasta un árbol al lado de un hermoso lago, ahí se suponía que te esconderías de la gente pero nunca pensaste o consideraste la aparición de cierto rubio, que para vos es el amor de tu vida, y reconocido por ser el héroe de toda la aldea. Parecía que no se había dado cuenta que estabas presente, "como en aquellos tiempos cuando era pequeña", pensaste nostálgica sin embargo cualquier pensamiento se fue a la basura al verle la cara, sentiste que tu corazón dejo de latir por un segundo o incluso más por mas tiempo, al ver las lagrimas de Naruto expresando dolor y solamente dolor.

¿Que habrá pasado? te preguntaste y cuando te animaste a mostrarte, al instante recordaste que tienes esas cosas en el cuerpo, solo optaste por sentarte de nuevo y abrazarte a ti misma y ocultar todo para que el Jamás supiera que estuviste ahí, no tardaron en venir las lagrimas en tus ojos, querías gritar pero sabias que estaba Naruto, por eso lloraste en silencio. Creíste que el jamas lo notaria pero al sentir su mano en tu cabeza, supiste que estabas muy equivocada, "¿que pasa? ¿porque estas llorando?" te pregunto y entraste en desesperación, no querías que te viera con las orejas y mucho menos con tus lagrimas, "¿Quien eres?" agradeciste a kami por la hermosa oscuridad que se presentaba en ese momento.

Por suerte habían llamado a Naruto porque sino, te hubiera encontrado en ese estado, al dejar de sentir su mano en tu cabeza te relajaste y alzaste la cabeza mirando por fin el hermoso lago que apreciaban tus ojos, acompañado de una luna llena pero muy brillosa, "¿y ahora?" te preguntaste, tenias a tus amigas pero simplemente no querías molestarlas, caminaste sin un rumbo fijo, concentrada solamente en tus pensamientos. Hasta que sentiste escuchar una pequeñas risas pero no le distes importancia y pensaste que lo que te esta ocurriendo ahora era mucho mas problemático que esas voces que tu escuchabas, incluso pensaste que te estas pareciendo a Shikamaru porque siempre dice que algo es muy problemático.

"si yo voy con Kiba y akamaru no me reconocerán que soy yo por las orejas y la cola" pensaste mirando el cielo mientras caminabas, sabes que hay mucha gente dispuesta a ayudarte sin embargo no quieres ser una molestia y necesitabas que la persona te ayude con este "pequeño" problema. Sonreíste, por fin habías encontrado a la persona indicada para que te ayude y si tiene una habitación para hospedarte, kurenai, era como una madre para ti ya que siempre te ayudaba y te aconsejaba en los buenos y malos momentos.

Para cuando te acercaste a ella, al principio no te reconoció como suponías pero después de contar algunos secretos que tu misma dirías hasta que finalmente te creyó y con toda la amabilidad que ella tenia te dejo hospedarte en su casa, y le agradeciste un montón de veces.

"¿que harás Hinata? no te puedes esconder para siempre ¿que vas a ser con tus amigos? ¿con tu familia? ¿ya no entrenarás?" esas mismas preguntas te las hacías vos en tu mente, sin saber las respuestas, solo le respondiste

"mañana organicemos todo kurenai, ahora estoy muy cansad..." hasta que finalmente caíste desmallada y esta vez no es por estar al lado de Naruto o estar avergonzada, esta vez te desmallaste por tener mucha fiebre.


saludos a todos!

gracias por leer! *.*

nos leemos luego, un beso y a hasta el próximo capitulo