Maze Runner pertenece a James Dashner.
Reto Espejo para Ame Winner .
Advertencia: Esto contiene temas religiosos y temática slash (niñoxniño), si no te gusta o no eres tolerante, desde ya puedes abandonar el fic.
Los temas aquí son tratados con la seriedad propia y sin el deseo de ofender a terceros.
Aclaraciones: Esto es un AU (Universo Alterno).
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Tú
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0.-
Una cabeza rubia se asomó por el filo de la pared y, al no ver a nadie, avanzó su paso no decidiendo bien si seguía su instinto o el aroma de comida recién horneada. Sobó su estómago con algo de hambre y al desviar la mirada fue que lo vio, no en su dirección y tampoco dentro del sitio, aquel chico estaba afuera en el jardín corriendo.
Torció los labios evitando un recuerdo que quería golpearlo y, tras echar un último vistazo a lo que pudiera ser su comida del día... abrió la ventana (esa que decía no abrir), y saltó por ella. Siempre le habían dicho que el camino más corto era la línea recta, él estaba muy de acuerdo. Así que fue andando pero a paso un poco lento, llevaba el tobillo lastimado.
—¡Oye Minho! ¡Acá! —agitó la mano alargando la sonrisa, el moreno estaba tan ensimismado que temió que si no le gritaba iba a arrollarlo—. ¡Minho!
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Día anterior:
—¿Entonces dices que eres del sur? —el rubio parpadeó observándolo como si fuera algo extraño, que en realidad para él lo era. Sus ojos parecían como de rayitas chistosas y, jamás había escuchado hablar a alguien con tanta... ¿educación? Sonrió de buena gana sobándose la mejilla aún hinchada—. ¿Y qué hacen allá? ¿les entrenan para matar? —Desvió los ojos al sujeto sentado al lado suyo, éste igual descansaba la espalda contra la sucia pared del callejón y medio flexionando las piernas apoyaba las manos a las rodillas. Éste también aparentaba estar algo molido por los golpes, llevaba una ceja abierta.
—Claro —soltó el moreno jalando los labios en una media sonrisa, algo divertida, algo adolorida—, de mierda que es nuestra primera misión, ve sal y asesina al primer shank que venga a preguntarlo —rió.
—¿Shank?
Éste rodó los ojos sacándose sudor de la frente. —Olví-...
—Jajaja klunk, no pensé que fueras de esos.
Minho, lo miró no sabiéndose identificar si estaba sorprendido o no, pero igual no dijo nada, sólo terminó riendo.
No es como que fuera un secreto aquel vocabulario, pero era divertido cuando los demás no lo entendían y así, ellos lograban identificarse. La leyenda contaba que fueron dos chicos norte/sur quienes comenzaron con ese juego y desde entonces se quedó en ambos orfanatos. También se contaba que uno de ellos había desaparecido misteriosamente.
—Jamás he ido para aquel lado —Newt se rascó la rubia cabeza ahora intrigado en qué clase de personas podían encontrarse allá, hasta el momento todo lo que había necesitado lo tenía ahí.
—Shank, no te pierdes de nada —el otro rodó los ojos y por fin levantándose se palmeó los pantalones antes de crear un gesto con la cabeza en señal de despedida—. Y deja de dejar que te pateen ese trasero de tabla.
El rubio rió de buena gana y medio se torció para verse justamente su hermosa retaguardia, antes de palparla, regresar su atención al otro y levantarse. —¿Y perderme ser salvado? —meditó—. Oye, ¿quizás puedas enseñarme ese gancho? Yo también sé varios trucos, ¿sabes? Podemos hacer intercambio.
Un chico a lo lejos apareció, entre las luces no podía distinguirse bien, pero parecía alto y llamó a lo lejos a uno de ellos antes de comenzar a acercarse.
—Supuse que te encontraría aquí, armando lío —aparentaba ser un chico más serio y formal, quizás... demasiado formal para el gusto del rubio, quien igual correspondió el breve saludo sólo alzando una mano—, es tiempo de marcharnos.
—No sé qué puede enseñarme un fideo como tú —Minho rió un poco, bajo, antes de llevar las manos a la cadera y mirarlo como si decidiera algo. Después volvió a crear ese gesto con la cabeza, ahora en señal de despedida—. Te veré aquí la próxima semana —y volvió a jalar esa sonrisa creída antes de retirarse.
Medio no estaba seguro, Newt se rascó la cabeza y, juntando las manos en forma de cono, sólo logró agregar que le trajera comida, antes de dejar caer los brazos a los laterales y resoplar cansado.
Silencio.
Murmullos entre la oscuridad amenazaron con penetrar en su mente, negó y apretando los puños comenzó su regreso al orfanato.
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Actual:
El moreno se fue de boca contra el piso cuando chocó contra él, y entre un nudo de brazos y piernas, se reincorporó adolorido y enojado.
—¡¿Qué mierda con-... —dudó—. ¿Newt?
Espalda contra el piso éste llevaba una mano sobre un lado de la quijada porque le dolía, y la otra la levantó en un saludo informal. —¿Me has extrañado tanto que has tenido que tirárteme encima? —rió.
El asiático rodó los ojos y levantándose se sacó el polvo de encima, el rubio le miró con curiosidad.
—¿Qué?
Éste se encogió de hombros. —Eres demasiado fino para tu rudo trato —se burló—, no pasa nada con algo de tierra —y tomó una poca en su palma levantándola y después dejándola caer entre sus dedos antes de palmearse la mano en el pantalón ahora casi café por la revolcada.
—¿Qué mierda haces aquí?
—A mí también me da gusto verte —sin quererse levantar porque la caída le había dejado un dolor en su "trasero de tabla", sólo se digno a encorvarse hacia adelante sobre las piernas medio flexionadas—, ¿me has traído comida? Por allá —apuntó de donde venía—, olía muy bien.
—Te dije que te vería la próxima semana.
—Ah... —desenfadado éste encogió los hombros sin mucho cuidado—. Ahora estoy aquí, aprovechemos.
Colocando los ojos en blanco el moreno llevó las manos sobre la cadera en gesto cansado, se dio la vuelta y comenzó a caminar.
—¡Oye, ¿no vas a ser un buen anfitrión y alimentarme?! No creo que seas TAN cruel... —pero Minho seguía y él estaba ahí hambriento y la verdad...—. ¿Ahora me dirás que eres uno de esos niños cumplidos? —... La verdad es que había esperado toda la noche para ir ahí; una muy larga y difícil.
—Shank —algo exasperado, éste lo miró. En primer lugar no entendía cómo había entrado, y en segunda...—, tengo deberes y me estor-...
—¡Ayudaré!
En segunda, se sentía raro desde anoche y no sabía la razón. —No puedes, esto no es como...
—¿Qué? —en dos pasos ya estaba frente al otro, listo—, ¿no soy demasiado bueno como tú? —le enfrentó cara a cara, tenían técnicamente casi la misma altura, sólo que el rubio solía encorvarse un poco.
Pero sin dejarse intimidar, Minho sólo alzó una ceja. —Shank, si vienes no podrás retractarte.
—¿Me ves cara de cobarde?
Ambos sonrieron aceptando el trato.
.-.-.
Cuando Newt escuchó deberes, lo primero y único que le vino a la cabeza era lo mismo que a él le dejaban: limpieza. ¿Qué tan difícil podía ser limpiar algo? Es decir, por más sucio que estuviera podían tardar... ¡pero eso era todo! Y él no tenía prisa. Jamás pensó que...
Miró de refilón al moreno a su lado, éste realmente parecía concentrado mientras juntaba ambas manos al frente y recargaba la frente en ellas mientras oraba. Si el rubio pensó jamás hacer algo en la vida, eso era arrodillarse y rezar a algo en lo que no creía, siquiera estaba seguro del qué hacer.
Intentó hacer su parte y, postrado de rodillas, apretó los ojos sobre las manos intentando recordar—. ¿Hay alguien que me escuche del otro lado? —esperó—. ¿Hola?
...
¿Quizás saludar primero?
—Minho... —susurró bajo—, ¿cómo se supone que se hace esto? —no tuvo contestación—. ¿Minho?
El aludido abrió lento los ojos y lo observó, Newt tuvo la impresión de jamás haber visto a nadie tan tranquilo en toda su vida.
—¿Realmente jamás has hecho esto?
Tragó saliva y negó.
—¿Y de verdad quieres aprender?
Asintió un poco.
Éste se levantó de su lugar acercándose a su lado pegando cuerpo contra cuerpo y mostró sus manos unidas, uno no pensaría creerle en nada si ya lo conocían hablando, pero en aquellos momentos realmente parecía guardar respeto por lo que hacía.
—No importa lo que quieras decir, tampoco realmente requieres una clase de oración —tomó las manos ajenas y las unió antes de alejarse nuevamente y con la mirada señalar al frente a una pared vacía—, lo que importa es que seas sincero y desees estar haciendo lo que haces.
—¿No hay clave ni nada?
Minho negó medio divertido. —Sin trucos, sólo eres tú y él.
En teoría el rubio pegaría la frente a las manos imitándolo, o eso estuvo en su intención, hasta que volvió a verlo plantado en aquella concentración y algo sacudió su cuerpo, olvidándolo de todo lo demás.
.-.-.
—¿Por qué tengo que ponerme esto? —Newt se abanicó con la capucha, le daba caaaaloooor. Tras ¿meditar? por casi una hora apenas y caminaba recto con las rodillas adoloridas, y esa manta envolviéndolo como si fuera fantasma hacia peor su trayecto—, ¿vamos a ir a asustar gente?
—Shank, si te ven, te sacaran. Así que de mierda ahora te aguantas.
—¿Y con esa boquita oras? —se sonrió divertido y le miró cómplice—. No imagino una conversación tuya con el de allá arriba —apuntó literalmente el techo con un dedo—. ¿Tendrán sensor de censura?
Resoplando y rodando los ojos, éste se detuvo y lo miró, pero justo antes de poder hablar, apareció un hombre mayor, alto y con el cabello algo blanquecino.
—Minho —su voz era neutra, pero a Newt se le antojo falta de emociones—, ¿has decidido tu camino ya?
El rubio deslizó la mirada al moreno y de nuevo al otro hombre (que también parecía haber sido rubio en sus años mozos). Éste vestía una sotana negra con un gorrito muy chistoso en la punta de la cabeza.
—Padre Ethan —antes de que el menor pudiera siquiera saludar, otro hombre apareció interrumpiendo, aparentaba ser poco más joven, pero su rostro no daba a entender que fuera menos imponente—, ¿por qué no le da espacio al chico? Recordemos que la decisión es algo que nace, no que se presiona.
—Director Dean —el primero no pareció inmutarse con la gravedad del tono—, entiendo que es importante dar espacio a los chicos, pero tampoco podemos permitir que las dudas embarguen su alma. Minho ha mostrado cualidades sorprendentes, no podemos dejar que las sombras vengan a manchar su luz. ¿Quizás usted mejor que nadie pueda comprender a qué me refiero?
—Si su destino es quedarse con nosotros, lo hará a su debido tiempo —el hombre quien, en lugar de vestir con sotana llevaba ropa de civil, lanzó una mirada los menores para que se retiraran, y para cuando Newt acordó, estaba a medio pasillo de distancia siendo jalado.
—¿Qué fue eso? —estaba confundido—, ¿por qué hay sacerdotes aquí? ¿alguien se murió?
—Shank, ¿estás de broma? —Minho siguió caminando, parecía de mal humor y es que lo estaba, Ethan, ese hombre estirado, no le agradaba—, ¿en dónde crees que estás?
—Pues... —Newt alzó la vista observando bien, pero no veía nada diferente—, ¿en tu orfanato?
—Aquí acogen a gente sin familia y les inculcan para ser sacerdotes. Es un seminario.
—Jamás te había escuchado palabras tan letradas.
El moreno rodó los ojos y escupió a un lado antes de limpiarse la boca contra el hombro—. Mierda hombre, déjate de cosas.
—Entonces... —iba a seguirle el paso pero se detuvo repentinamente con algo que apenas daba clic en su cabeza y que no le gustó—... Espera, ¿seminario? —¿Qué significaba eso?—. ¿Estás estudiando para ser sacerdote?
Silencio.
—¿Minho?
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1.-
Newt esperaba encima de esa cama, estaba reclinado hacia adelante abrazando sus rodillas mientras recargaba entre ellas la barbilla y no dejaba de contemplar la pared enfrente. Se sentía raro, como si... lo que acababa de saber no fuera correcto, como si algo en toda esa oración estuviera equivocado.
—Has tenido suerte —Minho ingresó, llevaba una bolsa algo gorda en sus manos y la dejó sobre la cama. Éste se había marchado para sacar algo de comida a hurtadillas y ellos pudieran comer, si Newt seguía exponiéndose ninguno de los dos terminaría en buenos pasos puesto que estaba terminantemente prohibido que gente ajena ingresase al lugar, sobre todo a las habitaciones (incluso entre los propios habitantes). Por ahí se explicaba que aquella última regla se debía a que aquel lugar era lo más privado de uno, y que debía ser utilizado para la meditación absoluta.
Minho se sentó a la orilla moviendo la cabeza en un gesto—. ¿Qué pasa contigo? —y alzando una ceja se acercó peligrosamente a su rostro enfocándose cerca de la boca donde se veía algo morado, Newt sólo tensó la espalda, nervioso ante el contacto de los dedos ajenos.
—¿Qué sucede?
—Tienes suerte que estuviera ese día por ahí —y la voz del moreno sonó algo grave ya distante de bromas—. ¿Qué mierda pensabas? —lo soltó.
El otro se encogió de hombros pasándose la mano sobre la piel que aún le cosquillaba. —¿Morir? —sonrió quebrado como si bromeara—. Sólo quería que me regresaran el juguete que conseguí para Chuck, un shuck-face que recién llegó a la estadía.
—Un juguete no vale la vida —lo miró seriamente.
—Lo sé.
Hubo un silencio.
—¿Qué mierda te pas-...
—Quizás podrías venir a conocer acá, puede gustarte... —interrumpiendo, el rubio dudó paseando la vista hacia donde podría haber habido una ventana alguna vez—. No tenemos campos verdes pero... siempre puedes correr por donde se pueda —rió bajo—, y tampoco necesitas tomar decisiones obligadas.
—Shank, deja de decir tanta klunk —sacó una manzana y se la aventó a esa cabezota, pero al sacar la otra sólo se quedó mirándola. Newt guardó silencio unos segundos entendiendo aquel gesto, iba a decir algo, pero sólo abrió la boca y cerró como si lo pensara mejor, y entonces continuó:
—No es klunk —soltó seriamente jugando con la fruta entre sus dedos—, es un lugar pequeño pero... de verdad creo que deberías venir. ¿Hace falta un tú de mierda que nos joda la vida? Aquí parecen no apreciar tu arte.
Se hizo más silencio.
—Minho... —aquello era extraño y no se atrevía a verlo, y quería acercarse pero... Sintió un miedo repentino. De alguna manera sentía que se le estaba escapando algo importante y no entendía qué.
Se sentó al lado del otro y le empujó, hombro contra hombro.
—Admito que darías un misa bastante peculiar, seguro más de un par de feligreses se persignarían. ¡Lo pondrías de moda! —Y quiso reír, pero no lo logró; Minho tampoco ayudó.
Tragó con un dolor desconocido en el pecho y pasó una mano sobre su nuca sintiéndose ridículo. ¿Quizás todo eran ideas suyas? ¿Cómo podía sentirse uno tan terriblemente bien en compañía de, técnicamente, un extraño? Porque eso eran, lo había conocido la noche anterior y apenas y sabía su nombre y un poco de su vida, sin contar que ambos eran varones y que...
—Y seguro será sangrientamente inspirativo —insistió, obligándose a mantener la voz.
Entonces por qué...
—¿Min-... —le observó buscando su mirada. ¿De verdad... todo era sólo suyo?—. Minho... —tembló al tener su atención, y al igual que la distancia se acortaba, su respiración también.
... ¿por qué sentía que no era el único que se estaba asfixiando?
—Minho, ¿estás ahí? —bajito una voz sonó tras la puerta y ésta se abrió dejando ingresar a un chico más o menos de su edad, también cabellera morena pero más flacucho, cerró observando con cuidado como si alguien lo siguiera y luego giró en busca del nombrado mientras estiraba los labios en una sonrisa mostrando los dientes, pero dicha se le cambió por una mueca de curiosidad—. ¿Tenemos visitas?
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Continuará...
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Comentarios: Ha llegado la introducción. Eli, para la continuación seleccionar dos opciones:
a) Minho no se presenta en la cena ni en las oraciones.
b) Ethan, quien se preocupa por el camino descarriado que pueda suceder a Minho, ha decidido tomar cartas en el asunto y ha mandado llamar a alguien que puede cambiar la decisión del menor.
c) Newt es tomado infraganti en los aposentos a los cuales se está estrictamente prohibido tener visitantes. El rubio es echado y Minho es castigado.
d) Llega un hombre que ha escapado de un psiquiátrico llamando a gritos a Dean, trae una gabardina manchada con sangre y carga un enorme cuchillo en una mano.
e) Newt se da cuenta que le es muy fácil perder el control tratándose de Minho.
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Ni hablar, gracias por su atención.
Me despido y cualquier cosa manden un mail o facilítense la vida y dejen un review.
Fin de la transmisión...
