Esa mañana era como cualquier otra, me levantaba a su lado, la veía por unos segundos a la cara, esa hermosa cara que me hacía suspirar cada vez que despertaba, con esos pequeños retoques de belleza por doquier, simplemente me iluminaba cada sentimiento que se inundaba mi ser.
La mire un poco más, deseándola levantarla con un sencillo pero muy cálido beso de buenos días, aquel deseo era lo único que deseaba, si, solo un beso viniendo de sus labios cada mañana, me hubiera sido más que suficiente para alegrarme todo el día, quizás inclusive toda la semana, per quien sabe, uno no puede medir el tiempo con el que se encuentre satisfecho. Simplemente no puedes saber por cuanto durara ese sentimiento.
Pero…. De algo estaba segura y es que el solo estar a su lado cada mañana me hacía más y más feliz. Pensé que sería algo injusto, ya que, sabiendo que yo era feliz con el simple hecho de tenerla a mi lado, yo simplemente no sabía que era lo que la hacía feliz, no sabía incluso si ella era feliz a mi lado. Quizás, solamente por ser hermanas ella todavía me acompaña, si, quizás sea eso.
Cerré mis ojos, pensando en la posibilidad de que estuviéramos juntas por el resto de nuestras vidas. Y sin darme cuenta había caído en los brazos de Morfeo de nuevo, quede profundamente dormida, soñando en aquella imaginaria vida que podría tener a su lado.
-Oye, Kana, Kana-chan ya amaneció
Escuche la voz de Yuki-chan en frente mía, pero al parecer yo seguía absorta en mis sueños.
-Kana-chan! Se nos hará tarde para la escuela
Aún seguía en mis pensamientos, como si esa voz que escuchara viniera de mi interior.
-Kana-chan! Si no te levantas tendré que…
Sentí un ligero peso sobre mí, y aunque aquel sueño, era magnifico, el despertar no se podía evitar.
Abrí lentamente los ojos y la vi enfrente de mí, ella estaba reposando su cuerpo sobre el mío, su rostro estaba a unos muy delgados 5 cm del mío, casi podía besarla, pero…
-Oh Yuki-chan, buenos días- la salude cortésmente
-Buenos días Kana-chan- lo dijo en un alto algo alegre
-Me sorprendiste casi nunca te levantas más temprano que yo. Dime, ¿sucedió algo bueno para que tengas esa gran sonrisa?
-Oh bueno, ¿Qué será?- le aumento su sonrisa
-Mmmmmmm… ¿será que desayunaremos algo diferente hoy?- lo dije en tono burlón
-No, no y no, ¿acaso no lo recuerdas, Kana?
Recordar… ¿tenía que recordar algo?, generalmente recuerdo las fechas importantes, pero… ¿que será lo que me quiso decir?
-¡Feliz cumpleaños, Kana-chan!
Me quede algo desconcertada, enserio hoy era mi cumpleaños, no lo recordaba, quizás fue por todos los exámenes que he tenido recientemente, y porque me la paso pensando en Yuki-chan a cada momento, siempre me preocupo por ella, siempre pienso en ella antes que nadie más.
-Hey Kana-chan, toma, es un pequeño regalo que te he hecho, espero que te guste.
-Yuki-chan… gracias.
Tome la caja que me había dado con una gran sonrisa, era una caja algo mediana, del tamaño de una caja de zapatos, con un bonito moño rojo a su alrededor y forrado con un papel brillante de color rosa, se veía bastante mona.
Abrí la caja y con delicadeza trate de sacar el regalo que había dentro, parecía algo suave y bastante acogedor, cuando lo saque de la caja parecía ser una bufanda, de color rojo turquesa, se sentía muy bien al tacto de la piel.
-¿Te gusto?- Pregunto Yuki-chan entusiasmada.
-¡Me encanto!- Eran obvias palabras de mi parte.
-¿¡Enserio!?- Pregunto aún más exaltada.
-Sí, está muy mona, gracias Yuki-chan.
-Me alegre que te haya gustado, me esforcé mucho en hacerla.- Sonrió aún más.
-¿La hiciste tú? Te quedo muy linda. Pero… ¿cuándo fue que la hiciste?
-Oh bueno, recuerdas que ibas a los cursos del LAB, bueno, con todo el tiempo libre que tenía, decidí hacerte esta bufanda.
-Oh, Yuki-chan…
Era un regalo hermoso, pero un regalo viniendo de la persona que te gusta ¿no es aun así magnifico?, sea lo que fuese que me hubiera regalado Yuki-chan hubiese sido hermoso. Pero esa bufanda, tenía puesto todo el esfuerzo de ella, ese regalo era especial.
-Cierto, yo también tengo un regalo para ti
Aquel regalo que tenía guardado para Yuki-chan, lo había comprado hacia dos semanas. No puedo creer que se me haya olvidado esta fecha tan importante justo hoy. En fin, saque mi regalo de entre mi armario, no se notaba que era un regalo, debido a que estaba escondido entre mis prendas. No tenía nada en especial en comparación con el de Yuki, este solo tenía un moño azul pegado a él.
-Yuki-chan, ¿recuerdas aquella almohada súper especial que tanto querías de la televisión?
-Emm? ¿Aquella que solamente se vendieron unas cuantas?
-Sí, correcto. Feliz cumpleaños Yuki-chan.
-N-No debiste Yuki-chan, es preciosa. Muchas gracias- Lo dijo en un tono bastante alegre.
La vi a los ojos y me vino a la mente el porque me había enamorado tanto de ella, esa gran sonrisa que me iluminaba era preciosa.
-P-Pero, debió costarte mucho…
-No te preocupes por eso, en realidad Saku-chan me ayudo a conseguirla, aunque fue algo difícil hacer negocios con ella- acompañe lo anterior con una risita.
Volteé a ver el reloj, y observe que se nos hacía tarde para la escuela, así que antes de que me respondiera algo, tome a Yuki-chan de la mano y la apresure.
Antes de que nos diéramos cuenta ya estábamos arregladas y listas para ir a la escuela, todo era igual a los demás días, incluso en nuestro vestuario, excepto por una cosa, yo llevaba puesta la bufanda que ella me acababa de regalar, a punto de salir del cuarto y con la puerta a punto de abrirse, ella me sujeto de la mano, como si no quisiera que yo saliera de aquel sitio.
-Hey, Kana-chan- me dijo con la voz un poco baja- sabes… tu regalo de cumpleaños aun termina aquí.
-¿De qué hablas Yuki-chan?
-S-sabes, recuerdas aquel día en el que viniste por mí a la estación y mi dijiste aquello del LAB- dijo algo avergonzada.
-Oh, ese día, si, lo recuerdo muy bien- lo dije con voz optimista
-Bueno… este, recuerdas aquel momento, en el que tu…
Se calló por un momento, y volteé a ver su cara, parecía algo roja, y miraba al piso. Yo recordaba perfectamente aquel día por ese beso, pero, pensé que ella quizás no lo recordaría, lo que quizás signifique…
-¿Yuki-chan?
-¿Te gusto aquel momento, a-aquel b-beso?
Su cara estaba enrojecida a un gran límite que no había visto
-Yuki-cha-
Me jalo de la bufanda que me había regalado hacia un momento, se mostró mi cara frente a la suya por tan solo un segundo, cuando aquel momento sucedió.
Un beso, un beso a aquellos hermosos labios que cerrarían el silencio de aquella habitación, un cálido beso que dio un sentimiento de satisfacción y alegría, no podía describirlo con otras palabras, era lo único que esperaba de Yuki-chan, aquella prueba de que ella me quería, tal como yo la quería a ella, solo eso me basto para sentir un impulso en mi cuerpo, que difícilmente se pararía.
La abrace, cerré mis ojos y decidí continuar con el beso, quería que ese beso fuese eterno, que nada en el mundo lo parara, que fuera un momento que durara para siempre. Parecía que Yuki-chan me seguía la corriente, ya que ella también seguía con aquel intenso beso que ella había empezado. Todo parecía perfecto en ese momento, era como un sueño, si como en uno de esos locos sueños que tengo a veces con Yuki-chan.
Pero, no todo es eterno, Yuki-chan decidió retroceder un momento solo para decirme unas cuantas palabras.
-Kana-chan, la puerta.- me dijo algo sonrojada y sorprendida.
La puerta parecía estar abierta por completo, y parecía haber una silueta de entre el marco de la puerta, una pequeña silueta algo más baja que yo y Yuki-chan. Nos miraba con una mirada algo estupefacta, como si se hubiera congelado, después de estar parada ahí unos cuantos segundos esa persona volvió en sí.
-Kana-senpai, Yuki-senpai, feliz cumpleaños.- Dijo con una voz apagada- tomen, les traje estos pequeños presentes.
Tan rápido como dejo los regalos enfrente de Yuki-chan y mío, ella se marchó sin decir palabra más, se fue corriendo con una mano al rostro. A lo lejos se podía ver como se iba alejando de nosotras, e intente en lo más profundo de mí ser detenerla. Solté a Yuki-chan y grite su nombre, tan fuerte como para desear que se detuviera.
-¡SAKU-CHAN!
Mi amor hacia Yuki-chan eran tan grande que non podría describirlo, pero, sabía que Saku-chan estaba enamorada de mí, y ver a la persona que amas besarse con otras persona, debe ser fatal. Ya había rechazado a Saku-chan anteriormente, pero ella al parecer seguía feliz con estar de mi lado. Iba a correr tras ella, pero una cálida mano me detuvo.
-Déjame ayudarte Kana-chan- dijo con una voz algo seria.
Yuki-chan sabia de igual forma que Saku-chan estaba enamorada de mí, y quizás ella haya sentido lo mismo que yo sentí en ese momento, incluso puede que sepa lo que sentía Saku-chan en ese momento.
-Yuki-chan…
-Después de todo, ella es nuestra amiga, ¿no?- lo dijo intentando mejorar su tono de voz
Ella tenía razón, ella me brindo apoyo, incluso para aquel regalo que le había dado a Yuki-chan. Ella es una gran y preciada amiga nuestra.
-Okay, sígueme.
