Lo hago porque te amo
"Qué es lo que pensarías si te dijera que un destino ya está escrito, que nada puede cambiar ese destino sin importar que, que ese destino por más amargoso que parezca será el verdadero destino."
"Pero ese destino puede mejorar a futuro, si tú lo intentas quizás puedas cambiarlo. Si te esmeras en cambiar ese destino quizás puedas remediarlo."
"Pero, que tanto esmero debes ponerle, para que ese destino amargoso se convierta en uno feliz y alegre, si ese destino estuviera marcado desde incluso antes de que naces, ¿cómo cambiarlo?"
"El esmero suficiente como para hacer un gran cambio en ese destino. Ciertamente ese destino ya está escrito, pero tú eres el autor de aquel destino, solo tú puedes cambiarlo, nadie más."
Desperté de aquel raro sueño que tuve, estaba sobre mi pupitre, y al parecer las clases ya habían terminado, todos estaban recogiendo sus cosas y yo todavía estaba recargada sobre mis brazos en mi pupitre, algo somnolienta, "Mmh… Parece que fue otra clase de historia aburrida"
Todos hablaban de diversas cosas a mi alrededor, algunos hablaban sobre ir al karaoke después de clases, otros estaban hablando acerca de unos programas de televisión que habían visto ayer y la otra parte ya se habían marchado del salón de clases.
La verdad no me importaba mucho lo que dijeran mis compañeros de mi alrededor, ya que me llevaba bien con unos pocos cuantos de ahí, y solo le hablaba regularmente a una pequeña porción de ese grupo, creo que sería personas con las que hablaba únicamente en aquel salón de clases, después de todo, nunca me gusto tener muchas relaciones que digamos.
Deje de pensar en eso y me levante de mi silla para recoger mis cosas, mientras recogía mis últimas cosas, mi gran amiga Mako-chan, me hablo.
-Hey Hime-chan parece que te esperan en la puerta- me dijo a unos cuantos metros de mí.
Y ahí estaba parada, magnifica, imponente, hermosa como siempre, la gran afrodita en persona, Chikane-chan. Ella y yo empezamos una relación hace aproximadamente un mes, recuerdo aquel momento en el que se me confeso, parecía bastante nerviosa (risita), y yo en aquel momento le di el sí inmediato a aquella propuesta que me había hecho, después de todo, ella también me gustaba de hace tiempo, pero no tenía las agallas para decirle, como ella lo había hecho.
Se ilumino una gran sonrisa n mi rostro cuando la vi parada frente a la puerta, tenía tantas ganas de abrazarla y besarla, pero por supuesto, nuestra relación tenía que permanecer en secreto, mis padres no aceptarían aquella relación, ya que son bastantes creyentes y se apegan bastantes a las culturas de nuestro país, incluso si de aquellos estereotipos se trataban. En realidad a ninguna de las dos nos importaba lo que dijeran las demás personas, pero si se trataba de mis padres ellos harían hasta lo imposible por separarnos si se llegaran a enterar.
-Hey, que clase de cosas pervertidas harás hoy con tu amorcito- me susurro Mako-chan al oído.
-¡C-cállate! No te incumbe- le dije el rostro rojo a más no poder
-(Risita) Parece que se llevan muy bien ustedes dos- lo dijo en un tono algo burlón
Parece que se había dado cuenta de lo que me dijo Mako-chan.
Mako-chan era una gran amiga que tenía desde la infancia, junto con Chikane-chan nos juntábamos y jugábamos a todo tipo de cosas juntas, aunque siempre perdía, me divertía bastante con ellas. Mako-chan era la única que sabía de nuestra relación, debido a que nos encontró hace una semana en un momento algo romántico en Chikane-chan y yo. Después de aquel suceso ella se enfadó, no por nuestra relación, sino por no haberle contado. Al final de todo, se resolvieron los problemas y volvió a ser la misma Mako-chan de siempre, la divertida y entusiasta Mako-chan de siempre.
-Chikane-chan- cambie mi cara de sonrojo a una gran sonrisa para recibirla.
-Himeko, ¿nos vamos a casa?
Le respondí con un afirmativo movimiento de cabeza. Volteé hacia atrás y mire a Mako-chan
-Mako-chan ¿No vienes?
-Oh no lo siento, tengo cosas que hacer en el club- parecía algo arrepentida
-No te preocupes, esfuérzate en tu club- le dijo Chikane
-Sí, hare mi mejor esfuerzo.
Estando ya fuera del salón de clases, y al lado de Chikane-chan, Mako-chan nos siguió por el pasillo con un paso algo apresurado, y nos susurró algo al oído de ambas cuando nos alcanzó.
-Diviértanse tortolitas- se dio la media vuelta y se fue corriendo con una gran sonrisa en su cara-Nos vemos mañana.
Me puse bastante roja de nuevo, estaba bien decirlo en mi oído, pero en el de ambas, ya era suficiente. Después de un momento miré al rostro de Chikane, al parecer, a ella no le había afectado, al contrario, estaba sacando pequeñas risas. Pero esa sonrisa, fue la que me ayudo a salirme de mi estado ruborizado.
-Himeko, quieres venir a mi casa, a tomar un poco de té- dijo después de reírse.
-Claro- le respondí con una gran entusiasmo
Aunque ya sabía que ir a su casa no solamente sería tomar el té, cuando estaba a solas conmigo ella realmente era una, como decirlo con palabras que no se escuchen tan mal, supongo que estaba demasiado interesada en mi cuerpo, pero, esa parte de ella también me gustaba. De cualquier forma, decidimos salir de la escuela e ir directamente a su casa. Decidí aferrarme a su brazo durante el recorrido, parece que a ella le gustaba que la agarrara del brazo y que sostuviéramos la mano de la una y la otra. Ambas platicamos de cómo nos había ido en clases, de lo mucho que nos extrañábamos e incluso de los viejos tiempos.
Llegando a su casa, pude observar como varias sirvientas preparaban la cena, al parecer ellas ya sabían que yo vendría, ya que generalmente vengo a su casa para pasar la noche y quedarme a dormir, no había problemas con mis padres acerca de eso, ya que ellos conocían a Chikane-chan desde tiempo atrás, le tienen bastante confianza, ya que siempre saca excelentes notas en la escuela y es bastante educada, por lo que mis padres creen que es bueno estar a su lado.
Esa noche, después de cenar, tomamos un poco de té con unas tazas muy elegantes que tenía guardadas. Me encantaba recostarme en sus piernas después de tomar el té, o que ella me abrazara mientras me recostaba sobre su cuerpo, ese día opte por la primera. Cuando acomode mi cabeza sobre sus piernas, aquel raro sueño me vino a la mente de nuevo, y decidí comentarle a Chikane-chan.
-Hey Chikane-chan, sabes tuve un sueño algo raro.
Chikane-chan me miro con una mirada sonriente.
-Un sueño raro… eh? Muchos tienen sueños raros frecuentemente- lo dijo mientras pensaba en una respuesta a lo que había dicho.
-No, no, este sueño es especial, tuvo algo que no tenía los otros sueños.
-¿Algo?, ese algo era yo besándote así- Inclino su cabeza hacia la mía, y lentamente junto sus labios con los míos.
-N-no- le dije sonrojada- no es eso, aunque… me gusta. Siempre sueño eso así que no es raro- me sonroje aún más.
-Entonces de que se trata- rio ligeramente.
-Bueno, resulta que en ese sueño escucho varias voces que me dicen varias cosas, incluso se contradicen entre sí.
-Cosas, eh…- parecía preocupada por lo que le había dicho, pero continúe contándole acerca de mi sueño.
-Sí, decían cosas como "El destino ya está escrito", que "Tú escribes tu propio destino", y que "Naces con ese destino" y cosas así.
Al decir esto, Chikane-chan se me quedo viendo con una cara algo aterrada, como si hubiese visto un fantasma, me pare un poco lento y con una actitud algo confundida, mire entonces a Chikane de nuevo al rostro, ella aun parecía aterrada.
-¿Chikane?- le dije un poco asustada
Ella simplemente se abalanzo sobre mí y me dio un fuerte abrazo, no era de esos típicos abrazos que me daba con todo cariño, ella temblaba cuando me dio aquel abrazo, y cada vez me sujetaba más y más fuerte.
-No te dejare ir, no otra vez- escuche la quebrada voz de Chikane, estaba claro que estaba llorando, y lo único que hice fue corresponder aquel abrazo.
-Ya, ya, yo tampoco me alejaría de ti, simplemente porque te amo.
Parece que su llanto había cesado un poco, deje de abrazarla y la vi a su hermosa cara, estaba llena de lágrimas. Pase una mano sobre su rostro para limpiar aquellas lágrimas y proseguí a besarla. Quería que es beso la calmara, que estuviera en calma, que dejara de sufrir con aquel beso.
Separe mis labios de los suyos, y al verla se calmó un poco.
-Sabes, no entiendo muy bien la situación, o por qué estas estas llorando, pero, estoy segura de algo, y es que yo jamás te abandonaría, yo jamás te dejaría, sabes.
-Te amo, como no tienes idea- lo dijo en un tono algo relajado.
-Yo también te amo y mucho- le respondí.
Se limpió la cara de nuevo y respiro profundamente.
-Lo siento, por haberte preocupado, Himeko- lo dijo algo seria
-No te preocupes, en realidad, me gusta que seas sincera con tus sentimientos cuando estás conmigo.
-Oh, no me merezco una novia tan buena como tú- me dijo alegremente.
Me aliviaba que volviera a sonreír, pero, que fue eso de hace rato, no entendía, porque estaba llorando por lo que le había dicho, y mejor decidí no preguntar al respecto, pensando en no empeorar la situación, si quizás algún día ella me lo dirá cuando llegue el momento, cuando ella sienta que deba compartirlo conmigo.
