Hola a todos, aquí he por fin mi primer fanfic de KHR, ya re-editado XD –llevo más de una semana con un puñetero capitulo- espero sea de su gusto. Creo que de este modo especialmente queda mejor, también reflexione sobre que la personalidad de Haru acabaría quedándome muy OCC y eso no me acababa de agradar jaajajjajaa espero que así este mejor XD
Aviso: Este fic en un futuro puede contener lenguaje fuerte e incluso lemmon, en dicho caso estará señalizado tanto en el comienzo de este, como con letra cursiva.
Disclaimer: KHR! no me pertenece; es de Amano- sensei y esta historia esta hecha sin fines de lucro tan solo con el fin de entretenimiento.
En mis últimas diez primaveras:
Japón: 02:45am
Diversas personas recorrían la terminal de Namimori, que a pesar de ello, estaba casi desierta, la gran parte de gente eran pasajeros que arribaban tarde a causa de un retraso en el vuelo o algún disturbio.
El tiempo avanzaba a la par el tic, tac, del gran reloj situado en medio de la sala, engarzado en una de las grandes columnas.
Movió su pie contra el suelo de mármol repetidas veces, haciendo resonar su tacón a cada movimiento.
La gente comenzaba a disiparse más a cada momento, dejando la sala vacía, en ocasiones, el lugar se repletaba de viajeros que salían del avión e iban a abrazar a sus familias.
Su mirada se centro en una mujer de piel blanca, ojos verdes y un largo y revuelto cabello rojizo, parecía extranjera, vestía un chillón vestido azul que se ceñía a su perfecta figura, la había visto momentos atrás salir del cuarto de mantenimiento, justo después del conserje, con la ropa desaliñada y las mejillas con un fuerte rubor, siguió observando como caminaba hasta la puerta de desembarque.
Desvío unos segundos la vista.
Un hombre bajito y barrigudo, con unas grandes y enrojecidas orejas, enfundado en un elegante smoking cruzaba la salida del vuelo.
Le resulto todo un reto no echar a reír al ver a la mujer, calzada en unos altos tacones, de casi veinte centímetros, acercándose a aquel hombre, de no mas de un metro sesenta, con al menos veinte años más, que a juzgar por la alianza y la publica demostración de afecto, era su marido.
Se llevo la mano a la boca y ahogo una carcajada.
Revolvió su ahora corto cabello echándolo hacia atrás, llevaban mas de una hora de retraso…comenzaba a pensar que no iban a venir.
El aeropuerto no era demasiado amplio en comparación con el de otros países, pero si lo suficiente como para perderse en el.
Las gradas eran de un plástico color naranja chillón y a decir verdad, muy incomodas.
Había un gran ventanal de vidrio por el cual se podían apreciar algunas aviones aterrizando e incluso otras saliendo.
Le quito importancia al pensamiento, volviéndose a distraer analizando a los que circulaban por delante de ella, observando aun de reojo a la pareja anterior con gracia, de todos modos, sabía que acabaría esperando toda la noche por ellos, aunque no llegaran nunca.
Después de diez largos años volvían allí, al lugar del comienzo y aun podía recordado todo como si no hubieran pasado más de uno o dos días… todo fue tan rápido, tan imprudente…
Un suspiro se escapo de sus labios, el tiempo traía consigo muchas cosas…
Perdió la mirada en la pista de aterrizaje, visible tras los vidrios, los cuales poco a poco comenzaban a empaparse de diminutas gotas de lluvia, las cuales caían cada vez con más fuerza.
-Takeshi…-susurro inconscientemente-
Fue una acción casi automática, se recrimino mentalmente, llamándose tonta, después de diez años esperando una llamada, una carta, un mensaje, algo… ¿Cómo podía seguir sintiendo aquello?
Cualquier mujer…no –se corrigió- cualquier persona normal habría re-echo su vida en vez echar a perder el tiempo esperando.
Y seguramente él también.
Desgarrador…ese fue el sentimiento que su corazón experimento la mañana en que Tsuna y los demás se marcharon sin un aviso o un adiós.
Sonrió. Era un hecho que nunca hubo un lugar en el futuro de la familia para ella y que tarde o temprano la harían a un lado.
Durante los primeros dos meses, las cosas fueron abrumadoramente angustiosas, las idas y venidas de la escuela, las cuales desde aquel día en que se confeso al décimo capo habían sido tan emocionante, divertidas e increíbles, desaparecieron como si tan solo hubieran existido en su memoria, como un sueño del que tarde o temprano despiertas.
Dentro de lo que cabía lo había llevado bien, pero con el tiempo, tornar a la rutina se le hacia pesado, ir a la escuela y volver sola a su casa que siempre estaba vacía, estudiar, prepararse la cena e irse a dormir.
Los días se convirtieron en un desafío por no cruzar los lugares en los que en algún momento estuvo con ellos. En una competición contra ella misma y sus recuerdos.
La pastelería que frecuentaba con su amiga, a la cual ni se molestaba ya en ir quedo en el olvido.
El prefecto no estaba para reñirla cuando se colara y corriera por los pasillos de Namimori, ni para echarla del tejado de la misma, aunque a decir verdad, ya no necesitaba ir.
La tímida risa que animaba a calmar las peleas entre Gokudera y ella se había hundido en el olvido. Aquella voz, frágil pero potente, resonante hasta llegar al mas profundo corazón, de la cual un día se enamoró, era algo que recordaba escasamente.
Los berrinches, las pataletas y las constantes risas…
Incluso extrañaba al hermano mayor de su amiga.
Siquiera quedaba ya aquella ultima luz en el campo de béisbol, con la que él siempre entrenaba hasta quedar casi exhausto…
Durante un tiempo incluso las ganas de comer habían desaparecido, su cuerpo perdió fuerzas y enfermo, en consecuencia había tenido un severo sermón por parte de sus padres, lo cuáles no demoraron en recriminarle que les hacia perder el tiempo a penas desapareció el doctor de la habitación.
Al casi quinto mes, una esperanzadora carta había aparecido en su buzón, escrita con una delicada caligrafía, acompañada de cuestiones e interrogantes de temas triviales…
Kyoko era la única persona capaz de escribir algo tan detallado y tan inocente estando envuelta por un mundo tan lúgubre.
El escrito se acabo, acompañado de un adiós y un escribiré pronto, pero ese pronto no volvió a llegar.
Había sido una simple casualidad quizá, pero ni meramente dos meses más tarde, su madre había muerto en un accidente de coche. O al menos eso se le dijo.
Después…gritos, insultos, amenazas…y golpes, demasiado dolorosos quizá.
Una exclusiva en las noticias…se sospechaba que el nuevo capo de una famiglia Italiana estaba encabezando el poder a un gran nivel, el sonido de un cinturón de cuero restallando como un látigo contra su piel repetidas veces, sus gritos rogando que parara…su cuerpo lleno de gotas de sangre que se deslizaban desde las heridas.
Una pistola en manos de su progenitor, un forcejeo y el gatillo disparándose, un disparo sordo que acabo engarzado en la puerta a un lado de su cabeza y después todo se volvió silencio, salvo las noticias de fondo, en las cuales se anunciaba que la cabeza de la mafia era un hombre respectivamente joven.
Su propio padre había intentado deshacerse de ella.
La policía entro en escena…una vecina había alegado haber oído numerosos gritos y haber visto heridas provocadas por un mayor en el cuerpo de la chica.
¿No podía acabar con aquella pesadilla de una vez por todas…?
-El agresor estaba armado y apunto a un policía…todo acabo rápido.
Estar sola dolía…dolía mucho…
-Una menor sin tutores debe ser mandada con un pariente directo.
No fue demasiado tiempo más en lo que consiguió averiguar sobre aquel matrimonió que el décimo capo Vongola y su ex - mejor amiga habían contraído.
Se alegraba por ellos, pero aun así en algún rincón de su corazón, los odiaba.
Habían tornado en cenizas todo a su paso, toda su vida y después habían desaparecido, como un huracán, que todo lo destroza, formando el caos para después desaparecer.
Poco a poco, los lazos que la unían con sus amigos se rompieron en millones de pedazos.
Se rió para si misma, al notar que un fuerte dolor de cabeza comenzaba a aparecer, llevaba mucho consiguiendo evitar revivir los momentos dolorosos, prometiéndose mantenerse firme, limitarse a sonreír y a disfrutar de su actual vida, le resultaba tan triste pensar en lo imponente que aquellas pequeñas cosas eran, tanto que provocaban que una fuerte opresión se apoderara de su pecho.
Por un instante se pregunto cual seria la impresión que tendrían ellos si supieran todo desde ese día, incluso las cosas a las que se había rebajado para sobrevivir.
No se permitió llorar, no lo hizo en ese entonces y tampoco lo haría en ese instante, llevo una mano a su pecho respiro hondo e hizo presión, le dolía…pero no podía evitar aquello, las viejas cicatrices nunca acaban de sanar. Paso diez años esperando verlos y ahora llegaba el momento de afrontarlo.
Le gustara o no.
Suspiro como si con ello intentara echar de su cuerpo todas las resignaciones y problemas.
Iba a demostrares a todos quien era…-suspiro intentando auto-animarse- los últimos ocho años, al fin y al cabo a pesar de aquellas viejas heridas, no habían sido tan malos… –se repitió nuevamente a ella misma-
Uno de los altavoces retransmitió que el vuelo privado número cero catorce desde Italia con destino a Namimori acababa de tomar tierra y que en breve desembarcarían los pasajeros.
El mismo mensaje se repitió algunas veces más, su cuerpo se sintió ligeramente petrificado durante algunos segundos…sin creerse aun que ya fuera el momento, la comenzó a invadir cierta emoción de repente, después de tanto y ahora estaban a escasos metros…se veía como un sueño.
Volvió en si y dio una gran bocanada de aire, se puso en pie de un salto y sostuvo fuerte su bolso de mano, estuvo a punto de caer al perder el equilibrio sobre sus propios tacones pero por suerte aguanto.
"Señoras y señores el vuelo directo de Italia ya ha llegado, les rogamos no obstruyan las salidas y aguarden tras la línea de espera, repetimos…"
Se asomo corriendo hasta el ventanal y puso vislumbrar bajo los débiles rayos del amanecer a un grupo de gente con traje bajando del gran avión privado.
Fue hasta la salida de desembarque y espero, paso una mano por su cabello arreglándolo y echo un breve vistazo a su vestimenta, una camisa blanca que delineaba a la perfección sus ahora bien desarrolladas curvas, unos jeans negros ceñidos, junto con unos zapatos negros de tacón, el tiempo se había puesto algo frío por lo tanto frotaba sus brazos con las manos con tal de obtener algo de calor.
Aunque con algo de pesar, palpo su pistola, colgando de una funda en su cinturón y disimulada debajo de su bolso, asegurando que siguiera ahí.
Incluso comenzaba a plantearse si la reconocerían.
Un ultimo suspiro y sintió detenerse su respiración, por la puerta cruzaba un grupo de gente, en un principio dudo en saludar preguntándose si eran en verdad ellos pero…
Aun algo shokeada soltó el fuerte agarre de sus brazos entre si y elevo una mano algo vacilante, sintió que por unos instantes iba a explotarle el pecho, cerro los ojos con fuerza y los abrió sonriente.
El décimo capo Vongola observo con detenimiento todo su alrededor, agradeciendo la sugerencia por parte de su tutor de viajar de noche debido a la escasees de gente en el aeropuerto, haciendo evidente el más sigiloso ataque, recorrió con la vista la terminal.
Dibujo una sonrisa en su cara al localizar a la joven al final del pasillo, saludando con algo de nerviosismo.
-¿Tsuna, ocurre algo? –Pregunto la mujer que avanzaba a su lado sumergida en sus propios asuntos.-
-Nn – acoto negando- je, je han venido a recibirnos –respondió este señalando en un ademán con la cabeza-
Haru se acerco con rapidez, pero sin perder la compostura, hizo una pequeña reverencia ante Hibari quien ya se marchaba por su propio camino y se detuvo justo en frente de ellos, quienes diría parecían algo sorprendido.
La tensión por unos segundos parecía tener forma.
Fue cierta mano derecha la que, sin saber muy bien como responder irrumpió el silencio, murmurando con un hilo de voz.
-Décimo, esa…
-Ja, ja Gokudera… que pa …–se interrumpió a si mismo atropelladamente el espadachín, el cual salía un poco más atrás de los demás- ¿Ha…ru…?-pregunto Yamamoto anonadado, tanto que pareció palidecer por momentos-
Nadie respondió.
Un sentimiento devastador en el pecho del guardián de la lluvia apareció de forma repentina, provocando que un leve escalofrío le recorriera la columna vertebral en un momentáneo golpe.
No, no podía, había pasado tanto… y ella, ella estaba tan…
Su cabello a diferencia que de costumbre estaba suelto y mucho más corto… ¿Por que lo había cortado? -protesto mentalmente- ella parecía otra persona… ¿Por qué parecía otra persona?- volvió a auto-reclamarse-
Para el capo, fue sorprendente como su mujer se soltó de la mano velozmente, para correr hacia donde se encontraba su antigua amiga.
-¡¿Haru?-dijo abrazando a la mencionada-
-H-hai… -respondió esta separándola un poco de si e intentando que no invadiera su espacio vital- ¿Cómo has estado?
-¡Haru! te extrañe tanto… -respondió nerviosa con los ojos cristalinos, casi al borde del llanto-
La mujer, observo con sus ojos café fríamente a la joven que tenía justo enfrente de ella, fue tan solo por un ápice de tiempo, pero la envolvió la culpa, las lagrimas que apunto estaban de derramarse de los ojos de su amiga añadieron algo una pizca de gracia a su mirada. Porque…
"La extrañó"
-Yo también Kyoko…-dijo esta con una pizca de nostalgia- me preocupe mucho cuando de repente dejaste de escribir, pero confié en que estarías bien y veo que no me equivoque, ¿no?
- Lo siento yo… - hizo una leve reverencia con la cabeza en señal de disculpa-
Intentó suavizar sus gestos.
-No pasa nada Kyoko –forzó una sonrisa-
Su amiga sonrió, de aquella manera tan especial que tenia. Físico aparte, no había cambiado en nada…ojala ella siguiera siendo "esa Haru" y no la que ahora era.
- Kyoko…estas muy cambiada -mintió-
- También tú, Haru-chan esta muy bonita así.
-Ie, soy yo la que habría de decir eso de ti.
-Sonna…-respondió para después reír al compás de su amiga-
-¡Uruse!-interrumpió nuevamente un apuesto muchacho de cabello plateado y ojos verdes-
-¡Oh! ¿Gokudera-san?
-¡No digas "Oh"! Baka-onna Llevamos aquí un buen rato.
- Gokudera-san no ha cambiado en nada, ja, ja…
El muchacho la miro extraño, no pondría en duda la palabra del décimo, pero esa no podía ser la estúpida mujer que conoció diez años atrás, era demasiado diferente a ella.
-Tu…
-Gokudera - reclamo Reborn saltando al hombro de Tsuna-
-¿Si Reborn-san?
Este sonrió mientras lo miraba fijamente a los ojos, sabía que no le hacía falta decirle nada con palabras, era mejor que lo dejara estar. Haru, ya no era "aquella Haru" a pesar que su "décimo" pareciera no notarlo.
-¿Podrías comprobar si ya han llegado los choches a recogernos?
-Hai –respondió marchándose a un rincón a hablar por teléfono-
-Waho, "Juudaime" –dijo Haru haciendo énfasis en la ultima palabra con gracia- has cambiado mucho en estos años-comento-
-Je, je… ¿eso crees?-dijo llevándose una mano distraídamente a la cabeza -
-Por cierto Tsuna-san… ¿es cierto lo que he oído? Que Kyoko-chan y tú os habéis casado.
El susodicho palideció por unos instantes, ¿Cómo podía ella…? no, eso era imposible, solo sería una simple coincidencia.
-Hm…-afirmo con algo de desconfianza, preguntándose si, acaso ella seguiría sintiendo algo por el -
Haru lo tomo por las manos, y sonrió.
-Enhorabuena.
Eso tomo desprevenido al décimo capo Vongola, era como Bianchi había dicho, las mujeres eran realmente fuertes…sus ojos se iluminaron, quizá la cosa no fuera tan mala como Varia lo había pintado.
-Yare…Yare…-dijo una conocida voz-
-¿Lambo-chan?-dijo elevando el tono-
-¿Are? -antes de que el menor del lugar pudiera decir nada mas se encontró frente a la joven-
- Ya estas incluso casi mas alto que yo, ja, ja hay que ver como pasa el tiempo… De seguro ya no me recuerdas, eras muy pequeño cuando te marchaste -continuo soltando-
El miembro de la familia bovino sonrió. A penas recordaba a la muchacha, ya que no poseía demasiados recuerdos de cuando tenía cinco años, pero los pocos que tenias eran sin duda imborrables, nunca la olvidaría, había sido al fin y al cabo como una segunda madre. A pesar que se podría decir lo mismo de la "esposa" de Tsuna, era diferente, Kyoko era…"demasiado perfecta"
Juntó sus labios en una línea recta, con esa mujer se había sido demasiado cruel, él lo sabía, Tsuna no debería tener cara de saludarla. Le recorrió un escalofrío, I-Pin-chan enfureceria. Se sintió enfermo de solo imaginarlo.
-Haai…Recuerdo perfectamente a Haru, pero Lambo-sama tiene hambre –dijo dando media vuelta para ir a algún lugar a comprar comida-
-Lambo no te alejes demasiado –advirtió Tsuna-
-Je, je…-exclamo Haru a la vez que una gotita se deslizaba por su frente-
Su mirada recorrió la estancia en un intento de ver a la persona que realmente esperaba, sus ojos chocaron por un instante y el tiempo pareció detenerse, su corazón comenzó a palpitar, su pecho se sentía calido, pero de repente aquel sentimiento se quebró para inundarla de recuerdos que como un auto-reflejo la obligaron a apartar la mirada.
-Y dime Kyoko-chan ¿I-Pin y Ryohei-san no han venido?
-Ah, es cierto, I-Pin-chan decidió quedarse unas semanas más en Italia, Chrome-chan tenía una misión y Onii-san vino un día antes y después de asegurarse de que la base estaba en condiciones, fue directamente a casa de Hana. Whaa…tengo tantas ganas de verla.
-Ya veo.
Si, era cierto… Hana también llevaba mucho sin ver a la persona que amaba, pero…ella recibía cartas de él una vez al año.
-Juudaime –interrumpió Gokudera- El choche ya esta aquí y he encargado un coche de más, el más cercano tardara cerca de una hora de retraso, pude irse, estará cansado yo iré en el próximo.
-Hm, gracias Gokudera-kun, pero en estos últimos días has trabajada en exceso, por lo tanto será mejor que no, mañana será un día ajetreado por lo tanto quiero que descanses.
-Tsuna-san, no te preocupes yo iré caminando –comento de improviso la chica-de todos modo conozco el camino a la base -acotó decidida-
-Pero, Haru-chan podría ser peligroso –advirtió con preocupación su amiga-
-No te preocupes, estaré bi...
-Ie Haru, no quiero que vallas sola –Dijo firme Tsuna- Yamamoto… ¿podrías acompañarla?
-Oh -afirmo el guardián de la lluvia sonriente-
-Entonces me quedo tranquilo, Arigato Yamamoto.
Todos emprendieron la marcha después de las palabras del capo, respiró hondo y contó hasta diez mentalmente mientras los veía alejarse, hubiera preferido pasar peligro a estar a solas con él.
Era el único al que no tenía absolutamente que decirle…o quizá demasiadas cosas que preguntarle…
Lo amaba y estaba dispuesta a esconderlo, ¿por qué? Principalmente para no quedar como una completa estúpida ante una persona que solo jugo con ella; A pesar de haber sido todo tan real… y por que guardar esperanzas de que él sintiera algo por ella, tanto en el pasado como en el presente, era algo completamente absurdo.
Vivirían bajo un mismo techo como lo hicieron una vez, pero ella se había prometido ser firme.
Espero que les haya gustado, =) dentro de uno o dos días subiré la continuación re-editada, dejo aquí los agradecimientos de los comentarios de los tres capítulos y muchas gracias nuevamente ^^
Rukia Schiffer
Si, jaja yo también acostumbro a ver a Tsuna con cualquiera menos con una chica XD y menos con Kyoko, pero bueno tenía que quitarlo un poco del medio esta vez, todavía no estoy completamente…habilitada (¿?) para escribir un yaoi D: lo digo por que acabarlo haciendo a todos los personajes súper OCC así que me aguantare XD
Respecto a las criticas, concuerdo, esta vez supongo que me centre demasiado en los sentimientos, siempre suelo hacerlo al revés pero supongo que a medida que vaya escribiendo lo iré perfeccionando.
Gracias, tenía la duda, de tanto escucharlo en el anime siempre me confundo. Y respecto a lo de las faltas, lo se n-n pero es que tengo Microsof World en versión catalana y pues me corrige las palabras mal y si a eso le sumas mis fallos XD pero no te preocupes procurare revisarlo mejor y da igual que sea largo se agradece el review sea como sea, gracias por tomarte el tiempo de leer mi fic.
Temainalumi-chan: Hola! Si, hay muy pocas historias de esta pareja jaja supongo que por eso me decidí a escribirla, es mas yo misma suelo preferir el gokuharu o el hibaharu pero bueno, surgió en el momento y no veía a Haru con otro XD me alegra que te haya agradado, gracias por leerlo.
Tsuki-chan93: Hola! Me alegra muchísimo que el fic haya sido de tu agrado! Y muchas gracias por el apoyo Xd si realmente te emocionaste por ver que había colgado la actualización pues…no sabría decirte realmente cuanto me halaga eso XD espero que te gusten los capítulos ahora que están editados, cuídate! XD
