Lejos de la multitud, Adrien se encontraba apoyado en un árbol, contemplando la pulsera que hace un tiempo le regaló Marinette. Con unos ojos que expresaban cariño, por la pulsera y por la que fue su dueña.

— ¿Por qué estás viendo tan embobado la pulsera? —Preguntó Plagg a un costado suyo. De inmediato, Adrien se enderezó, sonrojándose por la impresión y por lo que dijo su Kwami.

Su espalda dejo de tocar el tronco del árbol posando su mirada atónita en el aludido que no sabia desde cuanto estaba ahí, mientras guardaba la misma en el bolsillo de su pantalón.

— ¿Embobado? —Cuestiono confuso— S-Solo la estaba mirando.

Plagg rodó los ojos ¡Necesitaba un espejo! Su portador había mirado al objeto con demasiado anhelo e infinito cariño.

— La estabas mirando como yo miro a mi amado queso.

Ante esas palabras, Adrien lo miró detenidamente como si se hubiera tragado un queso gigante.

— ¡Yo no la mire asi! —Refuto sin poder creer que había hecho eso.

— Lo hiciste —Dijo Plagg que voló y ladeo la cabeza a unos centímetros de su nariz— ¿Te gusta?— Adrien abrió mas grande los ojos— ¿Te gusta la chica?

— ¿Eh?—Alzando una ceja y teniendo sus mejillas sonrojadas sin poder evitarlo.

— Bueno, le diste un regalo hecho a mano.

— ¿La pulsera? —Preguntó, el Kwami asintió —Eso no es gran cosa— Se excusó— Quise devolverle el gesto, solo es una amiga.

Plagg lo miró con visibles dudas, por un rato más. Un periodo de tiempo que hizo tragar saliva incómodamente a su portador.

— Como digas —Al segundo se limitó a contestar— Tengo hambre.

Agregó, motivo que hizo que se fuera en dirección hacia la comida. Entretanto Adrien, al ver que se marchó, exhaló un suspiro y se recostó de nuevo sobre el tronco, quien al poco tiempo volvió a sacar la pulsera de su bolsillo.

"Una amiga..."

Repitió contemplando el objeto en la palma de su mano y por alguna razón, esas palabras las pronunció con duda como si vacilara que Marinette, solo, era una amiga.