Nota de autor:
Me animé a abrir mi carpeta de fanfics y luego de revisar algunas páginas de esta historia (una de muchas)...hasta me animé a publicarla :)

Disclaimer: Camp rock pertenece a Disney Co.
La narración de esta historia es de autoría mía. Cualquier semejanza con la realizad es unicamente coincidencia.

Introducción

Los Ángeles estaba completamente diferente a como comúnmente luce. El sol característico había sido reemplazado por apenas unos cuantos rayos de luz que se colaban por entre las nubes del cielo nublado y gris. Corría mucho viento que levantaba todo a su paso; basura, hojas secas, todo lo que la lluvia no había conseguido destruir aún. Gotas gruesas y pesadas caían a gran velocidad, al caer en el piso creaba un halo en los charcos y salpicaban todo el lugar. ¿Era común encontrar a esta ciudad así? No.

Parecía que el cielo se hubiese puesto de acuerdo con nuestros corazones, como si fuese un reflejo de cómo nos sentíamos. Todo a nuestro alrededor lucía marchito, decaído. No había forma de no pensar a mil por hora aquel día. El mar tampoco brillaba, las olas rompían fuertemente salpicando agua y creando espuma que arrastraba hasta la orilla de la playa que estaba completamente vacía. No había turistas, ni surfistas o bañistas. No había castillos de arena siendo levantados por niños en brillantes trajes de baño o parasoles de colores vivos que protegían a sus padres del sol.

Cuando eres joven lo planeas e imaginas cómo será todo, te llenas de expectativas: querer hacer algo, querer viajar, comprarse cosas, enamorarse, casarse, empezar una familia y tener hijos, vacacionar. Lo que consideramos normal, lo que cualquier persona desea y aspira obtener. El problema de llenarse de expectativas es que traen desilusiones y otro problema, es que cuando eres joven aprendes a arriesgar, aprendes a experimentar y cuando creces aprendes que experimentar y arriesgarse trae consecuencias. Entonces, aprendes a ser más cauto y dejas de imaginar.

A nadie se le ocurre pedir alguna enfermedad, que existan cambios en los planes, sorpresas no deseadas, despedidas o pérdidas. Yo, Mitchie Torres alcance todo y más de lo que jamás imaginé tener o vivir, más de lo que jamás soñé. Mi sueño de toda la vida se hizo realidad y hoy en día miles y miles escuchan mi música, los inspira y acompaña en sus días difíciles, en días como este. Después, mi sueño fue otro, mi sueño y razón de vivir tomó la forma de un chico, ahora hombre, de cabello negro y ojos grandes y brillantes, de sonrisa pícara y traviesa, con un corazón de oro y gran músico que con los años se convirtió en mi mejor amigo, luego novio, esposo y también fue el padre de mi hija.

Mi hija. Cuando llegó, esa persona tan chiquitita que desde el primer segundo se robó mi corazón. Desde el primer segundo en el que tuve entre mis brazos supe que mis planes y todo lo que yo era había cambiado, ser mamá de esa personita y esposa de Shane eran mi prioridad número uno.