Disclaimer: Los personajes no me pertenecen son todo obra de la cabecita pensante de J.K Rowling.
Este fic participa en el Reto: Tres palabras, tres personajes, del foro "The Ruins"
Oliver Wood: Guardián.
Llevaba desde que el día había empezado a clarear con los ojos clavados en el techo del cuarto. Aunque se había acostado pronto no había podido dormir bien. Estiro de la colcha que yacía medio caída en el suelo junto con la sabana. Toda la noche revolviéndose de un lado para otro soñando con escobas Nimbus 2001 que le adelantaban por ambos lados mientras él y su equipo apenas recorrian unos metros había dejado la cama como si se hubiese luchado allí una batalla campal. Con un suspiro se levantó a sabiendas que no iba a poder pegar ojo por mucho que se tapase, resbaló con la sábana que aun estaba en el suelo y aterrizó en el duro suelo de la habitación. Antes de que pudiese siquiera quejarse pudo escuchar una blasfemia de una de las camas de sus compañeros, pero fuese quien fuese tuvo la decencia de no decir nada más, porque sino le hubiese arrancado la cabeza. ¿Bien empezaba el día!
Se vistió con el equipaje procurando no hacer mucho ruido. Ya estaba a punto de salir cuando se acordó del paquetito que había encima de la mesa, se lo metió al bolsillo y dejo a sus compañeros durmiendo. Bajo hasta el gran comedor y asomó la cabeza por la puerta. Pudo distinguir a Fred, George y Angelina ya desayunando y haciendo bromas tensas, pero la persona que buscaba no estaba allí. Se dirigió a la puerta principal y después de un ligero titubeo se fue en dirección al campo de Quidditch. Estaba totalmente desierto excepto una de las gradas donde se distinguía a una chica morena vestida con el equipaje el equipaje de Gryffindor admirando ensimismada el campo.
Oliver se quedó mirando un momento los aros que como guardián tendría que proteger contra los repetidos ataques de los Slytherin en unas horas. Sacudió la cabeza alejando el pensamiento de su cabeza y se dirigió hacía donde estaba la chica.
- Buenos días Bell
- Buenos días Wood
Se quedaron un momento en silencio. Era bueno dando discursos de ánimo, lo sabía, de hecho el de esa mañana lo tenía dando vueltas en la cabeza desde el día anterior. Nunca había tenido problemas a la hora de hablar pero con ella le costaba más. No sabía porque. Después de un largo minuto incómodo decidió que la palabrería no le ayudaría en esa situación, mejor ir al grano.
- Te he traído esto para que te de suerte en tu debut en el partido de hoy- le entregó el paquete a la asombrada chica- nos vemos en el desayuno.
Se giró dirigiéndose al castillo antes de Katie pudiese articular palabra, sin ni siquiera esperar a que abriese el paquete.
