Sentí su frío aliento, como tantas otras veces, rozar la parte baja de mi cuello, y como tantas veces, no me acostumbraba, y sentía como las fuerzas y el poco aire que me quedaba pe abandonaba lentamente. No me importaba, en realidad.
Sus manos descendieron hasta llegar a mis caderas, presionándome contra la pared de mi habitación.
Se sentía tan bien…no quería que parara, aunque eso amenazase seriamente mis probabilidades de supervivencia…pero sabía, que como era Edward, tarde o temprano se daría cuenta de que era demasiado atrevido lo que había hecho, de que había desafiado su autocontrol, que tenía la culpa…la misma perorata de siempre. Mientras tanto, y hasta el momento en el que frenase, yo no me daría el lujo de desperdiciar el momento.
Pronto, como si no me quedase tiempo, comencé a introducir mis manos debajo de la camisa de mi amado ángel. Qué tacto tan gélido…aún así, sentía que aquel simple contacto me quemaba.
Edward me abrazó con un poco de fuerza, mientras seguía besándome, a lo que yo bien respondí, con la misma intensidad.
Sin que inconscientemente yo me diera cuenta de lo que allí pasaba, estábamos tumbados sobre mi cama. Yo tumbada. Él, arriba mío.
"Oh, Dios Mío…ahora si que el poco aire que tenía se me fue…" pensé para mis adentros. Lo bien que se veía, con la camisa desabotonada, e incluso podía notar que estaba un poco agitado…y aún así todas las veces anteriores había dicho que paraba por mi propio bien…si llegase a parar ahora, estaría faltando a su palabra.
Inocentemente, abrí mis piernas para que él pudiese acomodarse entre ellas, lo cual para mi gran sorpresa hizo.
Comenzó a besarme con mas pasión que antes, notando su aliento en mi boca, me volvía loca, notando sus manos, recorrer a una velocidad indecente mi cuerpo por encima de la ropa…era mas de lo que yo alguna vez imagine llegar con mi ángel protector, mucho mas.
Por lo menos, hasta antes de lo que cruelmente me deparaba el futuro. Casamiento.
Sin querer, y maldiciendo al instante, me puse totalmente rígida, ante el temor que producía esa simple palabra en mi fuero interno.
Rápidamente, Edward notó mi cambio, por lo que paró con todo lo que estaba haciendo y lentamente se irguió, ayudándome a sentarme en la cama. Maldición.
- Qué sucede, Bella?.- preguntó con su voz aterciopelada, en un murmullo. Parecía preocupado, y mientras miraba escrutadoramente mis ojos, pude sentir como acariciaba mi mano que tenía atrapada entre las suyas.
- No, Edward, no pasa nada, en serio…- traté de sonar convincente, aunque no se me daba muy bien mentir. No quería preocupar a Edward.
- No sabes lo frustrante que puede resultar no poder leerte la mente, Bella…- frunció el ceño. Se había dado cuenta de que algo malo pasaba.
- Edward, en serio. Todo esta bien.
- Pero…- no pudo terminar la frase.
En ese preciso momento, como si un dios aparte quisiese salvarme de rendir cuentas con mi semidiós, el celular de Edward vibró furiosamente sobre mi mesita de luz, en la oscuridad de la noche.
Edward, a regañadientes, se levantó de mi lado, y antes de que yo siquiera viera que había tomado el teléfono, ya estaba parado a mi lado hablando por él. Definitivamente, no me acostumbraría nunca a su rapidez.
- Ya te dije, no me pasa nada…ya se, Alice…no es necesario que…si, ahora dime: que sucede?.- preguntó Edward visiblemente enojado.
Escuché el murmullo de la voz bailarina de Alice, lo que me dio tranquilidad. Ella siempre estaba para todo, siempre podía confiar en ella. Después de todo, era ella quien estaba organizando mi boda. Nuevo nudo en el estomago.
Aunque a veces, como en este caso, sus llamados repentinos siempre fueron motivo de desesperación para nosotros.
- OK, no es algo que realmente esperase…Mmm…cuanto tiempo mas o menos…demasiado poco, hablaste con Carlisle, no?, bien, veremos luego que hacemos.- sin mas, colgó el teléfono y lo tiro sobre mi cama.
- Puedo preguntar que sucedió?- dije tímidamente. No me gustaba interrumpir los lapsos en los que Edward, como en este momento, se apretaba el puente de la nariz, simplemente significaba que estaba saturado, y necesitaba silencio. Pero mi curiosidad, maldita fuera, me superaba.
Edward me miro por arriba de sus dedos, y sonrió de forma pícara. Intuitivamente, debía de imaginarse que estaba pensando, por lo cual su rostro se suavizo, y se sentó a mi lado, pasando un brazo por detrás de mis hombros.
- En realidad, preferiría guardarlo en secreto, pero como se que intentaras atacar a Alice en cuanto la veas, y como se como te pones cada vez que te oculto información, creo que te la diré.- luego de decir esto, bajo su cabeza, hasta comenzar a delinear con su nariz el contorno de mi mandíbula.
- Pues sabes? Esa decisión me parece perfecta, Edward.- dije otra vez ya sin aire.
- Rió suavemente, mientras se erguía y tomaba una de mis manos.
- Bueno, parece que Alice vio algo un poco…comprometedor.- dijo Edward en un murmullo, miraba todas mis reacciones.- Parece que hay problemas. Graves problemas.
- Que es lo que vio?.- dije ya sin poder contener mi desesperación. Otra mala noticia no, por favor…
- Se trata de los Volturi.- diciendo eso, frunció el ceño al notar algo que a mi en ese momento se me escapaba.
Sentí que iba a desmayarme en ese preciso instante.
--
Espero que les guste el primer cap!!
Jaaja, este saio cortito…es de humor y romance, unque al principio parece un poco dramatico
Espero que les guste! Por favor dejen reviews asi se si lo sigo o noXD
Nos vemos!!
