Holis!! n.n aquí... otro fic ¬¬U Bueeeeno, es un PridexWinry n.n Amo esta pareja tan kawaiii
El punto es que... mmm... como ya sabrám, tengo otro fic sobre Ed!Pride, pero como las ganas de hacer un Pridewin así me superaron, no quería poner en el otro esta pareja, porque sé que a no todo mundo le gusta u.ú
Así que, mi PridexWinry, para teh Typewriter
... y si está bien raro... pues... u.uU sorry
1.-- Si vis pacem, para bellum
A su paso, las marcas de sus pies descalzos quedaban grabadas en la tierra húmeda por la lluvia. Iba solo—extraño en él, pues siempre estaba acompañando a Envy—cubriéndose del frío bajo la protección de una vieja capucha que cubría gran parte de su rostro—específicamente, los ojos—pero eso no le importaba, sus ojos no eran obstruidos, pues solo miraba hacia el suelo, humedecido por la lluvia del día anterior…
Extrañado, comenzó a recorrer el sendero, rodeado de hermosas rosas frescas, cubiertas por el rocío de la mañana que aún no terminaba de levantarse para anunciar un nuevo día. Estaba oscuro aún, pero a eso a él no le importaba, seguía su camino, porque nunca nada le había importado en lo absoluto. Pronto llegó al final del boque en el que se había visto inmerso la noche anterior, donde—refugiándose de la lluvia—se había adentrado a él con la esperanza de encontrar alguna cueva donde pasar la noche, o al menos, hasta que la lluvia hubiese acabado. No obstante, al despertar, se había encontrado durmiendo sobre una cama de ramas secas que había encontrado dentro de la misma, suerte habría sido tal vez, pero él solo lo llamaba "coincidencia" Jamás habría aceptado en creer en cosas como la suerte "Invención de los estúpido humanos" como solía llamarla Envy "Inventan cada estupidez" una leve mueca de alegría, que un duró menos que una milésima de segundo se mostró en el rostro del rubio, quien siquiera percibió ese gesto. La lluvia había pasado sin saber cuando, pero eso poco importaba, al final, había terminado: y eso era suficiente para saber que podía continuar su camino. Al encontrarse en el final del bosque, se detuvo, contemplando desde lejos la Ciudad Central, que debía quedar a tan solo algunos metros de él
No lo entendía; definitivamente Envy estaba llegando a los extremos de su paciencia, y si no fuera porque él era su tutor, quien le enseñó todo lo que él ahora sabía sobre el mundo, no habría dudado en matarle tantas veces como fuese necesario para extinguirlo de la faz de la tierra. Hubo momentos en que concordaba con él sobre la manera en que el mundo se había poblado de idiotas; había instantes que él comprendía en rencor que le guardaba su superior hacia los humanos; hay, hasta ahora, instantes en que aún ambos están de acuerdo que los sentimientos hacen débiles al hombre, por eso los homúnculo—quienes carecían de ellos—era superiores. Pero definitivamente esa idea era descabellada ¿Asaltar a toda la ciudad? Eso no ere novedad, pero ¿Matar a todos los humánanos posibles? Esa si lo era; y lo más extraño, cuando Envy se mostró ante Padre, pidiéndole permiso para realizar aquel diabólico acto, este le contestó un leve "Hazlo, si así se te apetece" Obviamente Envy se alegró, mas Pride ni se inmutó en lo absoluto: observó a su superior reír a carcajadas malignas, que espantarían a cualquier mortal—y debía aceptarlo: había extremos en que incluso esa risa le asustaba a él, aunque no fuese un mortal--; luego, su vista se volvió hacia Padre: allí, sentado como un rey ante sus pueblo, con el rostro serio y en la misma posición de siempre, como si no estuviera conciente de la petición que aceptó.
Pride seguía allí, de pié contemplando la cuidad, que ya comenzaba a levantarse con la luz del sol. Sonrientes todos salían de sus hogares para comenzar un nuevo día. Niños iban a la escuela acompañados de sus padres, los cuales después de dejarlos se dirigían hacia sus trabajos o retornaban a sus hogares para cumplir las labores domésticas de este.
-Si supieran que pronto van a morir, no estarían tan alegres—musitó Pride, viendo con algo de asco la feliz escena. Tal vez le asqueaba porque así Envy le había enseñado a ver los humanos, tal vez porque así lo sentía realmente… o tal vez simplemente lo hacía porque prefería mil veces aceptar la opinión de el de cabellos verdes que la suya misma, porque de seguro, difería mucho a la de él—y porque sabía que si le expresaba su pensar al de ojos violáceos, terminarían en una disputa eterna—De cualquier forma, Pride prefería en lo posible no cuestionarse tanto algunas cosas que, inevitablemente, siempre acababa haciendo.
De todas maneras, esta era una misión más… y él siempre las cumplía al pié de la letra sin importarle si él mismo estuviese de acuerdo o no con los mandatos de Padre; él solo obedecía las ordenes que le daba Padre y no las cuestionaba, en lo absoluto. Podía ser tal vez verdad que no tuviese voluntad propia, pero él prefería pensar que lo hacía solo para cumplir su deber, su objetivo de vida y su razón de ser.
Porque realizar las ordenas de padre eran la razón de su existencia ¿No? Aunque no conocía otra razón por la cual él debía existir, asumía que era aquella. Si en este mundo, tan ajeno a él, tal vez existiese en algún lugar recóndito la verdadera razón por la cual estaba vivo, prefería pensar que no la había para él, y de esa forma descartar aquella absurda posibilidad que—según él—era otra de las fantasías de la estúpida mente humana
¿Habría algo más, allá afuera, que le demostrase que estaba equivocado? Quizás incluso, aquello que tanto buscaba sin saber que era se encontrarse allá, dentro de aquella ciudad que pronto sucumbiría al poder de lo homúnculos
Soltó una leve risita maliciosa.
No lo creía así…
… pero no sabía cuan equivocado estaba en ese entonces…
&
Winry observaba la forma en que la Sra. Gracia alistaba las cosas de la escuela de Elysia dentro de la pequeña mochilita que la niña llevaba al jardín de Niños. Ella y su hija se encontraban en la habitación de la última, que perezosamente se levantaba de la camita, sobando sus ojos con sus manos al despertar
-Elysia…--le decía dulcemente su madre, moviendo delicadamente el cuerpecito de la niña para que se levantara de la cama--¿No querrás llegar tarde a clases?—le decía, con todo dulce. La pequeña alzó la cabeza, aún semi-dormida
-Ya, mamá…--se quejaba, frotando sus tiernos ojitos con sus manitas—Ya…
La Sra. Gracia retrocedió un poco, alejándose de la cama en la que estaba apoyada para así darle paso a su pequeña, quien comenzaba a levantarse y ponerse de pié
-Quiero ir al baño…--murmuró entre bostezos la pequeña.
Gracia le sonrió tiernamente
-Sabía que mi pequeña podía aguantarse—le sonrió, orgullosa de que la menor no hubiese mojado la cama y aprendiera a aguantar. —Estoy orgullosa de ti—le decía—Ahora mejor ve al baño, ¿si? No querrás hacerte en la alfombra—rió suavecito, tiernamente. Elysia mostró un sonrojo ante aquella idea, pero luego comprendió que si no se apuraba, se haría allí mismo… y no era algo precisamente agradable para la pequeña. Su madre seguía riendo bajito
Winry estaba de pié, apoyando su mano en el marco de la puerta de la habitación de Elysia, contemplando aquella dulce escena. Ella creía que si sus padres siguieran con vida, aún se comportarían así con ella: tratándola como a una niña pequeña y no como la adolescente de dieciséis años que era… Pero lamentablemente, ellos ya no estaban en este mundo a su lado, y jamás sabría si así serían o no; tan solo le quedaba añorar algo que nunca se cumpliría.
Cuando ella veía a Elysia, se recordaba un poco a si misma cuando tenía su misma edad: odiaba ir a la escuela y prefería mil veces quedarse en casa durmiendo, jugando algún juego inventado por sus amigos o simplemente, aprender algo que en verdad le gustase; en su caso, estaba de más decir que de ser por ella, solo estudiaría diseños de automails, mecánica, y muchas cosas así, aunque la mayoría de las niñas cuando tenían cinco, seis y siete años gustaban más jugar con muñecas y a la familia que hacer lo que ella hacía.
"No saben nada" siempre solía pensar cuando sus compañeras de clase solían mirarla raro en los momentos en que decía a lo que le encantaba jugar en sus ratos libres: a la confección de Automails…
Volviendo a la realidad, Winry observó a una pequeña Elysia vestida ya con su uniforme del jardín de niños: se veía muy mona, por cierto. La rubia observó la expresión alegre de la mujer de cabellos blancos, contemplando a su hija que había crecido tan rápido. Sonrió, pues aquellas mujeres de un momento a otro se habían vuelto parte de su familia… y sus alegrías eran también las suyas.
-Bien, entonces ¿Bajamos a desayunar?—le preguntó la mujer sonriente
La pequeña asintió, con mirada inocente reflejada en sus ojos
-Bueno…--murmuró la pequeña--¿La señorita Winry puede sentarse conmigo?—pidió con ternura, mirando a Winry parada en la puerta y luego, a su madre
-Si, por supuesto—la Sra. Gracia le sonrió a Winry, quien hasta el momento no había participado en la escena familiar.
El comedor se encontraba en el piso de abajo de la casa, por lo para llegar hasta allá desde la habitación había que bajar por unas escaleras que se dirigían derecho hasta el recibidor, y para entrar a alguna de las habitaciones de allí, había que doblar apenas terminasen los escalones: el comedor de la casa era la habitación más cercana al recibidor, y a su lado izquierdo se encontraba la cocina, por lo que no tardaban mucho en colocar la mesa antes de comer
-¿Ocurre algo, Elysia?—Winry notó que la pequeña de pronto, casi terminando su tostada, bajó su mirada, haciendo un puchero
-Me gustaría que papá estuviese aquí conmigo—contestó entristecida y con los ojos mirando la tostada fijamente para disimular una posible lágrima dentro de estos
Se hizo un silencio
-Hija: sabes que tu padre te está viendo desde el cielo…—intentó animarla la mujer. Winry pudo notar en los ojos ahora cerrados de ella, un brillo de dolor—…él te está cuidado desde allí—tomó la mano de su hija apretándola contra la suya--. A él no le gustaría verte triste
Elysia levantó la mirada, topándose con la cálida sonrisa de su madre; y luego, como si una idea fugaz pasase por su mente, su vista se volvió hacia la rubia, sentada a su lado
-Mami, ¿puedo ir al jardín con la Señorita Winry?—le preguntó con una sonrisa en los labios
La Sra. Gracia miró a Winry un instante
-No tengo problema en que vayas con ella—le decía—pero haya que saber la opinión de Winry
La rubia sonrió, cerrando sus ojos en el acto, mostrando una linda sonrisa dibujada en sus labios
-Por mi no hay problema—dijo, levantándose de la mesa y recogiendo los platos y las tazas ya vacías— ¡Me encantaría llevar a Elysia al jardín!
-¡Vamos!—exclamó alegre la pequeña, levantando los brazos en dirección al cielo
Gracia estaba feliz de ver a aquellas dos niñas sonreír nuevamente: Ella sabía que por mucho que Winry aparentase ser una mujer ya madura, en el fondo seguía siendo una chica de dieciséis años como todas, llena de dudas igual que las de su edad… y sabía también perfectamente que Winry no era como las demás, pues su corazón desde pequeña, se había enfrentado a muchos dolores que cargaba encima de sus hombros; y a pesar de ello ella seguía teniendo aquella linda sonrisa delineada en sus labios.
-¿Nos vamos ya?—preguntó Winry manos en las caderas y una sonrisa en el rostro; mientras Elysia buscaba su mochila en su habitación el piso de arriba
-Vayan con cuidado—le recomendó la mujer
Winry se volvió hacia la madre de la pequeña, con un extraño sentir en su pecho tras esa pregunta… y sin saber porqué no supo como contestarla.
&
-Señorita Winry, ¿Puedo hacerle una pregunta?—Elysia iba tomada de la mano de la mayor, andando por las calles de Central como muchos en una mañana cualquiera
-Si, claro que puedes
Elysia bajó la mirada
-¿Está enamorada?
Winry se extraño ante la pregunta de la pequeña
-Bueno, supongo que no—luego de pensar un poco, creyó que esa era la mejor respuesta
-¿Y Ed?
La rubia detuvo su andar
-¿Qué hay con Ed?
-Lo menciona en sueños…
Pronto sintió que sus mejillas se tornaban a un color carmín
-Ed es solo mi amigo
-No es lo que dice mientras duerme—sonrió la pequeña—Usted le dice "Ed, te amo" y luego abraza la almohada… esas cosas no son las que hacen los amigos…
Winry se sorprendió: Los niños de hoy en día eran muy precoses para su gusto.
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A escasos metros donde ambas chicas caminaban, una sonrisa maligna se dibujó en el rostro de un ser sin piedad alguna, en cuyos ojos violáceos solo existía el deseo de matar, hacer sufrir y torturar a todos y cada uno de los humanos que caminaban por las calles de Central. Él sonreía, porque pronto ellos dejarían de hacerlo…
La primera de las bombas no se hizo esperar, y estalló a pocos metros tras de las rubias: producto de la explosión, Winry tomó a Elysia cargándola entre sus brazos mientras la protegía contra si, ambas cerraron sus ojos y esperaron que la fuerza de la explosión se debilitara
Todas las personas a los alrededores se acercaron hasta el lugar de los hechos, donde un sombra surgió de la nada, golpeando con algo que parecían ser varias cuchillas a aquellos que habían osado asomarse hacia el foco de la explosión; no pasaron más de dos segundos cuando esas personas cayeron al suelo con el cuerpo cortado, mientras en otros lugares, bombas seguían explotando a los alrededores
-¡¡Sálvese quien pueda!!—gritaban varios. En eso, Winry abrió los ojos y despertó del trauma que le había causado ver aquellas imágenes. En sus brazos, aún se encontraba cargando a la pequeña Elysia, quien comenzaba a llorar retenidamente para si por el Shock; lo que menos deseaba Winry era que la pequeña saliese dañada, por lo que comenzó a correr hasta donde la llevasen sus piernas, procurando no soltar a la niña ni dirigirse hacia los lugares que eran detonados a su paso
"No debí salir hoy de casa" pensó con ironía al recordar la pereza con la que ambas se habían levantado. No sabía donde ir, donde esconderse y estar bajo la protección de algo que diera seguridad.
Repentinamente, Un muro cayó delante de ella: por instinto retrocedió, pero luego se vio arrinconada hacia todos lados, donde derrumbes de casas y edificios cubrían todos los caminos de salida
"¡Maldición!" Pensaba en la desesperación de no saber que hacer. No quería gritar ni ponerse a llorar arrodillándose sin hacer nada ¡Eso Jamás! Si se rendía, todo estaría perdido; debía existir una formal, algo que pudiera salvarlas a ambas. Apretó a Elysia hacia ella con fuerza, preparándose para lo que fuese…
--Fin del capítulo uno--
..:Si vis pacem, para bellum:..
..:"Si quieres paz, prepárate para la guerra":..
