Capitulo 1: ¿Me gusta o no me gusta?
El expreso de Hogwarts iba a toda velocidad, cruzando paisajes que cambiaban continuamente. Lily Evans, de quince años de edad, viajaba en un compartimiento con sus amigas Mary Macdonald y Susan Freund.
Lily era pelirroja y tenía los ojos de un verde brillante; Mary tenía el pelo color castaño, y ojos color marrón; y Susan era rubia de ojos celestes, herencia de su familia, la cual venía de Alemania.
Las tres chicas charlaban muy animadamente hasta que...
—Sabemos que te gusta, Lily ¡No lo niegues!
—¡No me gusta! —repuso ella, enfadada— Ya se los dije, es egocéntrico y engreído, y...
—...guapo, excelente jugador de Quidditch, con club de fans y encima le gustas —terminó Susan, con ojos soñadores—. Serías la envidia de todas las chicas si fueras su novia...
—¿Tiene club de fans? —preguntó Lily, sorprendida
—Claro que sí; la representante es Elizabeth Morgan, la chica de pelo negro y ojos color almíbar...
—A sí, ya se quien es; lo persigue todo el tiempo. —dijo Lily, poniendo los ojos en blanco.
—¡Ahí tienes la prueba! ¡Sí te fijas en él! Sino no te darías cuenta... —dijo Mary, esbozando una pícara sonrisa de suficiencia.
—¡Ya te dije que no me gusta! —replicó la pelirroja— Y tú —dijo mirando a la alemana— ¿Vas a negar que te gusta Black?— dijo, intentando cambiar de tema.
—¿Q...qué? —preguntó Susan, ruborizándose.
—Lo que oyes ¡Ya sabemos que te gusta Sirius! —dijo Mary, continuando con el interrogatorio.
—¡Claro que no me gusta! —dijo ella— ¡Es un engreído y un egocéntrico!
—Te copiaste de mis excusas... —dijo Lily, y se ruborizó al entender lo que había dicho.
—¿Ves? ¡Otra prueba! ¡Lo tuyo fueron solo meras excusas! —dijo Susan
—No es cierto ¡Tú pones excusas! —repuso Lily
—No, tú
—Tú
—Tú
—Eres tú
—¡Las dos ponen excusas! —dijo Mary, riendo
Susan y Lily intercambiaron miradas de complicidad.
—¡Y a ti te gusta Lupin! —dijeron al unísono.
Mary siguió riendo, ahora un poco más fuerte.
—¡Lo dicen porque quieren cambiar de tema! ¡Son unas mentirosas! —dijo, y siguió riendo. Las otras callaron, porque sabían que era verdad y pronto Mary dejó de reir.
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En otra parte del expreso de Hogwarts...
—¡Llegó la diversión! —dijo Sirius Black, abriendo la puerta de un compartimiento.
En ese compartimiento estaban los que se hacían llamar los Merodeadores: James Potter, un chico con pelo color negro azabache que nunca lograba peinar y anteojos; Remus Lupin, un chico rubio de ojos celestes, muy bondadoso; y Peter Pettigrew, un chico petiso y gordo, con ojos pequeños y llorosos, con un gran parecido a los de una rata.
—La diversión fue la primera en llegar —dijo James, quien estaba acostado en un asiento mirando por la ventana.
—Las diversiones ahora están juntas —bromeó Sirius.
—Tienes razón —dijo James, y se sentó correctamente para que el otro pudiera sentarse a su lado.
—¿Cómo vas, Ob? —le preguntó Sirius a Remus
—Bien, gracias —respondió él
—¿Por qué Ob? —preguntó Peter
James y Sirius intercambiaron miradas de desconcierto.
—¿No es obvio? —preguntó James, y sin esperar respuesta dijo— ¡Por lobo!
—Deberíamos cambiar nuestros sobrenombres —dijo Sirius—. Siempre los estamos cambiando; es complicado recordarlos...
—¿Qué propones? —preguntó James, interesado.
—Que nos pongamos sobrenombres en concordancia con el animal en que nos transformemos —dijo Sirius.
James sonrió, dando a entender que aprobaba la idea.
—¡No! —dijo Remus, asustado— ¡Yo no puedo!
—Tranquilo —dijo Sirius, sin alterarse— Ya pensé en eso; tú serás Lunático.
—¡Así es como le dicen algunos! —dijo James
—Si no queda más remedio... —dijo Remus
—Entonces serás Lunático —dijo Sirius, contento— Yo seré Canuto.
—¿Y eso? —preguntó Remus, desconcertado
—Raro ¿Verdad? —dijo, divertido— Le pondría así a mi perro, si es que tuviera uno, y como yo me transformaré en perro...
—Excelente —aprobó James— Yo seré Cornamenta.
—Y tú serás Colagusano —le dijo Sirius a Peter— Porque tendrás cola y te arrastrarás como un gusano, ya que serás una rata.
—¡No! ¡Que nombre horrible! —dijo, molesto
—A mi me gusta —dijo James, riendo
—A mi también —dijo Remus, también riendo.
Sirius se les unió y los tres rieron juntos.
—Hablo en serio —dijo Remus, cuando pudieron parar de reír—. Es un buen apodo.
—Está bien —dijo, resignado.
—Pero solo los usaremos entre nosotros, o para firmar alguna aventura —dijo Sirius.
—¿O para qué? —preguntó Peter.
—¡Firmar alguna aventura! —dijo James, poniendo los ojos en blanco— Por ejemplo, si escribimos en las paredes, ponemos Esto fue obra de Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
—Apoyo la propuesta —dijo Remus
—Estoy de acuerdo —dijo Peter
—Entonces, entre nosotros somos Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta —dijo James, entusiasmado.
—Ahora que ya hemos hablado de ese asunto, pasemos al siguiente... —dijo Sirius, miando de reojo a su mejor amigo— ¿Te gusta Lily Evans?
—¡Claro que no! —respondió James
—Te conozco hermano... —dijo Sirius
—¡Ya te dije que no me gusta! —dijo
—Déjalo; no le sacarás nada si lo sigues instando —dijo Remus
—Ahí viene tu club de fans —dijo Sirius, señalando a la derecha. James palideció.
—Y ahí viene el tuyo —dijo, y señalo hacia la izquierda
—¡¡ESCONDÁMONOS RÁPIDO!! —dijo Sirius y, al ver que Remus y Peter no se movían dijo— ¿Qué les pasa? ¡Ustedes están siempre con nosotros, nos delatarán! ¡ESCONDANSEN YA!
James y Sirius se escondieron en la rejilla portaequipajes; los dos eran flacos y, si ponían baúles delante suyo, no se los veía. Peter y Remus se escondieron debajo de los asientos, justo cuando la puerta del compartimiento se abrió y entraron diez chicas al compartimiento: Elizabeth Morgan, de pelo color negro y ojos color almíbar, de quinto año de Gryffindor; Jennifer Kingston, de pelo castaño oscuro con ondas y ojos marrones, de cuarto año de Ravenclaw; Melanie Jones, de pelo rubio y ojos azules, de cuarto año de Gryffindor; Geraldine London, de pelo castaño y ojos marrones, de quinto de Hufflepuff; y Bethanie Sheldon, de pelo castaño y ojos color miel, de quinto de Ravenclaw; esas cinco eran parte del club de admiradoras de James.
Cameron Pole, de pelo rubio y ojos marrones, de quinto de Gryffindor; Essence Stanton, de pelo color castaño claro y ojos celestes, de cuarto de Hufflepuff; Melody Jones, hermana gemela de Melanie, las cuales eran iguales en todos los aspectos, por lo que era rubia de ojos azules, y estaba en cuarto de Gryffindor; Nevada Scrubb, que era albina, por lo que tenía el pelo de un rubio tan claro que casi era blanco y los ojos tan celestes que casi no se notaban, de cuarto año de Ravenclaw; y Sapphire Osborne, de pelo castaño con reflejos dorados, y ojos marrones, de quinto de Hufflepuff; estas otras cinco eran parte del club de fans de Sirius.
—¿Hola? —dijo Elizabeth, entrando en el compartimiento— Parece que los ocupantes se fueron —dijo, resignada.
—Sigamos buscando —propuso Bethanie para calmarla, y salieron de la habitación, seguidas de las del club de fans de Sirius, quienes se fueron sin decir nada al ver que no estaba él allí.
Cuando se alejaron lo suficiente, los cuatro amigos salieron de sus escondites.
—Casi nos atrapan —dijo James— No quiero estar todo el viaje con esas pesadas; después no hay forma de sacárselas de encima.
—Vamos a molestar a las chicas —dijo Sirius, sonriendo divertido.
—Colagusano ¿Te quedas a cuidar del compartimiento? —preguntó James
—Claro —respondió, sentándose.
—Entonces vamos —les dijo a los otros tres.
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Abrieron la puerta del compartimiento de las chicas.
—¿¡¿¡¿¡¿¡¿QUIÉN EXTRAÑÓ AL MÁS GUAPO Y SEXY DE TODO EL MUNDO MÁGICO?!?!?!?!? —Sirius Black entró en el compartimiento, seguido de Remus Lupin.
—Nadie – respondieron Lily, Mary y Susan al unísono.
—Se equivocan, chicas —dijo apoyándose en el marco de la puerta—. Todas me extrañaron. A decir verdad ¿Quién no me extrañaría?
—Déjame pensar —dijo Susan—. Yo, Mary, Lily, las chicas del club de fans de James y las de los otros sex symbols del colegio... Entonces te extraño un porcentaje equivalente al... ¿dos por ciento?
—Ja ja, muy graciosa —dijo Sirius, entrando y sentándose.
—Hola Remus —dijeron las tres, al percatarse de la presencia del rubio. Él también entró en el compartimiento.
—¿A él si lo saludan? —preguntó Sirius— ¿Qué ha hecho él que no haya hecho yo?
—La pregunta es que no hizo él —puntualizó Mary— Él no entró demostrando su egocentrismo.
Todas rieron.
—¿Sabes qué? —dijo Mary— Lo único que extrañé de ti fue el reírme de tus ocurrencias.
—Bueno, pero me extrañaste —dijo Sirius, animado por el comentario.
—No te extrañé, tonto, extrañé reírme por las tonterías que hacen tú y James. —explicó Mary.
—A propósito ¿Dónde está? —preguntó Susan
—Íbamos caminando por el pasillo, y en eso vimos a lo lejos a Elizabeth Morgan y las otras cuatro integrantes del club de fans que la siguen a todos lados merodeando por los pasillos, y él corrió a esconderse —respondió Remus, y todos rieron al imaginarse a James escapándose de las chicas.
En ese momento, la puerta del compartimiento se abrió de nuevo.
—¿¡¿¡¿¡¿¡¿QUIÉN ME EXTRAÑÓ?!?!?!?!? —James entró en el compartimiento y se apoyó en el marco de la puerta.
—¡Lily! —respondieron las otras dos al ver la cara de su amiga y ella, al escuchar su nombre, reaccionó.
—Pero ¿Qué dicen? —dijo ella, ruborizándose. Se levantó del asiento y se apoyó contra la pared del costado, con la vista clavada en el suelo.
En ese momento se escuchó una voz de mujer que gritaba:
—¡Ahí está!
—¡No! —dijo James, y entró rápidamente en el compartimiento, cerrando la puerta.
Todos rieron. James estaba aterrado. Y al, de pronto, se le ocurrió la única forma de librarse de ese séquito de mujeres desesperadas...
