Y aquí estoy, de vuelta. Este fic lo había comenzado (no terminado) hacía unos años, creí haberlo perdido hasta que lo encontré en uno de mis tantos Cds de respaldo, por suerte.

He decidido probar la primera persona, en este fic también intentaré entrar a temas más profundos y fuertes a diferencia del anterior, también pretendo mejorar así que… Quizás demore pero de que lo terminaré lo terminaré.

Los capítulos quiero que sean extensos pues planeé no hacer una historia extensa de tantos, la música será opcional, si quieres oírla con la canción que creo le viene… y si no…


MUSICA: La música ayuda a ambientar mejor la historia, es sólo una recomendación.

Broken Notes Sanatorium ~ Sleeping In Her Dream

Broken Notes Sanatorium ~ Waiting for the Sunrise

Silent Hill 2 Soundtrack – Fermata In Mistic Air

Broken Notes Sanatorium ~ Dancing Shades

Silent Hill 3 – Innocent Moon

*La música se detiene a este punto.


Silent Hill no me pertenece ni su música y/o cualquier referencia a la historia o personajes.


Silent Hill: Forgotten Memories

I

When I woke up…


"Hubo momentos en que no sólo me olvidé de mí,

Sino también de lo que soy"

Samuel Beckett


"El olvido es una forma de libertad"

Khalil Gibran


El aire se había vuelto tan frío que mi aliento se condensaba formando un vapor blanco casi palpable frente a mí, los oídos me zumbaban y mi corazón latía tan rápido que creía iba a explotar de un momento a otro; aún me encontraba jadeante después de correr a través de tanto caos cambiante y las piernas me temblaban al estar rodeada de aquella oscuridad que parecía esconder seres que la mente humana no podría concebir.

Pero aquí me encontraba, al fin, después de tanto buscar la respuesta se encontraba justo delante de mí, tras esa puerta alumbrada débilmente por la linterna que mis temblorosas manos sujetaban, a punto de saber la verdad, deseándola y a la vez rechazándola, todavía preguntándome cómo llegué aquí, a este infierno, pero sin lograr recordarlo, sin recordar nada desde ese día, en que desperté, sola en este lugar.

Al principio todo era oscuridad, poco a poco, haciendo un gran esfuerzo, comencé a abrir mis párpados, un fuerte rayo de luz cayó directamente sobre mis pupilas obligándome a entrecerrarlos hasta acostumbrarme, con gran dificultad me senté en la cama de sábanas blancas, me dolía la espalda y sentía el cuerpo entumecido, sobre todo las extremidades, algo cansada observé a mi alrededor, parecía un hospital, pues llevaba puesta la típica bata larga, pero lo que más llamó mi atención era el extraño silencio que embargaba el lugar, siendo que por la luz que entraba por mi ventana indicaba que ya era de día.

(Broken Notes Sanatorium ~ Sleeping In Her Dream)

Moví mis pies hasta el extremo de la cama mientras intentaba recordar que hacía allí, pero mi mente parecía estar rodeada de una neblina que no podía traspasar, conocía los nombres de las cosas pero no sabía nada de mí, mi nombre, quien era, donde vivía, pero sobre todo, ¿por qué estaba en el hospital?

Lentamente comencé a bajarme de la cama, lo frío y resbaloso del piso unido con la debilidad de mis pies me hicieron caer, finalmente, apoyándome de un velador logré levantarme, un leve mareo me hizo bajar la vista, solo entonces me fijé en el historial médico que yacía olvidada en aquel mueble con el que me había ayudado, la tomé con cuidado, algunas partes estaban tachadas o manchadas con tinta y en la mayor parte la letra era ininteligible, aún así hice un esfuerzo y leí:

Nombre: Nadia Cable J.

Edad: 17 años.

Sexo: Femenino.

Fecha de ingreso: 2. Abril…

Transferida desde Hospital Alchemilla a… por…

Motivo de Ingreso: fracturas múltiples en pelvis y costillas provocadas por atropello, esguince cervical leve, hematomas, [letra ilegible] craneal…. Daño….

Sentí un ruido de cristales rotos, y a mi mente llegó el vago recuerdo de un auto acercándoseme, los vidrios volando a mí alrededor, el sonido de un golpe, dolor, gritos, una mujer con la bolsa de la compra soltándola muy lentamente mientras con su mano se tapaba la boca, horrorizada, un perro corriendo suavemente mientras sus ladridos resonaban como un eco, todo lo veía en cámara lenta.

Me llevé una mano a la cabeza, no lograba recordar nada más, ¿había tenido un accidente?, eso explica el por qué estaba en un hospital, por lo menos ya sabía como me llamaba y mi edad.

Poco a poco volví a la realidad, solo entonces me fijé en una silla en la cual reposaba un vestido color rosa claro, por alguna razón sabía que detestaba ese color, tomé la prenda que estaba cuidadosamente doblado, era con tirantes, con algunos elásticos negros en forma horizontal, tres abajo del pecho, tres en la cintura y cuatro en el final, con un cuello en forma de V y un pequeño vuelo en el hombro, bonito y simple, decidí colocármelo para poder quitarme esa incómoda bata de hospital, al lado del vestido estaba todo lo que necesitaba incluyendo unas zapatillas color crema bastante lindas, cuando me hube puesto el vestido, el cual me llegaba a las rodillas, noté una pequeña nota pegada con una aguja en éste que no había notado, después de sacarla leí:

"Para Nadia, no importa cuanto pase siempre serás la Reina Nadia de "nuestro" mundo"

No tenía firma, ¿quién me la había enviado?, una extraña sensación de nostalgia y tristeza me invadió, intenté borrar eso de mi cabeza mientras guardaba el papel en un bolsillo interno del vestido.

Después de vestirme, me dirigí a un pequeño cuarto de baño que estaba dentro de la habitación, allí pude conocerme en el espejo, mi piel era blanca, no sabía si era por la luz lechosa que entraba por una ventanilla pero casi parecía incolora, mis ojos eran castaños, al igual que mi cabello liso, el cual me llegaba un poco más debajo de los hombros, abrí la llave del agua y bebí un poco del líquido trasparente mojando de paso mi rostro, borrando así los últimos vestigios del sueño.

Cuando hube terminado, toque el timbre para llamar a la enfermera, como se demoraba me acurruqué en una silla al lado de la ventana a esperar, el día estaba nublado y ningún ruido llegaba a mis oídos del exterior, me sentía inquieta, era un presentimiento de que algo no estaba bien, después de un rato esperando volví a tocar el timbre, pero o no había nadie, o estaba descompuesto.

Decidí que era inútil esperar aquí adentro, así que pensé en salir a buscar a alguien yo misma, mientras me acercaba a la salida, la sensación de inquietud se volvió más fuerte, con algo de temor abrí la puerta, el pasillo se encontraba desierto, y mis pasos resonaban con ecos al caminar por él, la luz titilaba en los tubos fluorescentes creando sombras fantasmagóricas que se movían por las paredes, amenazadoras, como si hubiesen despertado con el ruido, y me reclamasen por su sueño perdido, advirtiéndome que aquel sitio era suyo.

(*)

Caminé con paso lento, temerosa de las sombras, hasta que algo cambió, desde el fondo escuché un ruido extraño, al voltearme, observé perturbada como al final del pasillo, el tubo que contenía aquella luz blanquecina comenzaba a aumentar su potencia, como si una descarga de energía comenzara a traspasarla, hasta que finalmente alcanzó su punto culmine, explotando en un último destello, en seguida le siguió el siguiente, al mismo tiempo un sonido desconocido—proveniente de la oscuridad— se acercaba cada vez que esta adquiría terreno, todo de manera bastante rápida; asustada por aquella amenaza, comencé a correr lo más rápido que pude, a mis espaldas podía escuchar el explotar de los tubos fluorescentes cada vez más cerca, frente a mí apareció una puerta con la palabra "Exit", cuando llegué a éste, desesperada traté de abrirlo, más unas cajas lo obstruían del otro lado, por lo que tomando impulso comencé a abalanzarme con fuerza contra él abriéndolo poco a poco, a mis espaldas la oscuridad estaba a solo tres tubos de distancia, rápidamente me metí por la rendija que había abierto y cerré justo a tiempo cuando el último tubo explotaba en el pasillo.

(Broken Notes Sanatorium ~ Waiting for the Sunrise)

Me senté en el suelo, exhausta y adolorida por los golpes que debí darle a la puerta para abrirla, cuando—ya recuperada— abrí los ojos, quedé extrañada al ver hacia la escalera, pues se encontraba de una forma extrañamente torcida; apoyándome en la pared comencé a bajar, acompañada con el único sonido de mis pasos, al parecer me encontraba en un quinto piso, no se cuanto demoré, pero se me hizo eterno el descenso.

Observé largo rato la puerta que daba al primer piso, con miedo a lo que sea que pudiese estar agazapado al otro lado esperando a que me asomara, el suceso anterior aún rondaba por mi mente. Me costó reunir el valor pero finalmente me atreví a abrir la puerta, lo hice con lentitud, la luz que comenzó a entrar me dio la confianza para terminar de abrirla.

Me encontraba en el final del pasillo, frente a mi estaba un ascensor mientras que a mi izquierda se hallaba un gran ventanal que daba a un patio, ésta era la mayor fuente de luz en el piso pues parecía que la electricidad se había ido.

Aún algo titubeante, recorrí el corto pasillo hasta la recepción, la cual parecía igual de abandonada que todo el edificio, ¿Dónde está todo el mundo?, mis ojos se detuvieron en la puerta que me llevaría al exterior, lentamente me acerqué y las abrí.

(*)

El frío me envolvió rápidamente haciéndome temblar, frente a mi se extendían los escalones que daban a un espacio amplio donde algunas ambulancias yacían olvidadas, y más allá las calles y edificios.

(Silent Hill 2 Soundtrack – Fermata In Mistic Air)

Continué caminando haciendo caso omiso al frio que me embargaba, pero cuando llegué a la vereda mis temores se volvieron realidad, nadie, todo seguía igual de silencioso. Froté mis brazos enérgicamente para entrar en calor mientras pensaba que hacer a continuación, pero no se me ocurría nada.

En mi mente no existía dirección ni familiares a los que recurrir, estaba completamente sola en el silencio. Así que comencé a vagar sin rumbo fijo, perdida en mis pensamientos, ¿qué habría pasado? ¿Cuánto tiempo estuve dormida? ¿Si huyeron por qué se olvidaron de mi?, tenía más preguntas que respuestas.

No se durante cuanto tiempo caminé, pero cuando tropecé y volví a tomar conciencia de lo que me rodeaba me encontré en la zona comercial de la ciudad, o por lo menos debía serlo, habían muchas tiendas de distinto tipo, aunque la mayoría parecía abandonada hacía mucho tiempo o con tablones en sus puertas. Unas cuantas gotas cayeron del cielo avisándome de la lluvia que se avecinaba, con rapidez observé a mí alrededor buscando un lugar donde guarecerme, a sólo unos metros mío se hallaba una pastelería con su puerta entreabierta y parecía en buen estado.

Justo en el momento que entré se desató una fuerte tormenta, no quise imaginar estar en medio de la calle. En el local el aire estaba impregnado de deliciosos aromas dulces que hicieron gruñir mi estómago.

No sabía si fiarme de la apariencia de aquellos pasteles pero no tenía otra alternativa, así que escogí un pie de limón y le di un pequeño bocado para probarlo, me lo devoré completo, estaba realmente delicioso, mientras bebía un poco de agua— no sabía si fiarme de los jugos y bebidas de allí realmente— observé el exterior. La lluvia había comenzado a declinar así que podría salir en breve, necesitaba saber si yo era la única en la ciudad, tal vez alguien pudiese darme las respuestas que necesitaba, además, quizás hubiese algún lugar que reconociese y me ayudara a recordar.

Mientras esperaba mi cuerpo comenzó a entrar en calor, había estado tan ensimismada que no había notado lo congelada que estaba. Sinceramente la idea de salir al frio exterior no me animaba mucho, pero tampoco podía quedarme en aquel sitio por siempre.

(*)

Cuando la lluvia remitió por completo salí. El aire olía a humedad, el sonido de mis pasos llenó aquel silencio levemente, avancé algunos metros hasta llegar a una intersección, allí me detuve y alcé la vista, en la azotea del edificio a mi lado vi una sombra con forma humana lanzándose al vacío, instintivamente me agaché protegiendo mi cabeza, pero el golpe nunca llegó, volví a mirar hacia arriba, no había nada, ¿había sido mi imaginación?

Apresuré el paso mientras miraba alrededor con temor, ni siquiera me fijé en el camino que seguía, la verdad no me importaba, sólo quería salir de allí y encontrar a alguien que me dijese que rayos estaba pasando.

(Broken Notes Sanatorium ~ Dancing Shades)

No se como de pronto me encontré en una zona residencial, las casas —casi todas iguales— se veían vacías como todo en aquella ciudad, la única diferencia es que estas se hallaban ordenadas, con el césped cortado recientemente, en algunos incluso con juguetes u objetos olvidados en el suelo y algunos adornos nuevos adornaban muchas fachadas.

La apariencia de este lugar era muy normal, como si todos los inquilinos de cada casa hubiesen acordado mutuamente irse a alguna parte.

Allí, a diferencia de la ciudad, se respiraba vida y no olvido; por un momento creí escuchar el sonido de voces y risas e incluso oler la comida cocinándose en una cocina, música más al fondo mezclada con el ruido de un auto al pasar, pero enseguida se desvaneció dejando el lugar más silencioso que al principio.

Aún aturdida por lo que acababa de pasar, continué mi camino por la calle, de pronto, por el rabillo del ojo vislumbré una sombra. Temiendo que se desvaneciese como la última vez me di la vuelta rápidamente para encontrarme frente a frente con un gato.

Era el primer animal que veía, hasta entonces ni siquiera el batir de las alas de un pájaro se había dejado escuchar. Ahora que lo pensaba, eso era extraño…

El maullar del gato me sacó bruscamente de mis pensamientos haciéndome perder el hilo de estos. Su mirada dorada por alguna razón me ponía inquieta. Intenté hablarle para que se acercara, entonces noté que hasta el momento yo no había dicho nada, el sonido de mi voz me era extraña. Volví a llamar al gato mientras memorizaba el tono y la forma con que pronunciaba las palabras, pero al felino yo le era indiferente.

Se estiró, bajando su cabeza a ras del suelo mientras levantaba su parte trasera, exhibiendo la elasticidad de sus músculos, hecho esto se puso a caminar, moviéndose con aquella gracia y liviandad típica de los felinos, orgulloso y seguro de si mismo.

Entonces se detuvo junto a una caja y volteó su cabeza para verme, no estaba segura pero juraría que me miraba con lastima, después simplemente caminó detrás de la caja y no volvió a aparecer.

Continué allí parada, perpleja, después de unos momentos al no verle salir del otro extremo me acerqué, quedé atónita al ver que el gato había desaparecido, era imposible pero no estaba.

Me quedé parada un largo rato sin saber que hacer a continuación, aquello se estaba volviendo cada vez más raro y comencé a asustarme, finalmente decidí continuar hasta donde llevara aquella calle.

Caminé, lentamente mí alrededor cambiaba, las casas nuevas dieron paso a unas más antiguas y una sensación de inquietud llenó todo mi ser. Sin saber por qué me detuve y miré la vivienda a mi izquierda. Esta se notaba que era una de las más antiguas en aquella zona, no sólo por su estructura sino por la forma en que la pintura estaba desgastada, la madera vieja y en algunos puntos rota.

Una sombra pasó veloz por una de las ventanas del segundo piso, ¿había alguien allí?, me acerqué y toqué con algo de miedo, pero no había dado ni dos golpes cuando la puerta se entreabrió, rechinando.

— ¿H-hola? ¿Hay alguien?— pregunté asomándome.

(*)

No hubo respuestas, cogí algo de valor y entré. Estaba bastante oscuro, mi única fuente de luz era la que entraba por la puerta. Caminé por entre el polvo — que era bastante espeso— hasta la escalera, mientras lo hacía comencé a dudar sobre lo que había visto, por el estado de olvido y abandono no parecía haber estado allí alguien desde hacía muchos años.

Los escalones crujían bajo el peso de mi cuerpo, cuando llegué arriba intenté recordar la ventana por la que había visto la sombra para ubicarme, la mayoría de las puertas tenían pesados tablones obstruyéndolos, sólo habían dos que no lo estaban, y una de ellas se encontraba torneada.

Me acerqué a ésta y me asomé; allí, sentada y con la vista perdida se encontraba una mujer de cabellos canosos y desordenados, su ropa era bastante andrajosa. Golpee para llamar su atención y no asustarla pero ella no reaccionó, así que entré.

— ¿Disculpe…?—comencé

— ¿Qué es lo que buscas? ¿También quieres quitarme mi casa?

— ¿Qué? No claro que no, sólo quería preguntarle si sabe donde están todos.

— ¿Buscas gente? ¡Aquí no hay nadie! Sólo soledad y oscuridad ¡Tú no tienes salvación, nadie la tiene! Aquí no hay esperanza ¿Qué no lo comprendes? NO TIENES REDENCIÓN.

Intenté retroceder mientras la señora reía convulsivamente, debía de estar loca, lo que decía no tenía sentido, entonces volteó a verme dejándome ver su rostro el cual estaba lleno de tajos, su sonrisa — a la cual le faltaban varios dientes— parecía más una mueca.

El aire se volvió bastante pesado, casi irrespirable, estaba aterrorizada. La señora comenzó a levantarse y, en sólo un segundo se halló a sólo centímetros mío, entonces vi que llevaba un cuchillo.

— ¡ES MI CASA! — gritó con voz potente.

Trastabillando corrí a la salida, me salté varios escalenos y no paré hasta llegar a la vereda, la puerta se cerró tras de mi con un sonoro golpe. Miré hacia la ventana y la vi, sonriendo.

Corrí, sin saber hacia donde, me dolía el costado por mi mala respiración, sin poder continuar me detuve al lado de las rejas que rodeaban un patio baldío, jadeante.

Unos pasos me alertaron e hicieron que mi corazón latiera rápido, entonces vi a una mujer adulta, de cabello rubio ceniza pasar corriendo justo frente a mi, pude ver que llevaba pantalones y una chaqueta larga color beige, nuestras miradas se cruzaron momentáneamente, pero no se detuvo y se perdió entre las calles.

¿Quién era?, decidí no darle importancia, pero por lo menos no estaba sola.

Me acerqué a una vieja tienda, de qué era no lo sabía, dentro estaba casi todo vacío a excepción de unas cuantas cajas, miré en su interior para ver si hallaba algo de utilidad, más lo único que encontré fue una linterna pequeña y revistas viejas.

(Silent Hill 3 – Innocent Moon)

De pronto comenzó a escurecer rápidamente, no sabía que pasaba ¿aquello era normal?, llegó a un punto en que tuve que encender la linterna para poder ver.

Lo que contemplé me dejó sin palabras, las paredes se hallaban bastante inclinadas, salí y descubrí con horror como esto se repetía en todos los edificios, en algunos era tal que casi parecían a punto de desplomarse, de la mayoría se dejaban escuchar horribles gritos y lamentos.

Aferrando con fuerza la linterna caminé por la calle, atónita ante lo que veía, un gruñido me hizo mirar atrás, allí, a metros se hallaba un ser oscuro e indescriptible, parecía no tener forma definida, "aquello" volvió a gruñir, enseñando unos dientes como cuchillas.

Corrí, no me importaba hacia donde sólo quería huir de esa cosa, ¿Qué estaba pasando?, no entendía nada, giré en una esquina y me escondí tras unos basureros al tiempo que apretaba mis manos sobre mi boca aguantando la respiración.

Escuché el rozar de sus "patas" sobre el asfalto, se detuvo unos momentos que para mí se hicieron eternos, entonces continuó su camino y se perdió en la oscuridad.

Me levanté temblando, no supe por qué pero me acerqué al callejón próximo, con lentitud caminé hacia unas cajas que me taparían de la calle al tiempo que revisaba mi alrededor en busca de algún peligro.

Entonces me detuve, justo al fondo pintada con letras rojas se leía:

"NADIA, SI QUIERES SABER LA VERDAD VEN A SILENT HILL, ES TU ÚNICA OPORTUNIDAD"