Death Note NO me pertenece ni sus personajes, es de la propiedad de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. La ideología de esta historía SI me pertenece.
Capítulo I
Colocó las últimas dos cartas sobre la gran montaña de naipes que estaba armando, dando por finalizada su tarea. Miró con poco interés su nueva obra sabiendo que había roto su anterior récord, llegando a construir una torre de cinco mazos. Se enroscó un mechón de su albino cabello entre los dedos, y no le quitó los ojos de encima a su creación.
Por su mente iban y venían muchas ideas que no tenían nada que ver con lo que había estado haciendo instantes atrás: en realidad, Near no jugaba sin tener cosas que resolver en su cabeza. Y necesariamente en ese momento, tenía el asunto más importante de todos en sus manos: el caso Kira. Ese caso que atormentaba la mente de muchas personas inocentes, y que llamó mucho más que la atención de todos en Wammy's House en cuanto se supo de la defunción de L.
Near sintió que la piel de su espalda se erizaba, confirmando una sospecha que arrastraba consigo desde hacía horas: estaba por suceder algo muy importante. No era supersticioso, mas hacía días que las cosas estaban demasiado tranquilas en la investigación... extrañamente calmas.
Cuando Rester se adentró a la habitación de manera precipitada, no se sorprendió.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
―¿Tenía los ojos vendados de camino hasta aquí? ―inquirió el chico, de espaldas al aludido.
―Sí, tal y como lo has pedido Near. ―respondió. El albino entrecerró los ojos.
―¿La han desnudado y revisado? ¿Le cambiaron las prendas? ―quiso saber, dándole vueltas a un lego entre sus manos.
―Sí. ―afirmó el comandante ―.Ya está amarrada, y se le está yendo el efecto del sedante.
―¿Sedante? ―repitió en una pregunta Near, comenzando a enroscar una mecha de su cabello con sus dedos ―¿Acaso opuso resistencia?
―No, pero por precaución la dormimos para ingresarla al cuartel.
―Bien. ―Dirigió su mirada hacia las pantallas de la habitación ―.Comandante Rester, por favor muéstreme la imagen de las cámaras de la habitación en donde se encuentra.
Tras unos segundos de espera, la proyección del cuarto en donde se encontraba su objeto de conversación se figuró en las pantallas. Near parpadeó un par de veces, inclinando la cabeza con curiosidad: esa situación en verdad que lo había agarrado desprevenido; es más, jamás se le ocurrió que algo así fuese a pasar. Y mucho menos con aquella persona.
―Imposible no es lo mismo que improbable... ―murmuró entrecerrando los ojos.
―¿Qué dices, Near?
―Nada. ―el albino se puso de pie, sin soltar su muñeco lego y sin dejar de enrollarse el cabello ―.Dígame comandante, ¿han encontrado algo entre sus pertenencias?
―Pues... traía consigo una cartera, la cual se rehusó a darnos en un principio. ―explicó ―.Finalmente, nos la terminó dando y dijo que para explicarte el motivo de su visita tenía algo importante para ti dentro de la bolsa.
Hubo un silencio completamente sólido, en donde las mentes de ambos se fundieron en sus propias cavilaciones. Near, por su parte, sonrió un poco.
―¿Y qué es eso tan importante? ―preguntó con sorna. El rostro del hombre frente a él se mantuvo impávido, mientras buscaba algo en sus bolsillos.
―Esto. ―extendió hacia el sucesor un cuaderno verde agua, aparentemente inofensivo, sin referencias en su exterior. Near no tuvo intenciones de tomarlo, y se quedó quieto en observación del elemento.
―¿Lo han abierto?
―Sí, y llegué a la conclusión de que no es más que un diario íntimo. ―concluyó Rester, abriéndolo para volver a hojearlo ―.Sin embargo la sospechosa nos pidió repetidas veces que no lo abriéramos hasta que ella pudiera hablar contigo. Claro que no iba a permitir tal cosa, por ende me fijé de qué se trataba antes de traerlo ante ti. ―hizo una pausa, como si le costara continuar ―.Hemos descartado el hecho de que pudiese ser una Death Note.
―Buen trabajo. ―reconoció el chico, trasladando su mirada hasta las pantallas otra vez, volviendo a sentir curiosidad ―¿Ha dicho algo sobre el por qué me estaba buscando?
―No, no nos ha dicho ni una palabra.
―Interesante. ―susurró en tono monótono. Apretó el lego en un puño, en un acto de fortaleza ―.Creo que es momento de proceder.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Se sentía un poco atontada, como si tuviera la cabeza rellena de algodón y la luz bailara sobre sus ojos, mareándola. Esa sensación era parecida a cuando tomaba copas de más, con la única diferencia de que al menos cuando se embriagaba podía mover sus extremidades. En esa ocasión, no tenía fuerzas ni para mover la punta de sus dedos. Sentía que los párpados le pesaban mucho, y que en cualquier momento se desmayaría de la presión que experimentaba sobre su cuerpo: era como si estuviera siendo presionada contra la pared a la fuerza.
Tras los diez minutos más largos de su existencia, empezó a tomar consciencia de su situación y del lugar en donde se hallaba. También se percató de las incontrolables náuseas que estaba sufriendo, y de lo mucho que le molestaba la luz blanquecina que había por todos lados. La habitación entera estaba de blanco, no había nada que se saliera de esa matiz lastimosa para sus ojos.
Fue entonces cuando se le llenaron los ojos de lágrimas, recordando un momento que había atravesado en el pasado casi similar a ese: encerrada, sola, siendo vigilada. No entendía por qué le afectaba tanto, o quizás sí lo debería de entender, el problema es que no recordaba nada...
―Veo que has despertado al fin, segundo Kira.
El sobresalto que se llevó no fue nada disimulable. De pronto todos sus pensamientos se esfumaron de su cabeza, planteándose una interrogante enorme en medio de su existencia: ¿estaba haciendo lo correcto? ¿O tal vez estaba a punto de cometer un error? Arrugó los labios del disgusto, odiándose por no tener el control de su mente y de no poder obtener las respuestas por sí misma... odiando no poder rememorar las cosas.
―Near. ―murmuró la modelo, abrazando sus piernas con la espalda apoyada contra la esponjosa pared de algodón. Parecía el cuarto de un manicomio.
―Debo confesar que de todas las personas que estaba esperando ver llegar a mi cuartel, tú eras la que tenía la probabilidad más baja... por no decir que ni siquiera te había tomado en cuenta. ―se produjo un tenue silencio, en donde Misa no denotó intención alguna de decir algo ―¿Y bien? ¿A qué has venido?
La aludida se mordió los labios, sintiendo impotencia y al mismo tiempo nostalgia. Tenía que hacerlo... tenía que decírselo, era por su bien. Ella era consciente de las consecuencias que se presentarían ante su persona, y del precio alto que le costaría abrir la boca; posiblemente estaba condenándose a una muerte segura, aunque en ese caso había una necesidad mayor, había algo por lo cual arriesgarse de verdad. De todas formas, tenía asumido que ella jamás podría encontrar la felicidad, no llevando su vida como la llevaba actualmente... con un novio que no le daba atención, que no la quería, que la evitaba y ni siquiera mostraba interés. Que la manipulaba y utilizaba a su antojo.
Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas a medida que la imagen de una persona se fue dibujando en su mente, de una persona que sí le demostró que existía algo llamado valor, que sí existían los sentimientos bidireccionales... que no sólo uno tenía que amar por los dos en una pareja, que era otra la realidad a la que ella se había sometido durante tanto tiempo por culpa de Light Yagami.
―Necesito que me digas una cosa, Near. ―tomando valor al recordar a ese sujeto, respiró con calma y prosiguió ―.Si confieso, ¿tengo posibilidad de reducir mis años de sentencia en prisión?
Aquello tomó por sorpresa a Near, quien automáticamente se quedó estático sobre la silla en la que se hallaba sentado jugando con legos. El comandante Rester, a su lado, contuvo el aliento de la impresión que le provocaron las palabras dichas por la chica.
―Dependiendo del tipo de confesión que me brindes... y también, claro está, del tipo de crimen que hayas cometido, Amane. ―optó por dejar de llamarla Kira, pues de pronto sus ganas de ironizar habían desaparecido. Esa situación estaba tomando un rumbo demasiado extraño.
La rubia volvió a hacer una larga pausa, en la que se mantuvo inmóvil sentada en el blanco suelo de almohadones, con un vestido flojo de igual color cubriendo la piel de su torso y sus muslos. Sus manos se volvieron dos puños sobre sus rodillas, y su rostro se transfiguró en un mudo llanto.
―He venido con la intención de hacer un trato. ―retomó la palabra, con la voz quebrada de la angustia. Nada de eso le hizo sentir compasión a Near, quien miraba su persona con desinterés―.Te ofrezco mi confesión para el caso Kira, a cambio de algo que quiero.
―Qué rayos... ―murmuró Rester sin poder creérselo, que se empecinó de pronto en aflojarse la corbata. La investigación estaba a punto de dar un giro importantísimo, tal vez crucial. A su lado, Near soltó sus juguetes, enroscándose de manera efusiva el cabello y sosteniendo un lego en su otra mano, apretándolo tan fuerte que los nudillos se le habían puesto blancos.
Allí estaba pasando algo que escapaba de su objetividad, ¿o es que de verdad la sospechosa de ser el segundo Kira estaba por darle toda la información que necesitaba? No, tenía que haber algo más... es decir, era Misa Amane, la modelo reconocida mundialmente por adorar, idolatrar y venerar a su amado novio, Light Yagami, quien casualmente era sospechoso de ser Kira para Near.
«¿Será todo esto parte de un plan creado por Yagami para intentar matarnos? ¿O Amane vino hasta mí con sinceridad?»
En realidad, era ilógico que un plan consistiera en hundir aún más a los sospechosos. Pero si se ponía a pensar estadísticamente, había un 92% de probabilidad de que todo eso fuera una confabulación de ambos Kira para obtener los nombres de los integrantes restantes de la SPK y así asesinarlos, dejándole el camino libre al asesino serial más importante de todos los tiempos. Por otro lado, estaba el 8% restante que indicaba que no.
Y también estaba la parte en la que su intuición le pedía a gritos que prosiguiera, que había algo prometedor...
No tenía que olvidarse de que, sin embargo, ella le estaba pidiendo algo a cambio.
―Dime qué es eso que quieres, y yo deliberaré si puedo entregártelo o no...
―No, debes prometerme que lo cumplirás. Promételo. ―le interrumpió la muchacha, poniéndose de pie en un salto y elevando el tono de su voz.
Rester arqueó una ceja, mirando a Near con una pizca curiosa... ¿cumplir el qué?
―No, no lo haré a menos que me lo digas. Después de todo, ya has dicho que tienes información de importancia sobre el caso Kira, e incluso has preguntado si confesando podrías cambiar tu sentencia. Con eso me has dado el derecho de retenerte aquí como sospechosa número uno, Amane Misa.
Ambos detectives observaron cómo las lágrimas que había estado reteniendo la fémina se escurrieron por sus mejillas, goteando en el suelo acolchonado. Near no entendía sobre esas cosas, le resultaba inútil comprender el sentimiento humano que surgía a flor de piel... algo que jamás experimentó en su vida, y que generaba, en su mayoría, reacciones impulsivas y poco racionales.
―Estoy embarazada, Near.
El mencionado no se dejó inmutar, mientras que el comandante entreabría los labios en un intento por entender el cariz que de pronto había adquirido la charla. Quitó sus ojos momentáneamente de la imagen de Misa Amane proyectada en la pantalla cuando Near dejó el lego sobre la mesa, al cual había estado aferrado desde que se había enterado de que la modelo quería un encuentro con él. Descubrió que el lego representaba a su ahora retenida, con su cabello rubio y una característica peculiar: un pequeño bulto en su vientre.
«Todo este tiempo, Near lo supo... sabía que ella estaba embarazada, pero, ¿por qué? ¿Y cómo?»
―¿Yagami lo sabe? ―preguntó con neutralidad el sucesor, disminuyendo un poco la brutalidad con la que ratos antes había estado enrollando su mechón de pelo. Había empezado a dolerle el cuero cabelludo por culpa de la ansiedad, algo que no era muy común en sus actitudes.
―No... no se lo he dicho. ―declaró con la voz rota por el llanto, sin poder contener las lágrimas que se escapaban de sus orbes sin control ―.Lo que quiero pedirte es en relación a mi embarazo, no es nada más que eso... no te pediré nada más que eso. Por favor, debes prometerlo, he perdido la fe en todo lo que me rodea y ni siquiera en estos momentos estoy segura de si lo que hago es lo correcto, porque básicamente estoy depositando mi confianza en alguien al que ni siquiera le he visto el rostro. ―un hipido salió de sus labios, mientras las piernas le temblaban de puros nervios y alivio al poder liberar todo el tumulto de emociones que se arremolinaron durante tanto tiempo en su interior. Cayó de rodillas sobre el suelo mullido, y se abrazó a sí misma, tapándose la cara con el cabello ―.Así de desesperada estoy.
Near recordó ciertas palabras al oír aquello, palabras que su antiguo mentor le había dicho en determinada circunstancia.
"Es porque soy idiota..."
―¿Quién sabe que has venido? ―interrogó él.
―Sólo Aizawa, y le he pedido que no dijese nada. Él fue quien me dio el medio para comunicarme contigo. ―Misa colocó un mechón de cabello detrás de su oreja, limpiándose con el dorso de la mano los rastros de gotas salinas del rostro.
Rester prestó su atención a Near, quien no parpadeaba mientras que contemplaba a la muchacha.
―Near, ¿puedo preguntar en qué piensas?
―Es una chica inestable. ―comentó, como quien habla sobre el clima ―.Y creo que es obvio lo que me pedirá a cambio de su confesión. Seguramente quiera la custodia del niño del que está embarazada sin importar que vaya a prisión, y dejarlo con algún familiar o conocido suyo para que no quede en adopción y pierda su paradero en el futuro. Lo que me conlleva a la otra cosa que me pedirá: reducir sus años de sentencia para poder cumplir su condena y luego volver con su hijo.
―Pero, espera. ―todo lo que le había dicho Near fue muy asertivo, y había una probabilidad muy alta de que así sucediera―.Ella es sospechosa de ser el segundo Kira, y si confiesa haber asesinado personas intencionalmente, ¿su condena mínima no sería la pena de muerte?
Near volvió a tomar el lego de Misa entre sus dedos, mirándolo como si fuera de suma importancia, como si tuviera que desentrañar un laberíntico secreto sobre su cuadrada figura. Tras un rato de falso sosiego, decidió volver a retomar la charla con la sospechosa.
―Amane, acepto tu propuesta.
―Debes prometerlo, una promesa Near. ―exigió Misa, borrando todo indicio de dolor de sus gestos, imponiéndose con toda la firmeza que podía.
El chico se removió un poco incómodo en su asiento, desviando los ojos de la silueta de la rubia. Por alguna desconocida razón, esa chica le hacía sentir extrañamente fuera de lugar.
―Tienes mi palabra. ―declaró por fin, apartando a un lado la sensación que estaba sintiendo.
Un suspiro de alivio abandonó la boca de la fémina, mientras una débil curvatura de labios tirando hacia arriba se instauraba en sus comisuras, totalmente lejos de ser malévola o victoriosa. Era relajante.
―Gracias. ―susurró, en un estado de absoluta calma. Su tenue sonrisa se esfumó de rostro, poniendo un gesto nada alegre: parecía furiosa ―.Light es Kira.
―¡Lo tenemos! ―la exclamación de júbilo de Rester pasó por inadvertido para Near, quien de pronto sentía que tenía que poner todo su intelecto sobre la muchacha. Por su parte, el comandante se avergonzó de su reacción, y rascándose la nuca, comentó unas octavas más abajo un débil «lo siento».
―Y yo... ―de pronto se hizo el silencio, uno que hasta al propio Near le hizo sentir impaciencia.
«Todo está siendo grabado... Amane está confesando. No puede ser un truco, básicamente está hundiendo al propio Yagami»
Allí había algo que todavía no salía a luz, que escapaba de su comprensión...
―Yo he sido la segunda Kira.
Y ahí estaba. Ahí estaba la confirmación de que sus suposiciones no habían sido erróneas, de que él había desentrañado con deducciones y sospechas el caso del asesino más temerario de la historia del mundo. Near había tenido razón desde un comienzo, él había sabido que Light era Kira, y que Amane era la segunda Kira, siempre.
Pero, sin embargo...
―¿Has sido? ―citó el albino, frunciendo el entrecejo.
El flequillo de la rubia tapó sus ojos al momento en el que inclinó la cabeza.
―Debo confesarte una cosa... y es que no recuerdo nada de lo que he hecho. No recuerdo haber sido la segunda Kira siquiera. Pero sé que lo fui.
―¿Y cómo es que sabes que lo fuiste si no recuerdas nada? ―preguntó, generando distintas especulaciones al respecto en su mente.
―Te... traje algo. ―comentó ella, mordiéndose los labios de los nervios ―.Es mi diario íntimo... escribo en él desde hace más de un año. Allí están los motivos por los cuales estoy aquí ahora, y allí hay una cosa que me hizo saber que yo fui la segunda Kira... que me probó de verdad que lo he sido sin duda alguna.
Near puso sus orbes sobre el cuaderno verde que se hallaba encima de la mesa, a una buena distancia de su anatomía. Tenía muchas ganas de que ella soltara toda la información que traía en su cabecita rubia, y de poder grabarlo para empezar a armar el caso Kira de una vez. Mas habían cosas por saber antes, cosas menos importantes pero que era crucial saber para así luego poder proseguir.
El orden lo era todo para el albino, y más en situaciones así de delicadas.
―Primero debo pedirte que me digas aquello que quieres. ―moduló, en contra de lo que en verdad deseaba hacer. Después de todo, ya había confesado y era más de lo que esperaba.
―Me he enterado de que estoy embarazada hace cuatro meses. ―comunicó, frotándose los brazos como si tuviera frío.
«Cuatro meses... desde antes de que yo tomara el mando sobre esta investigación.» pensó algo perezoso Near, frunciendo un poco el ceño.
―No he querido decirle a Light, a él no le agradaría una noticia así conociéndolo, y además... ―se frenó bajando su tono, como si tuviera miedo de continuar ―, está lo otro.
―¿Qué otro? ―le apuró Near, impaciente.
Un rubor se instaló en los pómulos de Misa, quien agachó la cabeza avergonzada.
―No sé si Light sea el padre, Near.
Esa confesión dejó mudo al comandante, que se mantuvo con la atención puesta únicamente sobre la pantalla, sin siquiera parpadear. De haber mirado a Near, habría grabado a fuego en su mente el gesto asombrado del joven detective, quien se había incluso enderezado en su silla, con los ojos abiertos y las facciones contorsionadas por la confusión.
―¿Qué quieres decir con eso? ―preguntó con cierto escepticismo. Todo comenzaba a tener encaje en su mente, las piezas habían empezado a coincidir, el rompecabezas se estaba completando. Su asombro no era por la infidelidad de la chica, su asombro era por otra cosa ―.Le has sido infiel a Yagami Light... ¿con quién?
Era... no, no podía ser. Pero... imposible no es lo mismo que improbable...
Si sus cálculos no fallaban, las dos probabilidades de paternidad eran entre Light Yagami, y...
―Esto es sólo una parte de lo que quiero a cambio, Near. ―avisó la muchacha, haciéndole saber al detective que habían más cosas por cumplir a futuro ―.Necesito una prueba de ADN, para saber si el padre es Light... ―un silencio de lo más incómodo se frenó en seco sobre el ambiente, tensionándolo todo, generando una expectación casi dolorosa ―, o es Ryuzaki.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
―Comandante Rester, le pediré que por favor salga de la sala y espere afuera.
La neutralidad de la voz de Near hubiera sido como de costumbre de no ser por su lenguaje corporal, que expresaba todo lo contrario: se tiraba del pelo con más fuerza de la usual, estaba casi recto sobre la silla, sus ojos estaban mucho más abiertos de lo normal. Todo estaba fuera de contexto.
Rester quiso por primera vez insistir en contra de una petición de Near, y estuvo a punto de hacerlo, mas una pequeña parte de él sabía que esa conversación en sí no era de su incumbencia.
―Llámame si necesitas algo. ―se limitó a decir, encaminándose hacia la puerta de salida.
―Por supuesto. ―respondió ―.Por cierto, también tendré que pedirle que me deje el libro que trajo Amane.
Dicho y hecho, el comandante miró por última vez a la intérprete del actual problema reflejada en las pantallas, siendo asaltado por un tumulto de dudas enormes, para luego salir por el umbral, dejando a solas al sucesor del mejor detective del mundo con la imagen de aquella chica de cabellos dorados.
Una vez que Near sintió la soledad de la habitación a su alrededor, optó por acercarse al micrófono que comunicaba con Misa en su cuarto de retención.
―Debo reconocer que no me esperaba esa jugada por tu parte, Amane. ―recitó con un tono de voz imperturbable. Sin embargo, él sabía que, muy distinto a lo que demostraba, en su interior estaba transformando sus recién descubiertas emociones en algo que no existiera, intentando volver a su normalidad: esa normalidad que lo dejaba indiferente ante todo tipo de «sorpresas».
―No es ningún truco, estoy diciendo la verdad... tú mismo puedes comprobarlo con mi diario.
Near entrecerró los ojos.
―¿Cómo puedo estar tan seguro de que me dices la verdad? ¿Cómo puedo tener certeza de que este diario es real, y que no fue creado para conducir hacia la victoria tus planes? ¿Cómo puedo saber que no es un diario falso? ―todas las preguntas salieron de su boca sin poder contenerse, como si el nudo que se había formado en su garganta pudiera aliviarse liberando todas sus interrogantes.
―No puedes tomar más que mi palabra, y mi confesión. ―repuso ella con la voz cansada, como si estuviera bajando los brazos, rindiéndose hacia un futuro no muy lejano que la conduciría a la perdición. Pero su hijo no tenía por qué padecer sus errores, por eso es que fue ante Near... para salvar a su hijo de su oscuridad, de su castigo. Él no merecía todo lo que ella tenía que pagar ―.Aunque también puedes verificarlo con saber quién es el padre del bebé que estoy esperando, Near...
―¿Cómo pasó lo de Elle? ―la interrumpió, dándose cuenta después de que estaba reaccionando como lo haría un humano cualquiera. Se sintió estúpido, reprochándose por sus impulsos.
―Para eso está lo que te traje. ―contestó simplemente, sorbiéndose la nariz ―.Todo está allí. Hasta hay pruebas de mi confesión en la última página, que está suelta, y no a propósito... ―el semblante de la rubia se ensombreció ―.Esa hoja, es una hoja de algo llamado Death Note.
―¿Ah, sí? ―susurró casi Near, con un tono bastante misterioso. Un brillo de expectación se instaló en sus ojos... ella actuaba como si no supiera de la existencia de la libreta de la muerte. Near quería ver hasta dónde era capaz de seguir con su mentira, porque sí: él tenía la certeza de que ella mentía ―¿Y cómo sabes que esa hoja proviene de una Death Note?
―Lo he escrito allí, pero... ―se detuvo, mordiéndose el labio con fuerza ―¡Realmente no recuerdo haberlo hecho, y tampoco recuerdo nada sobre lo que puse! ¡¿No entiendes? ¡Sólo sé que lo he escrito yo por mi letra!
Tras el repentino desquite de la chica, se instaló un silencio casi doloroso en el aire. Inmediatamente, Near abrió el diario íntimo de la muchacha, posando sus ojos en la primera hoja:
«20 de abril.
Hoy me he sentado a observar a Light dormir. Es realmente hermoso, con sus ojos cerrados y su bonito rostro... todo en él es perfecto. Quisiera que en verdad me amara, y pudiera sentir lo...»
Con un poco de fastidio, empezó a hojear el cuaderno fijándose en las fechas, notando que durante la mayoría del período en que ella que estuvo escribiendo, Elle continuaba con vida. Si bien quería investigar a fondo la «confesión» de Misa sobre su relación con Elle, había algo más importante por lo que había empezado a buscar; y ese algo llegó a sus ojos en la última parte.
Una hoja doblada en pliegues, como una carta, con unas palabras reluciendo en su exterior hecha con trazos apurados y torpes, terminó en sus manos pálidas.
«No abrir en presencia de nadie»
Near se lo pensó antes de desplegar la hoja, y miró a su sospechosa.
―Amane. ―llamó ―.Aún no me has dicho todo lo que quieres a cambio de tu aporte sobre el caso Kira.
Misa pareció bajar los hombros, como si estuviera quitándose un peso de encima.
―No quiero que mi hijo nazca en una cárcel. ―dijo en un murmullo, cerrando las manos en dos puños ―, que tenga que pagar por culpa de mis malas decisiones algo que él no tuvo nada que ver. Realmente estoy muy arrepentida, y más cuando recordé que... que yo dejé de sentir ganas de ayudar a Light en cuanto Ryuzaki abrió mis ojos a la realidad... porque todo lo que seguramente hice estaba mal, y la ideología de Light es una completa farsa.
El albino arqueó la ceja.
―Aún no sabemos quién es el padre, Amane. ―recordó él. Después, casi con miedo de que la hoja desapareciera de sus manos con sólo parpadear, la desplegó. Una caligrafía desprolija y apretada se esparcía por todo el área:
«Después de escribir esto, olvidaré por completo todo lo que aquí pone. Seguramente no lo entenderé, pero eso no importa... lo importante es que esto llegue a las manos indicadas y no cometa una estupidez, como ya lo he hecho.
Light es Kira, siempre lo fue, y yo soy la segunda Kira. Yo me contacté con él por cuenta propia al obtener bajo mi poder una Death Note, ya que él castigó de manera justa a los asesinos de mis padres... desde ahí empecé a venerarlo y le ofrecí mi ayuda a cambio de ser su novia. Él no es tonto, claro que aceptó, y más con la amenaza impuesta por Rem, mi shinigami.
El motivo por el que escribo todo esto es porque estoy a punto de renunciar a la Death Note por orden explícita de Light, y con ello perder todos mis recuerdos relacionados a ella. Sin embargo, le supliqué a Ryuk que por favor no eliminara mis sentimientos hacia Ryuzaki... ni que tampoco me hiciera olvidar que estoy embarazada posiblemente de él.
Escribo esto en una hoja de la Death Note para que, luego de tocarla cuando esté leyendo esto, tenga la posibilidad de probar mis palabras viendo a Ryuk.
Por extraño que suene, me siento en paz... no quiero recuperar mis memorias, por lo que jamás quiero tocar de nuevo ese maldito cuaderno. Con sólo recordar que me di cuenta de que Light en realidad es un maníaco y sólo me utiliza para sacar provecho de sus planes, y de que Ryuzaki fue la persona que logró cambiar mi perspectiva de vida y que no merecía morir, me basta. Todo lo demás, lo tendrá que confesar Light una vez lo capturen.
Sólo quedará esperar a que llegue el momento... y a que me crean.
Esto lo hago por ti, Elle... y en honor a ti, también lo haré por mí...»
―¡¿Near?
El grito desgarró el ambiente de recelo que se hallaba en torno al sucesor, quien no le quitaba la mirada de arriba a la mujer de la pantalla. Con todo el tiempo del mundo apagó el micrófono que lo comunicaba con la habitación de la nueva reclusa, y tapando sus gestos con una perfecta cara de póker, ni siquiera se molestó en girarse para hablar.
―Ya era hora de que llegaras, Mello. Te tardaste.
Con una mueca de furia, el aludido chasqueó la lengua: odiaba que Near siempre pareciera estar un paso por delante de él.
―¡Oye! ―ahora era el turno del comandante Rester -en compañía de unos cuantos oficiales más- para gritar. En cuanto entró a la habitación con la respiración agitada después de una maratón de varios pisos, se apresuró en dirigirle la palabra a Near ―.Se adentró al edificio así como si nada, Near, y no supimos có...
―No importa, él ya está aquí. Y por lo visto no ha venido con ánimos de herir a nadie. ―entonces optó por voltearse sobre sí mismo en la silla giratoria, ahora clavando sus ojos en la demacrada silueta de su antiguo compañero de orfanato. Una punzada de... pena atestó contra él: Mello tenía la cara desfigurada. Había estado a punto de transmitir su emoción encontrada por medio de un gesto... pero no ―¿A qué se debe tu visita?
Un gruñido escapó de su garganta antes de proseguir con su diálogo.
―Estuve intentando comunicarme contigo, Near, y no encontré rastros de ti. ―frunció los labios de dolor, aquella quemadura de unas pocas semanas todavía no sanaba del todo ―.Misa Amane ha desaparecido de su apartamento.
―Lo sé perfectamente. ―dijo a cambio, desconcertando momentáneamente a Mello. Juntó las cejas.
―¿Y no pretendías avisarme? ¿En dónde está ella?
Near miró a los oficiales que aún seguían de pie detrás de su competencia para el puesto de sucesor, y se dedicó a pensar su próximo movimiento. Si le decía lo que estaba sucediendo a Mello, era de esperarse que reaccionara de la forma más ridícula y explosiva que pudiera. Sin embargo, estaba la otra parte de su racionalidad que le decía que era lo justo, que él debía saber las cosas... era parte del trato de su reciente «alianza» para poder vencer la tiranía de Kira.
Tomando aire con disimulo, agarró uno de los legos de la mesa de las computadoras y se entretuvo girándolo entre sus dedos.
―¡Habla ya, Near!
―Les pediré, señores, que se retiren y nos dejen solos. ―Tan pronto como la orden salió de los labios del albino, los hombres -con notoria resistencia- salieron del cuarto, siendo el comandante Rester el último en dedicar una mirada severa sobre Mello. Al cerrar la puerta, el muchacho esperó unos segundos, crispando la paciencia de su compañero ―.Será mejor que tomes asiento, Mello. Lo que te voy a decir a continuación va a ser algo... impactante.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¡Bienvenidos, queridos lectores!
Bueno, primero que nada gracias por haber llegado hasta aquí abajo -si es que lo hicieron- y tomarse su tiempo en leer la historia, no saben lo feliz que me hace publicar por primera vez en este fandom.
No es una sección muy concurrida, por lo que realmente me decidí aportar parte de mí para compartir con ustedes sobre este increíble anime que cambió la vida de muchos. En particular, desde que pensé en Misa Amane junto a L al principio, sentí un poco de negación ya que eran dos mentes muy contradictorias... pero al leer fics sobre ellos, integrarme más en su mundo y ver ciertos "momentos" en el anime, empezó a gustarme.
Y supongo que por ello estoy aquí.
Esta historia, como pueden ver, se remonta en tiempos de la finalización de la cronología, en donde Mello y Near ya decidieron unir sus fuerzas para acabar con la masacre de Kira.
Hay ciertos detalles que debo aclarar: en esta historia, NO transcurrieron los cinco años de espera para que ambos se presentaran ante Light, siendo así que simplemente pasaron cuatro meses desde la muerte de L.
A medida que vaya actualizando, iré aclarando más cosas.
Por ahora, tengo planeado que esto sea un fic de pocos capítulos. Sin embargo, es probable que una vez que se haya terminado, comience a escribir sobre la relación de Mis parte, como requisito. Todo dependerá del éxito de esta historia en particular :) si veo que la cantidad de reviews y favs es considerable, me pondré cuanto antes manos a la obra.
No me queda nada más que agradecer, y por pedir que comenten qué les ha parecido y saber si les ha gustado... ¡nos vemos en la próxima!
Mayqui, ¡cambio y fuera!
