Ya nada es lo que era.

Se recordaba Sakura Haruno mientras veía una guerra en la que no tenía fin, en la que nunca terminaría. La Cuarta Guerra Mundial Shinobi provocada por el maldito Obito.

Todo estaba destruido, no quedaba nada de esa aldea donde alguna vez nació, creció y vivió su juventud. Y a ella ¿qué le quedaba? Ver como sus amigos, sensei moría no era gusto de alguien.

Ahora Naruto y Sasuke luchaban para salvar lo poco que quedaba, este último el que alguna vez fue amigo "fiel" y el amor de su niñez misteriosamente decidió luchar contra el enemigo para beneficio de la aldea.

Raro.

Porque durante años se ha dejado llevar por el odio y por el rencor, y se había negado a volver ante la petición de sus compañeros de equipo. Y ahora venía diciendo que quería ser hokage.

- Voy a volver a la aldea, ayudarla y ser hokage. –decía mientras le daba la espalda, listo para luchar contra el enemigo, listo para convertirlo en el perdedor - ¿Estás preparado Naruto?

- Estoy preparado teme, pero ni se te ocurra pensar que te dejare ser hokage, ¿entendido?

- Eso ya lo veremos, dobe.

¿Qué había pasado? Si verdaderamente tenía la intención de ayudar a los que una vez fueron sus amigos, hurra, pero siempre había un pero, una intención y un beneficio.

No se podía creer que todo fuera maravilloso, como un cuento de hadas y que todo absolutamente todo fuera de color rosa.

Y una vez más, estaban dispuesto a formar equipos ellos dos: Naruto y Sasuke.

No contaría con ella. Ni por mucha experiencia que hubiera conseguido, ni aunque hubiera entrenado día tras día y aprendido las técnicas de Tsuname

Para que…

- Sakura –escucho por detrás de ella, era Ino la que una vez fue su mejor amiga y que en la actualidad lo seguía siendo. – ¿No te parece un poco extraño que Sasuke quiera volver a ser parte de Konoha?

- … ¿raro? Todo aquí es raro, Ino. –Cansada Sakura se dirigió a una zona aparta de toda aquella batalla sangrienta, quería irse, largarse y no seguir con algo que era interminable.

- Sakura , ¿a dónde vas?

- Estoy cansada. Cansada de luchar para nada. Cuando creemos que hemos conseguido acabar con esto, salen con alguna nueva técnica. ¿Para qué seguir? Dime Ino. ¿Quieren luchar? Que luchen, contra eso que esta hay -. Dijo mientras indicaba al monstruo temido por todos.- Hare una técnica de curación para todos vosotros.

- No lo hagas. Ni siquiera tienes más fuerza, se te nota. –dijo preocupada.

- He estado en circunstancias peores, Ino.

Estaba rendida. Si, verdad, para que negar lo evidente.

Pero no era mentira que hubiera vivido cosas peores que esta.

Ni tampoco negaba que hubiera pensado alguna vez, renegar Konoha e irse sabe Dios donde. A alguna aldea como la aldea del viento.

Con la poca fuerza que le quedaba, realizo un hechizo de curación.

Sakura fue desconcentrada por un ruido procedente del bosque, que se encontraba a poca distancia de ella. Un ruido, que aunque no se apreciaba cualquiera con buen oído podría haberlo escuchado.

- ¡Sakura cuidado!

No hacía falta que Sai la avisara. Pudo detener el kunai , que iba en dirección hacia ella, a tiempo.

Rápidamente, se dirigió hacia ese extraño enemigo que quería iniciar una lucha contra ella.

Al adentrándose en el bosque, pudo ver una sombra correr hacia la profundidad del bosque.

Estupendo, lo que me faltaba. Luchar contra un maniático o maniática, inoportuna o inoportuno.

Se estaba ocultando, y para ello camuflando su chakra.

- ¡No te esconda y sal, cobarde! –dijo con coraje- Te juro que si no sales, te saco a patadas.

Y sin pensarlo, Sakura salto por el aire para realizar un golpe en el suelo. Todo vibro a su paso y todos los que estaban en el combate pudieron apreciar aquel detalle.

Su enemigo apareció de la nada, saliendo de su escondrijo como una mancha negra, alta, borrosa para la vista humana y sin poder determinar quien podría ser.

Pero para ella fue reconocible al instante.

- ¿Quién eres? Identificate.

- Sera un placer querida.