Esta historia está inspirada en el relato de Sg91 "El origen de Candace" los pecados mientras más ocultos estén, regresan con mayor fuerza, espero que este relato les agrade tanto como me gusto escribir este primer capitulo, seguí la línea original lo mejor que pude espero
Estaba atardeciendo, y las cortes esperaban en la explanada para testificar que la acusada cumplía con su exilio; la reina y las princesas también estaban allí. Cadenza se presentó enseguida, hecha un mar de lágrimas y llevando consigo unas escasas alforjas; al ver a sus hermanas se echó sobre ellas, cubriéndolas de besos.
-Os quiero, Luna, Tia… os quiero…
-Nosotras también te queremos, Cady…–musitó Celestia.
-No nos olvides…–añadió Luna, soltando varias lágrimas.
-No lo haré… pero prometedme una cosa, cuidad de mi niña, decidla que la quiero, que siempre la querré, contadla lo que pasó, por favor, prometédmelo…
-Lo haremos, Cady, lo haremos…–Uno de los guardas de las cortes las separó.
-Vamos, ya, suficiente…–Cadenza lanzó una última mirada a su madre, la cual apenas se la sostuvo -Ahora, fuera de Ecuestria –indicó el representante de las cortes.
Finalmente ella echó a andar, justo cuando comenzaba a nevar; miró varias veces hacia atrás, buscando a sus hermanas, mientras que el viento comenzaba a levantarse, azotando los copos. Por un momento le pareció oír un llanto llevado por el viento y lloró. Al segundo siguiente extendió las alas y echó a volar, internándose en el bosque, en busca de Will; iría a su encuentro, en lo más profundo del bosque, y se quedaría con él, era lo único que le quedaba. Tras varios minutos largos de volar entre los árboles, llegó a donde estaba el núcleo de población humana, pero tan solo encontró ruina, fuego y cenizas.
-No… no… –musitó entonces.
Tenía toda la pinta de haber sido atacado recientemente, vio a varios cuerpos humanos muertos, algunos calcinados, otros empalados, y el resto desaparecidos. Temiéndose lo peor, gritó.
-¡Will! ¡Will! ¡Responde por favor, Will!
Llegó al centro de las ruinas, nada ni nadie había, tan solo muerte y soledad; Cadenza lloró, negando lo evidente.
-No… no. No, no, no… ¡No!
En ese momento oyó un crujido de madera quemada y alzó la vista.
-¿Will? –susurró.
Estaba cerca, por lo que echó a andar, volviendo a oírlo; al segundo siguiente oyó un tosido y un gemido.
-¡Will! ¡Will!
-Cadenza…
Levantó son su magia un madero medio quemado y vio entonces a Will, vivo y entero, de milagro.
-¡Oh, Will!-masculló ella, abrazándole.
-Cadenza… mi Cadenza… –musitó ella, llorando.
Le explicó que una tropa de soldados pegasos se presentó de improviso y empezó a masacrarlos sin mayores contemplaciones; algunos consiguieron huir, pero se habían dispersado completamente, él consiguió sobrevivir al hacerse el muerto, luego el madero le ocultó de la vista.
-Las cortes… las malditas cortes…-musitó ella.
-¿Las cortes? ¿Desde cuándo hay cortes en Ecuestria? –Ella le explicó todo lo que había pasado, su negativa de boda, la convocación de cortes por parte de su madre, su exilio y la pérdida de su hija.
-¡Me quitaron a nuestra hija, Will, no pude hacer nada por impedirlo! ¡Me condenaron, pero me prorrogaron hasta que naciera, y ahora… ahora…! –Él trató de calmarla, pero también lloró con ella; ahora estaban solos. Y debían de cargar con ello hasta el final de sus días.
1 año después
En una cabaña en lo más profundo de bosque Everfeed, un hombre contemplaba las estrellas, a la vez que tallaba una pieza de madera, de pronto a puerta de la casa se abrió y una Alicornio salió al exterior llevando en un chal a un pequeño potrillo unicornio de pelaje azabache, y crin azulada,
-míralo –dijo la Alicornio al pequeño –he ahí tu padre, tu valiente padre –el hombre se levantó para acercase a Candeza y tomar al pequeño entre sus brazos –es hermosos –con un aire de melancolía miro el firmamento estrellado, solo para soltarse a llorar
-ya mi amor, se lo que sientes –con su brazo derecho la abrazo y con el izquierdo acerco al potrillo hacia los dos cubriéndolos por completo –yo también estoy triste, pero el padre de todo nos ha dado un consuelo –los dos miraron a pequeño que abrió los ojos rojos con un fuerte bostezo que lo hiso desplegar sus pequeñas alas –tiene la belleza de su madre
-y al audacia de su padre –dijo acomodando u cabeza en el pecho de Will –ya…ya mi pequeño Alejandro…vamos a dormir –el hombre asintió mientras recogía su cuchillo, los dos entraron en la cabaña cerrando la puerta detrás de si
10 años después
-¡Alejandro, vamos la cena se enfriara! –dijo Will viendo como su hijo dejaba el hacha que tenía y se disponía a comer sentándose junto a su madre –gracias Candeza,
-vamos a comer –respondió ella contenta mientras su hijo sostenía con su magia el tenedor –Alejandro ¿Cuántas veces te he dicho que no hagas eso? –Dijo al ver como el pequeño trataba de sacar al comida a un lado –tienes que comerte tus vegetales, porque si no hacer ¿Cómo piensas ser grande y fuerte? mi herma …– se detuvo abruptamente mirando a su hijo y comenzó a llorar
-¡mamá! –dijo Alejandro mientras ayudaba a su madre aponerse más cómoda, Will al instante tiro su plato y juntos ayudaron a Candeza a sentarse – ¿estás bien?
-si mi hijito –respondió ella acariciándole su cabeza –vayan a terminar las labores del día, y mañana continuamos con las lecciones de magia –el potrillo asintió, alejándose con su padre que preocupado volteaba esporádicamente
-papá –dijo Alejandro ya alejados de la cabaña –mamá sigue llorando por lo que paso cuándo se conocieron –sorprendido Will se detuvo mirándolo inquisitivamente –es que mamá me conto hace mucho tiempo
¿Qué tanto te conto? –pregunto asustado
-todo…sobre cómo se conocieron…como la obligaron a casi casarse con alguien que no amaba…que la exiliaron, y que…le quitaron a mi hermanita –Will se sentó junto a él, mirándolo con algunas lágrimas, coloco su mano en el hombro de Alejandro
-eres como tu madre –dijo con una sonrisa –siempre termina sorprendiéndome, cuando vayas a conocerla espero le cuentes de nosotros, y de tus aventuras aquí –el negó rotundamente
-papá, cuando vaya a Equestria a ver mi hermana, y a…esa… será para redimir a mi madre –dijo como seriedad, casi escupiendo la palabra abuela –eso lo juro –el hombre se levantó –por ello quiero pedirte algo
-¿sí?
-enséñame a pelear, como los grandes caballeros de las historias que siempre me cuentas –por un momento dudo en hacerlo, pero al ver la mirada de decisión de Alejandro y el hecho de que viven en el bosque everfeeed, y sobre todo como lo podrían tratar,
-está bien hijo –se acercó a un árbol y rompiendo dos ramas largas –comencemos –los dos se pusieron a pelear, así duraron casi toda la noche hasta que regresaron, apenas cruzaron al puerta Candeza dejo caer un plato de madera, en el costado de Alejandro estaba su cutie mark que consistía en una cruz griega rodeada por otras cuatro cruces de la misma forma y menor tamaño, denominadas crucetas, que se encontraba situadas en cada uno de los cuadrantes delimitados por sus Brazos de un color dorado
-hijito mira lo que tienes, pero ¿Qué significa?
-no lo sé Candeza, pero felicidades hijo mío
5 años después
-hijo mío, ya te enseñado todo lo que mi padre y mi abuelo me enseñaron algunas vez –exclamo Will, ambos mirando el amanecer –yo creo que ya es hora que vayas y conozcas Equestria –pero Alejandro miraba en otra dirección
-sí, es hora –se levantaron para regresar a la casa donde Candeza ya tenía una comida servida, los tres se sentaron a comer tranquilamente pero a media hora de estar ahí –madre, padre –los dos dejaron de comer –quiero decirles que pienso irme mañana
-ya sabíamos que este día llegaría –dijo Candeza levantándose de la mesa –déjame solo escribirle una carta a mi hermana Celestia, de seguro ella…– pero el Alicornio la detuvo
-no pienso ir a Equestria, no iré a un reino que te arrojo al exilo sin más, pienso ir a los reinos humanos, por ello quiero su bendición –Will se levantó
-hijo, no sé cómo te retrataran esas tierras, muchos de seguro aún recuerdan lo que paso con el poblado que había aquí cerca, además ¿Cómo piensas ir?
-ya tengo un medio, construí un barco pequeño, además, mamá en enseño astronomía, puedo cruzar el mar si me lo propongo
-hijo reconsidera –lo miro con miedo – por favor no quiero perderte –si embargo ambos se sorprendieron cuando Candaze volvió a entrar por la puerta sostenido con su magia una espada
-esta espada perteneció al padre de Will, y a su vez al padre de su padre –Will se le acerco con tristeza, con solo ver su mirada ella supo que decir –lo se mi amor, pero de todas maneras él tiene que conocer sus orígenes…de ambos –Will se levantó con tristeza acercándose a la chimenea, tomo una cajita sobre ella sacando un crucifico
-hijo, esta es la imagen de nuestra fe, la llevaba cuando atacaron el poblado, ha estado en mi familia por mucho tiempo, mi padre la recibió de un rey muy poderoso –se la colocó en el cuello –esta es mi bendición
-por favor cuídate –Dijo su madre abrazándolo con fuerza –promete que regresaras
-lo hare, pienso regresar –exclamo con convicción en su mirada
-mañana te iras al amanecer y no podremos verte partir –exclamo Will ya acongojado –no nos olvides, jamás
-hijo recuerda que en tus venas corre sangre de reyes –los tres volvieron a sentarse a comer con nostalgia y tristeza, al amanecer Alejandro se levantó lentamente, acomodo sus cosas y cruzo el lumbral de la puerta sin mirar atrás, temiendo que lo hiciera volver, se adentró al bosque, y no tardó mucho en encontrar su embarcación, un formidable drakkar, cuyos remos podía manipular con su magia se subió con rapidez pero antes de eleva el ancla su padre llego
-Alejandro espera –el Alicornio se detuvo para ponerse frente a su padre–toma esto, dáselo al rey de los hombres, pero solo a él – le entrego un pergamino sellado con cera, Alejandro asintió poco después le barco se marchó y solo hombre miraba en la costa como se perdía su hijo por el horizonte
- Allí Donde Otros Muchos Cayeron, Yo Alzaré Mi Victoria –dijo ante ancho mar sosteniendo con fuerza entre sus cascos el crucifico -lo prometo mamá, hare que los ponys paguen por lo que nos hicieron
Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen
