Desinterés

Al principio el futuro bookman era un cínico, cuando llegó a la orden no hizo más que ponerse la alegre fachada que Lavi debía ser y tan sólo se dedicaba a observar porque ninguna de esas personas le interesaba, eran registros que se convertirían en tinta y papel, pero a veces sus hormonas le recordaban que era humano y más que eso: un adolescente.

Y hacia tiempo (más exactamente desde que empezaron a buscar al general Cross) que había descubierto que a sus hormonas les gustaba Linali… nada que le preocupara mucho... por qué…bueno, la tinta y el papel son sólo eso y nada más.

Luego, mientras buscaban a Allen y Linali lloraba desconsolada; había sentido una punzada en el pecho, que se hizo una aguja cuando hallaron a timcanpi, para después ser una puñalada cuando comprendió que el profetizado destructor del tiempo había perdido su inocencia (no es que le importara Allen…para nada).

Más tarde el dolor en su interior se convirtió en un monstruo cuando vio deprimida a la joven Lee y fue entonces que empezó a escupir fuego en forma de palabras.

Los acontecimientos después de eso, sucedieron como en una película acelerada: la posibilidad de haber encontrado "el corazón", la llegada a Edo, Chomesuke, el regreso de Allen, las imágenes que le había mostrado Rhode… y todo se volvio tan confuso.

No podía observar imparcialmente… ¡necesitaba actuar!…

Ya no importaba lo que dijera el panda-Jiji.

Ella, y también los demás, ya no eran tinta sobre el papel.

Linali más que nadie se había metido de a poco y sin invitación en su cabeza, ganándose a sus hormonas (que montaban una fiesta cuando la abrazaba), al tiempo que se apoderaba del corazón que él hacia mucho tiempo creía muerto.

El fingido interés se hizo verdadero y cuando quiso dar marcha atrás, se dio cuenta de que ya no la había.