Disclaimer: Los personajes y el universo son de J.k Rowling, solo me pertenece Martina y el contexto en el que se ven sumidos los personajes. Esta historia es sin fines de lucro, solo por diversión. De Fans para Fans.
Edición de faltas ortográficas. 14-10-2014

Introducción

Severus Snape daba vueltas en su despacho. El fuego de la chimenea crepitaba en la estancia, su rostro no mostraba expresión alguna y su flameante capa le seguía el paso, parecía una bestia enjaulada, enojada, por lo que había sucedido frente a sus propias narices. En un momento de inmersión, se dejó caer sobre un viejo y raído sillón de cuero. En su mente seguían resonando las mismas palabras una y otra vez, como queriendo hacer sentido de toda la situación.

- "Mire, Snape, me tiene harta, no sé si disfruta hiriendo a los demás o no tiene nada más interesante que hacer en su vida, aunque pensándolo bien lo entiendo, usted es un amargado y solitario profesor, no creo que tenga nada más importante en su vida que enseñar, pero ups, aquí va un gran pero, ¡Lo hace como la mierda profesor! ¿Usted cree que es enseñar lo que hace? ¿Escribir los materiales de una poción en el pizarrón y que luego veamos las instrucciones en el libro? ¿Y cuándo nos equivoquemos se jacte de nosotros? Pues le tengo noticias Snape, eso no es enseñar… Y creo que después de tantos años de trabajo, alguien debiera habérselo dicho." - Exclamó enojada una de sus mejores alumnas, ella era, sin duda, la más valiente que había conocido.

Sin perder el temple, Snape solamente miró a la joven, unos ojos desaprobadores se mantuvieron fijos sobre ella mientras respondía, "Fuera de mi clase". Orgullosamente, la muchacha guardó silencio y se retiró de la sala.

Snape nunca le había dado importancia a comentarios sobre su método de enseñanza, pero ¿Porque con ella era diferente? Quizás era la manera en que se lo había dicho, con los ojos brillantes de rabia, la postura firme, tan segura de sí misma… Había algo de él que se proyectaba en la joven alumna.

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