"EL INICIO DE TODO" por Tanina Potter.
Dedicado a mi amiga Lil Granger...
Capítulo 1: NO TE DELATES.
"Pociones" era la clase que más odiaban todos los chicos de la casa Gryffindor. Sobre todo Harry y Ron, dejando en claro que Snape también figuraba en sus listas de los más odiados. Parado frente a ellos, con la misma expresión seria y mezquina de siempre, Snape daba comienzo a la clase moviendo ligeramente la varita para dejar escrito en la pizarra las instrucciones de una nueva poción.
-Bien, ahí están las instrucciones... espero que todos pongan atención y no provoquen un completo desastre.- dijo Snape mirando sobre todo a Neville, quien se escondía tras su caldero más nervioso que antes.- "Veritaserum" es la conocida poción de la verdad... quien la beba, dirá todo lo que se le pregunte, absolutamente todo.
Draco miró a Harry de soslayo y rió por lo bajo, despreciativamente. Le hubiera encantado poner en ridículo a Potter con algunas preguntitas comprometedoras. Ron mientras tanto observaba el caldero de Hermione. Si Snape comprobaba que la chica había hecho bien su poción, de seguro la aplicaría en alguno de los alumnos. "¿Y si decide aplicarla en mí?" se preguntó Ron, imaginando las cosas irreproducibles y comprometedoras que diría. "Estaría perdido, sobre todo por aquello" pensó. Snape se dedicó a revisar los calderos de sus alumnos. Miró con asco la poción de Harry, la de Ron y sobre todo la de Neville y aprovechó de restarle puntos a Gryffindor. A pesar de que a Malfoy no le estaba resultando demasiado la poción (debía ser transparente y la suya era plomiza) no dijo nada al pasar junto a ella. La de Hermione parecía perfecta, pero Snape ni siquiera la miró. O eso pensaron los demás.
-Muy bien – comenzó diciendo.- el tiempo de sus pociones ha terminado. Para probar la efectividad de la mezcla, seleccionaré a un voluntario y tres de sus Veritaserum... ¡Goyle, Finnigan, Granger! Traigan hasta acá sus frascos... - los chicos, rápidamente acercaron sus mezclas al escritorio de Snape. Severus mientras tanto, miraba entre sus alumnos al "voluntario" que se convertiría en su "conejillo de indias". Todos se miraron confundidos.
- ¡Thomas! – exclamó.- Pase adelante.
Dean Thomas, un alumno de Gryffindor, se acercó temeroso hasta el frente del aula y esperó a que Snape le diera a probar una de las pociones elegidas. Tomó el frasco que decía: "G. Goyle" y con la ayuda de un gotario, puso varias gotas de Veritaserum en la lengua de Dean. Rápidamente se pudo notar como la poción de Goyle no servía para nada. Dean comenzó a decir una gran cantidad de palabras a mucha velocidad; cualquier tipo de palabra. "Tres tristes tigres trigo tragaban en un trigal... Je ne sais pas pour quoi... en el tejado hay un gato comiendo lasaña, con dos botas en las orejas... tenedor, cuchara... mira niñita, tengo helado... pis, pis... pzzzz... pzzzz..." y así sucesivamente, hasta que Snape debió introducirle otro líquido en la boca, este de color púrpura azuloso y Dean dejó de hablar como una locomotora.
-Definitivamente, esto no es "Veritaserum" – dijo Snape seriamente. Goyle no sabía dónde esconder la cabeza, pero no recibió ninguna amonestación por parte del profesor.- Thomas, vaya a sentarse.- Dean corrió como un rayo hasta su puesto, aún sorprendido por los efectos de la inútil poción.- ¡Longbottom! – exclamó Snape frente a la clase. – Póngase frente al salón, usted es el siguiente.- la mirada de Snape fulminó al pobre de Neville, quien atemorizado, se ubicó en dónde le habían indicado.
El siguiente frasco sería el de "S. Finnigan". Severus colocó tres gotitas de la poción en la boca de Neville y esperó los resultados. Pero Neville se había quedado callado por mucho tiempo, así que Snape comenzó el interrogatorio.
-Dígame su nombre, señor...
-Pollo.- respondió Neville, con una voz algo más chillona que la de antes. Todos los alumnos prorrumpieron en carcajadas. Snape los hizo callar sólo con la mirada.
-¿Señor Pollo? – preguntó el maestro, sorprendido de la respuesta.
-Sí, señor, soy el "Pollo feliz"... Kirikiiiiii... – cacareó Neville. Sus compañeros volvieron a reír, mientras Neville comenzaba a aletear con sus brazos y a picotear el escritorio de Snape.
-Bien, señor Finnigan... creo que es cero – declaró Snape fríamente. Seamus detuvo su risa y miró tristemente el resultado de su poción. Cuando Neville recuperó la compostura, con la ayuda de unas gotitas ámbar que Snape le dio, éste último llamó a un nuevo voluntario.- Weasley...
"¡Mierda!" pensó Ron. Asustado, avanzó por el pasillo hasta la mesa de Snape. Obviamente la única poción que quedaba era la de Hermione.
-Esto va a estar bueno... – susurró Malfoy a sus compañeros, mientras reían como idiotas.
-Muy bien, señor Weasley – dijo Snape cuando Ron se puso frente a la clase. – Abra la boca...
Ron, obedeciendo a la orden de Snape, abrió la boca y tragó un poco de la poción de Hermione. Se sintió extraño. Como si todos sus pensamientos se aclararan en su mente y el mundo se le hiciera más fácil. Entonces el profesor comenzó a interrogarlo.
-¿Su nombre completo?
-Ronald Bilius Weasley – respondió Ron. Las carcajadas de Malfoy no se hicieron esperar... "¡Bilius!" murmuraba entre risas, "¡qué nombre más idiota!"
-Cállate, Malfoy – le dijo Hermione, quien lo miraba bastante ceñuda.
-Silencio todos – dijo Snape. Luego volvió a dirigirse a Ron.- ¿Edad?
-16 años, 7 meses, 14 días – respondió Ron.
-Muy bien... – dijo Snape.- La poción ha resultado, vaya a sentarse señor Weasley.
Hermione estaba contenta por los resultados. Ron también, no había que decir mucho. Avanzó entre los puestos para tomar el suyo de nuevo. De pronto Malfoy alzó la mano.
-Profesor, con todo respeto – dijo parándose de su asiento. Snape volteó a verlo.-... creo que esas preguntas son muy simples para calificar la poción de Granger... Cualquiera podría haber dicho esas cosas, por que no hay manera de comprobar si miente.
-Guarda silencio, Malfoy – dijo Harry desde su asiento.
-Potter, diez puntos menos por interrumpir la clase... – dijo Snape. Harry lo miró con odio y murmuró para sí mismo, sin que él pudiera escucharlo. – Creo que Malfoy tiene razón. Señor Weasley, vuelva al frente.
Ron, asombrado y furioso, volvió adelante.
-¡¡Pero si lo que dije es verdad!! – reclamó.
-No proteste, Weasley.- dijo Snape, introduciéndole otras gotas de poción. – Bien, ¿Qué podríamos saber?
Malfoy volvió a alzar la mano.
-¿Podríamos hacer las preguntas nosotros? – preguntó, poniendo cara de "no preguntaré nada malo... sólo toda tu vida"
-¿Por qué no dejas de dar ideas, Malfoy? - preguntó Ron desde el escritorio de Snape.
-Silencio... – dijo éste último.- Muy bien, señor Malfoy, ¿quiere hacer alguna pregunta?
-Sí – respondió Malfoy. Su expresión de alegría era difícil de borrar- ¿Cuál es tu punto débil, Weasley? ¿Qué es lo que te haría caer muerto de susto?
Todos murmuraron al momento de que Malfoy pronunció su pregunta. Snape los hizo callar sólo con la mirada. Entonces Ron respondió.
-Las arañas... le tengo terror a las arañas.
Malfoy, Crabbe y Goyle se retorcieron de risa. Harry y Hermione miraban a su compañero entre divertidos y apenados. (N/A: sentimientos encontrados, ¿entienden?) Snape sólo soltó una sonrisa maliciosa.
-¿Te gusta tener tantos hermanos y compartir todo con ellos? – preguntó Lavender Brown desde un extremo de la clase.
-No... pero uno se acostumbra.- respondió Ron.
-¿Envidias a Potter? – preguntó Pansy Parkinson. Harry y Hermione voltearon de inmediato y vieron como ella les dirigía una sonrisa maquiavélica. Luego escucharon la respuesta de Ron.
-Sí.
-¿Hay alguien aquí que te interese más que el resto? – quiso saber Parvati Patil levantando la mano. Todos se la quedaron viendo algo confundidos.- Digo... sentimentalmente hablando.
Los murmullos en la sala no se hicieron esperar. Ron estaba más que nervioso y tenía en su interior más que una lucha. "No debes decir eso" pensaba... mas su boca se dejaba llevar por la poción y pronunciaba: "Sí" Varios rieron y aullaron como lobos. Ron no quería mirar a nadie para no delatarse y sentía que las orejas se le iban poniendo más coloradas. Snape también intuía el nerviosismo de Ron, pero lejos de poner fin a esa situación, quiso seguir torturándolo.
-¿Alguna pregunta más? – preguntó.
Draco Malfoy volvió a ponerse de pie.
-Ya que has dicho que te interesa alguien, quiero saber... ¿Quién es?
Ron levantó el rostro y fulminó con la mirada a Malfoy, quien sonreía mordazmente. "No puedes decirle que es ella" pensó Ron en su interior. "No debe saberlo" Harry y Hermione también se sentían acongojados por aquel instante eterno. No tenían cómo ayudar a su amigo. La boca del pelirrojo se abrió para pronunciar las palabras que lo condenarían para siempre... lo haría, lo diría...
Hasta que el timbre se dejó escuchar y todos los alumnos de la clase de pociones perdieron el interés en las declaraciones de Ron. Los efectos de la poción también se fueron desvaneciendo poco a poco. Hermione se acercó al pelirrojo aún curiosa por las respuestas de su amigo.
-¿Te hubiera gustado tener menos hermanos, Ron?- le preguntó.
"¡Qué extraño!" pensó Ron, "Hermione no quiere saber nada acerca de... bueno, es mejor"
-Sí... dos o tres, pero nunca seis... aunque igual me acostumbro y los quiero a todos.- declaró Ron sonriendo despreocupado.
Harry se había acercado hasta ellos después de guardar sus cuadernos.
-Bien, nos vemos en la biblioteca... – dijo Hermione despidiéndose.- Recuerden que mañana tenemos examen con Binns.
-Sí, claro...
-Creo que sospecho de quien se trata esa chica que te interesa – dijo Harry, viendo cómo Hermione se alejaba.
-¿Sospechas? – preguntó Ron, caminando por los pasillos con su amigo.
-No... estoy casi seguro.- dijo Harry.
Ron se detuvo un minuto a pensar lo que acababa de decirle su amigo. ¿Era tan notorio acaso? Sintió cómo el estómago se le revolvía en su interior y luego se volvía plomo. Desde hace algunos años sentía aquello, pero ahora era más fuerte que nunca. Esperaba que sólo Harry "sospechara" y nadie más se hubiera dado cuenta, sobre todo ella... ella no debía darse cuenta. No por ahora.
-¿Vas a quedarte pensando en la inmortalidad del cangrejo? – preguntó Harry unos metros más allá.- Hermione quiere que estudiemos para Binns...
-Ya voy, ya voy... – realmente estudiar "Historia de la magia" era lo que menos deseaba hacer en ese minuto, pero lo aceptaba con resignación, como muchas cosas que aceptaba en su vida.
La biblioteca del colegio habitualmente estaba repleta de estudiantes, pero esta vez sólo había unos cuántos, entre los que se encontraban Ginny Weasley, la pequeña hermana de Ron, Luna Lovegood, su loca amiga y otra chica que ni Ron ni Harry habían visto antes. O por lo menos no habían reparado en ella.
Hermione les hizo una seña para que se sentaran junto a ella, a un lado de las chicas de quinto.
-¿Qué encontraste? – preguntó Ron al llegar dónde Hermione.
-Este libro de historia... estaba en la sección de libros olvidados o poco ocupados – respondió Hermione. Por el aspecto del libro (de tapas marrones y deshilachado en su encuadernación) parecía que el libro era de los primeros archivados en la biblioteca.
-Debe ser bastante malo o aburrido para que lo tengan olvidado en una biblioteca como ésta.- adujo Harry abriendo sus cuadernos. Hermione frunció ligeramente el entrecejo, pero no dijo nada.
Comenzaron a estudiar con el libro y a anotar lo que les parecía más relevante. Varias veces tuvieron que detener sus apuntes porque Hermione se ponía a leer en voz alta, incitándoles a que le pusieran mucha atención para no tener que soplarles las respuestas en medio del examen. A los quince minutos de estudio, Ron ya estaba fastidiado.
-¿Podemos tomar un descanso? – preguntó estirándose hacia atrás en la silla.
-Está bien, Ron... – respondió Hermione.- Pero si mañana no quieres una "D" en tu examen, podrás seguir estudiando.
Ron entornó los ojos y siguió leyendo los apuntes de Hermione. Pero su lectura no duró demasiado. Tras él estaban Ginny y Luna, observando lo que leía.
-Hola querido Ronnie, hermanito mío – dijo Ginny en un tono demasiado agradable. Luna rió como boba y Harry y Hermione se les quedaron viendo un rato.
-¿Qué quieres, Gin? – preguntó Ron, mirando el pecoso perfil de su hermana.
-Oh, nada, nada, Ron... – respondió, pero a Ron no le convencía mucho el tono de ella.- Sólo preguntarte algo... mira, ¿ves a la chica que está sentada más allá?
Ron miró a la chica que estaba a unos metros de ellos. Pertenecía a la misma casa de Luna, pero no recordaba haberla visto antes en los pasillos. ¿O sí? La chica tenía un aspecto muy normal. Pelo castaño oscuro, liso hasta los hombros, la cara redonda de tez clara y los ojos pardos. Los miraba de soslayo y se ocultaba de vez en cuando tras la revista "El Quisquilloso".
-Lo que pasa es que necesitamos hablarte... – comenzó a decir Ginny, pero se interrumpió de súbito cuando la chica le hizo una seña. Estaba negando con la cabeza y se había puesto de pie, para llegar hasta ellas. Los tres vieron cómo se llevaba a Ginny y a Luna a un lado y les susurraba algo.
-Hoy no... quizás otro día... estoy muy nerviosa.- oyeron que decía.
-¿Nerviosa? – preguntaba Luna en voz alta.- ¿Anna Banana nerviosa?
-Shshsh... – dijo Anna, acallándola.- Otro día, ¿sí?
-Okey – suspiró Ginny. Luego se dirigió a Ron.- No importa hermanito... para otra vez será.
Las vieron alejarse por la salida, cuchicheando como cotorras. Ron miraba a los chicos cómo pidiendo explicaciones.
-¿Qué quiso decir Ginny con "para otra vez será"? – preguntó.
-No lo sé – dijo Harry, alzando los hombros.- Parece que tiene que ver con esa chica...
-Anna... – completó Hermione.
-¿Banana? – preguntó Ron sin poder evitar la risa. Harry y Hermione sonrieron y lo obligaron a seguir leyendo los apuntes del día siguiente ("Son unos aguafiestas" dijo Ron)
Dieron las siete de la tarde y decidieron volver a la sala común. Ginny no estaba ahí así que no pudieron preguntarle que es lo que quería, pero aún así Ron no se salvó de los interrogatorios de sus compañeros de casa.
-Uuuuuuyyyyy... ¡Weasley tiene a una chica en la mira! – exclamaba Seamus Finnigan retorciéndose de risa en el sofá.
-¿Quién es? – preguntó Dean Thomas, siguiéndole el juego a Seamus.- ¿Es de esta casa, Ron?
-¿Quieren cerrar la boca? – exclamó Ron con disgusto.
Pero el descanso no duró mucho. Las chicas también querían saber sobre los sentimientos del pelirrojo.
-Vamos, Ron... a lo mejor y te podemos ayudar a conquistarla – exclamaba Lavender Brown riendo como boba.
-Sí, nosotras somos expertas en eso – rió también Parvati.
-¡No molesten! ¿Quieren? – exclamó algo exasperado.
Harry sólo sonreía detrás de una tarea de McGonagall y se limitaba a observar. Hermione entonces se puso de pie y le dijo a Ron.
-Voy a mi habitación, Ron. Si necesitas ayuda con los apuntes, le dices a cualquier chica y yo bajaré.
-Sí, gracias – respondió Ron, sonriéndole. La vio subir las escaleras hacia los dormitorios y luego se volvió hacia sus propios apuntes. Hasta que escuchó murmullos y risas.
Lavender, Parvati, Dean, Seamus y hasta Harry comentaban la pasada escena.
-"Voy a mi habitación, Ron. Si necesitas ayuda con los apuntes, le dices a cualquier chica y yo bajaré" – Dean estaba imitando a Hermione con unos ademanes muy femeninos y grotescos, mientras los demás reían.
-¿Así que esa es tu nueva conquista? – preguntó Seamus mirándolo con picardía.
Ron no sabía dónde meterse. ¿Qué les había dado a todos por molestarlo? Siguieron fastidiándolo y haciendo parodias amorosas entre ellos hasta que Ron perdió la paciencia y se puso de pie de un salto.
-¡¡QUÉ LES IMPORTA!! ¡¡DEJEN DE MOLESTARME!! ¡ADEMÁS NO TIENE NADA DE MALO QUE...!
Pero se contuvo. Estuvo a punto de delatarse. Sin mirar a los demás y completamente rojo corrió por las escaleras hasta los dormitorios y se metió a la cama con todo y ropa. "No debo decir nada" se dijo mentalmente. "Nada"
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N/A: Bien, este es mi nuevo fic. No sé si tendrá tanta relevancia... (¬¬ ¿relevancia? Ni que fueras Rowling)... Lo siento. Digo, no sé si lo podré llevar tan lejos como el anterior, pero haré lo posible. Doy las gracias a todas las personas que tuvieron la paciencia de aguantarme por tantos meses, sobre todo a mi amiga "Lil Granger", a quien le dedico este primer capítulo.
Atte. Tanina Potter.
Dedicado a mi amiga Lil Granger...
Capítulo 1: NO TE DELATES.
"Pociones" era la clase que más odiaban todos los chicos de la casa Gryffindor. Sobre todo Harry y Ron, dejando en claro que Snape también figuraba en sus listas de los más odiados. Parado frente a ellos, con la misma expresión seria y mezquina de siempre, Snape daba comienzo a la clase moviendo ligeramente la varita para dejar escrito en la pizarra las instrucciones de una nueva poción.
-Bien, ahí están las instrucciones... espero que todos pongan atención y no provoquen un completo desastre.- dijo Snape mirando sobre todo a Neville, quien se escondía tras su caldero más nervioso que antes.- "Veritaserum" es la conocida poción de la verdad... quien la beba, dirá todo lo que se le pregunte, absolutamente todo.
Draco miró a Harry de soslayo y rió por lo bajo, despreciativamente. Le hubiera encantado poner en ridículo a Potter con algunas preguntitas comprometedoras. Ron mientras tanto observaba el caldero de Hermione. Si Snape comprobaba que la chica había hecho bien su poción, de seguro la aplicaría en alguno de los alumnos. "¿Y si decide aplicarla en mí?" se preguntó Ron, imaginando las cosas irreproducibles y comprometedoras que diría. "Estaría perdido, sobre todo por aquello" pensó. Snape se dedicó a revisar los calderos de sus alumnos. Miró con asco la poción de Harry, la de Ron y sobre todo la de Neville y aprovechó de restarle puntos a Gryffindor. A pesar de que a Malfoy no le estaba resultando demasiado la poción (debía ser transparente y la suya era plomiza) no dijo nada al pasar junto a ella. La de Hermione parecía perfecta, pero Snape ni siquiera la miró. O eso pensaron los demás.
-Muy bien – comenzó diciendo.- el tiempo de sus pociones ha terminado. Para probar la efectividad de la mezcla, seleccionaré a un voluntario y tres de sus Veritaserum... ¡Goyle, Finnigan, Granger! Traigan hasta acá sus frascos... - los chicos, rápidamente acercaron sus mezclas al escritorio de Snape. Severus mientras tanto, miraba entre sus alumnos al "voluntario" que se convertiría en su "conejillo de indias". Todos se miraron confundidos.
- ¡Thomas! – exclamó.- Pase adelante.
Dean Thomas, un alumno de Gryffindor, se acercó temeroso hasta el frente del aula y esperó a que Snape le diera a probar una de las pociones elegidas. Tomó el frasco que decía: "G. Goyle" y con la ayuda de un gotario, puso varias gotas de Veritaserum en la lengua de Dean. Rápidamente se pudo notar como la poción de Goyle no servía para nada. Dean comenzó a decir una gran cantidad de palabras a mucha velocidad; cualquier tipo de palabra. "Tres tristes tigres trigo tragaban en un trigal... Je ne sais pas pour quoi... en el tejado hay un gato comiendo lasaña, con dos botas en las orejas... tenedor, cuchara... mira niñita, tengo helado... pis, pis... pzzzz... pzzzz..." y así sucesivamente, hasta que Snape debió introducirle otro líquido en la boca, este de color púrpura azuloso y Dean dejó de hablar como una locomotora.
-Definitivamente, esto no es "Veritaserum" – dijo Snape seriamente. Goyle no sabía dónde esconder la cabeza, pero no recibió ninguna amonestación por parte del profesor.- Thomas, vaya a sentarse.- Dean corrió como un rayo hasta su puesto, aún sorprendido por los efectos de la inútil poción.- ¡Longbottom! – exclamó Snape frente a la clase. – Póngase frente al salón, usted es el siguiente.- la mirada de Snape fulminó al pobre de Neville, quien atemorizado, se ubicó en dónde le habían indicado.
El siguiente frasco sería el de "S. Finnigan". Severus colocó tres gotitas de la poción en la boca de Neville y esperó los resultados. Pero Neville se había quedado callado por mucho tiempo, así que Snape comenzó el interrogatorio.
-Dígame su nombre, señor...
-Pollo.- respondió Neville, con una voz algo más chillona que la de antes. Todos los alumnos prorrumpieron en carcajadas. Snape los hizo callar sólo con la mirada.
-¿Señor Pollo? – preguntó el maestro, sorprendido de la respuesta.
-Sí, señor, soy el "Pollo feliz"... Kirikiiiiii... – cacareó Neville. Sus compañeros volvieron a reír, mientras Neville comenzaba a aletear con sus brazos y a picotear el escritorio de Snape.
-Bien, señor Finnigan... creo que es cero – declaró Snape fríamente. Seamus detuvo su risa y miró tristemente el resultado de su poción. Cuando Neville recuperó la compostura, con la ayuda de unas gotitas ámbar que Snape le dio, éste último llamó a un nuevo voluntario.- Weasley...
"¡Mierda!" pensó Ron. Asustado, avanzó por el pasillo hasta la mesa de Snape. Obviamente la única poción que quedaba era la de Hermione.
-Esto va a estar bueno... – susurró Malfoy a sus compañeros, mientras reían como idiotas.
-Muy bien, señor Weasley – dijo Snape cuando Ron se puso frente a la clase. – Abra la boca...
Ron, obedeciendo a la orden de Snape, abrió la boca y tragó un poco de la poción de Hermione. Se sintió extraño. Como si todos sus pensamientos se aclararan en su mente y el mundo se le hiciera más fácil. Entonces el profesor comenzó a interrogarlo.
-¿Su nombre completo?
-Ronald Bilius Weasley – respondió Ron. Las carcajadas de Malfoy no se hicieron esperar... "¡Bilius!" murmuraba entre risas, "¡qué nombre más idiota!"
-Cállate, Malfoy – le dijo Hermione, quien lo miraba bastante ceñuda.
-Silencio todos – dijo Snape. Luego volvió a dirigirse a Ron.- ¿Edad?
-16 años, 7 meses, 14 días – respondió Ron.
-Muy bien... – dijo Snape.- La poción ha resultado, vaya a sentarse señor Weasley.
Hermione estaba contenta por los resultados. Ron también, no había que decir mucho. Avanzó entre los puestos para tomar el suyo de nuevo. De pronto Malfoy alzó la mano.
-Profesor, con todo respeto – dijo parándose de su asiento. Snape volteó a verlo.-... creo que esas preguntas son muy simples para calificar la poción de Granger... Cualquiera podría haber dicho esas cosas, por que no hay manera de comprobar si miente.
-Guarda silencio, Malfoy – dijo Harry desde su asiento.
-Potter, diez puntos menos por interrumpir la clase... – dijo Snape. Harry lo miró con odio y murmuró para sí mismo, sin que él pudiera escucharlo. – Creo que Malfoy tiene razón. Señor Weasley, vuelva al frente.
Ron, asombrado y furioso, volvió adelante.
-¡¡Pero si lo que dije es verdad!! – reclamó.
-No proteste, Weasley.- dijo Snape, introduciéndole otras gotas de poción. – Bien, ¿Qué podríamos saber?
Malfoy volvió a alzar la mano.
-¿Podríamos hacer las preguntas nosotros? – preguntó, poniendo cara de "no preguntaré nada malo... sólo toda tu vida"
-¿Por qué no dejas de dar ideas, Malfoy? - preguntó Ron desde el escritorio de Snape.
-Silencio... – dijo éste último.- Muy bien, señor Malfoy, ¿quiere hacer alguna pregunta?
-Sí – respondió Malfoy. Su expresión de alegría era difícil de borrar- ¿Cuál es tu punto débil, Weasley? ¿Qué es lo que te haría caer muerto de susto?
Todos murmuraron al momento de que Malfoy pronunció su pregunta. Snape los hizo callar sólo con la mirada. Entonces Ron respondió.
-Las arañas... le tengo terror a las arañas.
Malfoy, Crabbe y Goyle se retorcieron de risa. Harry y Hermione miraban a su compañero entre divertidos y apenados. (N/A: sentimientos encontrados, ¿entienden?) Snape sólo soltó una sonrisa maliciosa.
-¿Te gusta tener tantos hermanos y compartir todo con ellos? – preguntó Lavender Brown desde un extremo de la clase.
-No... pero uno se acostumbra.- respondió Ron.
-¿Envidias a Potter? – preguntó Pansy Parkinson. Harry y Hermione voltearon de inmediato y vieron como ella les dirigía una sonrisa maquiavélica. Luego escucharon la respuesta de Ron.
-Sí.
-¿Hay alguien aquí que te interese más que el resto? – quiso saber Parvati Patil levantando la mano. Todos se la quedaron viendo algo confundidos.- Digo... sentimentalmente hablando.
Los murmullos en la sala no se hicieron esperar. Ron estaba más que nervioso y tenía en su interior más que una lucha. "No debes decir eso" pensaba... mas su boca se dejaba llevar por la poción y pronunciaba: "Sí" Varios rieron y aullaron como lobos. Ron no quería mirar a nadie para no delatarse y sentía que las orejas se le iban poniendo más coloradas. Snape también intuía el nerviosismo de Ron, pero lejos de poner fin a esa situación, quiso seguir torturándolo.
-¿Alguna pregunta más? – preguntó.
Draco Malfoy volvió a ponerse de pie.
-Ya que has dicho que te interesa alguien, quiero saber... ¿Quién es?
Ron levantó el rostro y fulminó con la mirada a Malfoy, quien sonreía mordazmente. "No puedes decirle que es ella" pensó Ron en su interior. "No debe saberlo" Harry y Hermione también se sentían acongojados por aquel instante eterno. No tenían cómo ayudar a su amigo. La boca del pelirrojo se abrió para pronunciar las palabras que lo condenarían para siempre... lo haría, lo diría...
Hasta que el timbre se dejó escuchar y todos los alumnos de la clase de pociones perdieron el interés en las declaraciones de Ron. Los efectos de la poción también se fueron desvaneciendo poco a poco. Hermione se acercó al pelirrojo aún curiosa por las respuestas de su amigo.
-¿Te hubiera gustado tener menos hermanos, Ron?- le preguntó.
"¡Qué extraño!" pensó Ron, "Hermione no quiere saber nada acerca de... bueno, es mejor"
-Sí... dos o tres, pero nunca seis... aunque igual me acostumbro y los quiero a todos.- declaró Ron sonriendo despreocupado.
Harry se había acercado hasta ellos después de guardar sus cuadernos.
-Bien, nos vemos en la biblioteca... – dijo Hermione despidiéndose.- Recuerden que mañana tenemos examen con Binns.
-Sí, claro...
-Creo que sospecho de quien se trata esa chica que te interesa – dijo Harry, viendo cómo Hermione se alejaba.
-¿Sospechas? – preguntó Ron, caminando por los pasillos con su amigo.
-No... estoy casi seguro.- dijo Harry.
Ron se detuvo un minuto a pensar lo que acababa de decirle su amigo. ¿Era tan notorio acaso? Sintió cómo el estómago se le revolvía en su interior y luego se volvía plomo. Desde hace algunos años sentía aquello, pero ahora era más fuerte que nunca. Esperaba que sólo Harry "sospechara" y nadie más se hubiera dado cuenta, sobre todo ella... ella no debía darse cuenta. No por ahora.
-¿Vas a quedarte pensando en la inmortalidad del cangrejo? – preguntó Harry unos metros más allá.- Hermione quiere que estudiemos para Binns...
-Ya voy, ya voy... – realmente estudiar "Historia de la magia" era lo que menos deseaba hacer en ese minuto, pero lo aceptaba con resignación, como muchas cosas que aceptaba en su vida.
La biblioteca del colegio habitualmente estaba repleta de estudiantes, pero esta vez sólo había unos cuántos, entre los que se encontraban Ginny Weasley, la pequeña hermana de Ron, Luna Lovegood, su loca amiga y otra chica que ni Ron ni Harry habían visto antes. O por lo menos no habían reparado en ella.
Hermione les hizo una seña para que se sentaran junto a ella, a un lado de las chicas de quinto.
-¿Qué encontraste? – preguntó Ron al llegar dónde Hermione.
-Este libro de historia... estaba en la sección de libros olvidados o poco ocupados – respondió Hermione. Por el aspecto del libro (de tapas marrones y deshilachado en su encuadernación) parecía que el libro era de los primeros archivados en la biblioteca.
-Debe ser bastante malo o aburrido para que lo tengan olvidado en una biblioteca como ésta.- adujo Harry abriendo sus cuadernos. Hermione frunció ligeramente el entrecejo, pero no dijo nada.
Comenzaron a estudiar con el libro y a anotar lo que les parecía más relevante. Varias veces tuvieron que detener sus apuntes porque Hermione se ponía a leer en voz alta, incitándoles a que le pusieran mucha atención para no tener que soplarles las respuestas en medio del examen. A los quince minutos de estudio, Ron ya estaba fastidiado.
-¿Podemos tomar un descanso? – preguntó estirándose hacia atrás en la silla.
-Está bien, Ron... – respondió Hermione.- Pero si mañana no quieres una "D" en tu examen, podrás seguir estudiando.
Ron entornó los ojos y siguió leyendo los apuntes de Hermione. Pero su lectura no duró demasiado. Tras él estaban Ginny y Luna, observando lo que leía.
-Hola querido Ronnie, hermanito mío – dijo Ginny en un tono demasiado agradable. Luna rió como boba y Harry y Hermione se les quedaron viendo un rato.
-¿Qué quieres, Gin? – preguntó Ron, mirando el pecoso perfil de su hermana.
-Oh, nada, nada, Ron... – respondió, pero a Ron no le convencía mucho el tono de ella.- Sólo preguntarte algo... mira, ¿ves a la chica que está sentada más allá?
Ron miró a la chica que estaba a unos metros de ellos. Pertenecía a la misma casa de Luna, pero no recordaba haberla visto antes en los pasillos. ¿O sí? La chica tenía un aspecto muy normal. Pelo castaño oscuro, liso hasta los hombros, la cara redonda de tez clara y los ojos pardos. Los miraba de soslayo y se ocultaba de vez en cuando tras la revista "El Quisquilloso".
-Lo que pasa es que necesitamos hablarte... – comenzó a decir Ginny, pero se interrumpió de súbito cuando la chica le hizo una seña. Estaba negando con la cabeza y se había puesto de pie, para llegar hasta ellas. Los tres vieron cómo se llevaba a Ginny y a Luna a un lado y les susurraba algo.
-Hoy no... quizás otro día... estoy muy nerviosa.- oyeron que decía.
-¿Nerviosa? – preguntaba Luna en voz alta.- ¿Anna Banana nerviosa?
-Shshsh... – dijo Anna, acallándola.- Otro día, ¿sí?
-Okey – suspiró Ginny. Luego se dirigió a Ron.- No importa hermanito... para otra vez será.
Las vieron alejarse por la salida, cuchicheando como cotorras. Ron miraba a los chicos cómo pidiendo explicaciones.
-¿Qué quiso decir Ginny con "para otra vez será"? – preguntó.
-No lo sé – dijo Harry, alzando los hombros.- Parece que tiene que ver con esa chica...
-Anna... – completó Hermione.
-¿Banana? – preguntó Ron sin poder evitar la risa. Harry y Hermione sonrieron y lo obligaron a seguir leyendo los apuntes del día siguiente ("Son unos aguafiestas" dijo Ron)
Dieron las siete de la tarde y decidieron volver a la sala común. Ginny no estaba ahí así que no pudieron preguntarle que es lo que quería, pero aún así Ron no se salvó de los interrogatorios de sus compañeros de casa.
-Uuuuuuyyyyy... ¡Weasley tiene a una chica en la mira! – exclamaba Seamus Finnigan retorciéndose de risa en el sofá.
-¿Quién es? – preguntó Dean Thomas, siguiéndole el juego a Seamus.- ¿Es de esta casa, Ron?
-¿Quieren cerrar la boca? – exclamó Ron con disgusto.
Pero el descanso no duró mucho. Las chicas también querían saber sobre los sentimientos del pelirrojo.
-Vamos, Ron... a lo mejor y te podemos ayudar a conquistarla – exclamaba Lavender Brown riendo como boba.
-Sí, nosotras somos expertas en eso – rió también Parvati.
-¡No molesten! ¿Quieren? – exclamó algo exasperado.
Harry sólo sonreía detrás de una tarea de McGonagall y se limitaba a observar. Hermione entonces se puso de pie y le dijo a Ron.
-Voy a mi habitación, Ron. Si necesitas ayuda con los apuntes, le dices a cualquier chica y yo bajaré.
-Sí, gracias – respondió Ron, sonriéndole. La vio subir las escaleras hacia los dormitorios y luego se volvió hacia sus propios apuntes. Hasta que escuchó murmullos y risas.
Lavender, Parvati, Dean, Seamus y hasta Harry comentaban la pasada escena.
-"Voy a mi habitación, Ron. Si necesitas ayuda con los apuntes, le dices a cualquier chica y yo bajaré" – Dean estaba imitando a Hermione con unos ademanes muy femeninos y grotescos, mientras los demás reían.
-¿Así que esa es tu nueva conquista? – preguntó Seamus mirándolo con picardía.
Ron no sabía dónde meterse. ¿Qué les había dado a todos por molestarlo? Siguieron fastidiándolo y haciendo parodias amorosas entre ellos hasta que Ron perdió la paciencia y se puso de pie de un salto.
-¡¡QUÉ LES IMPORTA!! ¡¡DEJEN DE MOLESTARME!! ¡ADEMÁS NO TIENE NADA DE MALO QUE...!
Pero se contuvo. Estuvo a punto de delatarse. Sin mirar a los demás y completamente rojo corrió por las escaleras hasta los dormitorios y se metió a la cama con todo y ropa. "No debo decir nada" se dijo mentalmente. "Nada"
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N/A: Bien, este es mi nuevo fic. No sé si tendrá tanta relevancia... (¬¬ ¿relevancia? Ni que fueras Rowling)... Lo siento. Digo, no sé si lo podré llevar tan lejos como el anterior, pero haré lo posible. Doy las gracias a todas las personas que tuvieron la paciencia de aguantarme por tantos meses, sobre todo a mi amiga "Lil Granger", a quien le dedico este primer capítulo.
Atte. Tanina Potter.
