Esta historia se basa en el libro de la escritora española Laura Gallego titulada "Las crónicas de la torre" utilizando los personajes del mangaka Hidekaz Himaruya creador de "hetalia". Ninguno de los dos me pertenece.
Este prologo es un POV de Arthur. Los demás capítulos serán escritos en tercera persona.
p.s: perdón por lo de los signos de interrogación y exclamación (teclado americano)
-El aprendiz de hechizaría-
-PROLOGO-
Ya a pasado unos tres días desde que deje mi casa, mi familia parecía bastante feliz de por fin deshacerse de mi, sobretodo mi padre y mi hermano, ese jodido pelirrojo. Recuerdo bien su gran sonrisa en su rostro, esa sonrisa que solo mostraba cuando me hacia la vida miserable. Poco me importa la verdad, yo tampoco la quería de todos modos, lo que si me dolió fue despedirme de mi madre, esa mujer que parecía que era la única que agradecía mi presencia en la casa.
Esos eran mis pensamientos mientras me iba a mi nueva "casa". Siempre había sabido que era diferente, desde que era pequeño, había podido ver cosas que los demás no, hacer cosas imposible que solo yo podía hacer y eso siempre me hacia sentir especial... Pero a la vez me hacia sentir alejado del resto, diferente, un bicho raro...
Y un noche como cualquier otra, nada la diferenciaba de las demás, nada la hacia ver que seria la noche en que mi destino cambiaría por completo; alguien, a mitad de la noche toco a la puerta. -¿Quien en su sano juicio tocaría la puerta de la casa mas alejada del pueblo a esas horas de la noche? - fue lo que pensé. Mi padre cogió una escopeta de las que utilizaba para la caza y sin abrir la puerta pregunto quien era, el extraño le respondió pero no pude escucharle, de igual manera al parecer dijo algo que a mi padre le hizo abrir la puerta.
- las armas no serán necesarias, señor- dijo aquel extraño señor de túnica gris quien hizo una pequeña reverencia; mi padre bajo el arma, estaba seguro que era por que se sintió importante al ser tratado como un noble por ese extraño.
- ¿Que quieres?- pregunto sin ninguna cortesía. El extraño de la túnica gris sonrió de lado
- Contestare a todas sus preguntas si es que me dejan pasar - miro a mi madre - no querrán enferman - mi madre se sorprendió ante esto y desvío la mirada; mi padre no se dio cuenta de nada y lo dejo pasar, yo me encontraba en las escaleras, observaba todo pero nadie me daba importancia.
Al cerrar la puerta tras de el y mi padre tomo asiento en su sillón cerca al fuego, el extraño comenzó a hablar
- vengo a hablar sobre su hijo, Arthur.
Me sorprendí mucho al escuchar mi nombre, mis padres se miraron extrañados y mis hermanos sonrieron, pensando de que estaba en problemas. El extraño solo sonreía.
- ¿Y se puede saber que a hecho ese mocoso ahora? - dijo mi padre molesto.
- oh! El no ha hecho nada, solo quería hablar de el con ustedes- todos se miraron extrañados, yo seguía sorprendido -" ¿que quería este extraño de mi?"
- quiero saber si a ustedes les molestaría si me llevo su hijo para que estudie en nuestra academia
Si antes todos estaban sorprendidos, ahora no sabían que decir, mi madre fue la primera que reacciono.
- ¿di-disculpe?¿ Quiere llevarse a Arthur a un colegio? ¿Para que reciba educación?
- así es señora, nuestro colegio solo acepta a unos pocos y digamos que su hijo nos a llamado la atención- su sonrisa no se le iba del rostro su amabilidad era desbordante
- no pienso pagar nada para que ese reverendo inútil se valla a "estudiar" - empezó a decir mi papa
- oh no se preocupe por eso, la educación es gratis y no tendrá que preocuparse de nada
Yo aun seguía sin entender nada, ¿que demonios estaba pasando aquí? Es que acaso alguien me quería en su colegio, alguien en serio me necesitaba? Aun no me lo podía creer... Podía escapar de este infierno que estaba viviendo! Podía estudiar y ver el mundo como siempre había querido...
- lo siento, pero el no se va- sentencio mi padre
- pero cariño...
- nada! Aquí necesitamos brazos para cosechar la tierra y aun mas al acercarse el invierno. Que ese inútil haga algo productivo de ahora en adelante; que se ande olvidando del estudio y esas tontería, yo no estudie y aun así nos va bien en nuestra vida, o me equivoco?
Mi madre desvío la mirada sin responder, mis sueños de libertad se derrumbaron en seguida.
- disculpe señor- dijo el extraño- pero creo que no esta viéndolo de una manera que le convenga a usted; el es aun muy niño para hacer esa clase de tareas, solo haría mas que atrasarlos, aparte que seria una boca menos que alimentar. Usted gana de todas maneras.
Todo el mundo se quedo callado esperando la respuesta de mi padre, este se quedo un rato en silencio meditándolo
- esta bien, puede llevárselo. - dijo con desgana
- muchas gracias señor - dijo el forastero, haciendo de nuevo una reverencia al levantarse su mirada se cruzo con la mía, por primera vez le vi la cara. ojos grises e igual que su cabello, su piel tenia una que otra arruga, debía de tener entre sus treinta o cuarenta años, la verdad se me hacia difícil decirlo, pero tenia un aire de jovialidad muy presente en su persona . Se me escarapelo el cuerpo al verle, toda mi familia volteo a verme en ese momento.
- y tu! que haces ahí mirando como idiota? ve a traer tus cosas - grito mi padre - acabemos con esto de una vez.- corrí escaleras arriba hacia mi habitación, la que compartía con mis hermanos, cogi una de las maletas que teníamos y empecé a guardad todo lo que tenia, lo cual no era mucho la verdad. Al rato de haber terminado de preparar mi maleta escuche los pasos de alguien acercarse al dormitorio.
-Arthur? Ya estas listo? - se escucho la voz de mi madre al otro lado de la puerta - mama… - susurre, mi madre entro al dormitorio y me vio, sentado en el piso, con el pequeño saco repleto de mi ropa y mis cosas mas valiosas, que no eran muchas - mi niño… - dijo de forma maternal mientras se acercaba y se sentaba a mi lado - mi niño… - me abrazo fuertemente mientras repetía esas palabras - todo será mejor ahora, ya no sufrirás mas… - podía oír el llanto ahogado de mi madre, la abrase fuertemente yo también, la iba a extrañar mucho - lo siento, lo siento tanto, por ser una cobarde, por no protegerte… - empecé a botar pequeñas lagrimas de mis ojos al escuchar sus palabras - no es tu culpa, no es tu culpa - le repetía una y otra vez, no era su culpa…
-o-o-o-o-o-o-o-o-
-disculpe señor - pregunte un poco cohibido; ambos nos encontrábamos a caballo, yendo a dios sabe donde, ya que desde que iniciamos el viaje mi "Maestro" y yo no hemos hablado mucho, solo lo necesario. El señor de la túnica gris se volteo a verme desde su caballo.
- dime - dijo con una sonrisa en su rostro.
- quisiera saber algo - hice una pausa para saber si podía continuar con la pregunta. El Maestro no hizo ademán para que parara, así que continúe - porque yo?
- por que eres especial - dijo volteando la cabeza hacia adelante - no tienes ni una pista de lo que esta pasando, verdad? - esta vez fue el quien me pregunto, yo negué con la cabeza, mi Maestro sonrío ante esto - ay pequeño, te falta aprender. - se volteo a verme y añadió - puedes ver cosas verdad? cosas que los demás no pueden - yo asentí sorprendido
-como lo sabe? - pregunte.
- te estuve observando cuando pasaba por tu pueblo, el día en que fui a tu casa, el la mañana, estabas en las afueras del bosque, verdad? - asentí sorprendido - te vi hablar con una de las hadas que protegen ese bosque. - mi boca se abrió de la sorpresa - usted puede verlas también!? - pregunte entusiasmado al ver que alguien mas las veía, no estaba loco después de todo - No, no puedo verlas - mi sonrisa desapareció de mi cara en ese momento - pero pude sentirla, son muy pocas las personas que pueden ver a las hadas y a esos seres, ellas no se dejan ver con facilidad, debes de ser muy especial para que ellas se mostraran ante ti. - voltee la cabeza hacia adelante sin poder entender del todo lo que trataba de decirme.
- lo que trato de decirte pequeño - dijo como si pudiera leer mi mente - es que tienes poderes, Arthur, y yo te voy a enseñar a manejarlos. - detuve al caballo por un momento - poderes? - pregunte incrédulo.
-si, poderes - respondió como si fuera lo mas normal de decir - no me digas que nunca habías pensado en la posibilidad? - haciendo caso omiso a la pregunta seguí preguntándole - te refieres a la hechicería? A ser un mago?
- estos años no han sido buenos para la magia - dijo también ignorando mi pregunta - ahora es mas difícil encontrar a alguien a quien enseñar. - escuchaba al maestro sin procesar todo lo que me había dicho - tuve suerte de encontrarte.
- soy un mago - dije en un susurro
- aun no - sentencio el maestro - aun tienes que aprender muchas cosas antes de que seas llamado un "mago consagrado". tu aun eres un aprendiz.
Y lo supe. Supe que mi vida había dado un giro tremendo, cambiándome el destino que tenia de un simple campesino por el resto de mi vida. Ahora era un aprendiz, un aprendiz de hechicería.
~o~o~o~
ya tengo lista la segunda parte, la estoy pasando a la computadora.
no se preocupen, Alfred pronto aparecerá pero debía primero introducirles a la vida que tenia Arthur antes. estoy avanzando mucho en el liceo ya que no tengo nada mejor que hacer y así mato el tiempo, ya son como diez paginas para el primer capitulo.
espero que les haya gustado y que me sigan apoyando, me encantara recibir sus comentarios sobre la manera que relato la historia, estoy tratando de mejorar la manera en que escribo.
bueno, eso es todo. supongo que si me pongo las pilas el próximo capitulo estará para el martes o miércoles (ya esta terminado pero soy una lenta en trascribir cof-procrastinacion-cof)
à bientôt~
- EilskaSKY -
