Gente.
Hola primero. Y algunas aclaraciones antes de que comiencen las festividades:
No, no voy a dejar de actualizar Terminator Team. Mis horarios con ese fic se mantienen incolumnes y con toda prioridad.
No, no me pertenecen ni RWBY ni los personajes de su elenco. Ellos son propiedad de Rooster Theeth.
Si no han leído mi fic anterior, invitados están XD!
Esta es una idea que tenía dando vuelta en las neuronas que quise mostrarles para que vayan viendo si les agrada.
Este es un fic que, por lo menos hasta que termine Terminator team: The year of the Grim, voy a actualizar recién una vez por semana. Si les agrada demasiado, quizá mas seguido incluso, pero la prioridad esta con los "Exterminadores" (Quienes hayan leído mi otro fic, entenderán la referencia)
Espero que les guste XD. No se guarden ninguna opinión, y pónganse el cinturón por que este primer capitulo es brutal!
SALTEMOS A LA HISTORIA!
La líneas de sangre.
Eso era todo. La vida y la muerte de miles de personas, decididas por las líneas de sangre.
Y entre ellas, había solo una línea incapaz de ser catalogada como muy peligrosa, o simplemente muy desafortunada.
Pero aun así tenía que morir. Debía ser erradicada del mundo.
Y esa línea, era algo que todos debía de temer.
Esa línea de sangre era "Alma oscura"
El director Ozpin, cabeza de la academia de cazadores de monstruos, cerró el libro en sus manos suavemente. Miró en su reloj, y se dirigió a la sala comunal.
Era casi hora de recibir a los recién llegados.
Nave de transporte, día.
Jaune se dio cuenta de su situación no bien sacó su cabeza del inodoro.
Había vomitado todo su almuerzo y desayuno en el maldito viaje en la maldita nave. Y ahora, ademas de tener hambre, sentía el grueso y ácido sabor del bilis en su garganta y nariz.
-Odio... Odio mi vida...-Susurró, alcanzándose una toalla.
Se limpió el rostro, y algunas partes de sus placas de armadura con la misma, solo para darse cuenta que el dolor seguía allí.
Entonces, simplemente se mojó la cara y los sitios manchados.
Dios, como le hubiera gustado simplemente ir a pie hasta la academia. Pero no, un integrante de la familia Arc era demasiado burgués para ir por tierra ¿No?
"Maldito seas papa" Pensó, golpeando con el puño la pileta del lava manos.
Algo mareado aún, salió del baño, sosteniéndose en la pared mientras avanzaba hasta los lugares con enormes ventanas. Quizá el ver el bosque le revitalizaría un poco
De pequeño, le encantaban los bosques. Y mas aun los amigos que hacía allí. Pero al parecer, a su familia no, y bien alejado de todo lo que amaba lo habían mantenido para que no viera mas a sus "Amigos del bosque".
Pero independientemente de eso, el ver las cientos de copas de los árboles siempre le levantaba el ánimo.
Sus oídos persiguieron hasta sus límites el mas mínimo indice de conversación, hasta que escuchó dos voces femeninas que llamaron su atención.
Girando levemente su mirada, se encontró observando a una muchacha, de bella figura y abundante cabellera rubia, vestida de forma quizá demasiado llamativa.
Pero detrás de ella, se podía ver una caperuza roja, y escuchar una exaltada voz joven apreciar el paisaje, y la academia de cazadores, Beacon, acercándose lentamente.
Esa chica... tenía un olor particular. Como si fuera algo tentador.
Cerró los ojos con fuerza, y se esforzó en concentrarse en el bosque debajo suyo. El verde siempre le calmaba.
Capítulo 1: La carta del destino.
Beacon, patios exteriores,día.
El patio de la academia fue testigo de como una suave explosión y algunos argumentos hilarantes dejaron a una muchacha de caperuza roja tirada en el suelo, resignada a una mala primera impresión.
Curiosamente, no era de forma muy distinta que el muchacho planeaba empezar su estadía en la academia, así que decidió comparecer.
-Eso no se vio muy bonito. ¿Estas bien?-Preguntó, extendiéndole una mano.
-Ugh... si. No fue nada-Respondió la muchacha, aceptando la ayuda para reincorporarse.
-No muy buena con primeras impresiones ¿No?
-¿No eres tu el que vomitó todo el viaje?-Aunque podría haber sido con maliciosas intenciones, el tono de la muchacha mostraba una inocencia tal que el muchacho rubio no pudo pensarlo de otra forma. Se sonrojó un poco, avergonzado, y simplemente añadió- Yo tampoco. Mi nombre es Jaune Arc, por cierto.
-!Oh¡ El mío es Ruby Rose, encantada- Se presentó la muchacha, mientras se sacudía el polvo de su vestido negro. Mientras hablaban, caminaban por los patios de la academia, distraídos- Así que...
!Yo tengo esta cosa¡- Y sin mas, sacó su arma, una guadaña roja, que también era sniper, y que claramente, la muchacha no olvidó mencionar, orgullosa de decir que fue ella misma quien la diseño.
-Wow... ¿Tu hiciste eso?
-Sip. ¿Que tienes tu?
-Eh...-El muchacho se rascó la cabeza-Solo un escudo y una espada. Y... cortan y aguantan... Y nada mas. Solo eso.
-!Oh¡ Un guerrero clásico.
-Eh... si... podríamos decirlo así- Apreció el muchacho, desenvainando la espada.
-Ya no hay mucha gente que aprecie lo clásico. Es bueno ver a alguien que no se ha dado por vencido con eso.
-Si tu lo dices-De repente, el rubio se dio cuenta de algo-Por cierto...¿A donde vamos?
-Yo te estaba siguiendo a ti.
-Y yo a ti.
-!Llegaremos tarde a la iniciación¡
Beacon, sala comunal, día.
-!Me llaman¡ !Te veo mas tarde¡-Se despidió Ruby, corriendo entre las personas para llegar hasta su hermana.
El muchacho, entonces, se quedó solo en la multitud. Meditando.
Ese olor. Ese aroma que la muchacha desprendía por todo su cuerpo. Era como el olor de las rosas mezclado con frutillas, en una suave danza aromática.
Era la primera vez que olía a alguien así. Y eso no hacía si no causarle dudas. ¿Que ocurría? ¿Por que presentía ese olor?
Si se estaba enamorando a primera vista, o algo así, siempre pensó que sería mas... sentimental. No tan físico.
No. No podía ser algo tan estúpido como eso.
Algo mas le ocultaba el destino, que el no estaba preparado para saber. Aunque algo si le llamaba la atención.
Hambre. Mucha, mucha, hambre.
Y el no soportaba el hambre.
Abriéndose paso entre la multitud, se lamentó a si mismo que tuviera que correr hacia afuera para buscar una cafetería, una tienda, o en ultima instancia, un basurero. Debía comer algo.
!No soportaba estar hambriento¡
Corrió y corrió, con el estómago aullando en agonía, hasta que por fin encontró una tienda.
-!Señor¡ !Deme un sandwich rápido¡
Un anciano atendía la despensa, y le miró de reojo- Son diez créditos.
-!Quince si lo hace en los próximos veinte segundos¡-Casi como si fuera una invocación, el sandwich voló hacia su cara.
Con una gula muy característica de el, devoró el alimento como si no hubiera un mañana.
El viejo salió de su negocio, y se sentó al lado del muchacho- Te ves terrible. ¿Cuando fue la ultima vez que comiste?
-¿Hace unas horas?-Preguntó Jaune, en respuesta- Problemas de mareo a altas alturas.
-Ya veo- Reconoció el anciano, rascándose el mentón.
Jaune, en ese momento, reconoció otro olor, aunque solo fue unos segundos.
Algo como una colonia. Una colonia que le resultaba familiar.
Ignorando esto, terminó su sandwich y tragando con fuerza, continuó- Son quince créditos ¿No?
-No te preocupes-Indicó el viejo, levantando sus manos en negativa- Es tu primer día en Beacon. Tienes derecho a un sandwich al menos. Por cierto, soy Hikson ¿Y tu eres?
-Jaune. Jaune Arc- Aclaró el rubio, rascándose la cabeza-No me gustan las presentaciones.
-Deberás acostumbrarte, por lo que se, siempre se empieza una conversación con un desconocido con una presentación-Sonrió el anciano, mientras se levantaba del suelo y se masajeaba la espalda.
Jaune notó entonces que estaba vestido con un delantal y pantalones hasta mas arriba de la cintura. Era un señor muy viejo.
-Muchas gracias Señor.
-Por favor, tuteame todo lo que quieras- Indicó el anciano, aun risueño, pese al viento que movía sus canosos cabellos- Me harías vivir la ilusión de la juventud de nuevo, muchacho.
-Deacuerdo Señ... digo, Hikson- Le saludó, mientras comenzaba a dirigirse de nuevo al lugar de la iniciación. Con algo de suerte, no se la habría perdido del todo.
Lastima que la suerte nunca estaba de su lado.
Beacon, oficina del director, día.
En la sala del director, Glynda, su asistente, se cruzaba de brazos, incomoda.
-La dejaste entrar. Pese a su edad, estado y antecedentes.
El director Ozpin se inclinó hacia adelante en su escritorio, cruzando sus manos- ¿Por que no? Es una gran promesa, y se graduó de Signal dos años antes de lo normal.
-No es eso. Y lo sabes-La voz de Glynda transpiraba preocupación detrás de su monótono tono- Su ADN es lo que me preocupa. Si es como sospechamos...
-¿Que mejor lugar que aquí para protegerla?-Propuso Ozpin, abriéndose de brazos para luego acomodarse los lentes- Estamos ante la vista de todos, por lo que nadie tratará nada muy vistoso. El gobierno nos protege, y tenemos una de las instalaciones mas seguras del mundo.
-Si. Todos nos miran. Todos de quienes tememos saben que está aquí- Inquirió Glynda, seriamente.
-Y si no, lo sabrían de todas formas, solo que no gozarían de nuestra protección- Concluyó el director, recostándose en su asiento mientras tomaba su taza de café con la mano izquierda- Debes tratar de verle el lado amable a las cosas por una vez.
-Eso nos llevará a problemas, y lo sabes.
-Entonces, bendito sea el desastre-Aclaró el director, finalizando la conversación para así dar paso a otro tema.
Beacon, sala comunal, noche.
Mas tarde, en la sala donde todos dormían, el muchacho simplemente se revolvía en su bolsa de dormir.
No le gustaba la pijama, no le gustaba escuchar a otros mientras trataba de dormir. Y no le gustaba tener puesto su pijama.
Pero era un recuerdo de su madre. Y su madre...
Agua. El agua ayuda a olvidar todo.
Sin pensárselo dos veces, fue hacia el baño, pasando por en frente de otros tres muchachos, con mucho mas musculo, y miró para otro costado.
El olor de nuevo.
Miró hacia su izquierda y encontró a las muchacha de la caperuza roja, solo que en sus propios pijamas, y a su hermana rubia, mirándolo fugazmente con un ademán de asco.
Jaune casi se ríe ante esto. Claro, si una estaba mirando una obra de arte física y se le pasa en medio un pelele en pijamas de niños también haría cara de asco.
Sin dar demasiada importancia al asunto, siguió su curso, mientras la rubia volvía a sus asuntos.
-!Hey¡ !Hiciste algunos amigos¡ Esta ese chico... Jaune. Es un buen muchacho- Derivó la conversación luego de un rato.
-La verdad, creo que Jaune no cuenta como amigo. Creo que cuenta como un valor negativo-Dijo Ruby, tanto como broma, como con doble sentido.
Algo que, pese a todo, escuchó el muchacho. Y le dolió.
Nuevamente la historia se repetía.
No sirves para la alta clase. No sirves para pelear. No puedes activar tu aura. No puedes siquiera concentrarte en sostener tus armas adecuadamente. Si no sabes hacer nada de eso, sin importar lo bien que te portes o hagas las cosas, siempre todos se darán vuelta en contra tuya.
Todos esperan con un puñal en la espalda a quien no cumpla con esos requisitos...
-!No¡ !No pienses¡ !No pienses¡- Se dijo a si mismo, mientras súbitamente comenzaba a correr hacia los baños, sin prestar atención a las miradas conflictuadas que le dedicaban algunos compañeros.
Una vez dentro del baño, se mojó la cara en el lavamanos.
Se refregó con fuerza, y luego tomó del pico, como si hiciera días que no tomaba nada. Después miró su reflejo en el espejo.
El material transparentaba un chico rubio, asustado, casi llorando, con los ojos inyectados en hebras de sangre y el pelo echo un desastre.
No había mucha diferencia entre el chico de hace unos años y el muchacho de hace unos segundos.
Sin embargo, algo le llamaba la atención.
Si, cosas similares le habían pasado antes en sus diecisiete años de vida.
Si, su enojo le había permitido alejarse de aquellos que le habían traicionado, aunque sea solo suavemente.
Pero esta vez, el simplemente no podía estar de todo enojado.
Esa chica Ruby, por alguna razón, la cautivaba con su olor. Olor a rosas y frutillas. Era algo interesante y digno de atención.
Ese anciano, con su olor fuerte a colonia, también le mantenía una cierta sensación de cercanía. Algo que le parecía digno de llamar "Persona amistosa"
Y nada le decía que tuviera que huir. O negar. O cerrarse.
Estaba cómodo con lo poco que tenía. Y una garantía de que podría conseguir mas si se mantenía en rumbo le quitaba toda la oscuridad de sus pensamientos.
Mojándose el pelo, y tendiéndoselo para atrás, el muchacho salió del baño, secándose con papel para las manos.
Beacon, oficina del director, noche
En la oficina del director, esa misma noche, Ozpin, cabeza de la academia, meditaba con uno de sus café nocturnos, mientras Glynda, su asistente, le preguntaba algunas cosas particulares.
-Señor. Entiendo que tenga una buena relación con la familia Arc. Pero ¿No le parece demasiado?-La mujer, de rubios cabellos y vestida muy formal, prosiguió- Nunca ha manifestado su aura. Y de echo, los estudios demuestran que no tiene. Que quizá jamas la manifieste. Ademas que sus habilidades en combate no son para nada envidiables y su currículo deja mucho que desear.
El director simplemente tomó un sorbo de su café, mientras hablaba- ¿Alguna vez escuchaste hablar de el "Alma oscura"? Es un proverbio muy bello si uno se lo pone a leer detenidamente- El silencio de la mujer le dio pie a que continuara- El relato nos muestra acerca de los descendientes de la oscuridad primaria. Aquella nada que no poseía existencia, por lo tanto, no poseía "Dust". Simplemente era un vacío que confirmaba la existencia. Hay quienes opinan que los monstruos son simples conductos de esa inexistencia por convivir con nosotros. Pero el vació solo sabe expanderse. No contactar con lo que existe. Entonces, solo puede anular todo lo que toca.
-No entiendo a donde quieres llegar- Inquirió Glynda, con la mirada seria como si fuera tallada en roca.
-Piénsalo de esta forma. Jaune es el vacío. No tiene poder, no tiene aura, no tiene entrenamiento, ni apoyo, ni voluntad, ni capacidad. No tiene nada. Pero mira al resto que lo tiene todo, pese a que estén incompletos como el, y quiere parecerse a ellos, interactuar con ellos. Ser uno de ellos.
-Pero, siguiendo tu lógica-La asistente tomó asiento, antes de continuar- Jaune solo anulará a quienes le rodean, haciéndolos igual de inútiles que el.
-He ahí la magia del asunto, Goodwich- Indicó el director, apoyando su mano derecha en su sobretodo verde y lujoso- ¿Existe alguien verdaderamente inútil? ¿Alguien que no sea capaz de evolucionar, aprender y crear? ¿Alguien que hunda al resto con el? En mis ojos, aquel cazador que se forma por el apoyo del resto, es el mas importante de todos. Por que no hay ninguna forma que un cazador solo llegue mas lejos que uno que se sirve del resto para avanzar. Y alguien que es una hoja en blanco, ciertamente avanzará así.
-Le tienes mucha fe-Reprochó su asistente- A todos tus alumnos, de echo. Eso te llevará a muchos problemas.
Acomodándose sus circulares lentes, el director tomó su bastón y se levantó de su asiento, diciendo unas ultimas palabras antes de dirigirse a su habitación- Quizá, pero eso es lo que me hace ser un buen director. Hasta mañana.
Beacon, el bosque "Esmeralda", día.
Pensar en su propia estrategia de aterrizaje. Mas fácil decirlo que hacerlo.
Luego de despertar, y de un episodio no muy recordable en los lockers de la academia, todos los aspirantes a cazadores fueron llamados a una prueba en el bosque "Esmeralda", en donde debían encontrar una reliquias y llevarlas de nuevo a la academia.
Sonaba sencillos, hasta dos partes cruciales de la prueba que Jaune no gusto de escuchar.
La primera, había seres del Grim en el bosque, conocidos vulgarmente como monstruos, que rondaban libremente por la zona y que podían matar a cualquier desprevenido. Y eso estaba contemplado como parte de la prueba.
La segunda, y quizá la peor. Serían lanzados desde diez metros de altura hacia el bosque, dejando que ellos planearan su "Estrategia de aterrizaje" sin para caídas, trampolines, o algún dispositivo que amortiguara el golpe.
Y claro, como era de esperarse, la suerte de Jaune solo mejoraba lo suficiente para hacerle sufrir un intenso dolor, y luego vivir.
Por que el muchacho, gritando mientras volaba, vio algo rojo, parecido a una lanza, pasar por encima de el aun en el aire, y se desplomó contra numerosas ramas que fueron haciendo su descender mas liviano, pero no menos doloroso.
Y claro, de cara al suelo, el pobre muchacho tragó tanta tierra que una o dos flores deberían haber dejado semillas en su estomago.
-Pla... bla... pfff...- Tosía Jaune, escupiendo tierra y tallos-Solo... a mi... *Cougth* Bla... me pasan... estas... cosas.
Muy dolido, se levantó del suelo, y recordó las palabras del director de la academia.
"La primer persona con la que se crucen será su compañero de equipo durante los próximos cuatro años".
-A encontrar a ese compañero y esa reliquia.
Sacudiéndose un poco la tierra de su ropa, comenzó a caminar hacia el frente, abriéndose paso entre arbustos y arboles.
Claro que el no reparó en que una lanza roja estaba clavada a dos metros de alto por encima de el, en un árbol.
Por ello, la muchacha que vino a buscar su arma se decepcionó de no haber atrapado nada. Era realmente malo el no poder proteger a un muchacho tan perdido como ese.
De todas las personas con las que se había cruzado en los lockers, ese muchacho rubio le llamaba mas la atención.
Alguien en apariencia tan perdido, tan tonto... y aun así entro en Beacon. Y aun así era un Arc. En su sangre corría ADN de héroes reconocidos en todo el mundo.
Sería grande algún día. Y ella lo sabía. Mejor estar cerca.
Ademas, le caía simpático. De echo, esa era la principal razón.
Pero claro, las chances de que se encontrara con el primero eran de una en un millón, así que decidió concentrarse en la tarea a mano y completar la misión.
Mas adelante, los equipos comenzaban a armarse. Ruby con una muchacha vestida de blanco, de muy alta gama, llamada Weiss (Aunque no muy del agrado de ninguna de las dos), Yang, la hermana de Ruby, con una muchacha reservada y callada, vestida de negro y llamada Blake.
Un chico oriental llamado Ren con su amiga de la infancia llamada Nora. Y Pyrrha, la dueña de la lanza, con un muchacho muy despreocupado llamado Sun. Todos armados.
Y el, como siempre, afuera. Aunque esta vez, como si la suerte le estuviera jugando una carta extraña al destino, ageno a todo esto.
Caminaba entre los árboles, enfilando hacia el norte. ¿O era el este? ¿O quizá el sur?
Era claro que se había perdido. Pero no le importaba. Se sentía bien entre los árboles.
Fue entonces que sintió el gruñido en su espalda, y sin mirar atrás, empezó a correr.
Sus instintos probaron ser ciertos. Un Ursa, enorme monstruo, lo perseguía ferozmente, soltando rugidos entrecortados por sus propios movimientos de persecución.
El muchacho corría desesperado, pasando por entre los arbustos y arboles, sin importarle lo mucho que estos le raspaban o le cortaban. Eran simples rasguños a cambio de segundos mas de vida.
De repente, sentía que todo era mas preciado de lo que parecía, y se encontró rogando a Dios que le dejara vivir unos pocos segundos mas, mientras corría a todo dar escapando del monstruo, quien con pinches óseos en su espalda, y placas de huesos en sus garras y hocico, daba la sensación de ser un oso demoníaco terrible.
Su suerte pareció volver de nuevo a las andadas, por que otro tipo de monstruo, similar a un lobo, se sumó a la carrera, hambriento de sangre.
Claro que luego vinieron aun mas. En su mayoría Ursas, pero también Lobos y otros caninos con características similares a las del Ursa.
Jaune corrió y corrió, hasta que por fin, llegó a una cueva. Y no lo pensó dos veces, antes de encontrarse acorralado dentro de ella. Solo le quedaba correr hacia la oscuridad, rogando que nada hubiera que temer en el fondo de la cueva, y encontrase una salida, o por lo menos un lugar con altura.
La zona a la cual llegó era un sitio con luz suave que entraba por un hueco erosionado en una parte del techo. Era un buen sitio para buscar un escondite.
Pero, increíblemente, los monstruos habían dejado de perseguirlo.
¿Por que? Bueno, se enteró rápidamente al escuchar un rugido estrepitoso a sus espaldas.
Beacon, el bosque "Esmeralda", día.
El director Ozpin les miraba atravez de sus pantallas holográficas... desesperado.
El alumno Jaune estaba en problemas de vida o muerte, mas no podía interferir. Y aunque lo hiciera...
Probablemente debería estar presente en otras lugares.
-!Glynda¡ !Reúne al personal y prepáralos para el combate¡ !Estamos bajo ataque¡
-!Si señor¡ !Alerta roja¡ !Todo personal disponible en posición de combate¡ !Esto no es un simulacro¡ !Repito...¡
Mientras su asistente daba ordenes a todos a quienes llegara la transmisión, Ozpin no podía creer su mala suerte, y la de los estudiantes.
El destino les había jugado una mala pasada, por que, por alguna razón, una horda, al menos de cien monstruos, se dirigía al bosque, sin contar a los que ya habían entrado. Y el detenerlos antes de que entraran tomaría un esfuerzo que no podría ser invertido en la protección de los recién llegados.
El director se encontró rezando para que no fueran muchos los seres del Grim quienes hubiesen pasado el perímetro, por el bien de sus alumnos.
Pero claro, la suerte no sonríe siempre a todos.
Beacon, Cueva en el bosque "Esmeralda", día.
Frente a el, se paró un ser del Grim similar a un escorpión... pero con todo su cuerpo cubierto por una capa ósea y de seis metros de alto.
Cuando el ser le rugió, haciendo ver sus hostiles intenciones, el rubio levantó el escudo instintivamente, bloqueando un golpe de la letal cola del insecto.
La fuerza fue tal que el muchacho salió volando hacia atrás, golpeándose contra la rocosa pared.
Mientras se cubría con su escudo, cerró los ojos fuertemente, y recordó, quizá por ultima vez, su infancia.
Era el bosque de copas rojas, conocido como el bosque de "Otoño por siempre". Un niño rubio corría con una sonrisa en el rostro. Estaba feliz de nuevo-
-!Mamá¡ !Encontré amigos en este bosque también¡
-Jaune...-Le susurró la mujer, tratando de ocultar los golpes en su rostro con maquillaje y luciendo ropa importante, buscando distraer de su figura dañada- No le digas a nadie de tu amigos ¿Entendido? Esta mal que tengas "Esos" amigos...
La imagen era de esa mujer, sentada en el mantel, junto a una canasta, en los rojos pastos del bosque.
Otro golpe de la cola del insecto se hizo presente, apretándolo contra la pared. Desesperado, dio un corte al aire con la espada buscando espantar al monstruo, aunque no lo logró. De echo, solo consiguió enfurecerlo mas.
Volvió a acurrucarse tras su escudo, y llorando desesperadamente, recordó de nuevo.
Miró con terror al monstruo frente a el.
Quería a su mama. A su papa. A todos. Pero nadie estaba. Nadie nunca estaba cuando realmente lo necesitaba. Ahora era el solo, de noche en el bosque de "Otoño por siempre" acorralado contra la pared por un monstruo. Por un Ursa.
Lloraba y lloraba. Mojó sus pantalones, y dejó a sus mocos caer de su nariz.
Al menos, no moriría con mocos, ni orinado, pensó en la desesperación, buscando un alivio. Pero solo recibió otro golpe en el escudo, el cual le hizo golpearse tan fuerte contra las rocas que tosió algo que, si bien era oscuro, el muchacho podía concluir que era sangre.
Aun desesperado, se arrastró hacia otro lugar, buscando esconderse. En un rincón, al parecer, logró su propósito puesto que el escorpión dejó de tantear en la oscuridad, y se dedicó a reposar, como esperando a que saliera.
El muchacho, rogando por otra oportunidad de vivir, cerró fuertemente los ojos, y recordó una vez mas.
El niño, así fuera que el destino se lo impusiera, o siquiera fuera un deseo de acelerar la muerte para no tener que esperar por ella, corrió hacia el Ursa con los brazos abiertos. Y abrazó su ocico, en una posición justa que le cerraba la boca.
Y así la mantuvo por un tiempo...
Hasta que cedió. No el niño. Si no el monstruo.
Para cuando el chico de dio cuenta lo que había echo, el Ursa estaba caído en el suelo. Respirando pesadamente.
Entonces, el niño, contra todo pronostico...
Lo acarició.
Ese fue el primero de muchos amigos. Y el motivo por el cual su familia lo alejó de los bosques, de los lugares abiertos, y lo encerró entre cuatro paredes a estudiar, pelear y ser de alta gama.
A ser un Arc...
El destino a veces te escupe. A veces te da la espalda
Pero no lo hace por siempre. No puede. No debe.
Esa es su única limitación. Ser impredecible en los momentos mas impredecibles posibles.
Y así, fue como lo interpretó el muchacho, abriendo sus morados ojos en la oscuridad. El destino la había dado una carta para que jugara, y el iba a pagar para entrar en la apuesta.
Hora de hacer "Call"
Sin demorar, y mas determinado a morir que nunca en su vida, el muchacho se levantó en la oscuridad, recto e incolumne, frente al enemigo, quien se dio vuelta hacia el y rugió entre sus retorcidos orificios bucales.
Con un miedo increíble palpitando en su pecho, pero con sus pantalones secos y su nariz limpia, el muchacho arrojó su escudo y espada a un lado.
Beacon, profundidades de bosque "Esmeralda", día.
Los equipos estaban haciendo su mas brutal esfuerzo para combatir contra los dos "Nevermore", monstruos con forma de cuervo, de gran tamaño, y letales si se descuida en su contra.
El mas pequeño de ambos, aunque medía unos ocho metros de lago y seis de ancho, estaba dando problemas al grupos de Pyrrha, Sun y Ren con Nora. Esquivaban y eludían los ataques de la bestia, pero esta era feroz, y cada vez mas se acercaba a sus objetivos, furica y sedienta de muerte.
-!Diablos¡ !Pyrrha, sirveme de trampolín¡ !Ren, Nora, hagan de carnada¡ Y por Dios, que esto funcione-Murmuró Sun, el muchacho armado con una vara de combate y vestido con unos Jeans cortos y una camisa abierta.
Si alguien quería protestar,nadie lo hizo. Hubiera sido estúpido ponerse a discutir en esas circunstancias de todas formas.
Ren desenvainó sus cuchilla pistolas, y empezó a disparar incesantemente contra el monstruo, mientras Nora sacaba su martillo bazooka y bateaba árboles (Por mas loco que suene) contra el monstruo, riendo incesantemente como una maniática.
El cuervo gigante esquivaba ambos disparos y arboles, pero no estaba preparado para que, sirviéndose de la fuerza de Pyrrha y sus propias habilidades para saltar, Sun saliera volando hacia arriba, buscándolo en el aire, y dando un giro de trescientos sesenta grados en el aire, golpeara con todas sus fuerzas la cabeza del monstruo con su vara, provocando que bajara al suelo violentamente.
Mientras caía, ordenó -!Ahora¡ !No le den tiempo a pararse¡
Sin chistar, todos obedecieron. Sin pausa, coordinados como si fuera parte del destino que pelearan juntos, atacaron a la bestia, finalizando con el muchacho cayendo sobre ella con un fuerte golpe de su vara.
El gran cuervo dejó este mundo sin un gran lamento, si no con un callado gemido de agonía, quizá demasiado suave.
El grupo se miró los unos a los otros, cansados y satisfechos-Bueno... ¿Buen trabajo?-Dijo Sun, sentado en el pico muerto de su enemigo.
-Eso creo... ¿Y que ocurrió con el otro?-Preguntó Pyrrha, mientras todos miraban hacia la lejanía, en los restos del templo en donde el otro grupo, conformado por Ruby, Yang, Blake y Weiss luchaban contra el "Nevermore" Alfa.
-Solo tu podías venir con esta idea- Apreció Weiss, queriendo incomodar, mientras realizaba con el resto una complicada maniobra para mandar a la chica de la caperuza directamente contra el monstruo.
-¿Puedes hacer el tiro?-Preguntó Ruby, seriamente.
-¿Puedo?-Repitió Weiss, con una macabra sonrisa.
-¿Puedes?
-!Claro que puedo¡-Aclaró, algo ofendida.
El resto fue historia.
La muchacha voló hacia el monstruo, lo atrapó con su guadaña por el cuello, y mientras corría en vertical por unos sellos que la Weiss había echo en la parte de roca del barranco, decapitaba poco a poco a su enemigo.
Hasta que, justo llegando a la cima de la superficie, logró su cometido.
Sin una gran gracia, el cuerpo del "Nevermore" cayó al vacío, mientras todos miraban asombrados a la muchacha, con su capa roja al viento y unas par de plumas negras volando aun a su alrededor.
Todos pensaron que eran del recién muerto. Claro que se equivocaban
La suerte no sonríe siempre a todos.
Detrás de ella, alrededor de ocho "Nervermore" mas aparecieron, volando en círculos sobre los estudiantes.
Sorprendida y aterrada, Ruby saltó hacia abajo, encontrándose con el resto de su grupo, siendo su caída amortiguada por un sello mágico activado por Weiss.
-¿Sabes? Lo de morir juntos que dije hace un rato... era en broma, jeje- Apreció Yang, nerviosa, mientras que detrás de ella, a varios metros, el otro grupo miraba estupefacto la cantidad de monstruos voladores en el área.
-Y yo que pensé que la de recién era la parte difícil- Dijo Sun, rascándose la cabeza.
Esto era malo. Muy, muy malo.
Ya bastante les había costado detener a dos. Ocho... eran un número muy grande.
Y entre ellos (Como si fuera poco) Un noveno se hizo presente, mas grande que el resto, aunque del mismo tamaño que aquel muerto a manos de Ruby.
Un segundo alfa entre los cuervos.
Y, en las laderas del risco, una enorme cantidad de lobos monstruosos, seguidos por unos cuantos Ursa, se asomaron, listos para saltar al ataque, gruñendo en furia. Entre ellos, dos grandes serpientes, de varios metros de largo y ancho, una de color blanca y la otra negra.
-¿Esta se supone que es la prueba de iniciación?-Preguntó Blake, algo irritada.
-Es un suicidio- Susurró Ruby, apretando su guadaña.
Si iba a morir, sería con su arma, echa con sus propias manos.
Todos miraban el oscuro panorama, mientras aguardaban el segundo en que el caos comenzaría.
No se esperaban lo que percibieron sus oídos.
-!Eh¡ !Tu¡ !Si tu¡ !La gallina de plumas negras de ocho metros¡- Como si hubiera entendido, el "Nevermore" mas grande le miró furtivamente. Todos observaron, tanto Grim como alumno, a Jaune Arc, saltando y moviendo los brazos enérgicamente, como si llamara la atención del ser de alguna forma particular, desde un detrás del grupo de Sun- !Quieres un pedazo de esto¡ !Lo sabes¡
!Ven por el¡
Sin mas, corrió hacia los árboles, mientras con un graznido, el alfa entre los monstruos aleteaba hacia arriba, dando señal a los monstruos de atacar.
El supuesto sacrificio del muchacho les había dado un respiro de los cuervos, que quizá ordenados por algún código de su alfa, de alguna forma ofendido, o apuntando a la presa mas fácil primero, volaron todos hacia el rubio, en vez de hacia el resto.
-Hermanita. Si sobrevivimos a esto, tendrás que arrepentirte de lo que dijiste ayer-Bromeó Yang, sus nervios traicionando su humor al sentir como sus puños temblaban.
Pero a Ruby esto no le hacía ninguna gracia. Culpa y miedo bailaban en su pecho.
Ajeno a esto, el muchacho esperaba entre los arbustos, también nervioso, pero ahora con un plan. Si dio vuelta, y habló rápido. Y nervioso.
-Bien. Escuchen todos. Necesito llegar hasta el pajarraco mas grande. Ustedes, los chicos grandes, vayan a ayudar a mis amigos aya. Ellos son buenos. No los lastimen. Son amigos. ¿Deacuerdo?- Señaló hacia los muchachos mas cercanos, quienes eran Sun, Pyrrha, Ren y Nora. Luego, giró su rostro a la derecha- Ustedes, los que pueden saltar, vayan hasta ese lugar con construcciones-Su mano señaló al grupo de Ruby- Y protejanlas. Hagan todo lo posible por crearles algún puente para que se junten con mis otros amigos. Ellas son mis amigas. No las ataquen. Son buenas. ¿Entienden?-Mientras hablaba, cambiabia su señalamiento a las chicas, quienes ya se encontraban rodeadas por seres del Grim, quienes bajaban ferozmente en su dirección. Los demás monstruos, simplemente las sorteaban, saltaban el risco, y corrían hacia el resto de los alumnos- El resto... mucha suerte. Vienen conmigo. Seremos carnada. ¿Deacuerdo?
Una serie de gruñidos le respondieron. El joven se golpeó la cara con la palma de la mano.
Sun, Pyrrha, Ren y Nora estaban espalda contra espalda. Poco esperaban de su supervivencia ahora, rodeados de monstruos.
Al momento de la carga, aun menos esperaron oir esto:
-!AHORA¡ !A TODO O NADA¡
Gritando, un joven rubio, montando un escorpión gigante, salió a la cabeza de una avanzada de criaturas del Grim... que cargó en contra de sus iguales.
Los muchachos no entendían nada, pero tampoco se pararon a hacer preguntas.
-!Chicos¡ !Los azules buenos¡ !Los rojos malos¡ !Muévanse¡ - Gritó Jaune, encima del escorpión, mientras continuaba avanzando.
El choque de bestias fue feroz. Sin piedad, las garras y los hocicos diezmaban a los monstruos enemigos,que no se esperaban ser atacados por iguales con colores azules en sus placas oseas.
Y entremedio del combate, las figuras de los pretendientes a cazador destacándose con movimientos espectaculares, combinando disparos y golpes melee dignos de películas de acción, se mantenían entre concentrados y confundidos.
Cubrir, atacar, filo, piel, esquive y repetir. Todo resumido a eso, pero mostrando la sincronización en su máximo exponente.
Mientras tanto, Jaune con otros seis Ursa, aun montado en el escorpión, corría hacia el templo en donde las chicas estaban estancadas pelando contra los invasores.
Al parecer, el muchacho había subestimado el número de sus enemigos, que crecía cada vez mas, por lo que no hubo aliados disponibles para saltar en ayuda de Ruby y su grupo.
-!Nuevo plan¡ !Escorpio, te lanzas hacia adelante y te tomas con la cola de un extremo¡ !Te usaremos como puente¡ !¿Podrás aguantarlo?¡-Un gemido del insecto le respondió afirmativamente-!Bien¡ !El resto, sabe lo que tiene que hacer¡-El gruñido de los Ursa fue todo lo que necesitaba para una afirmación.
Esto podía salir mal de tantas formas. Y dependía de la suerte. Algo que el nunca tubo...
Pero si moría, esta vez sería haciendo algo espectacular. O intentándolo hacer algo espectacular.
El destino le había dado una carta, y después de diecisiete años, por fin era su turno de jugar.
-!TODO O NADA¡-Gritó, mientras el escorpión saltaba entre el extremo del barranco y el borde del templo, alcanzando a sostenerse con su cola y pinzas de ambos costados. Se tensó con mucho esfuerzo, haciendo de su espalda una superficie mas o menos sólida, mostrando su color azul en toda su placa- !Aguanta¡ !Nos será por mucho, lo prometo¡
Un graznido de insecto le respondió, aunque se entendió que lo estaba apurando.
Sin pensarlo dos veces, el muchacho corrió hacia el grupo, seguido por cinco Ursas azules.
Las muchachas no se esperaba a un sujeto torpe como refuerzo. Ni mucho menos a otros cinco monstruos de color azul, pero Jaune, nervioso y con miedo en la mirada, se limitó a responder a sus confusiones- !Pasen por encima del escorpión¡ !Rojo malo¡ !Azul bueno¡ !¿Captan?¡ !CAPTAN¡
!MUCHACHOS¡ !VAMOS A HACER LO QUE NOS TOCA¡
Sin mas, e ignorando cualquier comentario al respecto, el rubio pasó de largo a Yang, Blake, Weiss y Ruby, mientras torpemente se cubría de los ataques de sus enemigos en frente con su escudo, rebotando las garras de los lobos y los colmillos de las serpientes. De eso podían encargarse las chicas. El tenía que buscar una presa mas grande.
Come al rey. Gana el partido de ajedrez.
Los cinco Ursa, adelantándose entre mordidas y garrazos, pusieron todos sus patas una encima de la otra, y cuando Jaune saltó encima de ellas, con un rugido digno de cuentos e historias, los cinco monstruos le lanzaron hacia arriba con todas sus fuerzas.
El muchacho, soltando su escudo y sin espada, ascendió, en busca de su enemigo. El único contra el que tenía chances. El único contra el que valdría la pena morir.
El alfa de todos los monstruos. El "Nervermore" gigante.
Las chicas no sabían que hacer ni que pensar. Esto simplemente era demasiado absurdo. Demasiado tonto... y sin embargo, cinco Ursas de azul estaban cubriéndoles la retaguardia, mientras usaban un escorpión del Grim como puente para pasar hacia el otro lado. Una vez ellas, y tres de los cinco Ursa sobrevivientes lograron pasar, el escorpión se retorció sobre su propia cola con mucho trabajo, y se incorporó en el barranco.
Ambas serpientes saltaron hacia el otro lado del barranco también, pero un puñetazo de Yang y sus braceras/pistola, mandó a volar al monstruo blanco, mientras la soga de Blake enredaba otro, dejándolo indefenso en el piso.
En el suelo, Weiss remató con un impecable estoque al cráneo de la serpiente, mientras Ruby alcanzaba a su enemigo en el aire, y cortaba su cabeza (Y todo su cuerpo) en dos.
Una vez cayó al suelo, jadeando, se puso en posición, sorprendida, junto al resto de sus compañeras, que tres Ursas y un escorpión gigante les guardaran las espaldas mientras se reunían con los demás
-!¿Alguien entiende algo de esto?¡-gritó Wess, atacando a un lobo mientras un Ursa lidiaba con otro a sus espaldas.
-!No¡ !Y eso lo entiendo aun menos¡-Señaló Ren, esquivando la garra de un Ursa, quien fue luego muerto por la cola del escorpión.
Pero Ren no se refería a eso. A lo que se refería, y fue algo que todos miraron por unos momentos, antes de continuar combatiendo, fue a Jaune Arc, el pelele, el miedoso, el inútil, el tonto, volando en el aire al encuentro del "Nevermore" mas grande... desarmado.
Luego, continuaron el combate.
Hay momentos en que le destino te odia. Hay momentos en que la suerte te escupe en la cara.
Pero, así sea un día, o diecisiete años, ambas tienen que sonreírte en algún momento. Nada dura para siempre. Sin importar lo malo que sea...
Y así lo pensó Jaune, mientras se tomaba del pico del "Nevermore" con todas sus fuerzas, impidiendo que se abierta.
Tratando de graznar, el cuervo gigantesco aleteaba violentamente, mientras con sus afiladas garras, trataba de deshacerse del muchacho, quien desesperadamente movía las piernas, esquivando cortes mortales, pero no raspones ni heridas.
-!No vas a derribarme¡ !TU SERAS MÍO¡-Declaró el muchacho, aferrándose a el con todas sus fuerzas, mientras el cuervo, como aceptando un desafío, tomaba altura y luego descendía sobre la zona.
Pasaron por encima del combate, en donde el resto de los "Nevermore" se hacía presente. Y entre los alumnos, supieron que ni por espada ni por Grim aliado ganarían el combate. Alea Jacta Est. La derrota era cuestión de tiempo. Eran demasiados contra muy pocos.
Mientras, en el aire, Jaune hacía todo lo posible por no soltarse, a lo que el cuervo giraba a gran velocidad, buscando deshacerse de el.
Luego de unos minutos de forcejeo, grito y esfuerzo, el monstruo decidió acabar con su problema y descender entre los arboles, para estampar al muchacho contra las ramas.
-!Eso es¡ !Vamos aya¡-Gritó el joven, viendo su plan realizado. Si, se golpearía. Se lastimaría. Quizá hasta se quebraría. Pero el impulso lo enviaría al lomo de la bestia si tomaba en el tiempo justo. Precisamente a donde debía llegar.
Con un sonido de dolor, ambos entraron en pleno vuelo y planeo contra el bosque "Esmeralda", chocando arboles y ramas por igual.
Jaune hizo lo posible por no soltarse, pero llegó el momento, y luchando contra su miedo, se liberó del ocio cuando el árbol contra el cual se encontró le elevó unos instantes.
-!TODO O NADA¡-Gritó una ultima vez, mientras su cuerpo se dirigía por encima del monstruo. Con mucho esfuerzo, alcanzó a tomarse de las plumas del cuello, y con todas sus fuerzas, tiró para posicionarse encima de el, sentado.
Incomodo por la nueva ubicación del peso, el cuervo graznó con furia, y se elevó en el cielo, varios metros, y cada vez mas hacia arriba.
-!TU TE LO BUSCASTE¡-Gritó Jaune, mientras, en vez de agarrarse de sus plumas, se tomaba se sus ojos. El cuervo siguió ascendiendo, pero cada vez mas, la manos se incrustaban en sus ojos, despidiendo sangre y liquido para todos lados. El dolor se hacía presente en los quejidos de la bestia y los gritos del muchacho. Cuando llegaron a una altura cercana a las nubes, el monstruo paró de subir, ya ciego- !ESCÚCHAME¡ !AHORA NO PUEDES VER¡ !SI QUIERES VIVIR, DEBERÁS CONFIAR EN MI¡ !AHORA, VAMOS ABAJO¡ !AHORA, O ACABARÉ CONTIGO Y MORIREMOS LOS DOS! !Y NO QUIERO MORIR¡ !Y TU TAMPOCO¡
El Grim no entiende palabras. El Grim no entiende razones. El Grim esta vacío...
Entonces ¿Por que respondió a Jaune ese día como si hubiese comprendido el mensaje?
El destino a veces nos da una carta para jugar. Y la de Jaune are azul, como el color de los huesos del ave gigantesca, al bajar en picado, con un nuevo jinete.
Beacon, profundidades del bosque "Esmeralda", día
El combate ya era una medida desesperada de comprar tiempo para que un milagro sucediera. Ya nadie estaba exento de heridas, y algunos estaban realmente graves.
De los aliados inesperados, pocos quedaban. E incluso el escorpión mostraba signos de agonía en estos momentos, en los cuales los combatientes de ambos bando hicieron una ultima reunión en medio de la vorágine.
-Nunca... pensé... morir peleando... junto a un Grim...-Susurró Blake, espalda contra Yang, quien apenas si podía pararse.
-No puedo morir aquí. No hoy... no puedo decepcionarla...-Se repetía Ruby, dolida por sus heridas, pero negándose a caer.
-Bien. Excelente primer ultimo día... genial, Beacon- Apreció Sun, estirando sus bien formados, y heridos brazos.
-Yo pensé... que el fin... sería, distinto...-Murmuró Pyrrha, sostenida por Nora, apenas con fuerzas para agarrar su escudo.
-No me caeré tan facilmente- Se repitió Ren, en posición de combate, pese al dolor de sus manos- Nora. Te protegeré , tu cubre a Pyrrha.
La muchacha enérgica, quien toda su vida había sido un huracán de sonrisas y emociones, por primera vez, estaba seria y preocupada, asintiendo, ya con su arma en una mano.
-!Este es el fin de una Schenee¡-Exclamó Weiss, en una posición de combate digna de un esgrimista profesional, pese a la mordida en su espalda y la re abertura de la herida en su frente.
Yang, recurriendo a lo ultimo de sus fuerzas, se levantó por si sola, caminó hasta su hermana, y le dijo- Ruby. Esto no puede ser el final. Así que deja de decir eso. No moriremos hoy. Hoy pelearemos hasta que se rompan nuestras armas. Te cubriré-Y miró su costilla, sangrando- No te preocupes- Ella sabía que estaba mintiendo. Que no llegaría a darle una buena cobertura de la retaguardia. Pero confiaba en ver una oportunidad para salvar a su hermanita...
Antes de que la gran sombra la llevara.
Pero claro, nadie esperaba que la gran sombra fuera la salvación de todos.
Por que, precedido por una gran figura imponente que tapaba el sol, el gran "Nevermore", ahora ciego, descendió entre los cazadores y los seres del Grim, graznando con fuerza.
En su lomo, con las manos ensangrentadas y la espalda corvada hacia adelante, Jaune Arc, salpicado de rojo en todo el rostro y el pecho, con los ojos húmedos por las lagrima y el miedo, miró a sus enemigos con euforia- !VAYANSE¡ !ESTE BOSQUE ES MÍO¡ !MÍO¡-Gritó.
El cuervo, con la sangre deslizándose a ambos lados de su cuello, graznó con mucha potencia, e increíblemente, el resto de los seres del Grim, aunque algunos heridos, agacharon su cabeza y se retiraron hacia atrás, como retados por un ser superior.
Incluso los otros cuervos gigantes se retiraron hacia atrás, temerosos.
Solo se quedaron los que llevaban color azul en las placas blancas, ahora dóciles cual animal domestico.
Los cazadores miraron con desconfío a sus nuevos aliados, aun incómodos, pero fue Sun quien se agachó primero frente a un Lobo monstruoso, y le extendió su dolida mano- ¿Tu me ayudaste, amiguito?
Casi como si lo hubiera conocido de toda la vida, el monstruo le lamió el rostro.
Pese a esto, no había tiempo para investigar a sus salvadores. Tenían heridos que atender.
Ruby, desesperada, buscó a su hermana...
Quien, sorpresivamente, era cargada por varios Ursa en sus espaldas, junto con Pyrrha y Blake.
-Debemos... esperar... por el resto ahora...-Susurró el rubio, bajándose del cuervo gigante... antes de caer contra el suelo, desvaneciéndose, tanto por la perdida de sangre, como por el miedo, cansancio y adrenalina. Tenía mucho por lo cual desmayarse.
Beacon, oficina del director. Horas mas tarde. Atardecer.
Ozpin miraba su pantalla, intrigado.
No había ninguna baja. No había nadie lastimado gravemente, a no ser algunas cicatrices, que al parecer no molestaban estéticamente a nadie.
Si bien el combate contra la horda del Grim había sido feroz, lo mismo debía reportarse en cuanto a baja en el frente del personal que se encargó de erradicarlos.
La suerte les había sonreído. Y mas aun...
Tal como si hubiese sacado la mejor mano de la mesa de poker, era lo que había pasado con respecto a sus alumnos.
Y con respecto a Jaune.
El director miró de nuevo la anécdota de el "Alma oscura".
No podía ser. Esa línea de sangre ya había desaparecido de la tierra... no había manera en que eso fuera realidad.
Pero ahí estaba. Y los videos lo mostraban de manera muy vivaz.
Quizá, lo único lamentable, es la experiencia de una muerte casi segura que tuvieran que enfrente los alumnos. Eso no era bueno de enseñar el primer día.
Pero tenían sus vidas. Todo gracias a su valor, su perseverancia...
Y a Jaune Arc...
Y sus amigos...
Beacon, la enfermería.
Abrió sus ojos pesadamente.
Se sentía abrumadoramente pesado, y mantener sus ojos abiertos era una tortura.
Pero aún así lo hizo. Los recuerdos de lo sucedido en el bosque inundaron su conciencia.
Espantado, trató de sentarse, pero un dolor punzante en su pecho le indicó que no lo hiciera.
-Se lastimó demasiado, señor Arc- Indicó la voz del director, parándose de su silla al lado de su camilla.
Confundido, y temeroso, el muchacho habló- ¿Que ocurrió?
El director suspiró largamente, con una sonrisa en los labios y un café en la mano- Quienes debían ser atendidos fueron atendidos, y ahora te esperan en la salida. Listos para darte las gracias.
-Genial. Director... tengo una pregunta...-El rubio no estaba del todo cómodo con hablar de esto- Los muchachos... estaban muy... ¿Enojados?
-¿Enojados? ¿Por que, señor Arc? La ultima vez que me fijé, uno no podía enojarse con alguien que le salvó la vida.
-Es que... mis "Amigos" no son... muy queridos... en ningún lado.
-Todo aquel que salva a mis alumnos, cumple las normas, y protege al prójimo tiene lugar en mi academia- Sonrió el director, mientras caminaba hacia la ventana, corriendo las persianas- Sea humano, faunus...-Detrás del vidrio, se traslucían las imágenes de un escorpión gigante, espectante tras el vidrio, esperando por el-O Grim. Hasta mas tarde, señor Arc.
Sin decir mas nada, el director abandonó la habitación de la enfermería, indicando en la puerta- Está despierto. Pueden pasar.
Una vez hubo salido, entraron lentamente, como si no quisieran romper nada, todos los alumnos que estuvieron en el bosque, con excepción de Yang, Pyrrha y Blake, que aun estaba internadas, y Ruby, quien estaba con su hermana.
El destino tiene muchas cartas. Y puede que siempre te muestre sus peores manos.
Pero hay algo acerca del destino y la suerte de lo cual siempre se puede esperar.
Que sea inesperado. Y que tarde o temprano, llegue tu turno de jugar tus cartas.
Y Jaune había jugado la suya.
Ahora debía ver que le deparaba el siguiente turno.
Fin del capítulo.
¿Que les pareció?
Como primer puntapié de una historia mas centrada en los aspectos del Grim, claro.
¿Les gusto la escena de acción? ¿La odiaron? ¿Mucha sangre?¿Poca sangre?
¿Les pareció fácil de leer?¿Los personajes del elenco son creíbles?
No se guarden ninguna opinión ni petición de futuros sucesos en la historia, que todas serán leídas y consideradas :D. Al igual que con las criticas. Todo me sirve para mejorar, así que no se guarden ninguna opinión por mala que sea XD.
Espero que les haya gustado, y hasta la próxima XD.
NOS VEMOS!
