Capítulo 1

Después de derrotar al emperador Anglar, el equipo Star Fox, compuesto por Fox Mccloud, Falco Lombardi, Slippy Toad y Krystal, volvió a reunirse de nuevo. Todo iba a las mil maravillas, hasta que un día, Krystal no pudo soportarlo más y le dijo a Fox que volvía con Star Wolf, pues la tensión en su relación era palpable, y a partir de ese día, nada volvió a ser lo mismo, pues todos estaban desanimados, en especial Fox, ya que fue el amor de su vida.

Cuando Krystal avisó a Wolf de que iba a volver, Panther, naturalmente, se puso muy contento, puesto que amaba a Krystal, y para celebrar su vuelta, organizaron una gran fiesta.

Con todo esto, unos meses después de aquel duro golpe para ellos, los chicos de Star Fox retomaron su trabajo salvando el mundo de las amenazas, aunque solo fueran amenazas menores. El único que no participaba era Fox, siempre estaba en su habitación llorando perdido en su mundo, solo salía de su habitación para comer (aunque no comiese mucho) y luego volvía a su rutina.

Falco y Slippy intentaron ayudar a Fox a superarlo, pero todos sus intentos fueron en vano y acabaron perdiendo toda esperanza, nada podía animarle y temían que ese fuera el final de Star Fox, necesitaban un rayo de esperanza.

(En la Tierra)

−Ya no puedo aguantar más, no quiero que Fox sufra −me dije a mí mismo−. Llevo meses observándolo gracias a mis poderes y no hace ningún progreso.

Yo, David, soy un chico que sabe utilizar muy bien la magia y otros tipos de armas, y modestia aparte, generalmente sé de todo, pero lo que realmente me mortifica es que soy distinto a los demás. Afortunadamente, tengo dos amigas que también son como yo, así que cuando salimos a la calle nos vemos obligados a ocultar nuestra identidad por miedo a que nos discriminen y nos tomen como amenazas para la Tierra (lo típico que diría la gente normal al ver que alguien no es como ellos, que no mucha gente es así).

Una cosa que nos caracteriza, es el extraño color de nuestro pelo, yo, por ejemplo, al principio tenía el pelo negro, pero cuando descubrí que era "distinto" mi pelo empezó a cambiar a blanco con algunos tonos rubios, o sea que se me quedó el pelo blanco con mechas rubias, y al ser ese desde entonces mi color natural, llama mucho la atención. Y siguiendo el mismo patrón, el pelo de mi amiga Oihane es marrón con una especie de morado lila muy raro y el de Soukaina es negro y azul.

Nosotros tenemos una gran responsabilidad, pues sabemos muchas cosas que el ser humano aún no sabe, pero si las contásemos, el tiempo y el espacio se volverían locos, así que es una carga que tenemos que llevar el resto de nuestra vida.

Un día, experimentando con mis poderes, descubrí una cosa que me sorprendió mucho, pues al parecer, los universos de los videojuegos, anime, etc. existen de verdad en esta vida, pero la pregunta que siempre me rondaba por la cabeza es: ¿Cómo es posible que a los creadores de esos juegos, anime, etc. se les ocurrieran todas esas magníficas ideas, y a la vez, no fueran conscientes de su verdadera existencia? Yo tengo varias hipótesis respecto a ello, y una de ellas sería que el destino de la vida tiene que ser así, que aunque no lo parezca todo está planeado.

Las únicas personas que saben que somos "especiales" somos nosotros mismos, nadie más lo sabe, ni siquiera nuestra familia, y a consecuencia de ello hemos tenido que escondérselo también.

−Muy bien, ya basta de pensar en mi vida, voy a comer un poco y luego a llamar a Oihane y a Soukaina.

Me levanté decidido de la cama, me vestí con rapidez y fui a la cocina a prepararme algo, puesto que estaba seguro que pasaría tiempo sin probar la comida de La Tierra. Después de acabar de comer con mi familia, cogí el móvil para llamar a Oihane y a Soukaina.

−Chicas, necesito vuestra ayuda para algo importante.

−¿De qué se trata? –preguntó Oihane.

−Luego os cuento, quedamos en el patio del instituto. Es el sitio perfecto para teletransportarse, ya que es muy espacioso –contesté yo.

−¿A dónde nos llevas esta vez?, me das miedo –dijo Soukaina.

−No es nada malo, os lo prometo, vosotras id – dije yo.

−Okey –dijeron las dos a la vez.

Yo llegué el primero al instituto, puesto que vivo al lado, así que esperé unos minutos hasta que por fin Oihane y Soukaina llegaron.

−¿Pasa algo, David? –preguntó Oihane.

Inmediatamente, me dispuse a explicarles a mis queridas amigas lo que le pasa Fox en estos momentos.

−Ajá –dijo Soukania.

−Pobrecito, tenemos que hacer algo –respondió Oihane tristemente.

−Entonces nos vamos al sistema Lylat, aunque vamos a tardar un poco ya que está en el centro de la Vía Lactea –les dije.

Entonces, los tres nos colocamos en un círculo para hacer el conjuro de teletransportación, asegurándonos con antelación de que no había nadie alrededor. Luego nos concentramos y el suelo empezó a brillar formando el idioma de la magia con otros símbolos a su alrededor como la estrella de David y empezamos a flotar en el aire, desapareciendo poco a poco.

−Muy bien, ya he configurado la ruta, ahora solo hay que esperar –informé.

−¿Cuánto tiempo tenemos que esperar aproximadamente –preguntó Oihane.

−Con la magia de los tres, alrededor de 15 minutos.

−David –me llamó Soukaina un tanto preocupada.

−¿Pasa algo Souka?

−Noto un aura maligna alrededor del espacio exterior, ¿la notas?

−Ahora que lo dices… Es un aura que nunca había notado antes.

−Y se va acercando a nosotros por momentos –dijo Oihane.

−Será mejor que activemos el campo de fuerza –dijo Souka previsiva.

−Ya es tarde. Supongo que ya sabe a donde vamos, pero será mejor que no descubra nuestra identidad –dije preocupado.

Actué rápidamente e hice un conjuro de protección. De repente la extraña aura maligna desapareció al instante, y les dije a Oihane y a Souka que seguramente el sistema Lylat tendría algún tipo de problema.

−¿Qué vamos a hacer? –preguntó Oihane.

−Lo primero es ayudar a Fox y luego… −dije mirando abajo.

−Ya pensaremos en algo cuando llegue la hora, ¿no? –sonrió Soukaina.

Yo seguía mirando al suelo, y empecé a reír sin más.

−David, eres de lo que no hay, –rió Soukaina.

−Ya hemos llegado, bienvenidas al mundo del juego Star Fox –dije yo.

−Cuantas naves hay, definitivamente éste no es nuestro universo –murmuró Oihane.

Nos dirigimos a Corneria, lugar donde Fox Mccloud se encontraba en ese momento.

−Antes de que aterricemos, necesitamos ocultar nuestra identidad porque como bien sabéis al ser de otro planeta nuestro aspecto es distinto al de ellos y podrían asustarse –dije yo.

−Llamaríamos demasiado la atención –pensó Soukaina.

−Yo lo veo bien, aunque me da rabia que la gente piense así sobre otros –dijo Oihane con molestia.

−Así es el mundo Oihane, ya estamos acostumbrados, ¿no crees? –pregunté yo.

−Claro –respondió Oihane.

−¿Qué tal si nos ponemos el mismo estilo de siempre? –pregunté yo.

−Vale –respondieron las dos a la vez.

Juntamos las manos y pronunciamos el conjuro de cambio. Cuando terminó nos vimos con las ropas estilo Robin (Fire Emblem) ya que nos gustaba mucho el estilo (y en honor a la saga) y antes de bajar, comprobamos que no hubiese nadie abajo.

−Muy bien, vamos –dije, Oihane y Soukaina asintieron la cabeza y bajamos lentamente.

−¡Qué ciudad tan bonita! –exclamó Oihane.

−Se nota mucho lo avanzada que está la tecnología aquí –comentó Soukaina.

−Aquí se puede perder uno fácilmente si no conoces la ciudad.

−¿Dónde vive Fox? –preguntó Oihane.

−Por aquí –dije yo.

−Que seguridad, ¿cómo lo sabes David? –dijo Soukaina.

−Presentimiento –respondí yo, Oihane y Soukaina se quedaron unos segundos perplejas mirándome y nos pusimos en marcha.

La gente igualmente se nos quedaba mirando, eso sí, pero, no nos podían ver la cara al tener puesta la capucha. Después de un rato andando, vimos a un policía que estaba de patrulla, que se acercó a nosotros.

−Chavales, que pinta más rara lleváis, ¿es una nueva moda? –pregunta el policía.

−Soukaina, se nos ha olvidado hacer el hechizo de traducción, no entiendo lo que dice –dijo Oihane.

−Sí agente, es la nueva tendencia –respondí de inmediato.

−¿Por qué lleváis puesta la capucha, que yo sepa no está lloviendo –comentó el agente acercándose poco a poco a nosotros.

−Como siga así nos va a pillar –pensé para mí, y actuando rápido, cogí las manos de Soukaina y Oihane y salimos corriendo.

−Pero, ¿qué pasa David? –preguntó Oihane.

−¿Desde cuándo hablas el idioma de Corneria? –me preguntó Soukaina.

Yo, sin responder, vi que el policía nos perseguía, así que nos metimos en callejón y pronuncié el conjuro de teletransporte. El policía llegó al callejón, y al comprobar perplejo que habíamos desaparecido, continuó buscándonos más adelante.

−Ya hemos llegado a la casa –dije yo.

−Os recomiendo que hagáis el conjuro de traducción.

−David, ¿cuándo hiciste el conjuro? –preguntó Soukaina.

−Yo ya sé hablar el idioma.

Oihane y Soukaina se quedaron pensativas e hicieron el conjuro. Luego llamé a la puerta y Fox salió a abrir.

−¿Qué queréis? –dijo Fox.

−Hemos venido a ayudarte –dije yo.

−No quiero ayuda de desconocidos.

−¿Por qué no? –preguntó Oihane exasperada.

Fox nos miró y cerró la puerta.

−¿A qué ha venido eso? –dijo Soukaina.

−Oihane, Soukaina, por favor, ¿podéis disculparme un momento? –les pedí.

−¿Qué vas a hacer? –preguntó Oihane.

Sin decir nada entré en la casa gracias a mis poderes, subí a la habitación de Fox y mirando por la puerta vi que estaba llorando. Fox se levantó y me vio.

−¿Cómo has entrado aquí? –me miró asustado.

Me quité la capucha y Fox se quedó impresianado.

−Eres tú –dijo Fox−. Pero, se supone que eres un personaje de anime, ¿no llevarás una máscara o algo? –y yo negué en respuesta.

−Me estoy volviendo loco, primero veo a mi padre y luego esto.

−Fox, no sufras más, hay muchas personas en este mundo. Krystal tomó esa decisión, tienes que afrontar la realidad.

Fox se levantó enfadado, se dirigió a mí, me cogió del cuello y me sacó los dientes.

−¡Tú no sabes nada sobre mí, no sabes nada! –me gritó.

−Adelante, estrangúlame si quieres, esto es en lo que te has convertido durante estos meses, ¿eh Fox?

Fox se me quedó sin poder decir nada, después quitó su mano de mi cuello y me abrazó fuertemente.

−Tranquilo Fox –y él empezó a llorar de nuevo.

−¿Quién eres? –preguntó Fox.

Y en un rápido resumen, le expliqué todo sobre nosotros.

−Con que éste es el mundo en el que vivimos.

−En La Tierra, tú eres un videojuegos –le expliqué.

−Y vosotros sois una serie anime para nosotros, la verdad es que os admiro mucho.

De repente volví a notar esa extraña aura maligna.

−¿Te pasa algo? –preguntó Fox preocupado, y al segundo siguiente, Oihane y Soukaina entraron en la habitación a toda prisa.

−David, es esa sensación otra vez –dijo Oihane alarmada.

−Ya ha llegado al sistema Lylat –dijo Soukaina.

−¿De qué estáis hablando? –preguntó Fox.

A todo correr cogí la mano de Fox y salimos de la casa. Vimos el cielo todo oscuro y Fox, preocupado, cogió el comunicador y llamó al Great Fox.

−Chicos, tenemos un problema –informó.

−No me digas –respondió Falco sarcásticamente desde la otra línea.

−Voy a por el Arwing, ¿cómo vais a llegar vosotros al Great Fox? –nos preguntó.

−Sé que está mal utilizar la magia para todo, pero no tenemos elección –dije yo.

Los tres juntamos las manos de nuevo y de repente aparecieron tres Arwing de estilo parecido al de Fox.

−¿Eso responde a tu pregunta? –preguntó Oihane.

Fox sonrió y se subió a su Arwing al igual que nosotros. Pusimos todo en marcha y despegamos hacia el cielo oscuro.

Cuando íbamos a atravesar esa nube negra, los Arwing de repente se descontrolaron.

−¿Pero qué pasa? –dijo Fox.

−Este cielo oscuro es magia, Fox –dije yo.

−Tiene que haber una manera.

−El hechizo se está extendiendo por todo el cielo, tenemos que darnos prisa –nos apresuró Oihane, y tras la advertencia empezamos a volar a toda velocidad y casi por los pelos, conseguimos pasar.

−Pobre Corneria –suspiró Fox.

−Espero que los habitantes estén bien –dijo Oihane.

Alejándonos poco a poco de Corneria, nos dirigimos al Great Fox para planear un plan contra la nueva amenaza, aunque Oihane y Soukaina se quedaron mirándome, más preocupadas pensando en lo que sucedió antes.

−¿Qué te pasa David? –pensó Oihane.

−¿Qué nos estás ocultando? –pensó Soukaina a su vez.