Disclaimer: Los personajes son de Meyer.

El drabble es mío.

Es un regalo para "Oráculo" :)


Pidiendo Más.

(Leah & Jacob)

—Eres un idiota, Black. Podría predecir que tu vida será un asco.

— ¿Ah, sí? ¿Ahora eres el oráculo de Delfos? ¿O eres psíquica?

—No, solo que tú eres un insufrible.

—Y tú una histérica quisquillosa mujer.

—Pero mujer al fin y al cabo, Black. Ahora niégame que no me estabas mirando. — Leah se acercó a él, sus pechos se tocaban.

Jacob sabía que con Leah no podía jugar, ella era demasiado atrayente con sus piernas largas y espalda descubierta.

—Leah yo no…

—Vale, Jacob Black. No me estabas mirando — Jacob sonrió con suficiencia — ¡Me estabas devorando con la mirada!

— ¿¡Qué te hace pensar eso!?— sus caras quedaron a centímetros.

— ¡Maldición, Black! ¡Te vi! ¿¡No es eso suficiente!?— gritó Leah, realmente sulfurada.

— ¡Está bien, Leah! ¡Te estaba devorando con la mirada! ¡Estás condenadamente buena! ¿¡Feliz!?— gritó Jacob, Leah se paralizó.

¿Jacob Black había gritado eso?

—Dime que no dije eso. — murmuró Jacob. —Oh, vale. No importa.

Sin previo aviso, tomó a Leah por los hombros y ambos cuerpos chocaron.

—Jacob, ¿qué haces?— murmuró Leah, quedamente.

—Demostrándote lo mucho que te quiero comer, Leah. — dijo Jacob, sin tapujos.

Porque sabía que Leah no era de esas con las que tienes que ser delicado, un perfecto caballero y pedir permiso.

Leah necesitaba cariño y Jacob la necesitaba.

Sin mediar palabra, él juntó sus labios con los de ella. Fuego.

La lengua de Leah danzando con la suya era lava hirviente que luchaba por erupcionar.

Iba a estallar de pasión y eso era solo un beso. Un simple beso que se iba a salir de control.

Jacob tomo la cintura de Leah entre sus manos. Leah acariciaba bestialmente su espalda. Estaban fuera de control.

—Eres un imbécil, Black. — dijo Leah entre gemidos mientras Jacob le quitaba la blusa.

—Tú eres una amargada, pero, como ya dije… Estas como quieres — dijo Jacob, jadeando.

—Eso es lo que me gusta de ti, vas al grano…Como yo. — Besó el lóbulo de su oreja — Y quiero que me hagas tuyas, Black.

Leah había desatado a Jacob Black, a ese Jacob que necesitaba descargarse con algo.

Las ropas desaparecieron, con una rapidez que a ellos les pareció lenta.

Sus cuerpos sudorosos se tocaban en las partes correctas. Eran ella y él y estaban teniendo sexo desenfrenado a mitad del bosque.

Era simple, una manera de descargarse y liberarse.

Por eso, mientras las embestidas eran más insistentes, Jacob pensaba en lo mucho que amaba pelear con Leah. Siempre terminaban igual:

Sudorosos y pidiendo más.


Dale. Aqui tienes tu drabble.

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Besoos, cuidense