—No Castle! No quiero seguir peliando, me niego a seguir así. —Dijo ella mientras se retiraba de la habitación con la botella en la mano.
El no emitía palabra alguna, el escritor se había quedado sin palabras. Ella se fue directo por la puerta y él la siguió. Alargó su brazo tratando de tomar la mano de la inspectora.
—Kate...
Pero ella se negó y salió a paso apretado por el pasillo rumbo al ascensor.
Manteniéndose firme como una roca vio como las puertas se cerraban ante ella. El elevador quedo sellado y ella se derrumbó, lagrimas corrían por sus mejillas como dos cataratas, su rostro reflejaba apenas la mitad del dolor que sentía en esos momentos. Se agachó y dejo la botella en el suelo, y se tomó la cabeza con ambas manos mientras lloraba.
Ese elevador siempre había sido muy lento, en algunos casos era una ventaja. Oh cuantas locas cosas habían sucedido en aquel ascensor, cosas tan hermosa.
Su subconsciente comenzó a enviarle imágenes de un pasado lejano de algunas de las aventuras de aquella caja de metal que tantas cosas escondía.
*Flashback*
—¿Detective Beckett que la trae por este bar? —Dijo una voz familiar detrás de ella.
—Solo he venido a tomar una copa y me he cruzado con un escritor que escribe novelas basadas en mi. —Se giró hacia él con el bazo en la mano. —¿Ya a ti que te trae por aquí? ¿Falta de inspiración o me sigues también fuera de la comisaría?
—Jaja, inspectora Beckett creo que usted no sabe la historia de este lugar, acaso precisa que le cuente un cuento? Por que ya es de noche. —Le respondió Castle levantando una ceja con tono sugerente.
El se sentó junto a ella y pidió un whisky en las rocas. Y acompañados por el ritmo de la música de jazz que provenía de un saxo y un piano, clásico del ambiente del Old Haunt que desde hace algún tiempo Castle había rescatado de ser cerrado.
Se tomaron unas copas y hablaron de todo un poco pasando por chistes, historias graciosas y comentarios de doble sentido, esos tras unas cuantas copas claro.
—Detective he de decir que es cierto lo que me han dicho, mejor no me meteré en una competencia de quien resiste más bebiendo, tienes una resistencia impresionante. —Dijo el acercándose unos centímetros a ella.
La detective dejó su bazo sobre la barra y se acerco a él hasta que no quedó más espacio y en un susurro dijo. —Ah que no sabes en que más soy muy resistente.
Le besó en los labios con una mano tras su cuello y la otra en su mejilla. Luego se separó y le guiñó el ojo mientras cogía su bazo una vez más.
El no se lo podía creer no emitió ni una palabra simplemente giró en su taburete y miró su bebida y luego a ella. Pero antes de que pudiera decir nada el hombre de la barra les informo que ya tenían que irse.
—Chicos lamento mucho interrumpirlos pero ya es hora de cerrar.
—Gracias Tony, ¿Nos pides un taxi? —Castle.
Beckett se terminó su bebida y se levantó para ponerse el abrigo, Castle rápidamente se levantó y le ayudó. Una vez puesto admiró su belleza. —Kate el rojo te queda muy bien, resalta todo en ti. —Hizo una pausa y puso su mano en las mejillas de ella. —Tus ojos...tu sonrisa...tus labios... —Ambos quedaron estáticos perdidos en la mirada del otro y él fue lentamente acortando la distancia hasta que sus labios se rozaron y se comenzaron a besar. Al principio lentamente, disfrutando del sabor del otro, pero la pasión les ganó.
Ya sin darse cuenta estaban en el taxi a medio camino y unos besos después en las puertas del elevador, estas se abrieron y los dos entraron. Se paró uno a cada lado y esperaron a que comenzara a subir. Las puertas parecía una eternidad lo que tardaban en cerrar, pero por fin lo hicieron y comenzó a subir.
—Sabes este elevador siempre ha sido muy lento...
—Ah quizas deberíamos aprovechar el tiempo ¿No crees?
Un golpe los distrajo, el elevador se había trancado y la energía se había apagado también. No había más que decir se comenzaron a besar una vez más, pero esta vez los besos se volvieron caricias y estas gemidos y susurros.
*Fin del Flashback*
—¡No más por favor no más recuerdos de esos! —Por fin el timbre sonó y ella salió corriendo de aquella caja metálica. Sin escalas, directo hasta su auto, allí sus lagrimas se veían camufladas por la lluvia que caía como si fuera un diluvio.
La botella seguía a su lado, estaba en el asiento del acompañante, esperándola a ella a que ella diera el paso.
Castle estaba sentado allí en la escalera, también destrozado por dentro se levantó y fue hasta el cuarto donde solían dormir. Ahora solo ecos de una gran pelea quedaban allí.
Se sentó a los pies de esta y comenzó a mirar a su alrededor, a pensar, a recordar. De repente algo captó su atención, una tapa de madera tallada. Enseguida recordó de donde venía y tomo la botella en el interior de esta. Era una botella de vino añejado, y en el interior un papel, dos escrituras, un voto, una palabra "Always"
La letra era de Kate y de él.
*Flashback*
—Ves Beckett te dije que el asesino era el genio Aladino ¡JA!
—Castle, que el el culpable fuera un genio, y me refiero a una persona brillante, y que se llamara Aladino no quiere decir que los genios de la brujería existan.
—Eres una aburrida.
—Dobla a la derecha. Ugh todavía no se como es que te he dejado conducir mi auto. Yo soy la que maneja. Aparte anoche no creías que fuera tan aburrida. —Le respondió con una ceja curvada.
—En realidad recuerdas que ambos somos alfas...los dos manejamos. —Le guiña el ojo.
—¡Castle! Estaciona aquí. Es aquí.
Ambos se bajaron del auto y fueron directo a la tienda de Brujería de Jenny Tyler. Pasaron la puerta y unas campanas anunciaron su llegada, Beckett las detestaba esas campanas le resultaban insoportables.
—Detective Beckett, Señor Castle no se como agradecerles que hayan encontrado al hombre que mató a mi esposo, por fin podrá descansar en paz.
—Es nuestro trabajo, hacer justicia por los que ya no pueden defenderse.
La mujer sacó una caja de debajo del mostrador, miren se que no creen en la brujería y esto no lo es. En esta caja he puesto dos botellas de vino, de las buenas, son una tradición familiar. Para que cuando tengan la peor discusión en su matrimonio se sienten un momento a pensar.
La caja era de madera clara tallada, tenia las iniciales "KB&RC" La mujer les hizo poner en un papel algo que fuera una promesa, algo para recordarse a ellos mismos cuanto se aman. Pero no podían ver lo que el otro escribía ya que era en el mismo papel.
—Espero que no la tengan que utilizar como tuvimos la suerte mi esposo y yo.
Al llegar al loft esa caja quedó atesorada en el cuarto, y se prometieron hacer de sus años los mejores y más felices. Nunca perder la esperanza y siempre luchar por el otro.
*Fin del flashback*
—Oh Kate, que nos ha pasado ¿Cómo hemos llegado a terminar así?
Dijo derramando una gran lagrima que descendió por sus mejillas hasta caer lentamente sobre aquel papel amarillento.
-K.
