- No me pertenece nada relacionado con el mundo de Percy Jackson, todos los derechos reservados a Rick Riordan-
No paraba de llover, parecía que el mundo estaba en mi contra.
Después de esas dos malditas guerra y mi estadía en el Tártaro terminé de joderme.
No podía más, físicamente tenía aproximadamente quince años y ya tomaba, casi todas las noches me quedaba inconsciente a causa de mi alcoholismo.
Con el tiempo recuperé los recuerdos de mi infancia, los cuales solo sirvieron para deprimirme aun más. Empecé a fumar.
Hazel me decía que lo dejara. Yo veía como le dolía verme en mi estado así que empecé a hacer mucho ejercicio. Mi cuerpo mejoró notablemente, sirvió para engañarlos a todos.
Una adicción condujo a la otra. Dinero no me faltaba, yo obtenía drogas cuando quería.
Cumplí mis supuestos diecisiete años, un motivo de pena, no podía más con mis mentiras y mientras me encargaba de cuidar y supervisar los Campos de Castigo me empecé a cortar. Se sentía tan bien, la presencia de un dolor que no fuera el de mi alma.
Me alejé de todos otra vez. Mi vida era monótona, me la pasaba en el Inframundo o en Los Ángeles asesinando monstruos.
Había un recuerdo en especial, un recuerdo que me llevaba a reproducir la imagen de quien me había hecho más daño. Ese día en Croacia, el día que alguien se enteró de mis sentimientos. Esos ojos tan verdes, tan alegres, para mí eran los más hermosos, pero el precio a pagar por recordarlos era muy alto.
El día de mi vigésimo primer cumpleaños quise decir 'ya basta'. Así que hice un viaje-sombra a ese cementerio que tanto me gustaba en Nueva Orleans sin saber que estaba siendo observado.
Busqué el lugar menos habitado por tumbas, donde sabía que ningún mortal se cruzaría en mi camino.
Saqué de mi chaqueta de aviador una foto muy vieja y desgastada y aprecié a la bella mujer vestida elegantemente sentada en un sillón de aspecto muy caro con un pequeño niño sonriente sentado en su regazo, al lado una niña muy parecida a la mujer. La niña estaba siendo abrazada por un hombre bastante intimidante y con mirada de loco.
No pude contener mis lagrimas, abrí mi botella de vodka y le di un trago. Este era el día en que mis tormentos terminarían. Subí mi manga y tomé mi navaja e hice un corte transversal en mi brazo sobre mi arteria. Hice lo mismo con mi otro brazo. Me desangraba, veía como chorros de mi sangre resbalaban por mi piel y empezaban a crear un charco a mi alrededor.
Quería recibir a la muerte desde hace muchos años...
Tomé otro largo trago de mi vodka cuando a lo lejos escuche sollozos, supuse era de un funeral. Parecía que cada vez más se acercaban a mí. Abrí los ojos, curioso, no me quedaba mucho tiempo. Al lado de mi estaban Hazel, Frank, Jason, Piper, Percy, Annabeth e incluso Leo. Los sollozos provenían de ellos.
¿Por qué llorarían? ¿ Por qué me estaba suicidando?
"¡¿Por qué Nico?!" preguntó mi hermana entre lagrimas.
Sabía que la estaba destrozando, más sin embargo ya nada se podía hacer, yo ya no podía más con mi vida. Sabía que lo que hacía estaba mal, pero me había vuelto egoísta, nunca me paré a pensar en ella, pensé que no le importaba a nadie. Pero eso ya no cuenta, sentía como mi vida se escapaba. Y con mi último aliento, con mi último esfuerzo respondí.
"Porque soy un cobarde."
FIN
Nota: Yo realmente no veo a Nico como un personaje débil que se suicidaría pero hay veces en que me pregunto que si incluso la persona más fuerte sería capaz de derrumbarse así. Mi segundo fic y mis primer one-shot, espero les haya gustado :)
