Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto.
Advertencia: Universo alterno. Chico x Chico. Sasuke x Naruto.
Aclaraciones: Viñetas de humor.
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Triste, triste realidad estaba viviendo su preciado teléfono tirado en el suelo, postrado catastróficamente en ese cemento, distribuido casi estratégicamente bajo los pies de los transeúntes que le pisoteaban sin ninguna clase de remordimiento.
¡No se les veían ganas de parar!
Al final, fue arrastrado hasta el cordón de la acera y aplastado por una bicicleta.
Dramáticamente gritó en su cabeza, llorando y pataleando haciendo berrinche cual infante.
Sus ojos acuosos producto de la trivialidad (que para él era el fin del mundo). Contemplaron el teléfono móvil que acababa de comprar.
—Naruto, te sugiero que lo recojas.
—Shikamaru, Sasuke me matará. ¡Ya lo veo venir!
—Si, si, Naruto. Le has visto venirse infinidad de veces.
—¡No esa clase de venida! —gritó alzando las manos, provocando las miradas curiosas de algunas personas. Shikamaru chasqueo la lengua, su amigo era muy ruidoso—. ¡Le dije que me prestará el dinero para comprar libros! ¡Libros!
—Es su culpa por creerte, yo no lo haría.
—Eh —No entendió ese pequeño paréntesis en su explicación así que lo omitió—. ¡Ayúdame!
—Yo fui arrastrado a esto por ti, querías asesoría. Pues ya la di, ya me voy.
—Cigarrillos.
—No me compraras con es eso, idiota.
El chico de ojos azules masculló unos cuantos insultos, ocurriéndosele en el proceso pedirle ayuda a alguien más.
—¡Sai!
—Él menos que nadie te hará caso —no sabe ni ayudarse a si mismo, ¿cómo ayudara a un cabeza dura como Naruto?
—Él me puede prestar dinero para comprar libros.
—Tremendo problemático eres, no me arrastres en tus estupideces.
Vio al rubio correr en dirección desconocida, dejando a él y al aparato atrás.
Ojalá Sasuke si le de unos buenos golpes.
Naruto recordó que Sai, su amigo pálido, de mente perversa y cabello tan oscuro como Sasuke y alma de la misma calaña, le invitó hace unos días a su exposición que para su desgracia, era ese día.
Paró en seco, frustrado, atormentado y su cerebro tratando de procesar una ingeniosa excusa.
No podía recurrir a él, llegar así como si nada y pedirle unos cuantos billetes, tan poco es tan tonto como para no saber hasta donde puede llegar.
Cuando tuvo el dinero en las manos si pensó en comprar los libros que necesitaba, pero Kiba, su amigo con la extraña afición hacia los perros le presumió su aparatejo infernal. ¡Muchísimo mejor que el suyo propio! Él no era de las persona que caían fácilmente en provocaciones.
Mentira, si lo era. Y como tal, arrastró a Shikamaru, su perezoso amigo castaño a su aventura con las tecnologías, él era un negado para eso. ¡Muy a penas tenía un teléfono!
—¿Naruto?
Alerta máxima, ¡alerta máxima! No gires, no lo mires, sigue caminando como si nada.
Sasuke, ¿Sasuke? Se supone él está en la escuela, algo malo debe de haber hecho como para encontrárselo en el centro de la ciudad.
Pero el ignorado no volvió a llamarle, si el rubio no acato a su llamado era obvio que algo malo tramaba. Por regla general, en cuando Naruto le ve, corre y se le prende como sanguijuela a pesar de los regaños que le da en privado sobre mantener un perfil bajo con su relación.
Que hiciera lo que se le viniera en gana, total., tarde o temprano se encontrarían. Mañana tenían que ir a la Universidad.
Naruto pensaba que podría decirle a Sakura. La chica de pelo rosado es su mejor amiga y le encantaba ayudarle. Pero no, ella también era mejor amiga de su pareja y es probable que le interrogue sobre lo del dinero.
No tenía padres a quien recurrir, sólo un par de tutores que no soltarían dinero fácilmente. Viejos tacaños, ¿en qué estaba pensando? Debería agradecer que le mantengan, o no. Viejos tacaños. Si le mandaran el dinero como se debe no tendría que recurrir a Sasuke.
Llegó a un pequeño parque y no vio a ningún niño alrededor, pues hacia calor y estarían en sus casas. Se vio yendo por inercia a los columpios, los cuales ya eran demasiado pequeños para él.
Pensó en trabajar, si, lo haría después de esa tragedia. No lo había hecho porque no quisiera, pero sus tutores insistieron en que mejor enfocará todos sus esfuerzos en el estudio. ¡Si supieran que iba bastante mal en algunas materias!
—Naruto —escuchó su nombre y su cuerpo se irguió como resorte. Había estado mirando al suelo lamentando su suerte.
—Hola, Sasuke —saludó, viendo como el de pelo negro se colocaba delante de él.
Si, el Uchiha estaba cien por ciento seguro que la vida hacia hasta lo imposible para que ellos dos se encontraran siempre, siempre.
—Tengo que confesarte algo —el usual mutismo de su pareja le hizo saber que le esuchaba—. Me gaste el dinero en un celular.
Naruto espero un regaño, una queja y hasta un golpe –que sabía merecía— pero nada de eso llegó.
—Si necesitabas uno me hubieras dicho.
El chico de ojos azules miró a su usualmente callado novio.
Claro, había olvidado que Sasuke es diferente a él, pues tiene una familia a quien no le importa mucho los gastos ya que gozan de un buen nivel socioeconómico.
Desvió su mirada de la penetrante de su acompañante, mientras apretaba con fuerza a las cadenas del pequeño columpio.
—No soy un aprovechado —una cosa era pedir prestado y otra esperar a que su pareja le resuelva la vida.
—Estoy para satisfacer tus necesidades.
Naruto se sonrojó por lo sugerente que se había escuchado eso.
"Todas tus necesidades, Naruto" —volvió a repetir para hacerse entender.
Maldito bastardo, le estaba provocando. Esa era su forma de "venganza Uchiha", incitar para no cumplir.
Y él pensando que se enojaría, prefería mil veces un golpe…
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Espero se entienda, me nació hacerlo y así quedó u.ú
