Título: La excepción a las reglas
Personaje: Harry Draco
Rating: 13
Género: slash
Advertencias: lo he escrito yo...
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia

Potter, siempre es Potter.

Nadie sobrevive a una maldición mortal.

Nadie puede llamar su atención usando ropa dos tallas más grandes, teniendo cuatro ojos y un pelo como nido de lechuzas.

Nadie nunca rechaza su mano.

Nadie puede ser el alumno preferido de los maestros.

Los de primer año no pueden entrar al equipo de Quidditch.

No les pueden arrebatar el triunfo a Slytherin en la última cena del año.

El Estatuto Secreto de Magia no debe ser violado.

Nadie puede ganarle en un partido.

Solo los magos tenebrosos pueden hablar parsel.

Nadie puede dejar en ridículo a su padre.

Los menores de edad no pueden hacer magia lejos de la escuela.

Nadie estaría feliz de tener como padrino un ex convicto.

En el Torneo de los Tres Magos, participan solo tres magos.

Ningún menor de edad puede hacer magia dos veces fuera de la escuela y volver a ella como si nada.

Un Malfoy no puede ir a Azkaban.

Las cosas simplemente no pueden ponerse peor.

Vas a Azkaban cuando intentas abrir una persona por la mitad.

Nadie es tan imbécil de acabar en la casa de su enemigo.

No se supone que mienta si no es para salvar su propio pellejo o el de su familia.

Cuando alguien intenta salvar tu vida no le pagas robándole la varita.

Robar Gringotts es imposible.

No se supone que le salves la vida a alguien que cinco minutos antes intentaba llevarte a tu muerte.

Tu varita no puede cambiar de dueño.

Nadie puede derrotar al Señor Tenebroso.

Es imposible que los Malfoy no paren en Azkaban o pierdan su fortuna.

Hay un largo montón de etcéteras, un millón de normas que Potter ha quebrado que Draco podría agregar a la lista si quisiera, y eso solo son las cosas que sabe. Draco no quiere ni pensar en las cosas que no sabe de Potter.

Y si antes pensaba que era lamentable como el mundo mágico se arrodillaba ante El Todo Poderoso Asesino del Buen Gusto e ignora todas las faltas que comete solo por sus repugnantes buenas acciones ahora piensa que realmente no quiere pensar en eso.

Porque sinceramente, nadie puede verse bien usando ropas dos talles más grandes de lo normal, con cuatro ojos y un nido de lechuzas como pelo.

Así que Draco no está mirando apreciativamente los terribles intentos del antes mencionado atentado contra la moda. Sus pantalones no le están apretando porque su otra varita lo ha elegido como dueño, al menos por una noche. Y Potter definitivamente no le está mirando provocativamente porque a las odas de valor andantes no le van las varitas y definitivamente los leones no se juntan con serpientes.

De modo que la única razón por la que Draco se digna a arrastrar al Hombre Más Suertudo lejos de sus mascotas, se debe única y exclusivamente a que ahora está intentando ser "cordial", "amable" y todas esas chorradas tan aburridas y molestas que traen muchos beneficios, según su madre, y enseñarle a bailar a Potter será un favor al mundo.

Sus motivos son puramente altruistas, se repite mentalmente cuando nota como la varita de Potter también le ha elegido a él como su dueño.

Nadie lo ha entretenido más de una noche...